Partida Rol por web

El día había llegado, y toda la escuela se distribuía por el patio del colegio, donde el mismo director había preparado una fiesta en conmemoración a la nueva victoria del equipo del colegio, pues como no solía ganar y era su primera vez el director estaba muy impresionado con el "golpe de suerte" o lo que fuera y decidió ceder el patio para esa gran fiesta, de tal forma que la pudiera vivir todo el mundo.

En el patio habían mesas repletas de comida y bebida, por lo que el colegio parecía más amigable y distendido, además muchos alumnos habían decidido no ir, debido a que no conocían a la nueva heroína y jefa: Mika Kaori, nerviosa junto a sus compañeras de equipo que le palmeaban el hombro constantemente.

La música se hacía eco, por lo que los más atrevidos comenzaban a bailar. El colegio abrió sus puertas a que cualquier curioso pudiera entrar, eso sí, vigilado por dos profesores a la entrada que habían decidido acudir voluntariamente, para que no se desmadrara la cosa.

Llegué a la fiesta con una gran alegría, pues, pese a tener unos día un tanto accidentados, finalmente tendría oportunidad de disfrutar un poco de tiempo libre con Mayurit.

Con algo de suerte podría convencerla de bailar conmigo y aprovecharía la oportunidad para pedirle su móvil e invitarla a salir.

Mientras camino por el patio, intento observar, con mucha atención, todo lo que me rodea en busca de dos personas, Mayurit y Mika, la primera de ellas para bailar y cortejarla y a la segunda para evitarla a toda costa.

¡Menudo fiestón! Hiroshi no podía sino mirar de un lado para otro, alucinado con la enorme celebración que le habían dedicado al equipo de beisbol en general y a su amiga Mika en particular. Buf… Su tarta y su bandeja de canapés se iban a quedar muy escasas, pero de todas maneras el enorme muchacho las puso en la mesa de la comida para que la gente fuera probando lo que le diera la gana.

Sólo entonces se puso a buscar a sus amigos. Localizó enseguida a Mika, rodeada de sus compañeras de equipo y con cara de estar recibiendo muchos halagos. Hiroshi estaba contentísimo por ella, ¡su gran amiga era ahora capitana del equipo! Ay, lo que daría él por ser capitán del club de cocina y para poder dirigir esa especie de restaurante improvisado con la maestría de un chef profesional… Pero ese día no era para él, era para su colega, así que lo primero era acercarse a ella para felicitarla. A grandes zancadas, Hiroshi avanzó entre la gente para aproximarse al equipo de beisbol.

 -¡Felicidades Mika-saaaaaan!

Sigo sin creérmelo... ¡toda esta fiesta es para celebrar nuestra victoria! ¡MI VICTORIA! ¡MI CAPITANÍA! No podía estar más contenta... bueno si, lo podría estar con cierta pelirroja en mi regazo a la que poder acariciar las mejillas para lentamente acercar mi rostro y... bueno, creo que he descrito tantas veces la situación que no me parece necesario hacerlo. Me había hasta arreglado un poco para la ocasión: me había peinado levemente el pelo, me había puesto una camisa blanca de manga corta bien planchadita, una corbata negra, y una falda negra pliesada que me llegaba hasta la rodilla que hacía juego con mi chaqueta, zapatos de vestir negros y calcetines largos azul marino... creo que no he estado tan arreglada en mi vida; pero la situación lo merece. Creo que hoy me podría ligar a veinte tíos si me fueran... ¡me siento superimportante ostias!

Sobre todo teniendo en cuenta que estaba rodeada de mis compis del equipo de béisbol. ¡Los Jaiantsu al completo me estaban felicitando! ¡Yuju!. Aceptaba encantada los agradecimientos, mientras comprobaba que personas iban llegando... iugh, el perfecto de Son Goku (Nobunaga) había venido... ¿que hace en mi fiesta? Vendrá a felicitarme al menos espero.

Quería ver si llegaba Mayurit... pero de mientras, mi gigantón llegaba para felicitarme. ¡EL SI QUE ERA UN AMIGO! ¡NO COMO SON GOKU! -¡Hola Hiroshi-kuuuuun! Muchas gracias colega- le agradecí con una gran sonrisa mientras trataba de juntarme con el -Hiroshi, ¿hoy que tal estoy? ¿Estoy rompedora, o estoy muy rompedora?- le pregunté con una sonrisa burlona mientras daba una vuelta sobre mi misma para acabar con los brazos en barra, para que apreciara bien mi look fiestero -Y... ¿donde está tu comida? Que no he probado bocado esperando tus delicatessen...- le dije dando palmas a mi tripita. ¡Quiero la comida dé Hiroshi, que es la que merece la pena!

