Partida Rol por web

Sábado.

Oslo, 2 de Mayo de 2020.

Ya son 30 los casos de desaparecidos en la capital

Las misteriosas desapariciones que han acaecido en la capital durante el último mes han tomado un drástico giro en las últimas horas, cuando numerosos reportes dieron cuenta de un inesperado y coordinado ascenso en el número de casos.

Como informara Aftenposten el pasado Jueves, la mayoría de los casos hasta entonces reportados se habrían producido en las cercanías del lago de Sognsvann, motivo por el cual la policía de Oslo cercó el parque declarándolo zona de exclusión. Esta medida fue insuficiente para evitar la afluencia de adolescentes dispuestos a pasar una plácida noche de fin de semana bajo la luz de la estrellas. Más de cinco campamentos fueron detectados por los técnicos policiales trabajando en el lugar. Hasta el momento las autoridades han rehusado dar informes de la situación.

Varios testigos afirman haber presenciado una especie de tormenta silenciosa sobre los límites del bosque, con aparente actividad eléctrica. Los servicios meteorológicos investigan estos extraños reportes.

Las críticas de la oposición con respecto al manejo del caso por parte del Jefe de Policía, Andreas Ødegaard, han generado un debate que... (sigue en la página 3)

Incendio en la Nationalgalleriet

En una de las peores noches en la historia moderna de Oslo —tal vez opacada tan sólo por la masacre de Utøya en 2011— la capital ha sido sacudida por otro evento completamente desvinculado. La Nationalgalleriet ha sido afectada por un incendio potencialmente desvastador, que por fortuna fue controlado rápidamente por el cuerpo de bomberos de Oslo. Las causas del incendio no están claras, pero fuentes de Aftenposten que trabajan en la escena han confirmado que sólo una de las exhibiciones de la galería se ha visto afectada, por lo que se estima que son pocas las pinturas reclamadas por el fuego.

Entre estas últimas se ha confirmado la desaparición —posible quema— de las obras del pintor Neerlandés Johannes Vermeer, recientemente descubiertas en el seno de una antigua familia noruega, como fue reportado por Aftenposten el pasado Abril. Es dificil precisar el monto económico al que ascienden los daños, pero expertos estiman que sólo las pinturas de Vermeer podrían alcanzar los 200 millones de doláres en el mercado. El último Vermeer, subastado por Sotheby's en 2004, alcanzó un precio récord de 40 millones de dólares, pese a las dudas sobre su autenticidad.

Otra fuente, que ha preferido permanecer ánonima, ha puntualizado que diversas anomalías en los sistemas de seguridad y de control de incendios fueron detectadas, motivo por el cual permanecieron fuera de operación durante el suceso.

Aftenposten ha intentado contactarse con la curadora de la galería y principal responsable del resurgimiento de Noruega como un centro artístico de relevancia internacional, la distinguida historiadora del arte Irina Pavlova, hasta el momento sin éxito.

Recordamos que Irina Pavlova inició su carrera en Tromsø, para luego... (sigue en la página 7).

La portada del periódico estaba dividida en partes iguales, como si el editor no hubiera podido decidir cuál artículo era más importante. Y, ciertamente, la tarea probaba ser difícil.

Ingjald había recogido el periódico del pequeño buzón que mantenía cerca de la entrada de su cabaña. Junto al periódico, había un sobre que rezaba escuetamente "Ingjald Lundvik".

Se solicita la presencia de todos los vástagos de la ciudad a efectos de dilucidar los acontecimientos recientes. Cualquier ausencia injustificada será considerada con rigurosidad por las autoridades.

La audiencia tomará lugar durante el presente día, en la Ópera de Oslo, dos horas antes de la medianoche.

Bjørn Aglen.

Príncipe de Oslo.

El sello del Ventrue finalizaba la escueta misiva.

Dika y Sarah no tenían dudas que su presencia también era requerida: el ravnos, pese a ser nómada por naturaleza, era ya un viejo conocido de las calles de Oslo, mientras que la presencia de Sarah en la ciudad había sido aceptada tras la coordinación entre las autoridades de Suecia y Noruega.

