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3.- Que se reconoce el derecho futuro de Venecia a ocupar las plaza de Ragusa; así como el derecho de Nápoles de ocupar la de Durazzo; y como el derecho de Austria sobre Croacia, Bosnia y Herzegovina.

Pese a que esta misiva merecería una respuesta en consonancia con una de las vuestras, es decir, un simple No, contestaré por respeto al buen Alfonso.

No sé si tomarme esto como una bufonada, como un insulto o como un provocación o si Federico, en sus continuos delirios, sigue tratando de boicotear los esfuerzos del resto para llegar a un acuerdo común, ofreciendo pactos absurdos para que sean el resto el que se niegue.

No obstante, que no se diga que Venecia sea quien se niegue a esto y ofrecemos un añadido:

4. Austria emitirá una disculpa pública por haber atacado tropas venecianas en Dalmatia, reconocerá que la soberanía es veneciana y procederá al pago de dos ducados como compensación por su traicionero comportamiento.

Que ningún pueblo pueda negar que el buen Francesco Foscari es justo y de buen corazón.

Mi buen Mehmed,

Tened cuidado pues Alfonso de Nápoles nos ha escrito a Federico de Austria y a mí en un intento de formar una alianza contra vuestro pueblo y el milanés.

A lo que Federico ha respondido con estas palabras:

Habiendo recibido misiva asaz razonable del rey de Nápoles, nuestro amigo, proponemos a ambos la siguiente alianza, obligándonos ante ambos a respetarla en caso que también .

1.- Que por la presente, los firmantes respetarán los territorios natales de cada uno de los firmantes en este pacto, no comprometiéndose a atacarlos. Igualmente se comprometen a no prestar apoyo a ataques de terceros contra esos territorios natales.

2.- Que los tres reconocen como enemigo natural al turco, aliándose para luchar contra él, siempre en las esferas de influencia de cada uno

3.- Que se reconoce el derecho futuro de Venecia a ocupar las plaza de Ragusa; así como el derecho de Nápoles de ocupar la de Durazzo; y como el derecho de Austria sobre Croacia, Bosnia y Herzegovina.

Por tanto, el napolitano ha llevado al cobarde y traicionero austriaco a su terreno, ya repartiéndose vuestros terrenos antes siquiera de mover una tropa.

No participaré en ese sinsentido y rechazaré al austriaco, haciéndole volver a sus hogares cada vez que traten de avanzar.

Pero sabed que Alfonso I trata de utilizar cualquier estratagema para combatiros.

Un abrazo

Gracias, regente de Venecia, agradezco vuestra información. Habéis cumplido vuestra palabra aunque como veis, yo también he demostrado no tener ningún interés en molestaros en vuestro ascenso al norte o aliándome con vuestros enemigos. Nunca ha sido mi intención, os lo pareciera en el pasado o no, enfrentarme con vos. Espero que así siga siendo por parte de ambos en un futuro.

Disculpad mi tardanza en contestaros, he estado ocupado dirimiendo otros asuntos. Como decís, no nos conviene pelearnos tontamente por un territorio por falta de comunicación mientras otros se hacen fuertes a nuestra costa. Como ha pasado tiempo desde su misiva probablemente ya ha decidido establecer su barco en algún sitio. Para no molestarnos mutuamente podréis decir vos mismo donde vais a atracar la flota para no ir yo también a esa zona y molestarnos.

Amigos,

A pesar de seguir siendo excesivamente recios y poco templados vuestros intercambios, celebro en cualquier caso que al menos haya un intercambio; descubro tras ello que en el fondo, ambos albergáis la esperanza de entenderos algún día.

Terciaré en vuestra llamémosla negociación, hasta que alguno declare que mis palabras no son bienvenidas; en ese caso, y sin que implique enemistad alguna con ninguna parte, dejaré de hacerlo. Notad también que mis declaraciones no se deben a mis querencias y amistades, sino a los intereses napolitanos.

