Partida Rol por web

Bajo vuestros pies el ukelele dejó de sonar. Parecía haberse hecho el silencio.

- Mi abuelo solía decir que en caso de dudas mejor decir la verdad. Hablaré con Moore, creo que el doctor tiene razón. En cuanto pueda moverme de nuevo sin ver toda la Vía Láctea, iré a hablar con él... 

Lo se camarero, aun asi me hare un bocadillo, cogere alguna cosa del camarote y partire a los angares. Al bajar las escaleras me sorprendio que se hiciera el silencio en el comedor, pero no hice mas caso, con lo que pase por el sollado a recoger ropa de abrigo, una de mis 45 con dos cargadores y por ultimo a la cocina a hacerme dos bocadillos...

Hirch lo pensó un poco más, intentando que la incomodidad o el dolor no nublaran sus ideas.

Creo que su abuelo tenía razón, Maggie. Suspiró. Guardó silencio un momento más. Y ahora, debemos intentar dormir. La enfermera entró a poner orden en el cuarto, recogiendo rollos de vendas y cacharreando con los muchos frascos de medicamentos de aromas extraños. Tendió su pequeño catre fabricado con dos sillones, una mesita de noche y almohadones dispares. Ya refrescaba lo que proporcionaba cierto alivio, una ilusión de frescor en las partes de la piel no cubierta con vendas de los heridos, que contrastaba con el ardor que producían el sudor y el más leve roce en las heridas.

Chester se sirvió algo de la primera botella que encontró en el camarote. 

Aún no hemos atrapado al culpable... pero no duden que daremos con él. Sinceramente, una vez el barco esté en alta mar no veo cómo podría seguir haciéndonos daño.

Chester no dejó entrever en ningún momento que sospechaban que alguno de los miembros de la tripulación estaba conchabado con el saboteador; era mejor dejar que, fuera quien fuera y suponiendo que le estuviera escuchando, se sintiera confiado y seguro; así sería más sencillo atraparle.

Habiendo lanzado su mensaje tranquilizador, se volvió hacia Douglas y le contestó con una sonrisa.

¿Seguro? Parece que en esta expedición no hay nada seguro, Douglas. Y por favor, llámeme Chester; vamos a compartir muchas horas en este barco como para seguir tratándonos de usted. - Antes de seguir, tomó un sorbo de la bebida, algo más fuerte de lo que él esperaba. - Y creo que, realmente, debemos tratar de comportarnos como gente civilizada; no querríamos facilitarles el trabajo a nuestros enemigos con disputas internas, ni que un mal reniego nos ponga a Dios Nuestro Señor en contra, ¿verdad? - Añadió el fotógrafo, tratando de distender un poco el ambiente.

Al llegar a la cocina me pareció raro que siguiera el comedor en silencio. De repente se me enciende el instinto de supervivencia, empuño la 45, le quito el seguro y la cargo deslizando la corredera. Avanzo por la cocina hacia el salon en silencio, observando y escuchando alerta cualquier indicio de peligro con el arma encarada listo para entrar en accion...

Tal vez sea lo mejor, Tim - comenta Peabody a Pooster, y al resto del grupo de paso - Le abordaremos tras la cena, y veremos qué puede decirnos. La música parece haber parado... - enuncio sin ninguna intención especial.

Bajáis las escalerillas para entrar en la cámara de oficiales, que es donde se servirá la cena, aunque Pickwell tiene pensado pasar de largo para pillar algo en la cocina, y no entretenerse.

En la cámara están todos los miembros de la expedición, menos Moore y Starkweather. También están todos los oficiales del Gabrielle, y el capitán Vrendenburgh. En la gran mesa hay dos boles, uno ya mediado de cacahuetes y otro igualmente mediado, pero con cáscaras de los que se han ido consumiendo. Todo el mundo tiene algún aperitivo. El camarero al que habéis pedido algo de beber, está, precisamente, preparando todo en una esquina. El ukelele de Huston está puesto sobre sus rodillas. Pareciera una reunión relajada, o incluso una fiesta, pero la tensión desmiente esa primera impresión. Bastantes de los presentes miran a Field.

Llegáis justo en el momento en el que Chester está acabando de hablar. Se dirige a Huston y a O'Doul, que parecen bastante cabreados.

