Partida Rol por web

Por favor. - dijo en un tono condescendiente hacia Maggie, alzando una mano para indicarle que no siguiera por ahí.

Llamaré a mi contable para que prepare el adelanto de dicha suma... - torció ligeramente el morro durante un instante, al parecer haciendo algún cálculo rápido - pero me parece correcta la propuesta de Maggie de saldar cuentas con los beneficios futuros de la expedición.

Si los involucrados estámos de acuerdo en ello - mira a Aramiker, Field y Pickwell, quienes le habían acompañado en dicha detención.

Además, una donación quedará bien de cara a la prensa... - murmuró con una sonrisa, mientras pensaba en que ello podría venir bien al apellido Sutton.

Mmmpf, prensa, si, también la prensa. Lucha por recuperar la compostura. El fiscal, el juez y la prensa. Moore, tengo mucho que hacer, resuelva todo esto ¿quiere? Yo me tengo que marchar.

Y se va, meditando la próxima jugada.

Moore se sujeta las gafas contra el puente de la nariz, en su gesto característico.

Si este asunto está resuelto, y ya que estamos reunidos, hagan el favor de recopilar lo que tienen y díganme qué piensan hacer a continuación.

Charlene, que ha estado más o menos asombrada o acobardada toda la noche (estas cosas de ir de comisarías no le van, parece) bosteza.

Mirad, está saliendo el sol. Y es cierto, el ruido de las calles aumenta y en las ventanas (cerradas con cortinas, pero con un pequeño trozo a la vista) ya se nota algo de claridad. Por otra parte, de las cocinas llega el ruido de gente trasteando, y el aroma a café recién hecho.

Me temo que no tenemos tiempo para dormir. Si desean realizar algo diferente a ir al barco a trabajar, desearía saberlo: pero dormir no está en sus opciones. Toca trabajar, me temo. Ya dormiremos lo que queramos durante la travesía.

No tengo nada bueno que decir, adiós.

Menez se marcha, harta de tanta hormona.

Sutton no te equivoques cariño, no tienen nada contra mi.

Querida, si prefierés abonar tu parte directamente, no seré yo quien se enfrente a ello, conozco de primera mano tu testadurez. - dice Sutton sonriendo.

Todo el tiempo he estado con la mirada baja, no me puedo permitir aventuras que paguen otros, ya sea con dinero o en accidentes. Ademas cada vez que me vean como tengo la cara se les quitaran las ganas. En lo que a mi respecta tendria que hacer frente a la suma con lo que cobremos asi que si me lo pueden descontar seria estupendo. Las pistas, parece que los patronos no tienen ningun animo de saber que paso. Asi que no sere yo quien vuelva a retrasar la partida, eso si ya tenemos capitan... por mi parte me dedicare a terminar de estibar, y cuando tenga un rato me pasare por la enfermeria. Por lo que hoy no sere yo el problema. Apesadumbrado y con el animo por los suelos me siento en la cafereria a retomar fuerzas con un cafe y una pasta.

Sutton hizo un pequeño aspaviento con la mano para indicarle a Pickwell que no se apurara con el asunto del vil metal; para añadir fuerza a su intención, le dio una pequeña palmada.

Vamos, vamos, un buen café es de rigor antes de ponernos a faenar.

Chester no tenía ninguna intención de salir de nuevo... al menos por ahora. Después, ya se vería.

Además, aún le faltaba encontrar unas palas de su lista de equipo, si la memoria no le fallaba. Pero tarde o temprano debería hacer una excursión al exterior, aunque solamente fuera para conseguirse una nueva cámara fotográfica.

Acepto este café... y después, a la bodega; el deber - y un surtido de palas - me llama.

- Yo también continuaré con la revisión. Si les puede el sueño, a mí me funcionaba de maravilla tomarme pequeñas siestas de 10 o 15 minutos cada dos horas o así. No es como una noche de sueño reparador, pero permite llevar bien las jornadas de trabajo de 24 horas. Es lo que yo hacía algunas jornadas en Alaska.

Por fin había terminado el infierno de la comisaría y, aunque McDonald no había sido detenido, el tener que pasar la noche en vela declarando como testigo o lo que quiera que él fuera no había mejorado para nada el ánimo del escocés, por lo demás bastante adusto. Como los demás también se sentó en el salón Rosa, más porque no le dejaron otra opción que por le que apeteciese especialmente congraciarse con nadie, pero en lugar de un café se sirvió una copa de wiskie, la cual se dedicó a beber con ánimo sombrío y meditabundo en una esquina de la habitación. Sin embargo, ante el último comentario del señor Moore alzó por fin la mirada de los cubitos de hielo y la clavó en el hombre. Sus ojos azul glaciar se veían enrojecidos y con ojeras, signo inequívoco del cansancio que sentía.

- Disculpe, señor Moore, pero si quiere que trabaje en algo primero me tendrá que decir cuáles son mis tareas antes de la partida...aún no me han sigo asignadas.

