Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 3: La espada de Damocles y más sucesos.

Cargando editor
24/02/2014, 11:44
Alexander Peabody

Cuando le llega el turno de hablar, Peabody se mueve unos pasos hacia el centro de la habitación, ya que debido a su baja estatura resulta difícil mantener el contacto visual con todo el mundo en un espacio tan reducido.

Mi nombre es Alexander Peabody - comienza con algo de nerviosismo en la voz, como si no estuviera demasiado acostumbrado a presentarse en situaciones públicas - y mis especialidades son, como ya se ha comentado, la electricidad y la mecánica. Ahora bien, debido a circunstancias que no viene al caso mencionar aquí, me he visto envuelto, junto con mi compañero Tim aquí presente - señala a Pooster - en algunos sucesos inquietantes en el pasado que quizá nos pudieran ayudar a llegar a alguna conclusión en el caso que nos ocupa...

Quisiera empezar ofreciéndoles un pequeño presente, una fruslería de mi invención... - continúa, enrojeciendo claramente, tras una pausa para tragar saliva - espero que las acepten, y las usen - de una bolsa para documentos de cuero oscuro, que al igual que el raido abrigo gris parece muy envejecida por el uso, saca unas pequeñas bolsitas de tela que va ofreciendo a cada uno de los presentes, excepto a Tim.

Como verán - prosigue una vez ha terminado de repartirlas, en voz tan baja que resulta difícil oirle a los que se encuentran más alejados - se trata de unas pulseras realizadas en una aleación de mi invención, y cuyo desarrollo me ha llevado años. Están altamente magnetizadas, y puedo asegurarles que su uso continuado mejora significativamente el equilibrio y la fuerza, relaja la mente y los músculos, equilibra la energía de los Iones negativos y disminuye la fatiga y dolores musculares. Contienen además iones negativos que benefician la salud de quien lo lleva, contrarrestando todo el electromagnetismo que absorbemos...- termina, haciendo un gesto circular con la mano como si se pudieran ver los iones en cuestión pululando alrededor - Además, considero que son bastante elegantes, y cuando regresemos exitosamente de esta expedición espero poder promocionarlas y fabricarlas en serie, para que toda América pueda beneficiarse de sus virtudes... - concluye, mostrando al retirar las gastadas mangas de mi abrigo que llevo una en cada muñeca, y realmente muestran un diseño bastante trabajado, con forma de elipse.

En cualquier caso - continúa, dando por terminada la exposición sobre su "producto" - me gustaría que ahora que me han dedicado unos instantes nos centráramos en lo que realmente saben, los hechos, y nos comentaran si ya tienen algún posible sospechoso. Cualquier indicio podría ser importante...

Cargando editor
24/02/2014, 16:04
Timoty Pooster

Este Alex es un gran inventor que aun no ha tocado la fama por la mala fortuna o las alineacioens astrales, tiene buenas ideas, eso es cierto. comenta Tim.

Yo soy Timothy Pooster, psicologo, medico y parapsicologo. Como ha dicho mi colega Moore, trato la ciencia y lo inexplicable, hay cosas y fuerzas superiores a nosotros ahi fuera. Creo que por ahora, lo unico maligno que intuyo aqui es a ciertas personas intersadas en llevar a mal puerto esta expedicion, nada mas que sabotaje y acciones premeditadas con el fin de hacer fracasar esta empresa.

Tim saca una gamuza y limpia sus anteojos.

veo que han golpeado duro en esta ocasion, puede que si alguien lo necesite, pueda tratar sus heridas mas tarde, soy medico, ya que por desgracia, tengo experiencia en ese tipo de curas, participar en la gran guerra hace que uno aprenda aunque no quiera. Trabajo en la universidad con Moore y me ha llamado para ayudar aqui, espero que nos llevemos bien y logremos desenmascarar a los malditos que han hecho esto.

