Partida Rol por web

Suspira –pero yo al principio del programa estaba llenito de paciencia. –dice bajando el tono–se me gastó toda en la primera ronda. 

Contesta falsamente refunfuñón –con la cercanía, la proximidad. Jo, echo en falta un abrazo, te hecho de menos y aún no te he tenido más cerca que tras esta pared.

–Me va a parecer mentira –contesta animado –No olvides el tándem, y un libro ¿Qué te gustaría leer cuando estés en la playa, tienes algún libro pendiente?

Se ríe a carcajadas cuando escucha su fuga –vaya, vaya. Te jugaste volver esposada a casa. En esta huída vas a ir desposada, no sé que es peor –sigue riendo y comentando –En mi caso no había familia que me riñera, eso sí, me pase un tiempo arrestado. 

Se quedó en silencio al mencionar el nombre de Atenea. Tras unos minutos reaccionó diciendo –¿Vamos a seguir ahorrando para el psicólogo? 

— Se sincero, has perdido la paciencia enla última hora al darte cuenta que no puedes echar la mampara abajo — divertida. 

— Más nos vale, que con lo que nos estamos echando de menos, nos guste el tacto de nuestra piel. Porque yo también tengo muchas ganas de sentir tus caricias, de besarte y de abrazarte. 

Se ríe del comentario y se ríe más aún con el juego de palabras — Esas son las pequeñas cosas que me gustan de ti capaz de jugar con el lenguaje. Por cierto, mi padre nunca se enteró de esa escapadita así que esperemos que no vea el programa. 

De repente suelta una risa explosiva al ver tu seriedad

—Vamos a ahorrar y cuando venga, si hay suficiente para el psicólogo, podremos ponerle el nombre que nos de la gana — se ríe 

— Tengo tantos libros pendientes para la playa que llenó dos citas más. Pero te dejo un avance: tengo pendiente leer Los últimos días en Berlín, El amor en tiempos del cólera, Matar a un ruiseñor, Un otoño en Nueva York....¿Sigo?

–No puede ser que ya sepas más de mis intenciones que yo mismo –dijo riéndose –pero tampoco quiero que me expulsen del programa por actos vandálicos. Voy a tratar de comportarme un poco más.

–El tacto de nuestra piel –repitió complacido –Espero que te gusten los tatuajes... –añadió bajando un poco el tono como con vergüenza.

Respiró profundo ante ese comentario y dijo solemne –que sería de nosotros sin el juego de palabras y el sentido metafórico. Poder expresarnos con precisión e improvisar nos hace un poco más libres. También me gusta eso de ti.

Oh, oh –carraspeó antes de continuar –entonces es mejor que le digas que me encontraste tirado en la calle y me adoptaste... O simplemente que nos conocimos en un lugar de citas rápidas... Bueno, tú sabrás, yo con no decirte princesa delante de él... ¿Didi puedo llamarte?

Se quedó cavilando y luego contestó en el mismo tono serio –vaaaale, y si no nos hace falta llevarla nos lo gastamos en un viaje. 

Asintió –yo tengo una columna en la mesita de noche. Podemos intercambiar. Aunque el amor en tiempos del cólera lo leí, los demás no. Yo tengo pendientes 4, 3, 2, 1, el infinito en un junco, pequeñas alegrías...¡Sigue! ¿Sigo?

—Creo que ya te conozco un poquito más, así que el ejercicio de paciencia es muy bueno — susurra. 

No esperaba el comentario y suelta un "ohhh" — ¿Tienes tatuajes? ¿Cuantos y dónde? Me da igual, realmente un tatuaje no define a una persona y me parece que tú eres buena persona. 

Ante la ocurrencia sobre encontrarle tirado responde riéndose y luego muy sincera. 

— Ya soy una mujer adulta y tampoco es tan malo que descubra que mamá vino a recogerme. Lo mismo también mamá descubre que papá me llevo a la galería de armas - entonces dándose cuenta de lo que ha dicho se nota que se ha tapado la boca por el sonido de piel — UPS.....”Ma... no te enfades— termina por decir. 

—Estamos ya buscando nombres cariñosos — musita  lebe — Puedes llamarme como quieras. Didi es cosa de mi madre, así que puedes usar ese o uno de tu invención. ¿Como te gustaría que yo te llamase?

Aprueba con ciertos gruniditod  la lista de libros 

— El infinito en un junco está en la estantería. Me lo regaló Will, pero es un ensayo y me gusta algo menos. ¿Cuál es tu género literario favorito?