Al no ver a Mayurit cerca decidí acercarme a Mika para felicitarla, después de todo esta era su noche.

Con paso lento y cauteloso me acerco a Hiroshi y Mika, deteniéndome a unos cuantos pasos de esta última, al tiempo que ponía mi mano sobre el hombro de Hiroshi dispuesto a usarlo como punto de pivoteo o escudo humano por si Mika volvía a tropezar sobre mi.

Buenas noches Mika-san, un gran juego, espero que sea el primero de muchos. - digo con tranquilidad, mientras sonrío amablemente.

Hiroshi-kun ¿Qué es eso que escuché sobre los bocadillos? ¿En verdad los hiciste tú? Están geniales - exclamo mientras doy otro paso hacia atrás poniendo un poco más de distancia entre mika y yo. - Por cierto Mika-san te ves muy bien esta noche, si tienes algo de tiempo quizá podamos bailar un par de piezas esta noche.

Bueno ahora, si me disculpas voy a dar una vuelta por allí. - añado mientras me dispongo a girar sobre mis talones para reiniciar mi búsqueda de mi querida Mayurit.

Al poco tiempo podéis ver una cabeza pelirroja que se va acercando de la mano con el chico desagradable que visteis otros días. Éste miraba con desprecio a casi todo el mundo, por lo que os chocaba que Mayurit pudiera ir en serio con semejante sabandija, o al menos que él estuviera más avanzado que vosotros con ella siendo tan malvado. Al llegar ante vosotros él se queda un poco apartado mirando con desprecio al grupo y ella se acerca y da dos besos a Mika.- Mika, enhorabuena por el ascenso.- Dice muy contenta.- Hola Kenichi.- Dice saludando con la mano, aunque parecía más emocionada ahora con Mika, por el momento tan emocionante que ella vivía. El pobre Hiroshi estaba en segundo plano, pues Mayurit no parecía acordarse de él.

El grandullón se puso colorado al recibir tantos halagos.

 -¡Qué va! Yo sólo he traído una bandeja de canapés y una tarta de chocolate. -señaló a la mesa donde había dejado sus bandejas- Los he puesto ahí. Si os dais prisa, aún los podréis probar. Y Mika-san -Hiroshi alzó el pulgar- Estás más que rompedora. ¡Pareces la campeona del mundo de beisbol!

Pero antes de que nadie pudiera ir a probar nada, Mayurit, la más preciosa y perfecta criatura de toda la creación, apareció acompañada de ese deshecho humano que, según parece, era su novio. Hiroshi sonrió como el bobo enamorado que era y saludó a Mayurit con la mano, sólo para ser brutalmente ignorado. ¡Qué dura era la vida del hombre enamorado!

Claro, que si lo pensabas con cuidado, había saludado a Mika y a Kenichi pero no a él. ¿Significaría eso que Mayurit sentía algo por él y por eso no le decía nada? Porque una criatura tan dulce como lo era su adorada pelirroja, jamás haría daño a un chico con el que estuviese saliendo, por muy despreciable que éste fuera. Así que era normal que no le saludase, si su actual pareja veía que Mayurit le saludaba cariñosamente, se pondría más que celoso. Que Hiroshi no le tenía miedo, era más que capaz de tumbarle en un combate sin armas, pero… Mayurit sufriría al ver a dos personas luchando por ella. ¡Porque su corazón era demasiado puro para este mundo vil y cruel!

Y el hecho de que a Kenichi le hubiera saludado de manera normal reforzaba su pequeña teoría. En cuanto a lo de Mika... Bueno, Mayurit y Mika eran dos chicas, no había nada de malo en que dos amigas se saludaran así, ¿no? Que sí, que había mujeres que salían juntas y eso, pero… ¿Mika y Mayurit? Naaaaaah.

Al final Son Goku ha bajado de su nube perfecta con los mortales para felicitarme... ¿porque toma del hombro a Hiroshi? En fin, si lo había hecho lo propio es agradecérselo, por educación -Gracias Nobunaga-san. Y si te quieres arriesgar a bailar conmigo y mis pies de mantequilla, pues ya lo haremos luego- le agradecí con una leve sonrisa al chico. Aunque vamos... sólo es por educación.