Señorita, - comenta mirando a Maggie, Ha dicho usted que persiguio al asesino, ¿pudo verle? ¿que ocurrió? si puede comemntarlo, nos ayudaria en las investigaciones.

Notas de juego

Tim se muestra algo ido, por los hechos que ha vivido recientemente.

Cargando editor
24/02/2014, 16:58
Maggie O'Connel

- No solo pude verlo, lo atrapamos, lo pateé, y lo tiene ahora la policía. Pero ni siquiera podría describirlo, en cuanto el guardia de seguridad lo inmovilizó salí corriendo a donde estaban mis compañeros en apuros... La policía sin duda habrá hecho ya una ficha, no estaría mal hacerles una visita, supongo que como parte afectada podremos estar al tanto. Pero me temo que yo no soy la adecuada para ir, desde ese incidente tengo pensamientos homicidas.

 

Cargando editor
24/02/2014, 17:09
Aramiker Menez

Menez con una sonrisa de oreja a oreja, comenta.

La vida es toooooooda una ironía, mientras mira a sus nuevos compañeros.

Un medico-psicologo  y parapsicologo, y un inventor........... ¿No nos conocemos? Dice con arrugando la cara, como intentado acordarse de algo.

 

 

Notas de juego

 

 

Cargando editor
24/02/2014, 17:09
Aramiker Menez
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Menez tira idea para ver si le suena la cara de los nuevos integrantes.

 

 

Cargando editor
24/02/2014, 17:17
Timoty Pooster

Mmm. creo no tener el gusto, señora, la recordaria. comenta Tim.

Si han pillado a ese malnacido, tendriamos que ir a verle, la verdad. Creo que si que es importante tener un careo con el

Cargando editor
24/02/2014, 17:43
Maggie O'Connel

Maggie se buscó un sitio en el que sentarse para charlar, desde las quemaduras se cansaba bastante, seguramente porque su cuerpo estaba concentrado en regenerar. Cuando notaba el cansancio, Maggie bebía un poco de agua, temerosa de la deshidratación.

Por un momento se recostó, pero el dolor era incómodo y volvió a dejar la espalda erguida. Se había puesto una visera irlandesa, una gorra de tweed, para ocultar un poco su cabeza pelada y con ella parecía un muchacho, pero no era difícil imaginársela con su anterior pelo y volver a ver aquella belleza que habían conocido unos días antes. 

También era difícil de imaginar una muchacha tan hermosa dominando una manada de huskies y dirigiendo safaris y expediciones de exploración por la helada Alaska, pero todos sabían que ese era su cometido, y por eso había sido contratada. Por eso, y por sus facultades como cazadora. A pesar de su aspecto de modelo y de su constitución más bien menuda, aquella chica disparaba rifles de caza de grueso calibre como muy pocas personas en toda américa. Si había algo comestible en aquel páramo helado que llamaban continente, estaría sobre el fogón. Era difícil de imaginársela... de no ser por la escopeta que ahora colgaba permanentemente del hombro, algo poco tranquilizador cuando acababa de reconocer que tenía pensamientos homicidas.

Notas de juego

Bueno, presentando al personaje.

Cargando editor
24/02/2014, 18:20
Rudolf Kleiver

Rudolf charló informalmente con el resto de expedicionarios, incluyendo una larga charla con Maggie donde ambos se pusieron al día desde aquel lejano tiempo en que ella había sido su alumna. Como no se molestaron en hacerlo en privado, los demás pudieron sacar en claro que Rudolf había estado trabajando en Alaska para las empresas mineras que exploraban el estado helado. Necesitaban acotar parcelas, volar largos fragmentos de montaña para acceder a los minerales, y diseñar las carreteras necesarias para llevar esos minerales hasta la carretera o puerto más cercanos. Al parecer usaba tan fácilmente el teodolito como la dinamita. 

