Partida Rol por web

Los últimos romanos (Privada)

Escena IV: País desolado, país brumoso

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26/03/2017, 23:10
Magister

https://www.youtube.com/watch?v=Lz_LYIqKTwo

 

La compañía avanza en silencio, sin hablar apenas, en mitad del azul matinal. Mientras avanzáis hacia el norte, dejáis a vuestra izquierda el mar ruidoso, a vuestra derecha las montañas lejanas. Éstas las podéis intuir aunque no ver; de la misma manera que los ojos almendrados de Irine, la reina de los lazes, sólo podían intuirse tras el velo blanco que le cubría la cara, las formas de los picos del Cáucaso sólo pueden intuirse bajo la bruma, el velo gris que cubre el mundo. El sol, que empieza a despuntar tímidamente entre ellos, los recorta dejando que sus siluetas sean cada vez más oscuras, pero cada vez más distinguibles.

El mundo entero empieza a cambiar lentamente de color, y los tonos fríos de la madrugada dan paso a otros más cálidos. Uno diría que la bruma misma es más clara, más acogedora. Os preguntáis cuánto dura el amanecer, desde que el primer tono azul de la noche se vuelve amarillo hasta que sale el sol, que todo lo ilumina.

Una eternidad.

 

Al mediodía paráis junto a un riachuelo que va a dar al mar. Coméis y descansáis.

Algunos de vosotros aprovecháis para descalzaros y dejar que el agua fría, helada, del riachuelo circule entre los dedos de vuestros pies, mientras que cinco de los diez soldados lazes que os acompañaban han ido a cazar.

El general de los largos bigotes, el mismo que el día anterior había estado contando la anécdota de los caballos de hielo, se duerme sobre un tronco abatido mientras sus hombres y los soldados romanos montan guardia alrededor.

Antonio Tulio se sienta a tallar una de sus figuras junto al fuego crepitante, con un trozo de madera quemada. ¿Qué le gustaría más a la pequeña Claudia? ¿Un dragón, un carnero, un cisne, un águila? Ya tiene dragones, carneros, cisnes  y águilas. ¿Papá y mamá? Ya los tiene. De repente, una idea cruza su mente, y empieza a tallar con el ceño fruncido, concentrado. Absorto como está en su tarea, el tiempo a su alrededor se contrae. Cuando vuelve al mundo, unas horas más tarde, todos estáis nerviosos.

Va a ser hora de cenar. Y los soldados lazes no han vuelto.

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29/03/2017, 19:07
Gaius Tertius

-Está claro que vamos a pasar la noche aquí.-Digo, llanamente.-Quizás deberíamos montar el campamento. A menos que prefiráis ir a buscar a los soldados desaparecidos, claro.

Acostumbrado al agradable clima del Mediterráneo, aquí hace frío. "Tienen cara de querer ir a buscar a los soldados.", pienso. "Con lo bien que estaba yo en Roma..."

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29/03/2017, 21:06
Jenócrates de Tenedos

Embozado en mi capa de viaje, me friego las manos y les echo el aliento para calentármelas. Llevo todo el día callado, ausente. Ni siquiera el impresionante paisaje me levanta el ánimo. La humillación de ayer en palacio no la olvidaré fácilmente, aunque, al final, haya conseguido lo que quería y podamos hablar con el rey. Si es que estamos yendo hacia Bedia... 

La desaparición de los soldados lazes me llena de inquietud y sospecha. Me acerco a Calístrato, aún no le tengo la suficiente confianza a Antonio, y le comento en voz baja:

-No me fío un pelo de estos hijos de perra. ¿Qué crees que debemos hacer: te enviamos a ti o a Tulio a buscarlos o esperamos a ver si sucede algo? En cualquier caso, opino como el joven Gaius, deberíamos empezar a montar el campamento. La noche en esta tierra tiene pinta de ser fría como el abrazo de un muerto.

 

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01/04/2017, 14:22
Calístrato de Mileto

-Viejo, unos soldados no desaparecen así como así. -le digo en voz baja- Esto huele peor que el antro de Constantinopla donde nos conocimos. Si envíamos a alguién tiene que ir acompañado. Yo me ofrezco a ir pero necesito que alguien venga conmigo.  ¿Como lo ves? 

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01/04/2017, 16:56
Jenócrates de Tenedos

-Tienes razón. -le respondo. -Habla con Antonio Tulio y pídele algunos de sus hombres. Yo también me llevaría a alguno de los lazes: conocen mejor el terreno y lo último que quiero es que sospechen que sospechamos de ellos. ¿Me entiendes? -expreso con preocupación. -Dudo que Ormuz o yo fuésemos más que un estorbo, pero quizás el joven Gaius sí quiera acompañarte.

 

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04/04/2017, 02:02
Gaius Tertius

Notas de juego

Estos dos están cuchicheando y yo no he oído nada, así que...

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04/04/2017, 09:52
Calístrato de Mileto

Asiento con la cabeza a mi viejo compañero.