–Voy a ser paciente. Ahora ya a unos minutos del final no tiene sentido desesperarse –dice y te lanza un besito.

Permanece un instante en silencio ante el ohhhh. Luego las palabras parecen animarlo un poco pero su voz se nota entrecortada –varios, bastantes...a ver. Esto es algo que prefiero explicarte en persona porque es algo muy particular. –resopla. Suspira. Habla –¿Recuerdas que te dije que llegue a pesar 160 kilos? Pues llegué a perder la mitad. Mi cuerpo se deformó y con 23 años aquello fue una auténtica tragedia. Me animaron a someterme a una operación para quitar piel sobrante y quedé con todo el cuerpo lleno de cicatrices...

Permanece un instante de silencio, toma aire y sigue –Tapé todas las cicatrices poco a poco con tatuajes y quedó como un recuerdo de lo que mi cuerpo había pasado. Fue un símbolo de todo lo que había pasado... –Termina soltando un hondo suspiro y se queda en silencio.

Tras esta catarsis escucha en silencio con atención. Reaccionó solo cuando le dijo lo de la galería de tiro –¿Y qué sensación te dio empuñar un arma? 

Con tono susurrante le sugiere –Daphne me encanta, te puedo llamar de mil formas pero... Ya de por sí me encanta. Y a mí Apolo me ha gustado porque fue el que usé para presentarme.

Asintió pero su tono seguía bajo, como sí siguiera preocupado –No hay géneros. Hay momentos. Igual que puedo leerme un libro de poemas de Herman Hesse, puedo leer un ensayo o una novela de ficción. A veces me llama la histórica sobre todo mientras viajo pero quizás la novela existencialista me ha enseñado grandes cosas. No puedo definirme en eso.

Con interés escuchar tus palabras y  finalmente comienza muy tranquila. 

— Piensa que son tus heridas de guerra y tendrás que estar orgulloso de ellas, por tanto me gustarán. Esos tatoos narran tu historia como las heridas en las cortezas de un árbol. ¿Que tipos de tatuajes son? 

Suspiró tras esa revelación y al escuchar la pregunta sobre el arma se tomó unos instantes para responder. 

— Era algo pequeña, unos siete u ocho años y me dieron una pista de balines. El retroceso aún era fuerte y me di cuenta, que tienes un poder muy grande sosteniendo un arma. Puedes quitar la vida de alguien incluso como defensa. El ejercicio para una niña era divertido pero conforme fui mayor, dejó de gustarme ,al darme cuenta de la responsabilidad que asumes al empuñarla. Un error puede ser fatal y no podría vivir con eso. Dejé de hacerlo a los 15 y no he vuelto al campo de tiro. Ni incluso cuando mi padrino me invita a las fiestas. Si tienes un arma, te conviertes en un blanco. 

Las palabras eran sencillas y seguras, tajantes. 

— El objetivo era aprender y aprendí. No deseo empuñar un arma más que por flagrante defensa y menos teniendo niños a mi cargo. 

Se muestra receptiva a los nombres. 

— Tranquilo, en cuanto estemos juntos, creo que nos saldrán los nombres correctos. Apolo sigue gustandome mucho. ¿Cuál es el diminutivo de Walter? ¿Walt, Wally? 

Cae de repente en algo y lo suelta así, sin mucho filtro. 

—¿Suena igual en alemán? Tengo muchas ganas de aprender¿Me enseñarás? 

Escucha sobre tus gustos literarios y ligeramente suelta un par de sonidos de feedback. 

— Podremos compartir las novelas históricas. Y las de ficción. Las distopias también me gustan y....las novelas emmm, románticas. 

–¿De... verdad? Me preocupaba mucho. De hecho es lo que más me preocupaba de venir al programa y es algo difícil de hablar porque de alguna forma tiene algo que ver con el físico. Pero tenía la necesidad de contártelo...

Suspira en cierto modo aliviado –Ahora me gustas más.

Escucha con atención asintiendo de vez en cuando a sus palabras. Cuando finaliza dice  –Te he preguntado porque no me terminaba de encajar contigo. Me pareces una persona muy coherente y apoyo cada una de tus decisiones. 