Oh, si. Trabajo, dijo Moore, tras ver cómo Menez comenzaba su airada retirada. Puede comenzar intentando ayudar a la señorita Menez, no se le da bien su inventario, creo.

Eso del café suena bien. Y algo de comer ¿eh? A las ocho bajará todo el mundo. Mira el reloj, todavía tenemos un rato para estar tranquilos. Una pregunta ¿por qué tendría Douglas el teléfono de la señorita Lexington? ¿Tienen alguna idea?

-Entiendo que la justicio deba ser igual para todos. Pero estoy convencido que las acciones de mis compañeros no tenían ninguna intencionalidad delictiva- Con calma, continuó con la defensa –Es más, yo mismo me ofrecí para colaborar con el inspector. Le dí la información que requirió y ofrecí mi experiencia en autopsias por si fuera relevante. Supongo que la colaboración del grupo expedicionario contará para esta gente- Recordó la conversación con el policía. Creía no dejarse nada en el tintero.

-Bien, no se preocupen por la larga jornada, no debería suponer más que un profundo cansancio durante los días que estemos en privación de sueño- El Dr. observaba con cierta esperanza la oportunidad que se le presentaba para comenzar con sus experimentos –Dispongo de algunos compuestos que pueden ayudarnos con esto. Si  así lo desean- Con un sonrisa recordó que por fortuna había realizado el pedido de fármacos nada más llegar al barco -Acabemos cuanto antes nuestro trabajo en el barco, estoy deseando que partamos-

Todo el mundo se queda un rato de charla más relajada y amena. Tras la regañina se ve bien que no hay rencores ni inquinas, al menos por parte de Moore, y queda claro que, si bien se ha pedido responsabilidades a los detenidos a toro pasado, durante la crisis se ha puesto todo recurso humano, fondo, excusa e incluso mentira en movimiento para sacar del apuro a los compañeros.

Starkweather dirá a la prensa que todo ha sido culpa suya, que se asustó por culpa de un estúpido anónimo y les presionó en exceso, de manera que provocó un desmedido celo en su gente. Pedirá excusas y, en general, podrán contar con todo su apoyo. Por cierto que Douglas pidió expresamente que se le reservara plaza en ese hotel de mala muerte, y no sabemos por qué. Se encoge de hombros. Aunque lo más seguro es que pasara lo que tenía que pasar, dado semejante ambiente, nosotros no debemos bajar la guardia: hay que tener los ojos bien abiertos.

En esas está entrando Menez, que ha salido un momento con un sobre muy abultado que le ha dado el recepcionista de noche.

Ah, Menez, McDonald, vengan, por favor. Como a Menez parece atravesarsele este trabajo, usted, McDonald, tendrá que ayudarle a moverse por el barco. Esta es la lista de equipo que deben revisar. Va al abarrotado tablón de corcho y extrae una lista que tiene tachados todos los artículos hasta llegar a las pistolas de bengalas:

Cuando lleguen al barco tendrán trabajo de sobras con esto, creo.

Se comienza a escuchar movimiento por los pasillos. La gente se ha despertado y baja a desayunar.

Supongo que querrán adecentarse para la jornada. Por otra parte, Hirch está hurgando en un maletín que ha bajado de su habitación, donde tiene frascos, tarros y cajas de cartón de muchos tamaños y colores. Parecen medicinas, y se pone a disposición de quien necesite un estimulante algo más fuerte que café, té, gengibre o bebida de cola...

El sobre que te han hecho llegar está lleno con informes más detallados y serios. En lo tocante a Starkweather, hay material como para fundamentar una buena erosión de su imagen pública, aunque supone un desembolso bastante serio y no volverse atrás, una vez comenzada la maniobra, so pena de arriesgarse a quedar arruinada, ya que cada publicación supone un posible contragolpe por parte de muchos sectores con los que seguramente cuenta y, por ende, una contrainversión fuerte en medios de comunicación de varios estratos (radio, diarios, publicaciones científicas)

En lo tocante a Field, poca cosa: su vida no parece tener secretos: es el típico reportero de culo inquieto, que ha estado en muchos sitios y que todavía no ha sentado la cabeza... si es que lo hace en alguna ocasión. No tiene escándalos a la vista, al parecer, ni modos de presionarle claros.

Moore es muy interesante. El detective ha seguido la pista a varias transferencias monetarias del geólogo al estado de Louisiana. Son transferencias de poca entidad, pero de regularidad mensual, y durante muchos, muchos años. Aunque está esperando un informe por escrito, el contacto en la zona de tu detective ha recibido un informe verbal, por teléfono. Hay fundadas sospechas de que uno de los progenitores de Moore sea de raza negra (hay que tener en cuenta que se puede ser "negro" sin, en realidad, tener un color muy acusado), más concretamente su madre se cree que es mulata. Su padre, por otro lado, podría ser judío... todo un currículo para los tiempos que corren, y un serio peligro para su imagen pública si se supiera.

Todo ello viene con una factura de 500 dólares adjunta.