Ya con mi amigo grande sonrei más. Alce la mirada viendo los canapés que Hiroshi había traído... Y la tarta... huuum, se me hace la boca agua -¿Es... tu deliciosa tarta de tres chocolates?... ¡Muchas gracias Hiroshi-kun! ¡Tu si que sabes lo que me gusta y lo que decir!- le dije de verdad agradecida por el pastel y sus palabras... Y hablando de cosas que me gustan.

Un precioso destello anaranjado entró por fin al patio... iugh, acompañado del insufrible y perverso Vegeta (hoy me ha dado por denominar a todos como en Dragón Ball). Bueno... no hay rosas bellas tienen espinas. En fin, el idiota se alejó un poco y Mayurit vino a felicitarme con un par de besos en las mejillas; que yo por instinto devolví -Chupate esa Nobunaga- fue lo que pensé mientras escuchaba la felicitación y por dentro de mi cabeza miles de mini-Mikas felices bailaban la conga -Muchas gracias Mayurit. Gracias a ti por venir aquí- le dije sonriendo como una tonta... Bueno, mi sonrisa siempre es tonta, así que no es novedad -¿Quieres un trozo de tarta de tres chocolates? Hiroshi la ha preparado, y te aseguro que lo que cocina está delicioso- le pregunté y ofreci a Mayurit con una sonrisa cordial; aunque no pude evitar ver de nuevo a su compañia -Por cierto, ¿quien es tu acompañante?- le pregunté. Aunque no me gustase, quise acercarme para saludar... conocer al enemigo es clave -Hola, soy Mika Kaori. Mucho gusto, ¿quien eres tu?- le pregunté de forma educada.

Mientras Mika hacía su movimiento, yo decidí aprovechar la oportunidad para saludar a Mayurit, quien había llegado en compañía del indeseable de la motocicleta el cual optó por mantener su distancia del grupo.

Hola Mayurit, te ves radiante esta noche. - digo con una sonrisa mientras me acerco un poco a la pelirroja sin llegar a invadir su espacio personal, al tiempo que Mika entablaba conversación con aquel chico.

¿Me preguntaba si gustarías bailar un poco? - pregunto mientras le ofrezco mi mano con amabilidad, rogando al cielo para que Mayurit no rechazace mi invitación, pues necesitaba unos cuantos segundos para hablar conella en privado.

Mayurit miró al chico desagradable y luego volvió a mirar a Kenichi.- Si no le molesta a Makoi-kun claro.- Dijo con ojos tiernos.- Voy a preguntarle...- y se dio la vuelta para decírselo al chico desagradable, que se empezó a poner rojo como un tomate. Al cabo de un rato no estaba ella delante sino él.- ¿Así que quieres bailar con Mayurit, perdedor? ¿Quieres bailar mejor con mis puños?.- Dijo poniendo su puño entre su cara y la tuya, enseñando unos anillos punzantes bastante chungos. En seguida ella se interpuso.- Mejor será que vayamos hacia allí Makoi-kun.- Dijo intentando empujarlo despacio. Cuando éste se despegó un poco te dijo en voz baja.- Disculpalo, es un poco impulsivo, pero es un buen chico en el fondo. Cuando se vaya podremos hablar.- Dijo ella, y sin que pudieras responder comenzó a alejarse con él. Él te hizo una seña de que te iba a degollar... la cosa estaba tensa.

Cuando el sujeto intenta pasarse de chulo conmigo le sostengo la mirada sin inmutarme en lo más mínimo.

Adelante macarra inténtalo y ya verás como te va. - pienso con total tranquilidad mientras mis músculos se ponen ligeramente en tensión, al tiempo que Mayurit lo aparta de mi, disculpándose por la actitud de su "novio", mientras yo asentía levemente con mi cabeza.

Así que eres un sujeto violento. Muy bien Makoi, ya nos veremos las caras luego y me darás una golpiza de las de aquellas. Y entonces estarás acabado. - pienso mientras una idea va tomando forma en mi cabeza.

Luego de que el sujeto me amenaza, le clavo la mirada un par de segundos dándole a entender que estaba listo para él en cualquier momento, para finalmente darle la espalda como si no fuese nada, para dirigirme hacia mis amigos.

Venga hombre que tipo más violento, vieron esos anillos, no creo que sea buena idea buscar un conflicto con él. - comento con seriedad. 