Empieza a rememorar algunos de los nombres que ya habían mencionado –Daphne, Didi, Princesa, sombrerera... –hasta cuando te escuchó pedirle el diminutivo y luego como se diría en su idioma pronunció –Walt –convirtiendo la w en una v alargada. Luego se puso a reír y le dijo –Natürlich...*

–¡Distopías, claro! Farenheit, 1984, el cuento de la criada, Nosotros... He leído muchas. Y no te avergüences de decir que te gusta el género romántico, grandes clásicos son de ese género. Orgullo y prejuicio, Madame bovary, el mismo Drácula... Ninguna novela tiene sentido sin los dos grandes pilares que mueven a la humanidad, el deseo de Eros y el miedo a Tánatos. 

¿Queda ya poco, no? –dijo dando un golpecito en la mampara.

— A mí también me preocupaba el físico antes de venir. Pero entiendo ese tipo de heridas de guerra porque es una guerra que yo misma también lucho— confiesa — Ver lo bien que la llevas, o superar esas heridas, me hace admirarte. Espero....no decepcionarte. 

— Tengo la sensación, que tampoco eres gran fan de las armas de fuego — se aventura — Tienes que tomar un bando en casa, por cierto. Los que les gusta y los que no. 

—¡Sombrerera! Me gusta. Madhatty — resume — Entonces querido Vvvvvaltergggg— lo intenta con todas sus ganas y la W si que le sale como la v americana estándar, pero ese final de la r que en alemán suena más bien sordo, lo ha convertido en una R francesa, parecida tanto como un huevo a una castaña. Si es que, la cabra tira al monte — ¿Puedo seguir llamándote Apolo? 

Al hablar sobre las novelas, se emociona al escucharte decir los títulos que le fascinan ,pero te corrige en una cosa. 

—A ver, cielo, dentro de novela romántica emmmm...no te vayas a pensar que son los clásicos, me refería algo más bien estilo, Julie Garwood o Johanna Lindsey — esperando que no te suenen— O... Diana Gabaldon. ¿Outlander? Es la historia de amor más bonita del mundo. Eso sí, cuando vi la serie con mamá me dijo “Niña, no te vayas a pensar que lo escoceses van por ahí corriendo en faldas y con las vergüenzas al aire. A ver si ahora se te van a meter ideas en la cabeza" 

Se pausa un segundo. 

— Espera, no, que eso lo dijo el abuelo Phill cuando le pedí ver el Kilt que tiene guardado — se ríe — Por cierto, ¿Te acuerdas de lo de los nombres? No sé si te dije, que en caso de que el primogénito sea varón, la tradición manda ponerle nombre griego. Acabas de elegir los de chico. Eros o Tànatos — bromista — O ambos si son mellizos — ríe divertida — Total qué más nos da, ya estábamos ahorrando para el psicólogo ¿No?

—Me has enamorado por cómo eres. Todos tenemos nuestras pequeñas o grandes luchas y hemos llegado aquí con nuestra manera de afrontarlas. Y si queremos a alguien a nuestro lado es para que ayude con ello. Al menos es como pienso yo, Y no me ha decepcionado para nada conocerte. —le dice con ánimo.

Respondió a la cuestión del bando posicionándose claramente —No soy de armas, ya lo sabes. No quiero tampoco esa responsabilidad.

Ahogó una carcajada amortiguándola probablemente con la mano, en cuanto se sobrepuso dijo —La primera lección no ha estado mal del todo. Pero iremos poco a poco para que no te rajes la garganta. Puedes seguir llamándome Apolo, ya le cogí cariño.

Resopla cuando antepone algunas novelas de autoras contemporáneas pero asiente y dice —Las conozco, solo que no las leí. Pero si te refieres a algo más contemporáneo te diría que Seda, el ruiseñor o la casa de los espíritus. 

Se animó cuando habló del kilt e intervino —Me encantaría ponerme un kilt, me parecen muy elegantes... ¿Te gustaría verme con uno puesto?

Se echó a reír ante la ocurrencia de los nombres griegos —Sinceramente. Prefiero gastármelo en viajes. Buf no se me ocurriría poner Tánatos a un hijo. Menudo lastre. En todo caso no me importaría Morfeo, que es el gemelo de Tánatos, o Helios... Na, psicólogo también.

— Me refiero a cuando nos veamos. Hay todavía muchas maletas de mi pasado que me provocan inseguridad — te reconoce con suavidad. 

Se regocija con tu comentario sobre las armas

— Bueno, minipunto para el equipo de las chicas. Es que vamos contra papá y el primo Harry. Tiene su explicación. Uno policía y el otro es el hijo del dueño del campo de tiro. 