Por lo demás, era un hombre ya entrado en años, según él 61 años, aunque se le notaba en forma y perfectamente activo, después de todo explorar y explotar Alaska no era una empresa al alcance de alguien con reuma. Parecía tener un carácter firme y metódico, poco dado el humor que sacaba con cuentagotas, quizás porque su acento alemán no era el más propicio para hacer bromas.

Cargando editor
24/02/2014, 22:09
(Starkweather-Moore, científico) Richard Greene

La conversación se alargó quizá una media hora y ya estaba rebullendo Green, como una gallina clueca, amenazando con un estallido de ira. Y, ciertamente, los enfermos, que en un principio se encontraban bien (si no se movían demasiado), comenzaron a tener síntomas preocupantes. Las vías respiratorias, antes suavizadas con misteriosos enjuagues se irritaban, la tos (muy dolorosa para quien tuviera quemaduras en las zonas afectadas por el movimiento convulsivo) era seca, y provocaba dolor también en los músculos cansados de hacer ese trabajo una y otra vez, el pulso se aceleraba, la frente se perlaba de sudor frío y comenzaba a aparecer la febrícula o, incluso, la fiebre.

¡No entienden que las siguientes horas serán clave para evitar una infección grave, demonios! ¡Mis enfermos deben descansar!

Cargando editor
24/02/2014, 22:18
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Moore se levantó cansinamente y abrió al doctor.

Está bien, Green, ya hemos terminado, creo. Supervisen todo lo que hayan delegado y ustedes mismos también vayan a reposar otro par de horas. Esta tarde nos reuniremos de nuevo.

Cargando editor
24/02/2014, 22:19
Guardián de los Arcanos

En el pantalán, los aviones ya tienen preparados los equipos necesarios para que se monten los trenes de aterrizaje sin todavía tener que montar el aparato al completo. Miles ha trabajado rápido, tiranizando a cada mecánico que se le ha puesto por delante... y eso mismo hace con Peabody, en cuanto se entera de su incorporación... hasta que Silkes se lo roba, para que se vaya a medir para que se le confeccionen las ropas. También se hace una pequeña sesión de fotos con Field, tras recabar algunas prendas resultonas, prestadas de entre los compañeros más o menos iguales en tamaño.

El día sigue para Tim y para Alex como el de todos, al principio del periplo: dentista, pequeña sesión con la prensa. El dentista parece sorprendido: ¿acaban de estar los dos con un dentista? Es raro. Ese es el material que yo mismo utilizo. Se diría que el trabajo que les han hecho lleva mi marca. ¿Podría conocer el nombre de quien lo ha hecho?

Green, robando un momento a la vigilancia a la que somete a los enfermos también les hace su particular chequeo. En fin. La tarde pilla de nuevo a Peabody viajando con los vagones de carga y todos los mecánicos al aeropuerto de donde saldrán los Boeing, y ya está en marcha también Pickwell con ellos, tras tomarse un café bien cargado y unos bollos densos como el plomo... alguna receta heredada de la Pérfida Albión... la gente comienza a conocer el particular estilo de la intendencia del Gabrielle.

El mismo Gabrielle parece estar ya como nuevo. En realidad, la expedición espera los motores que tienen que venir. Parte del trabajo ha sido canibalizar los que estaban enteros para poner los aviones de la expedición de los dementes a punto, así que el que queda no tiene ninguno: imposible partir hasta que lleguen.

Ya hasta la puesta de sol, aparece Moore con un anciano. Habla con Green. Se quedan en el puente de mando hablando tranquilamente hasta que llegan todos los componentes de su círculo interno.

La seguridad es casi ridícula. O, por lo menos, así lo pensaría alguien que no conociera las muy particulares circunstancias de la empresa que aquí se desarrolla. Se ha triplicado el número de guardias, y los mandos, gente nueva, tienen el inequívoco aspecto de militares retirados a una vida quizá menos patriótica, pero si más abundante en pecunio. Gente entrenada y eficaz. El pobre Jim ha sido reducido a la tarea de traer cafés, para su humillación, aunque no parece del todo disconforme, casi está hasta agradecido por no haber sido expulsado como una rata. Se ve aquí algo de la sutil sensibilidad de Moore, tan frío como suele ser, y las buenas combinaciones que hace con su encargado, Packard.