-Sí, Tirol y Carintia son amenazadas por los milaneses, y al menos una está perdida si Austria se queda sola, Francisco; pero no veáis en ello una ventaja para vos, pues no la hay. No obstante, entiendo que proponéis indirectamente una colaboración. En ese sentido, y siempre desde la comodidad que me da la distancia, entiendo razonable que Venecia entrase en Trento a cambio de su apoyo. ¿No lo veis así, Federico? En cualquier caso, si no me engaño, bastante tendréis con aguantar hasta la primavera; seguramente Francia se haya aliado con Milán y el Tirol sufra las consecuencias.*

-Respecto a los Balcanes, Federico, creo que debéis ser más generoso con Venecia. En el reparto que proponéis, la Serenísima debería entregaros un territorio para ganar otro, ¿por qué habría de convenirle tal cosa? Creo humildemente que deberíais reflexionar sobre ello. Por otra parte, es comprensible que Austria quiera acceder a los Balcanes a través de Croacia; pero su entrega requerirá grandes compensaciones. ¿Que os parecería el siguiente reparto?

     -Croacia y Bosnia para Austria.

     -Herzegovina y Ragusa para Venecia (aparte de Dalmacia, tierra veneciana por derecho).

     -Albania y Durazzo para Nápoles. Estaría dispuesto a renunciar a Albania y cederla para que haya más márgen para vuestra negociación. Mi interés principal es acabar con el Turco y tener fuerzas amigas en ese lado de la Tierra. En todo caso, no vendamos la piel del oso antes de cazarla, amigos... Otra opción, si no conseguís un acuerdo sobre Croacia, es que Austria renuncie a sus aspiraciones en los Balcanes, pero lógicamente nada le obligaría a colaborar militarmente en aquella región.

-Y una sugerencia general: en estas lides diplomáticas es fácil herir susceptibilidades, conducíos siempre con discrección y cautela, si no queréis que el de enfrente tome a mal vuestras palabras. Me refiero al punto 4 que propone Fancesco. Porque, siendo realistas, nada significa una disculpa pública ni un reconocimiento de soberanía ante el poder de las armas; y porque, respecto al dinero, más se consigue con súplicas y buenas palabras que con altanerías y amenazas.

Se aproxima el fin del otoño, y solo os pediría que, visto que se ha establecido al menos un débil puente, no lo destruyáis enfrentándoos por el momento; dejad al menos que pase el invierno.

Con fe en el acuerdo se despide,

Alfonso Rey.

Estimado Pío III

Por favor, decidme si os parece adecuado el plan que os propuse en mi misiva anterior, para ponerle en práctica.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio Otomano y Califa del Islam.

NOTA ABIERTA

Acaba de desembarcar en nuestra Capital una flotilla de pescadores gaditanos que han difundido por la ciudad una graciosa historia*:

-Er zurtán turco quiere un viaje a Túneh.

-¿Y para qué querrá tanto pehcao, pisha?

Porque tras las tragedias del Mundo siempre hay una comedia la comparte con vuestras señorías

Alfonso Rey

Querido Dux

Agradezco que me mantengáis informado de los movimientos diplomáticos de Alfonso I.

Mis esfuerzos se centran en combatirle y confío en que el Papa mantenga el esfuerzo en el mismo sentido. Mis objetivos son conquistar algunos territorios a Nápoles y aumentar mi capacidad económica para poder frenar al Papa si en un futuro decidiese volverse contra nosotros.

Si me permitís una apreciación, ahora Austria está encerrada y necesita expandirse hacia alguna parte. Tiene que hacer la guerra a alguno de sus vecinos. Si no habéis llegado a ningún pacto con Austria y si vuestras relaciones con Milán son buenas ahora que se ha retirado de Verona, quizá sea una buena oportunidad para avanzar juntos contra Austria y barrerla del mapa. Eliminar un jugador del tablero y ocupar sus territorios que no son amenazados por el Este ni por el Norte os reportará tranquilidad en el futuro.

Yo, por mi parte, intentaré hacerme con el control del Sur de la Península Itálica para evitar cualquier amenaza que proceda del mediterraneo.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio Otomano y Califa del Islam.

PD: El Papa es un hombre muy ocupado y hace esperar a mis emisarios hasta la desesperación, por eso no puedo actualizaros información con la frecuencia que desearía. De hecho, escribo esta misiva sin haber recibido aún su respuesta respecto al próximo movimiento.