Camino hasta Tulio y le coloco una mano sobre el hombro.

-Tulio- le digo mientras aprieto cada vez más fuerte, Ahora empezará a doblarse, muy pocos resisten cuando se les presiona en este punto del hombro- No he estado nunca en Roma. He oído hablar de su belleza, de su grandiosidad, de su gente y hasta de su gastronomía. Aún así, sin nunca haberla pisado, permíteme que dude que los estómagos de una ciudad tan grande, se mantengan a base de putas figuritas de madera. ¿Me sigues, no?

He apretado tan fuerte que sólo un hombre bastante entrenado físicamente podría evitar doblarse por el dolor.

¡Quintili Vare, legiones redde! - le grito en mi latín horripilante - En píe hombre, tus hombres, tu y yo vamos a buscar a esos lazes y si no volvemos con ellos, volveremos con comida.

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04/04/2017, 23:06
Antonio Tulio

Antonio Tulio se levanta y mira alrededor. Cinco soldados lazes y cinco soldados romanos es todo lo que hay. Pero los lazes no siguen órdenes suyas, lo cual es un problema. La sombra de la duda oscurece su semblante. Llama al viejo Jenócrates a su lado, junto a Calístrato, se apresura en hablarle en latín para evitar los oídos indiscretos de los soldados.

Henos aquí, en mitad de la nada. Si Calístrato y yo marchamos con mis soldados, y estos demonios lazes nos han tendido una trampa, estaréis a su merced. Si marcho con los cinco soldados lazes, estaremos nosotros a su merced. De todas formas, dudo mucho que a la reina le convenga enfadar a Roma, por muy grosero que hayas sido antes en la comida.

>> ¿Deberíamos intentar marchar con tres soldados lazes y dos romanos? Junto a Calístrato y a mí, todavía seríamos mayoría. Y vosotros estaríais custodiados por tres de mis hombres.

>> En cualquier caso, los soldados lazes no me obedecen a mí. Habría que despertar al general de los bigotes. El de los caballos de hielo.

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06/04/2017, 09:53
Jenócrates de Tenedos

Calístrato siempre tan sutil como el fuego griego. A veces me recuerda a mí mismo de joven, si hubiera tomado otras decisiones en la vida. Suspiro, al menos Tulio parece habérselo tomado bien. Le respondo, igualmente, en latín:

-Confío sobradamente en nuestros hombres. Cualquiera de los nuestros vale por dos de los suyos, pero creo que, como bien dices, la situación exige cierta prudencia. Avisad al general y haced como has explicado, tres y dos.

>> En cualquier caso, si estos perros nos han tendido una emboscada, poco podemos hacer.  Quien sabe si no hay dos docenas de lazes detrás de aquel arbusto. -bromeo, tratando de rebajar un poco la tensión. -Por el momento, solo podemos hacer lo lógico y previsible, que es ir en su busca y conseguir algo de comida.

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06/04/2017, 14:26
Antonio Tulio

Tras un minuto, Tulio vuelve, nervioso.

Me he acercado al general de largos bigotes y he intentado despertarle discretamente, pero parece que duerme de manera demasiado profunda. La segunda vez que lo he intentado he sido menos sutil, pero el efecto ha sido el mismo.

>> La tercera vez le he dado una bofetada en la mejilla, pero no lo ha despertado. Parece que nadie se ha apercibido de nada.

>> Aún.

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06/04/2017, 20:14
Jenócrates de Tenedos

Un sudor frío recorre mi espalda. La tenue visión de la anciana entregando el crucifijo al viejo cruza mi mente y sus palabras son como un latigazo de realidad.

-¿Muerto? -es todo lo que consigo decir. -No puede ser coincidencia. ¿O sí? ¿Qué debemos hacer? -mis balbuceos se incrementan con mi nerviosismo. Le llamé viejo, pero la distancia entre nuestras edades no era tanta. ¿Y si aquel viaje estaba condenado? ¿Y si aquellas eran mis últimas horas? Si no eran los lazes, serían el frío y el hambre los que nos arrojarían al Hades. Pero eso sólo sucedería si yo lo permitía. No, Jenócrates de Tenedos, príncipe de los agrimensores, terror de los cortesanos, no iba a morir en aquella tierra de cabras, engañado como un simple.

-Debemos seguir con lo planeado. ¿Hemos comprobado del todo la defunción? Calístrato, llama a Ormuz, quizás aún se pueda hacer algo por él. Antonio, convoca a los lazes. Tenemos que ser nosotros quienes les comuniquemos la situación para mantener el control.

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06/04/2017, 22:02
Calístrato de Mileto

Vale viejo - le digo mientras le pongo la mano sobre el hombro. Esta vez no aprieto fuerte para doblarlo por el dolor, sino para calmarlo. Estoy aquí viejo, le digo mentalmente. 

Camino con las manos bien ceñidas sobre mi cinturón mientras me acerco a Ormuz.