Tras una discusión en voz baja con Green, en la puerta de la enfermería, el círculo interno (y el secreto del mismo ya corre a voces sordas por todo el barco, en parte gracias al cotilla oficial, Avery Giles) se vuelve a reunir con el curioso anciano que ha traído Moore.

Cargando editor
24/02/2014, 22:40
(Capítulo 1) Nicolai Roerich

El hombre, que se presenta como Nicolai Roerich es elegante, bien vestido, de unos cincuenta y nueve años. Su pelo escasea y es de un color rubio blanquecino. Luce unas cuidadas patillas y habla y se comporta como un hombre refinado. Habla con acento ruso. Roerich tiene hematomas en cada parte visible de su cuerpo, en la cara presenta también algunos cortes. Se le han aflojado algunos dientes (se los toca con la lengua entre frase y frase) y cojea al andar.

Señoritas, señor... aaaah, la señorita Withston, encantado de conocerla... Os da calurosamente la mano. Su habla lenta y dificultosa crea un ambiente singular, ya que, aparte de sus problemas actuales, piensa siempre lo que va a decir, haciendo rítmicos silencios que acompasa con palabras bien pronunciadas y bien buscadas en su curioso acento.

Les agradezco muy encarecidamente que me hayan recibido. Venía a Nueva York a presenciar una exposición de mis pinturas... y a dar un banquete en beneficio de las multitudes hambrientas de Asia... Pasé a entregar un paquete a mi querida amiga Acacia y... bien, me lo robaron a punta de pistola...

Cargando editor
24/02/2014, 22:42
(Starkweather-Moore, científico) Charlene Whitston

¡Señor Roerich! Es un honor, dice Whitston. Conocí a su hijo, en el Instituto. Estoy encantada de conocerle.

Ciertamente, Roerich es toda una celebridad en determinados círculos, un famoso noble ruso, arqueólogo, pintor, historiador, orientalista. Es el fundador del Instituto de investigaciones Himaláicas (relativo al Himalaya), situado en el valle de Kulú, Himalaya occidental. En dicho instituto se realizan investigaciones sobre botánica, bioquímica, zoología, medicina... colaboran en él científicos de talla mundial, como Einstein, por ejemplo, además de muchos otros de todas las naciones, razas, credos y regímenes políticos. Todo un encuentro, vaya. Cualquiera que esté suscrito a publicaciones científicas de muy variadas disciplinas, le conoce. Otros es muy posible que no... a no ser que tengan algún interés en las ciencias ocultas, campo en el que también levanta polvo a veces, si bien es verdad que en sus aspectos más serios y formales, dejando de lado todo el colorín que suele irrumpir en ese otro mundo ajeno a la ciencia oficial.

Cargando editor
24/02/2014, 22:49
Timoty Pooster

Tim se sobresalta al ver al anciano y golpea con su pierna a Alex, como un resorte. Su cara refleja perplejidad y tension.

Alex..ehh....no es? Si, juraria que es el. NO? por primera vez pooster parece confundido.

Le recuerdo en un restaurante, con Enma, una bella joven rubia, tambien le recuerdo en mis sueños, hablando de Animaculii, es posible? Le conozco?

Cargando editor
24/02/2014, 23:07
(Capítulo 1) Nicolai Roerich

Roerich, en cambio, parece no conocer a Pooster. Alza ligeramente las cejas. Pero sigue su propio ritmo, y no deja que se pierda en distracciones. Es seguro que después retrocederá, y puede que indague en la sorpresa del psicólogo con la misma parsimonia con la que habla.

El cielo se pone incandescente por el anochecer tras los ojos de buey. Los gritos de los estibadores se hacen más agudos y perentorios, gracias a la cercanía del descanso ganado tras un duro día de trabajo.