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, al dux Francesco Foscari, y a Alfonso I de Nápoles.

Hemos a punto estado de responder con duras palabras al dux, pero afortunadamente se han templado nuestros ánimos hasta leer la propuesta de Alfonso que nos parece azaz razonable y que, tras meditarla, plasmamos en estas líneas.

1.- Que por la presente, los firmantes respetarán los territorios natales de cada uno de los firmantes en este pacto, no comprometiéndose a atacarlos. Igualmente se comprometen a no prestar apoyo a ataques de terceros contra esos territorios natales.

2.- Que los tres reconocen como enemigo natural al turco, aliándose para luchar contra él, siempre en las esferas de influencia de cada uno

3.- Que se reconoce el derecho futuro de Venecia a ocupar las plaza de Ragusa y Herzegovina ; así como el derecho de Nápoles de ocupar la de Durazzo; y como el derecho de Austria sobre Croacia y Bosnia, aplazándose la decisión sobre la plaza de Albania.

4.- Que si este año Austria logra mantener las plazas de Tyrol, Carinthia, Croatia y Carnola se compromete a apoyar el año siguiente el avance de las tropas venecianas sobre Trento en al menos una estación (a elección del dux y condicionado a la posibilidad material  de dicho apoyo cuando sea solicitado).

Quedamos a la espera de vuestras respuestas y propuestas.

Al Emperador Federico III:

Podríamos hacer varias sugerencias sobre cuáles deberían ser nuestros próximos pasos, pero me preocupa enterarme demasiado tarde si mis sugerencias os parecen bien o que, pese a que las encontréis razonables, decidáis seguir por otros caminos que os parezcan más provechosos.

Creo que nuestro siguiente paso debería ser reducir al máximo las pérdidas: recuperar Croacia parece Misión Imposible a no ser que estés a buenas con el turco. Lo que sí parece factible es cogerle Turín al francés, territorio que pedíais en una de vuestras misivas. Con el apoyo de Como os resultaría fácil conquistar esta plaza, y así al menos nuestros ejércitos en el Norte servirán para algo útil.

Decidme qué os parece. Todo sea para que Venecia no se aproveche de ambos.

Siempre vuestro,

Francesco I Sforza.

Apoyare a tu barco a Bari para que avance.

Gracias.

Yo atacaré con mi flota de Central Mediterranean a Tyrrhenian Sea para crear peligro a Nápoles y, si se atreve a sacar de allí su flota, entrar yo apoyaros desde allí el año que viene.

Querido Francesco:

Deberíamos empezar a confiar más el uno en el otro, porque la verdad es que nos estamos entorpeciendo a cada paso. Ambos hemos dirigido nuestras tropas hacia Carinthia -de hecho, yo solo quería romper el apoyo; entrar o no me daba igual-, cuando de haber sabido vuestras intenciones, os daba mi apoyo y avanzábamos un poco más. 

Nuestra falta de comunicación solo favorece al Enemigo. ¿No estáis de acuerdo conmigo?

Siempre a vuestro servicio, y deseando estarlo aún más si fuera posible, se despide

Francesco I Sforza.

Ya hemos visto a dónde han llevado las provocaciones de Federico pero no queremos ahondar en la herida, suficiente penitencia lleva su pueblo en Tyrol.

Pero, de nuevo, Venecia no tiene interés en hacer leña del árbol caído y sigue dispuesta a escuchar proposiciones razonables. Y quisiera remarcar esto último para no hacer perder el tiempo al buen Alfonso teniendo que leer peticiones más propias de un infante que de un gobernante.

Tomando de ejemplo las palabras del propio Federico: Croacia, y ahora Carniola, son venecianas. Si Austria puede asumirlo, podríamos hablar de como salvar lo que queda de sus terrenos.

No obstante, tened en cuenta que, de mi puño y letra, os ofrecimos un pacto por dos veces, para ser rechaza de malas formas en ambas ocasiones.

Estimado Francesco,

Me alegra comprobar que ambos miramos por el bien del pueblo austriaco y les ofrecemos vivir bajo el manto de gobernantes justos y de mente serana, libres del yugo del desquiciado Federico.

