Partida Rol por web

Antes de que Mayurit pudiera girarse por la intervención de los dos chicos el joven con cara de malote dio un manotazo al pastel de Hiroshi dejándolo caer.- Vaya, parece que te has vuelto a tropezar.- Entonces fue cuando Mayurit se giró para ver quiénes le hablaban.- Vaya... la fortuna no está de tu lado hoy Hiroshi...- dijo la joven al no ver el manotazo.- Lo siento Kenichi, tenemos algo de prisa, hemos quedado para ir al cine y la película empieza en media hora.- Dijo montándose en la moto antes de que pudierais reaccionar ya estaba lejos.

Rápidamente ayudo a Hiroshi a recoger la fiambrera, mientras veía al sujeto alejarse con Mayurit.

¿Estás bien Tameyama-kun? Permíteme ayudarte. - digo mientras fulmino con la mirada a aquel gandul.

Se nota que trabajaste mucho en este pastel, lástima que ese idiota lo boto al suelo, pero descuida, la próxima vez que lo vea lo arreglo.

Por más que sea el novio de Mayurit, no tiene ningún derecho en comportarse así. - digo con rabia mal contenida mientras le entrego la fiambrera a Hiroshi.

Bueno Tameyama-kun, debo irme tengo club de Judo. Que tengas buena tarde. - digo a modo de despedida, mientras regreso al edificio de la escuela, bastante malgeniado.

Todo había pasado muy deprisa, pero para Hiroshi era como si hubiera sucedido a cámara lenta. Había ofrecido el pastel a su adorada y ese… ¡Ese! ¡Ese macarra se la había tirado al suelo! Pero lo peor era el escuchar cómo su queridísima Mayurit había quedado con él para ir al cine. ¡Como si fueran una pareja! Espera un momento… ¿Y si lo eran? ¿Y si su mujer perfecta ya estaba con otro?

Y entonces las palabras de Kenichi-san, aunque amables, sólo metieron el dedo en la llaga. Ese chico era el novio de Mayurit… Su Mayurit… Una masculina lagrimilla asomó al ojo del muchachote mientras Kenichi le ayudaba recogiendo la fiambrera con la tarta (que seguramente estaría echa un hermoso puré de tarta). Luego se despidió de él para ir a judo, palabras que Hiroshi contestó con un gesto automático y monótono de la mano.

Sintiéndose destrozado en lo más profundo de su corazón, el enorme joven emprendió despacio el camino de vuelta a casa.

Mientras ibas cabizbajo hacia casa un "biip biip" te despierta por un momento... parece que tenías un mensaje en el móvil.

No había avanzado casi nada cuando de repente sonó el teléfono. Era un mensaje de Shiroya. ¡Shiroya! ¡Que se le había olvidado la promesa que le había hecho! Tras intercambiar unos cuantos mensajes, el muchacho salió a la carrera hacia la casa de Shiroya.

Pero no sólo iba porque cumplir las promesas era su deber como hombre, sino porque a lo mejor Shiroya podía echarle una mano con cierto macarra motorista…

Shiroya te esperaba con su natural atuendo militar compuesto por una minifalda de camuflaje urbano, una chaqueta corta y una camiseta bajo ésta que enseñaba su ombligo, lo cual la hacía parecer bastante sexy. Llevaba también una especie de monóculo con láser, como el de un personaje de Dragon Ball.- Al fin llegas, he estado esperando media hora...- dijo con la agresividad que lo caracterizaba.- Tengo una idea genial, pero tendré que contártela en un sitio donde no haya enemigos.- Dijo mientras te llevaba a un parque bastante grande, cercano a su casa, en el que había un riachuelo y muchos árboles por lo que daba la impresión de tratarse de un bosque en el que cada uno podía encontrar su rincón.

En el camino te encuentras con Sakura, que intenta tirar de un jarrón inmenso de flores en la puerta del cole en dirección a uno de los templos de la ciudad.- Hey... ¿me ayudas Kenichi-Kun?.- Dice mientras descansa con las manos en jarras y flexionada hacia adelante.- Intento llevar estas flores al templo pero no puedo con ellas...- Desde luego eran muchas, con suerte y un camión podríais llevarlas. 

Pude ver desde la puerta toda la escena... de que mala leche me ha puesto ese novio suyo. Me tuve que contener estando en la puerta, apretando el marco de esta como si fuera a partirla... porque si me acercaba, capaz era de perseguir a ese sinvergüenza a pata y meterle la de su vida por lo que le ha hecho a Hiroshi; me daba igual que el hubiera intentado tirar fichas a Mayurit con una tarta, era mi amigo gigantón y llorica, y nadie le hace eso a mi amigo gorila pero bueno -¿Como alguien tan hijo de fruta ha acabado con la dulce Mayurit?- pensé.

Cuando los dos se fueron al cine y cada uno se fue por su lado, yo hice lo mismo y me dirigí al club de beisbol... tenia una estrategia que pensar para ganar un partido; aunque más era porque quería imaginarme que las bolas que me llegasen fueran la jeta o las partes de ese "novio" -La próxima vez que vea a ese chico... le demostrare lo que puede hacer una karateka cinturón azul furiosa en su cara- pensé enfadada mientras me iba.