Una vez a su lado, coloco la lengua en el paladar y le silbo, como lo hacía mi abuelo cuando quería llamar su perro Ícaro.

-Cementerio de pollos -le digo- Jenócrates te busca. Necesitan tus conocimientos... Se ve que algún caballo se ha helado.

 

 

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06/04/2017, 22:11
Antonio Tulio

¿Muerto? No, no. Parece que respira. Está dormido. Absolutamente dormido; como si su conciencia hubiese sido encerrada en una jaula de plomo y arrojada a las negras aguas de lo desconocido. He sido incapaz de despertarle. Habría que llamar al orden antes de que nos caiga la noche encima y nos culpen los lazes a nosotros.

>> Voy a ello. Vosotros reuníos todos, decidid qué pasos tomar —y, mirando por encima de vuestras cabezas, al cielo azul grisáceo—; queda una hora para que sea de noche.

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08/04/2017, 21:21
Jenócrates de Tenedos

Una vez reunidos los cuatro, Calístrato, Ormuz, Gaius y un servidor, procedo a ponerles al corriente de la situación, sobre el anciano general que parece haberse quedado catatónico -Un alivio, ciertamente, pero a efectos prácticos no ha cambiado nada -y mi intención de enviar a Calístrato y Antonio, junto con dos romanos y tres lazes a buscar a los desaparecidos y comida.

-Ormuz, por favor, creo que en el campo de la medicina eres mucho más docto que yo, así que te pido que examines al general de los bigotes, a ver si puedes esclarecer que le pasa. 

>> Antonio ha convocado a los lazes para que les explique esto mismo y, supongo, para intentar convencerles de que lo hagan. Eso es todo. Estoy realmente cansado, así que os pido que me apoyéis en esto y que evitéis que envíe a todos estos follacabras a tomar por culo. Gracias. 

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09/04/2017, 15:24
Antonio Tulio

Mientras habláis, Antonio da palmadas fuertes para llamar la atención de todo el mundo. Los romanos y los lazes se giran, y le escuchan. Antonio les habla, en griego:

Escuchadme, escoria de la tierra. Amigos lazes, vuestro general está inconsciente, como si hubiera bebido de las dulces y frías aguas del Leteo.

>> Es necesario que se instaure el orden y la disciplina, es necesario seguir adelante en nuestra tarea, una tarea que tiene como objetivo el hermanamiento de dos grandes pueblos, la gran Roma, y la irredenta Cólquida, contra el león persa. Pero, sobre todo, es necesario cenar. —en este punto hay aclamaciones vigorosas por parte de los soldados romanos, y aburridas y distraídas por parte de los lazes.

>> Nos organizaremos en dos grupos. Dos soldados romanos y tres lazes nos acompañarán al capitán Calístrato y a mí a cazar y encontrar a los soldados lazes desaparecidos. El resto de soldados se quedarán aquí guardando la posición, bajo las órdenes del embajador. El resto de vosotros haced lo que queráis.

Los soldados lazes se acercan a su legítimo comandante y comprueban que las palabras de Tulio son ciertas. No sin cierta desgana, desconfianza incluso, deciden seguir sus órdenes. Pronto las dos partidas están listas.

- Tiradas (1)
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11/04/2017, 22:59
Antonio Tulio

A medida que avanzáis por entre los árboles empieza finalmente a oscurecer. Aprovecháis los últimos rayos de luz para encontrar alguna pista de los cinco soldados lazes o de algún animal comestible que llevar al campamento.

Tulio y sus romanos avanzan a buen ritmo y se toman en serio su tarea; todo un ejemplo de la disciplina de la que Roma lleva más de quinientos años alardeando. Los lazes, en cambio, parecen distraídos, siempre detrás de vosotros, lentos y atontados.

Llegáis a un pequeño desnivel que da a un río, que discurre frente a vosotros. Podéis seguir caminando hacia vuestra izquierda, siguiendo la corriente del río, o a la derecha, a contracorriente. El río por este punto es imposible de vadear.

Notas de juego

Tírame rastrear.

(Intentaré actualizar desde el móvil durante estos días, así que probablemente los posts sean cortos)

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13/04/2017, 11:25
Calístrato de Mileto
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Tambien contesto desde el móvil ^^

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13/04/2017, 20:19
Magister

La poca luz te deja ver un rastro de pisadas que se pierde hacia la izquierda. Pero no alcanzas a ver si son humanas o no.

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14/04/2017, 19:16
Calístrato de Mileto
Sólo para el director

Me dirijo hacia la izquierda.

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19/04/2017, 15:16
Magister

Avanzáis lentamente mientras la luz de luna ya baña el bosque.

Cuando habéis avanzado unos doscientos pasos, Antonio te toca el hombro y te señala una luz a lo lejos, al otro lado del río. De repente, oís el sonido de cuerpos cayendo al suelo. Los tres soldados lazes están tirados en el suelo, catalépticos. Aunque Antonio lo intenta de manera brusca, es imposible despertarlos.

Y entonces, el silencio de la noche se rompe por un rugido.