Comenzaré desde el principio. Estoy aquí para intentar que no vayan al sur. He querido ponerme en contacto con Acacia Lexington, pero ha sido imposible: al parecer estaba muy ocupada. Tanto como ustedes hasta que, al parecer, se han abierto a las comunicaciones exteriores.

Verán. Recientemente he recibido una carta y un paquete de un amigo, el profesor William Dyer que, al parecer, ha estado viviendo en el pacífico sur. En esa carta, Dyer me pedía que fuese a Nueva York en su nombre, para pedir lo más insistentemente que pudiese a Starkweather y al señor Moore aquí presente, que cancelasen los planes de la expedición. Como último recurso, me decía Dyer en su carta, debía entregarles el paquete, en el que se suponía que había un manuscrito, y que estaba sellado. Como debía estar aquí por estas fechas, por la exposición de mi trabajo, en pos de recaudar dinero para una causa noble y caritativa, acepté. El manuscrito, continuaba la carta de Dyer, era el relato exacto de los hechos acaecidos durante la expedición Miskatonic. Si no había otro modo de convencer a los exploradores se suponía que este relato debía terminar de convencerles.

Pero mi carta a Starkweather no recibió respuesta y mis mensajes telefónicos eran sistemáticamente ignorados.

Sin embargo, y ya en Nueva York, me enteré de que Acacia quería ir también al polo, así que, fui a verla, para ver si podía disuadirla de la manera en que sugería Dyer y para que luego ella misma, junto a mi, intentáramos idéntica maniobra con ustedes. La noticia de su partida fue una gran sorpresa para mi. Yo había sido, en tiempos, un buen amigo de su padre. Pasado 1920 nuestra amistad se enfrió.

Pero en la misma puerta de la mansión Lexington un hombre me raptó y con su chófer me condujeron a una nave, en un puerto, donde había otros dos individuos. Todos parecían tener acento alemán. No eran unos simples rateros, no les interesaba el dinero, pero si el manuscrito de Dyer, del que parecían estar informados. Y yo no había hablado con nadie más de ese texto. Han tenido que interceptar alguno de mis mensajes, o algo peor. ¿Cómo sabían quién era, dónde encontrarme, y que llevaba ese texto en ese preciso instante?

He hecho un retrato de uno de ellos, el que hablaba. Os dibuja un rostro en un papel arrancado de una elegante libreta, con una pluma estilográfica cara y sofisticada. La policía tiene otro. Ellos me ataron a una silla, y comenzaron a preguntarme insistentemente sobre "el relato de Pym", algo que para mi no tenía sentido. Pero he estado dandole vueltas, y creo que se refiere a una novelita de Poe... una novelita que podría relacionarse con otro robo, acaecido hace diez años.

El padre de Acacia y yo eramos buenos amigos. Es amistad se truncó, pero siempre conservé a mis amigos en el recuerdo. La muerte de PW Lexington en 1921 fue considerada un suicidio por la prensa. Su nombre se relacionó con una serie de turbios negocios y escándalos financieros, pero ninguno de ellos lo suficientemente grave, y nunca se pudo probar nada.

Lo que decían los amigos de Lexington era otra cosa. Al parecer no se había suicidado. Pensaban que lo habían asesinado por culpa de un libro. El día de su suicidio, había anunciado una subasta privada en la que se desharía de algunas posesiones personales de gran valor. Murió antes de que la subasta tuviese lugar. Una de las cosas que se iban a subastar, un manuscrito único, desapareció tras su muerte, y no se ha vuelto a saber nada de él.