...Y creo que, realmente, debemos tratar de comportarnos como gente civilizada; no querríamos facilitarles el trabajo a nuestros enemigos con disputas internas, ni que un mal reniego nos ponga a Dios Nuestro Señor en contra, ¿verdad?

Cartier mira a su amigo, Morehouse. Habla en voz alta y algo estridente. ¿Oyes, Morehouse? Nos está tomando por tontos. Dice que cuando el barco esté en alta mar, se terminarán los problemas. ¡Ja!

Griffith suspira y responde a Thimoty Cartier. Joven, le sentaría mejor tener los labios bien sellados y los oídos más abiertos. Niega apesadumbrado. El chico se refiere al rumor que corre por el barco de que se sospecha... de que ustedes sospechan que todavía pudiera quedar un agente de ese loco que nos amenaza. Lógicamente todo el mundo ha sumado dos y dos. Ustedes están investigándonos a todos, ya que podría ser cualquiera. No es agradable, pero deberíamos resignarnos y colaborar, en vez de incomodarnos.

Vamos, vamos, ¿qué ocurre? - preguntó Sutton introduciéndose en la conversación y mirando a Morehouse, pese a las palabras explicativas de Cartier.

Dudo mucho que la intención de Field sea tomar por tonto a nadie y, muchos menos, que la de nadie sea buscar una situación tensa durante la travesía, ¿no? - Sutton abrió las manos, abarcando a todos los presentes.

Veo que el clima aqui esta muy tenso, ¿nos hemos perdido algo? Tratemos de estra tranquilos, que esto no es mas que el inicio de una aventura, que por larga y por ende costosa, solicita la mejor disposicion y voluntad de cada miembro de la misma. Hemos de tratar de estar serenos y con la mente diafana y clara. ¿alguien nos puede comentar que ha ocurrido, por favor?

Tim analiza a la gente para ver si hay atisbos de violencia.

Chester sentía que había metido la pata hasta el fondo; en realidad, nunca se le habían dado bien los trabajos de investigación discretos; lo suyo era hacer reportajes de osos grizzly y de rudos montañeros, no andar metiendo las narices donde no le llamaban. Este no era, definitivamente, su campo, y allí había quedado más que claro.

Permítame que matice mi comentario, señor Cartier; no se van a terminar nuestros problemas, pero si alguien intenta hacernos daño desde dentro lo tendrá crudo; todos vamos a estar muy alerta, y en este barco no hay tantos sitios donde esconderse. Hacernos una mala pasada durante el trayecto sin descubrirse es algo que se me antoja casi imposible. Es por eso que creo que vamos a estar más seguros una vez embarquemos.

Chester había cometido el error de tratar de jugar con ellos, pero ahora se daba cuenta de que no se trataba de niños de patio de colegio, al contrario; eran hombres curtidos, inteligentes y con las suficientes agallas como para meterse en una misión como aquella. No volvería a equivocarse al juzgarlos, eso seguro.

Tras escuchar detras de la puerta queda resuelto el tema del silencio, Desamartillo el arma y le pongo el seguro puesto que ahora hay una bala en la recamara. Me la guardo en la chaqueta y me dirijo a hacerme los bocadillos que me llevarme al hangar. Tambien cojo un termo con cafe, esto me ayudara a no dormirme, si asi lo decido.

Cuando termino salgo por el portalon de decubierta y cojo un taxi con direccion al aeropuerto...

Pickwell, que se había quedado en un discreto segundo plano, sin entrar en la cámara, al enterarse de qué iba la cosa, guardó algo en su chaqueta ¿parecía un arma? Hizo un saludo silencioso y se fue a por su bocadillo, en la cocina.

En el camino se encontró con el otro camarero de servicio esta noche. Un tipo tan delgado como su compañero, pero más pequeño y nervudo. Tenía una voz fiera y recia.

Ah, señorr. Su bocadillo. Un indiscutible acento alemán, o similar. ¿Que desea café? Ya. Si esperra un momento... ¿En un terrmo? Si señorr. Porr aquí. ¡Eh, Crruz! ¡Aquí tiene al señor Pickwell!

