Partida Rol por web

Galmor se acercó al enano de piedra, pero sin llegar a pisar el círculo de piedrecillas. Se fijó bien en los detalles para confirmar lo que parecía, que había sido un enano de verdad petrificado por algún tipo de magia. También se fijó bien en la inscripción por si lograba recordar a qué clan pertenecía ese nombre.

Galmor, ¿sabes quién podría ser este enano?

Mucho, mucho tiempo atrás, el clan Estrella de Hierro, de tu raza, logró contener una invasión orca en el puente de piedra. Ese tan descomunal que hay por aquí cerca. La lucha fue terrible, ya que los orcos habían conseguido que los gigantes de las colinas les ayudaran. Resistieron y vencieron los enanos, pero en la lucha pereció el jefe del clan, sin herederos. Podría ser este.

Le han debido encontrar en la cantera en la fecha que indica la placa, porque la otra fecha, la de la batalla, es mucho más antigua. No la recuerdo con exactitud, pero mucho, mucho más antigua.

El enano, al notar uno de sus congeneres, comienza a moverse para estudiar con mayor detenimiento la estatua. Si bien no puede determinar si fue un enano vivo en algún momento o si es una simple estatua, si nota que es muy antiguo, tal cual había dicho Fadrique. El saber de piedras y haberse criado en canteras y forjas le permitía ese conocimiento, el desgaste en ciertos sectores, el desgranado en otro. Claramente es algo de hace, fácilmente, unos dos siglos antes de la fecha que ponen en la placa.

No encuentra, así mismo, trampas o engaños dentro del circulo o en la estatua misma. Pareciesen más ofrendas que una acumulación de tesoros en el lugar. 

Como última concesión a la búsqueda en aquella habitación, Fadrique tanteó los muros en busca de puertas secretas. Aunque, quizá, para eso era más útil la sala anterior, que no tenía más salidas, pensó.

Tras no poder averiguar mucho sobre la estatua y ni quién era el tal Ironstar, Galmor se acercó a las puertas y antes que nada escuchó por si averiguaba lo que estaba pasando al otro lado de ellas

Después de no encontrar demasiado en el lugar, y decidir dejar en paz los objetos que rodean la estatua, el guerrero se dispone a tratar de escuchar antes de correr la puerta, pero solo obtiene silencio en respuesta. 

Y bien, mis queridos amigos. Sois más duchos que yo en moveros por los subterráneos. ¿Qué puerta escogeremos?

El gnomo esperaba paciente las maniobras de reconocimiento de Glamor y Fadrique, ambos parecían conocer bastante más que él sobre la historia del enano petrificado, al final cuando el enano parecía tomar la iniciativa para seguir adelante avanzo bastón en mano hasta ubicarse a un par de metros de él.  -Vamos Galmor, es el momento de continuar adelante y ver que espera tras esa puerta, a final de cuentas vamos tras el orco y no es proco probable que mientras mas tardemos más posibilidades tenga de huir, eso sí se encuentra aquí.

Tras escuchar por la puerta del norte se dispuso a entrar a ver qué podía encontrar al otro lado.

Al acercarse a la puerta no alcanzan a escuchar ni distinguir nada, por lo que Galmor decide abrirla. Se encuentran con un pasaje de unos 3 metros de ancho por 3 de alto. En el extremo opuesto distinguen una pequeña linterna colgando de un gancho y aprecian otra puerta más.

Lo que les llama más la atención es que debajo de la linterna hay un banco de madera, y en el una persona de avanzada edad, con una túnica desgarbada y polvorienta. Se nota claramente al verlos que su mirada tiene pavor hacia ustedes. La única arma que lleva es una pequeña rama que podría considerarse un palo.

El hombre se tira al piso rogando clemencia:

- Por favor, no me hagan daño, yo solo hago lo que me piden. Por favor, solo cumplo ordenes. - dice sin levantar la cabeza del piso. 

Habiendo un niño de por medio Fadrique se sentía cruel con todo el mundo. Imaginaba al viejo torturando al chaval cuando dijo eso de "solo cumplo órdenes".

Susurró, bien protegido tras los anchos hombros del enano.