Se trataba de Las Aventuras de Arthur Gordon Pym, de Poe, que había salido por entregas en 1837, en veinticinco capítulos. Los últimos capítulos no se llegaron a publicar jamás... Excepto porque recuerdo que el ejemplar del viejo manuscrito  contenía dichos capítulos, completamente desconocidos para el público y los expertos, y esa era la razón de que estuviera tan orgulloso de su posesión: que era única, que variaba sorprendentemente de cualquier otra versión, porque contenía nada menos que cuatro capítulos más, los que daban la obra por finalizada. Estos últimos capítulos no han sido jamás impresos y, al parecer, tampoco hay pruebas de que pertenezcan al mismo autor. Yo, desgraciadamente, no tuve oportunidad de leerlos.

PW Lexington estaba muy orgulloso de su libro, y pensaba que narraba un auténtico viaje a la Antártida, y que no era una pieza de ficción.

Parece tan insignificante este asunto... Alguien robó ese libro entonces, y alguien ha robado ahora un manuscrito, el trabajo de un amigo. Puedo creer que se trate de dos casos de codicia, de otro modo... No quiero decir que haya alguna relación entre ambas cosas, estimados amigos, pero la idea de que esto sea posible me ronda la cabeza por alguna extraña razón. Si aquellos que me interrogaron querían informes sobre la historia de Pym, entonces es que para ellos todo está relacionado, pero no tengo ni idea de por qué.

Temo por Acacia. Quizá... en estos tiempos ha estado flirtreando con el movimiento nacional socialista. He sabido, además, que pronto saldrá también para el sur la expedición alemana Basmeier-Falken, un abigarrado grupo de investigadores que abandonarán Alemania en dirección a la Antártida. Ignoro qué intereses puede tener ella en esta expedición, ni cuales son sus objetivos. Pero todas estas sospechas no se las he contado a la policía, solo a ustedes, ya que tienen la intención de ir. Tampoco creo que Acacia haya hecho algo ilegal o peligroso... pero Dyer, en su carta, me indicó que el contenido del manuscrito no debía ser hecho público.

Así pues... Acacia no parece haber querido hablar conmigo, y ustedes hasta hoy, tampoco. Les aconsejaría que no fueran. Dyer siempre ha sido un hombre sensato, un erudito, alguien a quien tener en cuenta. Sin embargo... parte de la misión ha fallado estrepitosamente.

Si. Mira a Moore. En sus ojos leo la negativa. Este pobre anciano que les contempla todavía no chochea. Usted irá pese a lo que pese ¿verdad? Si. Ya veo. ¡Por favor! Al menos, sean ahí mis ojos y mis manos. Yo no puedo ir, salvo quizá, en espíritu. Pero tampoco puedo quedarme ocioso.

Cargando editor
24/02/2014, 23:42
Maggie O'Connel

- Tres manuscritos robados... el tercero es una parte del diario del capitán. Al menos los capítulos correspondientes a la anterior expedición. Empiezo a tener miedo de ir, sinceramente, pero también quiero saber quien era el jefe del que casi me abrasa, y tomarme venganza. No será mi prioridad, mi lealtad con la seguridad de todos ustedes es absoluta, pero tengo le impresión de que si hay una oportunidad de hacer justicia por la muerte de Alistair no será aquí en Nueva York. Creo que intentaré aprovechar que el buen doctor me quiere dar descanso para releer esa novelita.

Cargando editor
25/02/2014, 00:54
Timoty Pooster

Tim palidece al oir el relato del anciano y comenta.

seguramente iremos todos y tendremos que ser cautos, esto es mas grave de lo que pueda parecer. He de hablar seriamente con usted, Roerich, creo que tengo que comentarle algo importante y que tiene que ver con nuestra aficcion comun por lo desconocido, le rogaria unos minutos mas tarde. Creo que puedo llegar a sorprenderle. Por otro lado, Ahora tenemos una imagen de uno de los malvados secuestradores, seguro que les veremos por los frios paramos del norte, estoy convencido.

Mientras habla, Tim agarra un pesdao zurron de color ocre que lleva asido en un costado.