 -Lo siento… Es que tuve un pequeño accidente con una tarta. Acepta mis disculpas, Shiroya-san.

El plan era mostrarse educado y hacer todo lo que la chica le decía. Porque si ella estaba tranquila y confiada, a lo mejor se decidía a ayudarle en su plan para derrotar al novio de su querida Mayurit.

Siguió en silencio a Shiroya hasta el parque, dejando que ella le guiara hasta el “lugar seguro” donde no les oyeran hablar de sus planes.

 -Muy bien. ¿Cuál es tu idea?

La chica asiente y te sigue, pero el club está vacío, pues salvo en horario lectivo en ese instituto la cosa no funciona como en la mayoría debería de funcionar. Cuando acaban las clases el lugar se vuelve un sitio desierto. De hecho te cruzas con algunos padres que han ido a hablar con los profesores y te miran extrañado.

El club está vacío, pues salvo en horario lectivo en ese instituto la cosa no funciona como en la mayoría debería de funcionar. Cuando acaban las clases el lugar se vuelve un sitio desierto. De hecho te cruzas con algunos padres que han ido a hablar con los profesores y te miran extrañado.

La chica te da un pasamontañas y un spray de graffity, mientras que te enseña una cesta.- Espero que sepas montar en bici, porque va a ser necesario. Ya están preparadas en un lugar estratégico, tú te encargarás de poner una frase en cada una de sus casas para que sus padres sepan lo que han hecho, y yo les tiraré huevos podridos para que vean que tengo poder, que puedo con ellos.- La verdad es que era un plan bastante vándalo, esa chica de mayor debía de ser un peligro en potencia.

Me encantaría poder ayudarte Sakura-chan, pero no creo que los dos solos podamos llevar esta cantidad de flores al templo, pues son muchas. - digo con sinceridad.

¿Has considerado pedir ayuda a alguien más además de mi? Lo digo porque por lo menos necesitaremos otras dos personas para trasladar esta cantidad de flores.

... ... ...

Ya es oficial: Soy increíblemente lenta. Con el cabreo, mi cerebro ha saltado por el tiempo el sólo y ha creído que aún estábamos en horas donde los clubes estaban abiertos... si es que no pienso las cosas.

Pero... tampoco es que se me ocurriera hacer nada de nada (sobretodo despues de gastarme mi paga ayer en ir al cine), y el aula de musica estaba desprotegida -Siempre viene bien practicar un poco el piano... Total,¿que alumno me descubriría?- pensé. No era raro que aprovechara la ausencia de personas para escabullirme y tocar, al menos una vez por semana; y sobretodo porque un piano es exageradamente caro y grande para meterlo en casa. Que sabía tocar el piano lo llevaba muy en secreto, y más el hecho de cantar mientras tocaba; me daba una vergüenza horrible, sobretodo porque no pegaba con mi personalidad. Me fui a la aula de musica, y ahi estaba, solito y desprotegido -Creo que... por si acaso está vez sólo tocare- pensaba mientras me acercaba; no quería que un padre pasase y me oyera cantar. Me senté en el taburete, cruji mis dedos... y comenzó a fluir sola la música mientras sonreía.

https://youtu.be/rSO_TPw_Zjg

- Pensaba que eras un chico resolutivo... Si ves que es imposible ya buscaré a alguien.- Dijo un poco molesta ante la duda de que no quisieras ni siquiera intentar ayudarle.

Mientras tocas el piano un temblor y un extraño ruido hace vibrar la lámpara que cuelga del techo. Al parecer el temblor viene de arriba, y se escuchan sonidos un tanto extraños que podrían alarmar a cualquiera sobre todo por el lugar del que provienen, pues por la zona por la que lo escuchas parece ser una especie de sala gigante usada como trastero donde se archivan exámenes de hace décadas, así como otros artilugios antiquísimos que deberían haber sido tirados, pero nadie se atreve a entrar ahí por las historias que se cuentan. 

Paré de golpe de tocar cuando oi ese sonido... peor, esos sonidos en plural, que provenían del techo. Miré hacía arriba fijando la vista en la lámpara que vibraba... enfadada -¿Pero quien está armando barullo ahí arriba a estas horas? Así no hay quien toque a gusto- me dije enfadada mientras me levantaba. Sabía muy bien la reputación de esa parte del colegio... ¿pero fantasmas a mi? Fueran reales o no... ¡Odio que me molesten cuando toco! Cogí mi mochila, y a paso ligero me dirigí al origen del ruido... ¡se iban a enterar!.

No te molestes Sakura-chan, yo puedo llevar un grupo, pero no creo que pueda cargar todo ese peso, es demasiado aún para mi.

Si gustas puedo ir avanzando con un grupo minentras consigues a alguien que cargue el resto, tal vez Tameyama-kun pueda ayudar también, con algo de suerte y lo encuentras en la puerta mientras yo voy cargando todo lo que mi fuerza me permita llevar. - digo de modo amable mientras empiezo a reunir la mayor cantidad de flores que podía llevar.

Corrían muchas leyendas sobre el lugar hacia el que te dirigías, y el hecho de que a pesar de ser pleno día el colegio estuviera casi deshabitado te hacía pensarte dos veces si subir o no.