Ella también suelta una risa, consciente del enorme ridículo hablando ese idioma infernal. — Poco a poco. Luisana no se conquistó en una mañana. Pero espero dominar algo, antes de que Atenea o Morfeo empiece a hablar contigo y no entienda nada — se ríe divertida — ¿En serio Morfeo?

Comienza a tararear a capella "Mr. Sandman, bring me a dream..."

— No se me ocurriría en la vida llamarles así. Algo más normal — suspira ya a medio camino de los diez minutos — Suficiente con los padres que va a tener 

 Escucha como cambia de postura y deja algo en el cajetín entre vosotros .Una galleta de la fortuna envuelta. 

— Se me olvidó ponerlo, — indica — Y lo del Kilt, creo que estarías arrebatador , pero tendrás que pedírselo a mamá. Ella tiene el del abuelo con los colores del clan Ross. 

— ¿Que te dice la galleta? — al escuchar el crujido 

–Pues habrá que abrirlas y poner el contenido a airear –dijo empaticamente, con dulzura en la voz.

Sigue hablando con el tono de seriedad –Pies ya somos tres contra dos. No pienso cambiar de opinión.

Se encogió de hombros cuando repiti9 el nombre de Morfeo y se rié al escucharla cantar –Ya mismo empezará la serie de Sandman y le pondrán a muchos niños Morfeo como pasó con Daenerys.

Advierte con suavidad –Solo estaba de broma. El nombre es una cosa sería y no se elige el primero que se te viene a la cabeza. En su momento aparecerá el adecuado.

Escucha como pones la galleta en el compartimento y va a recogerla. La abre mientras indicas lo del Kilt –me comprare una. No voy a ponerme la de tu abuelo. Eso sería sacrílego.

Finalmente queda en silencio leyendo y cuando le preguntas responde –"El cielo será tú límite, pues grandes acontecimientos te sucederán. Te sentirás feliz como un niño y verás el mundo con sus ojos. Confía en tu suerte... Me gusta!

— Seguro que podemos  encargarnos del contenido  e incluso de comprar maletas nuevas para  llenarlas de cosas — esperanzada. 

—'Mama va a estar encantada contigo. Creo que serás su ojito derecho — te comenta riéndose — Prefiero el pacifismo, pero es cierto que papá querrá enseñarte a disparar. Nunca viene de más saberlo. 

Se escucha como cruje la galleta  las miguitas caen al suelo. 

— Tranquilo, cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente con Morfeo o Atenea — responde graciosa. 

— Mmmm" El amor como la tos no se puede ocultar " — recita — interesante. Me gusta mucho la tuya. ¿Sabes que no se puede ocultar?  Las vergüenzas con los Kilt. Voy a ver si tío Magnus puede enviarnos uno con los colores familiares. Creo que soy la única descendíente del Clan que queda, así que mi marido debería tener derecho a llevar el kilt

—¡Maletas nuevas para llenarlas de nuevos recuerdos, viajes y experiencias! —sentenció animado pensando en todo lo que estaba por venir.

Hizo un chasquido con la lengua —espero hacerlo comprender que no tengo necesidad de usar una pistola. Además puedo enseñarle ue sé defenderme...—se hizo el silencio y luego dijo susurrando—No, mejor no.

—Interesante —repitió con interés y contestó a continuación sobre el Kilt —si le pides uno a tu tío no me opondré a lucirlo con orgullo. Seguro que me queda como recién salido de la peli de Braveheart.

Se queda un momento pensativo y añade —Vas a transformar mi vida por completo... Espero estar a la altura y que seas paciente conmigo...

— De acuerdo. Maletas nuevas — ilusionada.

— ¿Cómo podrías demostrar que puedes defenderte? — curiosa — Es más, si mal no recuerdo, no solo defenderte sino más bien bloquear. Al menos es lo que enseñaban a los de secundaria de la escuela contigua. No puedes defenderte de un chaval pero si aprender lo suficiente para bloquearlo y esquivarlo. 

Durante unos segundos se queda callada. A saber que estará pensando. 

— ¿De veras te pondrías el Kilt? Me haría ilusión. Puedo pedirle a mamá que hable con Tío Magnus. En serio. Hay que confeccionarlo a medida con los colores y podríamos ir a recogerlo a Glasgow donde vive la familia que queda. Me encantaría conocer las tierras altas. 

Mantiene un segundo. 

— Tengo miedo de no estar a la altura del cambio que vas a hacer. Así que , también vas a tener que echar paciencia. Ambos, en conocernos. Pero tengo muchas ganas de vivir esta aventura contigo. 