Sabe usted donde podriamos localizar al señor Dyer? Seria interesante saber que tenia reservado para esta expedicion, igual podria darnos la informacion del manuscrito a viva vocce. Algo queria que supieramos.

Cargando editor
25/02/2014, 01:05
Timoty Pooster
Sólo para el director

Notas de juego

Mi manuscrito si que tiene los 25 capitulos? El que me dio el amigo de lo alto de la colina, esta completo?

Cargando editor
25/02/2014, 12:10
Alexander Peabody

Todo el asunto está resultando extraordinariamente extraño... - acierta a decir Peabody con voz trémula. Desde que ha visto al anciano, una expresión de sorpresa mayúscula se ha pintado en su rostro, y mientras pronuncia estas palabras aún continúa mirando a Roerich con fijeza, como si no pudiera creer que le tiene delante - Nos dice que no deberíamos ir a la expedición, sin dar ningún motivo convincente más que la mención de un manuscrito cuyo contenido desconocemos por completo. Por otro lado, algún grupo bien organizado trata de evitarlo a toda costa, una vez más por motivos misteriosos, y sin detenerse ante nada...

Si lo que pudieramos descubrir debería quedar oculto para toda la humanidad, es lógico suponer que el resto de expediciones estarían teniendo los mismos problemas, pues al parecer no carece de medios quien trata de evitar que partamos - continúa, a media voz, como si no estuviese muy seguro de lo que afirma - y sin embargo no tenemos noticias de ello. Podríamos al menos sospechar, sino casi concluir, que alguno de nuestros rivales es responsable de lo ocurrido; y todo apuntaría a esa expedición alemana, por lo que parece, Quizá incluso la misma Acacia podría estar implicada, si tenemos en consideración esa conexión con el nacional-socialismo - continúa, como pensando en voz alta - ¿Debemos suponer que Dyer no tenía noticia de la expedición Basmeier-Falken?. Quizá si lo hubiera sabido, habría tratado de igual modo de detenerles, proporcionándoles ese manuscrito que, al final, habría llegado igualmente a sus manos por otros medios...

Hay varias lineas de investigación sobre la mesa, creo que deberíamos repartirnos las tareas en la medida en que nos lo permitan nuestras obligaciones en el barco - dice para terminar - Parece evidente, para empezar, que alguien de dentro podría haber colaborado en los sabotajes, y quién sabe en qué más. Si el Sr. Moore lo estima conveniente, sugiero que algunos empecemos a investigar a todo el personal; quizá eso aclare algunas ideas.

Está por otra parte el asunto de contactar con Dyer, quizá lo más complicado. Tratar de interrogar a ese sujeto en la comisaría, o al menos intentar obtener información de la policía, parece también que podría conducirnos a algo. Supongo que los heridos podrían dedicar algo de tiempo a leer esos diarios, quizá saquen algo en claro. Tal vez esté olvidando algo, pero el tiempo apremia; no hay motivo para suponer que nuestros enemigos hayan renunciado, y su siguiente maniobra quizá sea aún más osada y peligrosa.

 

Notas de juego

Pues sugiero que nos repartamos las investigaciones, en la medida que se pueda. Alex se queda junto a Pooster, también quiere hablar aparte con Roerich.
 

Cargando editor
25/02/2014, 13:06
Lord Anthony Montagu-Sutton III

Estimado Peabody, los diarios fue lo que desapareció de la habitación de motel del difunto Capitán Douglas. - explicó Sutton amablemente. - Además, las fuerzas del orden no están en una situación en que miren con buenos ojos a los miembros de esta expedición.

Un detalle sin importancia. - añadió con un gesto de la mano, quitando importancia a sus palabras y conn esa expresión de niño pequeño tratando de no ser culpado de su última travesura.

Por no hablar de que unos cuantos miembros tenemos que preparar la famosa expedición de los dementes. - se rio cuando pronunció el nombre.

Lo que tengo claro es que me haré con una de esas copias que encargamos del relato para poder recordarlo con calma...