Cruz estaba esperando en la cubierta, al fresco. Al ser llamado se acercó al aviador. Eh, señor Dominique, voy con usted. No tengo sueño, y puede que me necesite, si hay que mover pesos. He oído en la cocina que  se iba al hangar.

La parte de la expedición compuesta por Cruz, Cole y López comían con la marinería, así que por ellos el tema estaba resuelto.

En la cámara de oficiales, entre tanto, Field había conseguido calmar la tensión que se había palpado, casi masticado.

Porter le dio una palmada en la espalda a Cartier. Sin fuerza, al parecer... aunque también dio la impresión de que le hacía temblar hasta las meninges. ¿Ha oído? Venga, no tenga mala sombra y discúlpese.

 El jóven, no sin elegancia, se inclinó para dar la mano a Field. Lo siento, Chester. 

Vrendenbourgh, entonces, miró tanto a Houston como a O'Doul. En realidad parecía haber estado a punto de comenzar alguna frase que luego tendría poco remedio, del tipo de las que empiezan por "En mi barco... " Y acaban de forma lapidaria, amenazante o autoritaria.

Lo siento, compañero. Alargó también la mano al técnico de perforación, O'Doul, que le miró incómodo...

Está bien, señor Houston, espero que no se repita... (todo el mundo se agitó, molesto) ...quizá haya sido demasiado duro con usted. Yo también le suplico perdón (suspiro de alivio).

Señor Green, dijo entonces Gilmore, el otro ingeniero de perforación, ¿podremos visitar pronto a los heridos? Me gustaría poder saludarles, darles ánimos. ¿Están bien? No hay complicaciones, espero.

Los camareros estaban empezando a poner la mesa. Del lado del comedor de la marinería, se escuchaba el ruido de sillas corriéndose, de gente levantándose, del murmullo más alto de lo normal que tienen quienes ya no tienen la boca llena de comida y pueden charlar a placer.

Usted tiene permiso para visitarles mañana mismo, Gilmore. Tiene experiencia en el tema, les animará. Los demás, pues iremos espaciándolos en el tiempo. En estos primeros días el peligro de infección es muy grande, así que hay que ser prudentes.

Y, así, la cena siguió en mejor armonía. El capitán, por supuesto, no se quedó. Era prerrogativa suya cenar solo con quien deseara invitar, en su propio camarote. En este caso fue con Moore, que vino de alguna parte, donde había estado trabajando en quién sabe qué, y al que se llevó, sin duda a tomar el aperitivo y a esperar a que vosotros terminarais.

Alguien hizo saber a Packard que deseabais tener una entrevista con él, durante la cena y de forma discreta.

En la cubierta de botes (de nuevo) y con un café bien caliente en la mano para hacer buena sobremesa, ya con algo en los hombros, pues refrescaba bastante, Packard se sentó, bostezando. El día había sido duro, se le notaba en los movimientos. Pero era un hombre bragado, acostumbrado a los problemas, así que miró a todos, sorbiendo el café, y esperó a que le contarais lo que fuera.

Rudolf estuchaba más que hablaba. Aunque los años y los infinitos viajes hubiesen hecho creer otra cosa, todavía se sentía tímido en la presencia de extraños. Se habría sentido más cómodo con su antigua pupila en el grupo, pero había llegado en mal momento y estaba recuperándose de las heridas de un atentado. 

Muy bien señor Cruz, esto nos permitira empezar a conocernos, por desgracia apenas tengo referencias suyas y si no le importa seria un buen momento para ponernos al dia. Y sin darle importancia saco la petaca que siempre llevo y le ofrezco un trago mientras esperamos al taxi que nos lleve a los hangares.

Bueno sere yo quien rompa el hielo, como ya sabe me llamo Diminique Pickwell, puede llamarme como desee, aunque prefiero que me llame Dominique, soy de origen Canadiense y de siempre me gusto la aventura y volar, asi que aqui estamos. No quiero que me vea como un jefe, un patron o nada por el estilo, deseo que me vea como un compañero mas, el mando que me ha concedido temporalmene Starkweather es solo eso y cuando se termine sere como cualquiera de ustedes, un compañero mas.