Se mantuvo un buen rato con la carta abierta sobre la mesa, ante sus ojos, en silencio y pensativo. Esa misma noche, para bien o para mal, se resolvería aquel asunto. Al menos en lo tocante a la Camarilla. No había tratado en exceso a Bjørn Aglen más allá de los clásicos intercambios de cortesía y respeto a las Tradiciones, sin embargo se consideraba en una posición relativamente sana. Para los vástagos de la Torre el Kyasid era el pasante de Irina -quien lo acogía bajo su ala a pesar de sus orígenes antinaturales-, y para el Ventrue un rara avis del que pavonearse ante los visitantes (pues escasas eran las ciudades en las que había alguien de su Línea de sangre) demostrando así su magnánima condescendencia y su poder

¿Era eso suficiente para contener la ira de Nodli? Posiblemente aprovecharía la ocasión para verter acusaciones sobre su persona, estaba claro. En cualquier caso su confianza en sí mismo no había decaído. Se sabía lo bastante astuto como para lidiar con todos aquellos vampiros y con el Sheriff sin que le temblara el pulso. El problema eran Dika, Sarah y quienes hablaran en la audiencia
-Contad la verdad y añadid que nos robaron a la salida del museo. Y Dika, cuida tu vocabulario ante el Príncipe, ya sabes que a los Ventrue les enfada la mala educación. Son como niños grandes -comentó de pasada cuando sus dos invitados se despertaron, haciendo una última broma con una media sonrisa dibujada en sus labios para esconder su latente nerviosismo

Había tiempo para una caza rápida antes de acudir a la cita y acudir con la sangre fresca palpitando en sus venas...

Empezaba a resultarle evidente que el vampirismo tenía algunas pegas. Una de ellas era el uso del tiempo. Al poco del anochecer su anfitrión y Sarah leían el periódico y el correo como si fuese la forma más divertida de empezar el día. El chico negó con la cabeza, aunque ¿qué iban a hacer? ¿Tostadas y zumos de naranja? En realidad todas las necesidades que un hogar debía proporcionar a su ocupante se reducía en su caso hasta solo necesitar un hueco donde dormir y quizá una ducha.

Por contra la alimentación se había complicado mucho. Dika tenia sed, pero ya no valía abrir la nevera del elfo y ver que tenía. Ni siquiera un triste botellín de true blood para recalentar en el microondas como en la serie da la HBO. Si quería callar a su estomago, tenía que irse de caza como un cromañón que saliese de la cueva con un palo afilado con piedras en busca de un animal. En su caso personas, personas a las que tenía que sonreír y encandilar para llevarse a lo oscuro de la discoteca con la promesa de un rollete rápido o un polvo en los lavabos y a las que terminaba hincando los colmillos. No solo era inmoral y triste, también hacía que la alimentación requiriese unas rutinas extrañas y un coste de tiempo mayor que simplemente ir al super a llenar una cesta.

Se acercó a contemplar lo que les inquietaba. Aquella carta azul fue como una bofetada para el vampiro novato. La miró como si fuese una piedra lunar o un gato que brillase en la oscuridad. Aquella carta era una puñalada al sentido común.

-¿En serio? ¿De verdad? ¿Oseá me estás diciendo, tronco, que esto es una carta del príncipe llamándonos a su corte para pavonearse? Espera payo que esto es muy fuerte.- El chico tenía tanto que decir que respiró y trató de ordenar sus pensamientos antes de empear a lanzarlos sobre la salubri y el Kyasid.

-Osea. El príncipe debe saber donde vivimos cada uno, como un censo o páginas amarillas. ¿Y si alguien tiene varios refugios o sencillamente no tiene refugio y pasa los días ocupando trasteros y garajes  abandonados y edificios en ruinas?  

-Además tiene un pequeño ejercito de gohuls carteros y, mientras nosotros dormíamos, han entrado en tu jardín a echar eso al buzón.- Esto ultimo era una afirmación pero entonada como pregunta, porque le resultaba tan ridículo que no lo podía creer. -¿Tú que eres? -Yo el cartero diurno del soplapollas real, ¿y tú?.