Ojalá aprenda a tranqiuilizarse, por su propio bien y el de quienes lo rodean. Bueno Mika ¿Gustas bailar? - pregunto totalmente relajado.

Kenichi invitó a bailar a Mayurit, ofreciendo su siempre impecable sonrisa y todo su encanto. ¡Hasta Hiroshi estuvo tentado de salir a bailar con su amigo, tan arrebatador que se había puesto! Pero rápidamente regresó a la realidad. ¡Que a él le gustaba Mayurit, no los chicos!

Sin embargo, Kenichi no pudo sacar a bailar de manera totalmente amistosa y para nada con segundas intenciones a la guapísima pelirroja, porque su indeseable novio se puso chulo. ¡Y ella ahí, como un ángel, intentando evitar el conflicto! ¡Justo como él había predicho!

Cuando Mayurit y el otro idiota se habían alejado, Kenichi comenzó a hablar sobre él y los anillos que llevaba.

 -¿Creéis que será un delincuente juvenil? Ya sabéis, de esos que acaban uniéndose a la yakuza.

Y entonces Kenichi invitó a bailar a Mika, cosa que convenció al grandullón de que a su amigo le gustaba bailar con chicas sin más razones que pasar el rato entre amigos.

 -¡Eso, eso, baile! ¡Luego bailas conmigo, Mika-san! Mi abuela me enseñó a bailar el twist cuando era pequeño y siempre me decía que era un gran bailarín.

Vaya... que borde el chico es este chico- pensé molesta cuando me ignoró completamente cuando me presenté ante el. Parecía que el chico estaba ocupado amenazando a Kenichi... pero que quieres que diga, es hasta comprensible... ¿a quien se le ocurre pedirle bailar delante de ese chico? No todo se soluciona y sale bien por ser perfecto. Desde luego, si no hubiese sido porque Mayurit se lo llevó para calmar los animos, por cómo se miraban era evidente que iba a haber pelea.

En fin, ya no estaban ni Mayurit ni Makoi... gracias Kenichi, no ha podido probar la tarta por tu culpa, además de que me ha causado un ambiente incómodo. Y se puso a advertirnos sobre no buscar conflictos con el -Pues a ti te ha faltado nada para buscarlo...- no pude evitar soltar con ese comentario. Cuando dijeron que si era un delincuente juvenil y demás... me encogi de hombros -No lo se. Desde luego no es un encanto de chico, y sin duda tiene mal genio y ataques de celos agresivos... pero ya habéis oído a Mayurit. Si dice que no es tan malo... habría que darle el beneficio de la duda, ¿no creéis?- termine diciendo. Mayurit no es tonta, ni la creo cegada por sentimientos que le impidan ver las cosas como son. Yo confío en su palabra; aunque el chico para nada fuese de mi agrado y no me gustase imaginarle como novio de ella.

Ambos chicos me propusieron bailar... ¿que pasa? ¿Al ser la única chica de los tres... me he convertido en la pareja de baile suplente? Pues vaya... -La verdad... es que no tengo ganas- les confesé -Tengo hambre...Y tenía pensado comerme mi peso en tarta. Ya si eso podemos esperar a Mayurit y bailar los cuatro juntos- les dije sonriendo, esperando que aceptasen la idea... ni de coña dejo a Kenichi y Mayurit bailando solos. Ademas... ¡llevo esperando la tarta de Hiroshi sin comer nada! ¡Quiero muerte por chocolate!

Bailar en grupo, mmm, tal vez funcione, al menos al inicio ya luego puedo llevarme a Mayurit a un lado, aunque pensándolo mejor no. - pienso mientras asiento levemente con la cabeza.

Suena tentador Mika-san, pero antes debemos esperar que el señor encantador se retire. En fin, intentemos relajarnos y pasarla bien. - digo con tranquilidad.

A modo de respuesta de lo que sus dos amigos estaban diciendo, Hiroshi salió corriendo hacia la mesa en la que había dejado la tarta de tres chocolates. Cortó un pedazo equivalente a la cuarta parte del pastel y regresó con Mika y Kenichi.

 -¡Tarta para nuestra capitana! Come la que quieras y si te quedas con gansa de más, me lo dices y voy a buscarte otro trozo.

Le entregó el pastel a su amiga y luego miró a Kenichi.

