Partida Rol por web

El sol ya se encumbra en el cielo cuando "algo" te despierta. Sobresaltado, echas mano a tu espada y te incorporas asustado. A lo lejos, ves una figura de reducido tamaño vestida de rojo y cantando en normando.

Al levantarte tu pie golpea una serie de pertrechos de guerra: tres equipos compuestos por armadura de cuero, rodelas de madera y espadas cortas. Sin duda, son de los muertos.

Recojo todo lo que me pueda ser útil y me escondo tras unos matorrales, tras ponerme una armadura que me quede bien y un frentón, espero con la espada desenfunfada.

-"Parece que hoy va a ser otro dia movidito"

La niña (o eso supones que es) va tranquilamente recojiendo flores y cantando mientras se acerca sin darse cuenta a tu localización actual.

Al observar lo que se acerca, no puedo evitar levantar un poco más la cabeza para cercionarme de que mis ojos no me engañan.

-"Una niña, por Odin que hace una niña por estos lugares, y sola".

Enfundo mi arma de nuevo, no es peligrosa, pero siempre hay que ser precavido, si la enfundo, al menos no soltare la empuñadura.

La niña pasa por tu lado sin inmutarse, pero durante unos breves instantes te ha parecido que te miraba a través de las ramas del arbusto. A menos de un metro de tí, se para a recoger una florecilla silvestre.

La niña va vestida de un color rojo similar a la sangre, con una especie de capa o caperuza cubriéndola entera. En todo momento musita entre dientes una canción en normando, o lo que asocias a ese idioma. Es extraño, pero vista de cerca, parece más delgada y difusa, extrañamente translúcida.

Después de observarla atentamente y mirar a los alrededores para cercionarme de que no esta sola, salgo de los arbustos, calmado, mostrándole mis manos alzadas para indicarle que no le voy a hacer ningún daño.

-"Es peligroso andar por el bosque sola, pequeña. Podrían hacerte daño"

Me acerco despacio, sin hacer ningún movimiento brusco.

-"¿Dónde vives, pequeña? Te acompaño a tu aldea, si quieres.

Al sonido de tu voz, se gira hacia tí, volviéndose más tangible por momentos.

-No me he perdido, señor guerrero. Voy a casa de una de mis familiares a llevarle algunas cosas. ¿Te hechas una carrera hasta allí?

Extrañamente, la entiendes cuando habla, aunque no sabes en qué idioma lo hace.

Sorprendido por la reacción de la niña y por el hecho de entender una lengua que no hablo, no se como reaccionar en un primer momento. Cunando vuelvo en mi:

-"Esta bien, pero no se ni donde viven tus familiares ni tu nombre. ¿Podrías decirmelo?"

-¿Veis es bosque de allí, el que bordea la costa? La casa está al otro lado. Te será fácil encontrarla.

Apenas dice estas palabras, se desvanece como un susurro en medio de una galerna, disolviéndose en el viento. Sin embargo, sus palabras resuenan aún en tus oidos.

Al otro lado del bosque parece decirte el susurro del viento al agitar tus cabellos.

-"¡Por Odin y todos los Aesir! me tengo que estar volviendo loco.

Mi reacción natural es sacar la espada y el escudo, girar varias veces la mirada hacia todos los recovecos del bosque. Salir corriendo en la dirección que me indicó ese extraño espíritu.

-"Si puedo encontrar alguna respuesta seguro que será en la casa de esos familiares"

Corro como jamás en mi vida he corrido, implorando a todos los dioses y ancestros para que me protejan en caso de necesidad, no dejo de pensar en aquella maldita niña, no me puedo borrar de la mente su rostro, su voz se sigue oyendo en mi cabeza como si todavía la tuviera enfrente.

Paso tras paso, te acercas al bosque. A pesar del sol, tus cansados huesos tiemblan al pensar qué puedes encontrar allí. Justo en la entrada divisas un sendero que serpentea y se pierde en las tenebrosas y desconocidas profundidades del bosque. Pocos metros más adelante, una lupina silueta se insinúa entre la oscuridad que llena el bosque.