-Y esta carta... quiero decir... mucha mascarada y mucha polla en vinagre, pero luego aquí tienes una carta donde nos llama vástagos y pone por escrito el lugar y la hora donde estaremos todos juntos. Osea que como un cazador de vampiros lea el correo de su victima ya estamos todos descubiertos. O si hay un traidor. ¡Joder! es como decirle al jambo ese, al Øystein, a que hora puede hacer perrerías porque todos los que podrían pararle los pies están atendiendo las pataletas del monarca.

Y lo que más le tocaba la fibra: -¿Y si uno no la lee a tiempo porque ha pasado el día en otro sitio? Se piensa que no tenemos otra puta cosa que hacer que estar sentados junto al buzón a la espera de que nos llame para "hacer el gamba"

Resopló y se dejó caer en la silla. La camarilla estaba destinada a desaparecer, era evidente si esa era su actitud, consideración hacia sus integrantes y capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías. Solo faltaba que la carta estuviese escrita con una pluma de pavo y con sangre humana para hacer la escena rocambolesca del todo.

-Sí, no te preocupes. Le trataré como si fuese un juez. Ya he hablado cuatro veces delante de un juez. La primera cuando... bueno no viene al caso.- dijo dando por sentado que las anécdotas procesales de Dika y de la feria no interesaban a la pareja. -Si, lo que hablamos ayer. Nos las quitaron la rubia y el "anarca", al doblar la esquina del edificio que da a la calle del costado. Forcejeaste con la rubia hasta que... *

Terminó de recitar aquellos hechos ficticios que se repetía a si mismo, visualizándolos una y otra vez tratando de hacer que su cerebro los confundiese con recuerdos reales. Luego añadió. -Dime que al menos tenemos tiempo para cazar antes del show. Anoche lo di todo y hoy estoy famélico.

Lanzó una ojeada al periódico...**
 

Se encogió de hombros, dando toda la razón al Ravnos. -¿Por qué crees que somos miembros del Sabbat? Su decadente organización exige tributo al ego del Príncipe. Sin embargo hasta que caigan no conviene subestimarlos. Ningún cainita pasa mucho tiempo en la ciudad sin ser descubierto tarde o temprano por los espías Nosferatu, o por las decenas de ghouls y humanos que sirven a la Torre -no quiso alargarse más, pues no era su intención -por ahora- reclutar al gitano, si bien había mostrado habilidades dignas de un propósito mucho más elevado. Quién sabe, si salían bien parados de todo aquello pudiera ser que viera la luz con el tiempo, y optara por no bailarles más el agua. Además, el juego era mucho más oscuro de lo que el romaní imaginaba, pues la existencia de un peligro mucho más ancestral anidaba en la tierra y era la extinción de todos los cainitas lo que la Espada trataba de evitar

-Si preguntan más allá de la salida del museo contaré que entré en pánico y salí corriendo, sin más -por su parte estaba claro, y no iba a inventarse nada que pudiera complicar el asunto. No estaba reconociendo que el Rötschreck fuera verdad, simplemente lo tomaba como parte de su argumentario (y si colaba, colaba). -Y sí, habrá tiempo de alimentarse, apenas hay quince minutos de viaje a Oslo

Askel fue el primero en despertar. Tras dar unas vueltas por el apartamento, cogió con poco interés el periódico dejado a los pies de la entrada del apartamento de la toreador. La portada del mismo estaba dividida en partes iguales, como si el editor no hubiera podido decidir cuál artículo era más importante. Y, ciertamente, la tarea probaba ser difícil.

Junto al periódico, había un sobre que rezaba escuetamente "Tarja Rolvsson". Al recibirlo, la toreador lo leyó en privado, y luego una vez más en voz alta, pues intuía que sus compañeros encontrarían uno igual en sus refugios.

Se solicita la presencia de todos los vástagos de la ciudad a efectos de dilucidar los acontecimientos recientes. Cualquier ausencia injustificada será considerada con rigurosidad por las autoridades.

La audiencia tomará lugar durante el presente día, en la Ópera de Oslo, dos horas antes de la medianoche.

Bjørn Aglen.

Príncipe de Oslo.

El sello del Ventrue finalizaba la escueta misiva.