 -Kenichi-san tiene razón, deberíamos preocuparnos sólo de disfrutar de la fiesta. Además, Mayurit es una chica dulce y buena, como el azúcar hilado. No creo que vaya a quedarse al lado de un chico si éste es malo. Y si quiere escapar de él y no puede, entonces nosotros estaremos allí para ayudarla.

Porque él la amaba y sus amigos eran muy buena gente, incapaces de dejar a una pobre muchacha sola ante el peligro.

 -Así que, ¡nada de tortas, comamos tartas!

Simplemente me limité a sonreír a Kenichi con su respuesta asintiendo -Yo lo estaba pasando genial hasta que invitaste a bailar a Mayurit y la cagaste- es lo que ocultaba mi sonrisa... Tío, se más cortado, que es hasta normal que el chico se hubiese enfadado. De igual forma se sentiría Kenichi mal si alguien invitase a bailar a su futura novia... que desde luego NO será Mayurit.

Hiroshi por su parte se fue... ¿a donde? ¡A POR TARTAAAAA! ¡PARA MIIIIIIIII! ¡Y ENCIMA ERA UN CUARTO ENTEROOOOO! Eso SI que era un amigo -¡Siiii! ¡Muchas gracias Hiroshi-kun!- le dije encantada y agradecida mientras cogía el plato y el cubierto. No tardé ni un nanosegundo en pinchar un trozo de tarta y metérmelo en la boca -Huuuummm- paladeaba encantada el dulce de mi boca... ¡estaba deliciosa! -¡Esta riquísima Hiroshi-kun, te ha salido genial!- le dije muy contenta a mi mejor amigo -Muaac- me acerqué a su mejilla y le regalé un beso de agradecimiento -Eres un cocinero estupendo colega- le dije contenta y sonriendo. En mi opinión tenemos la suficiente confianza para esas muestras de afecto y amistad, para algo es mi mejor amigo gigante. Después de eso, continué comiendo de mi trozo de tarta más feliz que una perdiz, asintiendo a lo último que dijo estando de acuerdo al 110%.

Pasásteis un rato bailando y comiendo, mientras de vez en cuando echabais un ojo a Mayurit, que parecía acaramelada con el que a partir de ahora podíais llamar "noviete". Parece que vuestro plan de esperar no estaba funcionando, pues cada vez parecían estar más a gusto y acaramelados, y sin duda eso significaba que irían avanzando a lo largo de la fiesta hasta posiblemente llegar a puntos... que mejor no imaginar.

Las opciones se agotaban, había que pensar un plan o dar por perdida a Mayurit para siempre...

Venga hombre, esto ya pasó de castaño a castaño oscuro, mejor hago mi movimiento y lo mejor es que sea ahora. - pienso mientras me acerco a Mayurit y saco un pequeño paquete del bolsillo interior de mi chaqueta, el cual sujeto con firmeza para evitar "accidentes" similares a los del pastel deHiroshi.

Al llegar, al lugar en el que se encuentra la pareja, sin pensarlo dos veces le sonrío a Mayirit y le entrego el paquete.

Mayurit, ya me iba, pero antes quería darte esto, son unas balerinas que compré hace poco, espero que sean de tu talla.

La verdad es que me pareció que se verían muy bien en ti, espero que te gusten y puedas usarlas en tu próxima presentación. - digo al tiempo que le muestro el contennido del paquete.

Si no te quedan, puedes cambiarlas por otra talla, dentro de las balerinas está el recibo de regalo. - añado para luego apartarme de la pareja sin perder de vista al noviete, pues contaba con que se lanzara a por mi en cualquier momento.

Alguien con el oído lo bastante fino podía oír como el enorme corazón de Hiroshi se resquebrajaba al ver cómo Mayurit se lo pasaba tan bien con ese macarra. ¿Podría ser que ese fuera el verdadero amor de su adorada pelirroja?

¡No! ¡De ninguna manera una chica tan dulce como Mayurit podía acabar con semejante delincuente juvenil! Pero antes de que pudiera decir nada, Kenichi ya había empezado a avanzar hacia la parejita llevando algo en la mano.

 -¡Kenichi-san, espera!

El grandullón salió detrás de su amigo, no por nada, sino porque ya había visto lo que había pasado antes y no quería arriesgarse a que su colega sufriera una paliza a manos de aquel macarra de barrio bajo. Así que poniendo su mejor cara de yakuza, Hiroshi se pegó bien a Kenichi. Sería su guardaespaldas mientras llevara a cabo la misión de salvar a Mayurit.