Como recordaréis, en misiva enviada con anterioridad os propuse estrategia clara, indicando movimientos precisos, pero vos nos respondisteis vagamente, por lo que no pudimos saber con certeza cuáles eran vuestras intenciones.

En dicha incertidumbre, pensando que el ejercito de Carintia podría apoyar al de Slovenia hacia Carniola, traté de romper sus órdenes y finalmente terminamos todos chocando en la frontera. Está claro que las grandes mentes piensan de forma parecida.

Una vez veamos como distribuye Federico sus tropas este invierno, podremos coordinarnos y terminar con el sufrimiento del pueblo bajo su mandato.

Atentamente y enviando mis más sinceras disculpas,

Francesco Foscari,
Dux

Estimado Alfonso,

No os preocupéis más por el austriaco mientras él mismo no ponga todo de su parte para salvaguardar el futuro de su pueblo. Os he incluido en la misiva a modo de testigo pero dedicad vuestros esfuerzos a pensar en vos, al menos hasta que Federico haga lo propio.

El turco, seguramente siguiendo tácticas propias del traicionero Pío, os la ha jugado este otoño y os ha arrebatado vuestros legítimos terrenos.

Habrá que esperar a ver cómo posicionan el sarraceno y el impío sus tropas mientras se mantengan las nieves pero estoy dispuesto a asesoraros en todo lo posible.

Mi querido Mehmed,

Escribo con gozo y alegria al comprobar que la suerte sonríe a los valientes y os habéis respuesto de los reveses del destino, haciéndole pagar al napolitanos su osadía al declararos públicamente la guerra.

Mi único pesar es que si Alfonso hubiese aceptado el trato, su flota hubiese sido destruida. Aunque estoy seguro que será un destino que no tardará en recibir.

Ahora que el austriaco está arrinconando y solo le queda asumir pleitesia a Venecia o morir bajo la mano de Milán, supongo que el de Nápoles me mirará como único aliado ante vuestra alianza con Pío. Estoy seguro que dicha necesidad será algo del que vos y nos podremos sacar gran beneficio.

Recibe un afectuoso saludo

Estimado René,

Me alegra comprobar que no solo habéis mantenido Córcega y Cerdeña, pese a que el turco ha terminado hundido en su inconsciente estrategia, si no que habéis seguido avanzando en vuestro frente oriental y tomado la última parte de vuestro reparto con Milán.

A falta de comprobar cómo aprovecha Sforza las nieves para reorganizar sus tropas, está claro que no podrá cubrir vuestro avance, el mío y, a la vez, terminar de conquistar Austria. Como suelen decir, quien mucho abarca, poco aprieta.

Estoy seguro que podremos coordinarnos en la primavera de forma que sea altamente beneficioso para nuestros pueblos.

Como podéis comprobar, mi información era veraz y Lorenzo atacó vuestros terrenos con sus mercenarios.

Mientras pueda, seguiré informandoos en lo que descubra para que podáis organizaros en consecuencia.

Estimado Francesco,

Mucho me temo que vuestra campaña en Carniola haya acabado con cualquier posibilidad de una alianza tripartita con Austria. Fervientemente deseo que este movimiento vuestro no os cause ulteriores dolores de cabeza (veremos si, acorralado, Federico no se alía con el milanés contra vos). No dudéis de que me preocupo por Nápoles más que por Austria, y por supuesto nada haré si decidís seguir luchando contra él, algo que tiene mucha lógica en realidad; pero me duele ver tantos ejércitos en aquellas regiones que podían estar en paz mientras vuestra ayuda en el Sur del Adriático y el centro de Italia sigue sido fundamental.

Volviendo a nuestros asuntos, ¿podrá Nápoles contar finalmente con Venecia? No es vuestro asesoramiento lo que necesitamos, sino vuestra firme mano y a los capitanes de la Serenísima blandiendo sus espadas junto a nosotros. O, en su defecto, un préstamo de dos ducados para poder levantar una nueva tropa y barrer al turco y al Papa de nuestras tierras.

¿Qué decís? Esperamos vuestra rápida respuesta,

Alfonso Rey