Nada. Imposible ver el corazón de Aksel a través de sus ojos. Tampoco sus pensamientos, no tenía la menor idea de qué pasaba por su cabeza. Si había pura calma o un auténtico terremoto lo ocultaba a la perfección. Se lo había puesto fácil si realmente estaba interesado, pero el chico no había aprovechado la oportunidad para acercarse a ella, ni físicamente ni con palabras, así que Tarja vio en su desapasionado mensaje más una necesidad de no dormir solo que de dormir con ella.

Debe sentirse rechazado -pensó, secretamente divertida al escuchar su respuesta. Le observó durante unos segundos más, pensativa, mientras tomaba una decisión.

-Sois tan impredecible como indescifrable. ¿Lo sabéis?

Vació su copa, saboreándola tranquilamente antes de limpiarla y guardarla de nuevo en su lugar. Luego se acercó a él, ladeando la cabeza, colocándose detrás de la oreja uno de sus ondulados mechones rojizos.

-Dormiremos en la habitación de arriba -informó con calma, dejando claro que aceptaba su propuesta-. Ahora regresemos con Ellinor, por favor, tengo un par de cosas que quiero hacer antes de que amanezca.

Apoyó suavemente su mano en el hombro de Aksel al pasar por su lado y se dirigió hacia el salón, donde permanecía la Malkavian.

-Muchas gracias, Ellinor -respondió Tarja, visiblemente alegre y satisfecha al recibir tan maravilloso cumplido a su refugio.

La Malkavian estaba de acuerdo con ella en lo referente a informar al Príncipe, así que la Toreador asintió. Aquello estaba decidido y ya solo le quedaba enviar un mensaje a Irina e inspeccionar con más detalle el cuadro. Usar su poder la dejaría vulnerable a estímulos fuertes, motivo por el cual era preferible hacerlo antes de acostarse, así estaría libre de tal perjuicio con el nuevo despertar.

Tarja fue a la cocina y Aksel la siguió. La Toreador tomó una copa mientras mantenía una breve conversación con él y luego regresaron al salón.

-Lo explicaremos nosotros -sonrió a Ellinor, sentándose junto a ella. Pensaba que liberarla de tener que hablar del asunto la tranquilizaría.

¿Quién era el tal Will que tanto miedo le provocaba? En un principio creyó que era su Sire, pero había escuchado hablar acerca de los Malkavian y Tarja contemplaba la posibilidad de que su existencia no traspasara su imaginación. Tendría que preguntarle acerca de él, pero no esa noche.

-Ven, ¿quieres que te muestre tu habitación? -se ofreció con una sonrisa encantadora-. Es un oasis oculto. 

Se levantó y le tendió amablemente la mano, conduciéndola, si la aceptaba, junto a los paneles de madera. Había una puerta oculta en la pared que daba paso a una acogedora estancia de tonos suaves que desprendía evocadoras sensaciones de exotismo y serenidad.

-Lo he pintado yo -explicó, refiriéndose al mural que ocupaba toda la pared.

Tras asegurarse de que estaría bien, la dejó acomodándose en la habitación y a continuación subió hacia la suya, tendiendo esta vez la mano a Aksel.

Sarah se revolvió en su asiento. No le gustaba demasiado la idea de admitir que los Vermeer habían estado en sus manos.

—Ingjald, no creo que sea buena idea admitir que estuvimos en posesión de los Vermeer y que éstos fueron robados. Atraería mucha sospechas sobre nuestra causa. De hecho, no creo que debamos admitir nada. ¿Habéis leído esto?

Arrojó el periódico en dirección a Dika.

—¡Creen que los Vermeer se han quemado! No sé... tal vez ni siquiera debamos mencionar nuestra presencia en la galería esa noche... aunque puede ser riesgoso, especialmente si Irina continua con vida. Al mismo tiempo afirman que las cámaras de seguridad han fallado. Posiblemente los anarcas se encargaran de ello.

Apoyó una mano debajo de su mentón, con aire pensativo.

—Bueno... tal vez sí debamos admitir nuestra visita. Mmmh.

Estaba claro que la indecisión le había ganado y que sus palabras no habían aportado demasiado a la discusión.