Eso dicen todos los asesinos, los mafiosos, los cobardes, los violadores de niños. ¡Excusas! ¡Papanatas! ¡Memeces! Que te vea bien las manos. Siéntate en el suelo y pon las manos encima de tu cabeza, viejo. ¡Enseguida, o sentirás mi ira!

El siempre cauto Galmor escuchó las excusas del pobre viejo mientras escrutaba el pasillo en busca de alguna posible trampa pero que hace ahí esperando si se podía haber ido por la puerta en todo este tiempo....  Pensó el enano temiéndose que fuera una trampa. - Tú, anciano. Cuéntanos bien de quién son las órdenes que cumples si no quieres que la tomemos contigo. Pero basta de gritos, ven a contárnoslo aquí. Acércate ahora mismo, de lo contrario te atravesaré con una de mis saetas.

El enano empezó a guardar su martillo y sacó su ballesta para que el anciano lo tomara en serio mientras esperaba que obedeciera.

El druida se mantiene tras el grupo, custodiando las otras dos entradas a la habitación donde se encontraban. Auel anciano podría ser solo un distractor para un ataque sorpresa o para permitir la huida al resto de los sectarios, había que reaccionar rápido o todo aquello podía quedar simplemente en un intento de ayuda. – Vamos Galmor, decapita al anciano y sigamos avanzando tras el resto de su camarilla, estos ladrones sabrán que no deben meterse con nosotros cuando tengan que esquivar los cadáveres de sus cómplices cuando pasen por aquí nuevamente. – El anzuelo y la bravata estaban lanzados, el gnomo esperaba que el enano siguiera la idea, aunque con los enanos nunca se podía estar seguro.

El viejo se levanta lentamente ante las palabras de Galmor, y sus ojos se ponen en blanco prácticamente ante las palabras del gnomo.

- Yo solo sigo ordenes señor. Soy un mero carpintero y solo me dijeron que me quede a ver si las piedras se movían. Verán: De vez en cuando, las piedras de aquí al lado, cambian de posición cuando nadie las esta viendo. Así nos hablan, así nos avisan de posibles peligros y nos avisan y guían cuando estamos por tomar malas decisiones. 

El hombre estaba prácticamente espantado, y sus ojos siempre están observando la puerta que tiene tras de sí.

Ahum... Y ¿Qué código utilizan las piedras para moverse? O sea: si hay peligro ¿qué comportamiento muestran? Y, ¿qué tipo de hechos consideran las piedras un peligro? ¿Han avisado de que llegábamos nosotros, por ejemplo? ¿Cómo hicieron las piedras cuando tuvisteis esa extraña plaga, hace un tiempo?

El viejo niega con la cabeza a medida que Fadrique habla.

- No lo se, yo nunca supe como funcionaban... Nadie lo sabía hasta que llego el monje de capucha negra y le enseño a los Creyentes. Ilmeth y Larrakh son los que hacen las lecturas. Ellos dicen cuando hay peligro o cuando va a suceder algo. Yo no se nada, soy un simple cuidador. - dice entre llantos y mocos. - Detrás de esta puerta están las piedras, si no me creen véanlo por ustedes mismos.

No me gusta dejar enemigos detrás, aunque parezcan inovensivos, como este. Yo le registraría bien, no sea que tenga algo que nos interese... no se, llaves o algo similar, y lo dejaría atado como una morcilla. Y amordazado. ¿Os parece bien? Una vez hecho, podemos seguir adelante.

Una vez se hubo reducido, aún más, al hombre, el cual sollozaba todavía. El grupo de aventureros decide abrirse paso y seguir por la puerta.

Una enorme caverna, de unos 6 metros de altura entre el piso y el techo, ha sido cavado sobre la roca. Pequeñas linternas descansan sobre el piso cerca del centro de la habitación.

Una cantidad interesante de monolitos de piedra se encuentran esparcidos por la habitación. Seis pedazos de piedra de gran tamaño están apoyadas sobre las paredes, cada una sostiene esqueletos de humanoides de hace mucho tiempo al parecer.

La habitación está prácticamente a oscuras, a excepción de un par de linternas prendidas. Y, hasta el momento, no notan ninguna piedra que se mueva. 

Galmor se aferró a su arma y escudo antes de empezar a adentrarse a la caverna por el lado derecho, pegado a la pared y mirando en todas direcciones a la espera de que algo sucediese