— Conforme pasan los segundos estoy más nerviosa. Queda poco para que podamos vernos en persona y ahora estoy temblando más que antes incluso. 

–Ya te dije, en el centro todos los monitores hemos aprendido defensa personal para poder defendernos y saber bloquear a los chavales. Y por desgracia he tenido que usarlo, hemos tenido algunos peligrosos.

Se queda escuchando y se oye un golpecito en la mampara hasta que oye su voz y le contesta –Estoy seguro de que me lo pondría. Es más, me encanta la idea tanto de ir a conocer las tierras altas como de ponérmelo. También a echar las cenizas de tu abuelo y buscar mis orígenes. Un viaje de lo más completo.

Dice con voz preocupada –Vamos a poner todas nuestras fuerzas ¿Qué cosas no podrías perdonar?

Su tono se vuelve tembloroso –Yo también tengo ganas de vivir esta aventura contigo. 

— Eres increíble. En serio. Te pondrías una falda, donde muchos hombres dudarían, solo por mi. Me acompañarías a algo no agradable. Y no tienes miedo a emprender algo nuevo. 

Por como habla, está mordiendo puede que los labios d ellos nervios. 

— Se que va a ser un momento tenso, pero estoy deseando presentarte a la gente que me importa. Se que yo voy a poner todo lo posible de mi parte para que te encuentres feliz alli. 

Tu pregunta le resulta complicada, por el titubeó en su voz. 

— Hay dos cosas que creo que no perdonaría. Que alguien hiciera daño intencionado a mis hijos o a alguien que yo ame, como medio para dañarme a mi. Y ...— vaciló un instante — y una traición. Que no es lo mismo que una infidelidad — aclara — ¿Qué es lo que no podrías perdonar tu?

Ríe divertido —No es ningún mérito. Me gustaría hacerlo. —aunque se puso más serio a continuación—Y acompañarte también, quiero que puedas apoyarte en mi brazo y quiero... Que seas mi luz cuando me sienta perdido...

Con cierto humor pero temblando levemente su voz contestó –Eso si que me tiene como un flan. Me da cierto respeto. Las primeras impresiones a veces son como losas cuando no se conoce a la persona.

Escucha y asiente con determinación. Luego contesta implacable —El abandono. Es a lo que más miedo le tengo y es lo que ha marcado mi vida así que... Es lo que no podría perdonar. Abandono de cualquiera de las maneras. Hay gente que abandona aún estando casados, aún viviendo en un mismo techo. Yo no quiero que me abandonen.

— Aunque no lo pienses si lo es.  Que me digas que deseas ser mi brazo para apoyarme....es muy importante. Creo que por altura, mejor no te ofrezco el brazo sino mi hombro, te va a quedar mejor — tratando de quitarle un poco de seriedad, pero se nota que está muy emotiva — y yo me agarrare a tu cintura. 

— Apolo, querido — dice muy engomada — No te preocupes — relaja el tono — Les gustaría porque a mí me gustas y me haces feliz. Porque veo que eres muy buena persona. Quedan minutos. Apenas minutos. 

Contiene el aliento cuando pronuncias las palabras. 

— Tienes mi promesa que procuraré no abandonarte, ni incluso en el matrimonio, si está en mi mano. Siempre que seamos felices. Sino, siempre espero que podamos hablar las cosas y arreglarlo o tomar decisiones adultas. Hagas lo que hagas , estaré ahí. 

Suspira hondamente –te quiero apoyada en mi brazo, te quiero enroscada en mi cintura... en definitiva... Te quiero.

Su voz se vuelve tierna –No sé cuál es tu apellido. ¿Que tal te sentaría ser la señora Creekman? Minutos para verte, besarte, acariciarte. Estoy impaciente.

Asiente con un murmullo de voz, pero le cuesta hablar. Al final se atreve a decir —Yo también... estaré ahí...

Contiene el aliento al escuchar las palabras.

— También quiero estar ahí, abrazarte, amarte. Todo. Si jugase al póquer iría con todo. All in!

— Collins - dice — Bueno Collin-Ross. Aunque si quieres ser jefe de Clan, debes adoptar el apellido para poder serle Laird — tentadora — Daphne S. Creekman. No suena mal — resignada — ¿Como es en Alemania?¿ Cambian el nombre y los hijos también?

Se escucha chasquear la lengua. 

— Tic Tac, Tic Tac — impaciente — No puedo más. Deseo verte. Deseo besarte. Más les vale que nos den bastante rato juntos. No soportaría tené que separarnos inmediatamente.