Tarja se aseguró de hacer dos cosas antes de acostarse. La primera fue escribir un mensaje a Irina, lo cual hizo de inmediato. Procuraba disimularlo frente a sus invitados, pero estaba nerviosa, y su aspecto era solo el reflejo de la calma en el ojo de un huracán.

Querida Irina. Ha ocurrido algo terrible. Necesito hablar contigo lo antes posible. Contigo, antes que con nadie. Por favor, asegúrate de ello. ¿Podemos vernos al nacer la noche? Quedaría más tranquila si acudieses a mi refugio, pero iré donde me digas.

Tu devota amiga, Tarja.

Se aseguró dos veces de que el mensaje se enviaba y luego suspiró. ¡Qué día tan complicado sería el siguiente! Y peligroso. Por ello debía estar en perfectas condiciones y no demorar la inspección de la obra hallada en el lago.

Entró en el estudio de pintura que tenía en el piso superior. Prefería estar sola para concentrarse y había dejado solo, por el momento, a Aksel en su habitación. Sostenía el cuadro en sus manos, concentrándose en todos los detalles posibles. El tamaño, la tela, la pintura, la textura, el dibujo, el estilo, los colores. También en las manos que lo habían tocado, en los ojos de quien lo había plasmado, en la intención e incluso la emoción del autor en el momento de realizarlo. Todo era importante. Recreó también la escena que Ellinor les había contado. Tenía la mente abierta a cualquier sensación que pudiese percibir, pues hasta la más mínima información podía ser determinante. Después de ello, dejó el cuadro sobre una mesa y se frotó los ojos. Estaba agotada y necesitaba descansar.

Ya en su cama dos fogonazos de luz rompieron la oscuridad. Sus ojos agradecerían ignorar los mensajes, pero no así su curiosidad. ¿Sería Irina? Impaciente, cogió el móvil para averiguarlo e hizo una mueca de decepción al comprobar que no era ella. Con cierta pereza y bastante esfuerzo bajó el brillo del aparato y se obligó a leer. Quedó sorprendida con ambos mensajes, con el segundo más aún que con el primero. Comenzó a responder a Sebastian, pero se le cerraban los ojos y no veía ni lo que escribía. Finalmente borró el texto y no llegó a enviarlo. Tres destellos más de luz correspondientes a tres mensajes nuevos iluminaron la habitación. Tarja no se vio capaz de leerlos. Se dio media vuelta y se durmió.

Elionor volvió a deshacerse en elogios hacia Tarja, y el hecho de no ser ella quien expusiera la difícil situación también la tranquilizo. Así la ira de Will no caería sobre ella directamente.

***

A la noche siguiente leyó con interés el periódico. ¿Crees que esto a sido culpa nuestra? Dijo señalando la primera noticia referente a las desapariciones del lago, todo indicaba que parte de culpa tenían. Ellos habían despertado a “la cosa” del lago. Ahora iba a ser mucho más complicado explicarse ante el príncipe, y ante Will.

Seguramente el incendio este relacionado con la investigación que tenemos entre las manos. Todo sigue un patrón, las sombras, los cuadros, todo parece estar unido por una telaraña invisible que nos envuelve con sus hilos de seda.

- Gracias, Dama Tarja. Supongo. Dice como respuesta. No parece sentirse ofendido, aunque tampoco halagado. Cuando ella se muestra dispuesta a compartir algo con el, casi cariñosa, el asiente, y antes de que la presencia de ella se disipe, le roza la mano. Parece complacido aunque no sonria cuando ella le "permite" descansar con ella, como en una calmada propuesta. Será un placer. Luego Aksel sale junto a ella de la cocina pero en lugar de entablar conversación con Ellinor, sigue husmeando por la estancia. Parece un vástago curioso y cauto.

Cuando llega la hora de descansar, Aksel, completamente vestido salvo los zapatos y el abrigo de la levita, se tiende junto a Tarja, boca arriba. Pegado a ella, pero no acosandola con su cuerpo. Una mano blanca y fría avanza sobre el vientre de Aksel y el Tarja hasta encontrar una mano de la Toreador y entonces, se entrelazan los dedos. Aksel parece entonces muy calmado, deja reposar la cabeza sobre el hombro de Tarja y parece dispuesto a dormirse inmediamente.