Como ya dije antes estoy abierto a cualquier sugerencia, de cualquier persona, en este grupo tan reducido tenemos que tener confianza los unos en los otros y cualquier labor que desarroyemos es importante. Durante los dias que este al mando pretendo que todos seamos iguales, puesto que todos estaremos bajo las mismas circunstancias, tengo la intencion de consensuar las decisiones que tomemos como grupo que somos, aunque la decision final sera mia no tomare decisiones unanimamente, excepto las de mi profesion claro.

No tengo ahora mismo mucha idea de cual es su especialidad, espero que me saque de mi "ignorancia", pero otra cosa que si quiero potenciar entre la gente de este grupo es que todos aprendamos algo de los demas, y creo que esta noche le voy a poner un poco al dia con el tema aeronautico...

Con esto le doy pie a que me cuente lo que el considere, tambien me ayudara a llevar esa labor de investigacion que ha comenzado Chester y que comenzo con mal pie por lo visto.

Sr. Packard... - comienza a modo de saludo para romper el hielo, tendiéndole la mano - Como sabrá, al Sr. Pooster aquí presente - añade, señalándole y permitiendo que también le ofrezca la mano - y a mi mismo se nos ha encargado por parte del Sr. Moore el esclarecimiento de los desventurados sucesos que han ido ocurriendo hasta el momento en la expedición. La primera hipótesis que nos gustaría descartar por razones obvias es que algún tipo de agente, desde dentro, haya colaborado en el atentado; parecería obvio, en principio, que hubiera sido así...

Usted conoce bien a todo el personal, y tiene fama de realizar su trabajo de manera seria y eficiente - añade, al parecer sin intención de alabar en exceso las cualidades de Packard - por lo tanto, parece razonable comenzar por pedirle su opinión, sobre el caso, quizá usted mismo tenga alguna idea ya.

¿Qué hay, por ejemplo, de ese camarero con acento alemán, cuándo y en qué circunstancias fue contratado? - termina, bajando la voz - No quiero acusar a nadie basándome en sus orígenes, pero quizá pistas tan evidentes puedan ayudarnos a esclarecer algunas cuestiones.

El personal del SS Gabrielle ha sido contratado por Turlow, señor Peabody. Como primer oficial ese es su cometido, además de sacar de puerto el barco, y pertrecharlo completamente para el viaje. Por supuesto, todos esos contratos deben ser confirmados por el capitán. Tendrán que preguntarle a Turlow, por tanto.

Por lo que yo he podido saber, el muchacho no ha suscitado comentarios especialmente llamativos.

Hidalgo se queda bastante cortado con tantas confidencias. Hasta parece que no entiende del todo bien. Desde luego, su inglés es muy básico. Concretamente, eso de "consenso" debe ser para él un palabro de lo más extraño, al menos te lo parece cuando responde haciendo una higa al escucharla.

¿Especialidad? Joyero, pues, señor... hacer "joyos". Es, al parecer, un chiste, aunque no sonríe. Estáis en el taxi, ya llegando al aeropuerto. Miras en su dirección con más atención y ves que sonríe con los ojos, impasible. E impasible sigue el resto del camino, desentendiéndose, en tanto no sigas hablando. Parece de esos a los que hay que sacar las palabras con calzador.

Chester se alegraba de que su metida de pata en el camarote con los demás tripulantes no hubiera pasado a mayores; pero le daba la impresión de que las peores escenas aún estaban por llegar. Mientras no detuvieran al saboteador (o descartaran definitivamente su existencia), el ambiente entre los expedicionarios sería de una calma tensa que podría estallar en cualquier momento.

Ojalá todo lo malo que nos pase sea alguna escena tensa entre hombres que llevan demasiado tiempo encerrados - pensó.

Volvió a prestar atención a la aclaración de Packard al respecto de quién se encargaba de contratar a los expedicionarios.

Y la verdad, si yo quisiera meter a un saboteador en un barco, intentaría que pasara lo más discreto posible; no elegiría a alguien cuyo acento pueda hacernos malpensar, o cuyo aspecto físico haga que desconfiemos de él de buenas a primeras.

Chester no lo dijo, pero estaba pensando en Albert Gilmore y su rostro lleno de cicatrices. Definitivamente, otro posible candidato que ya podían descartar.