En algun momento, crees o sueñas que te da un beso en la frente, pero dudas si fue real. El día comienza su andadura.

La noche ha vuelto a caer y la calma inunda la casa, solo iluminada por las luces blancas de los marcos de las obras de arte hasta que se activen las luces programadas. Aksel salió de la habitación donde habia reposado. Tras caminar por la casa, descalzo, se fijó en que alguien habia hecho llegar correo y un periodico al salón. Algún ghoul de confianza, esperaba. Cogió el periodico y lo leyó. La carta, tenia como destinataria a Tarja, asi que cuando ella y Ellinor se reunieron con él en los salones, dejó caer el periodico ante ellas. La carta fue entregada discretamente en la mano de Tarja tras un cariñoso toque entre sus dedos con el suave sobre.

- Nuestras pesquizas se complican y además, sospecho que nuestras acciones en Songvaan han tenido un eco inesperado y desagradable. Me extrañaria que nuestros superiores no nos hagan rendir cuentas. Dama Ellinor, vos sois usuaria del arte mágico. ¿Que me podeis decir de lo acontencido en Songvaan al irnos nosotros?

Tarja notó, tras un cuidadoso examen de la pintura, que aquella obra, pese a ser técnicamente impecable, parecía carecer de la inspiración de los mejores Vermeer.

En este sentido son varios los elementos que apuntan a la etapa más tardía del artista, donde su producción se compara desfavorablemente con las etapas iniciales y medias. De hecho, la calidad de las últimas obras de Vermeer frecuentemente suscita polémicas respecto a su autoría. Algunos disidentes apuntan a un fraude, mientras que otros se inclinan por la alternativa de un posible imitador o aprendiz de la época. Ésta última cuestión es escabrosa, pues no sólo se ignora cómo Vermeer aprendió a pintar (ningún maestro de la época parece una opción factible) ni tampoco se le conocen aprendices. En todo caso, para la mayoría de los expertos estos son Vermeer auténticos, pese al juicio menos favorable.

A Tarja le recuerda a la pintura de la chica con la guitarra, denostada por varios críticos del arte, pese a conservar, en pequeños detalles, evidencia incontrovertible de la mano del artista. Algunos especialistas sugieren un trabajo en conjunto con otro autor.

Por otra parte, no hay señales de Irina. El mensaje no aparece marcado como leído, e intentar llamarla da invariablemente fuera de servicio, situación que se ha extendido hasta la siguiente noche. 

Como dije en su momento todo puede estar conectado, como el hilo rojo de los enamorados. Y es innegable que los acontecimientos del lago están relacionados con la desaparición del señor Mateo, pero de ahí a mostrarlo como verdad absoluta hay un lago camino. Todo esta conectado. Will siempre lo decía, también decía que las mentes inferiores no podían asumir esta información. Susurra entre dientes mientas continua con la perorata. Al igual que el aleteo de una mariposa que se posa en una cuerda cuántica está relacionado con un huracán de cationes en el otro extremo del mundo, la desaparición de los cuadros y Mateo podrían estar vinculados con el lago. El lago podría ser el espejo donde Vermeer reflejo sus cuadros a la luz del eclipse de sol, de forma que el lago estaría unido con Mateo y Mateo lo uniría con los vampiros…

-Asumo que varios ghouls de la Torre nos vieron, Sarah. Y eran parte de la seguridad del recinto, por lo que no olvidarían mi cara (una, por otro lado, difícil de olvidar con esos ojos y esas orejas). Incluso aunque Irina hubiera muerto nos podrían identificar. Más vale pecar de precavidos -arriesgarse a mentir tanto, negando su presencia allí o que no tocaron los Vermeer era demasiado. En cualquier caso no estaban acusados de nada, simplemente habían recibido una carta en la que serían preguntados sobre el tema y, supuso, oiría la versión de los demás. A fin de cuentas salvo que hubiera otros testigos que no detectara nadie podía alzar contra él un dedo acusador...

Se reclinó unos segundos en el sofá antes de detener el giro constante de uno de sus anillos sobre el dedo anular. Cerró brevemente los ojos y se puso en pie. Había llegado la hora