Partida Rol por web

Starkweather había recuperado el ánimo, con la cara llena de vendas y dando por hecho que las recomendaciones de Hirsch de no exponerse más eran algo que el doctor estaba obligado a hacer, pero no él a cumplir:

Creo que lo saben, dijo al equipo reunido. Ya nos hemos ganado toda una reputación: a nuestro regreso no pararemos de firmar autógrafos. pero aún nos quedan algunas cosas por hacer. Busquemos un escenario interesante. El señor Miles, aquí presente, me acompañará a seleccionar algunos monumentos por si acaso nos viésemos obligados a marcharnos rápidamente. Las pruebas nunca están de más ¿verdad? Field ¿sería tan amable de hacer cuantas más fotos pueda? En unas doce horas todos deberíamos estar aquí de nuevo.

Nandan despertó de su letargo al escuchar de nuevo la decidida voz del líder, su padre. Gimió un poco y consiguió articular palabras.

—Yo también voy, padre. ¡Puedo hacer más dibujos! No dejaré que el clima pueda con nosotros.

El cambio de posición de los aviones salió mejor de lo esperado. La periodista no notaba mucha diferencia pero el trabajo duro hacía que el tiempo pasara más deprisa. Sólo cuando se reunieron en el Weddel se percató de lo cansada que estaba.

- Uff, estoy derrotada. ¿Por dónde empezaremos? Esto es inmenso. Quizá podamos marcar en un aplano, ahora que estamos instalados, unas zonas donde trabajar. Igual que hicimos en el Campamento Lake.

Cuando Nandan despertó Menez estuvo a su lado acariciándole el pelo y mimándolo. Le hubiera gustado abrazarlo y arrancárselo de los brazos a "Rompehuevos" pues, a su lado, no tenía otro fin que una muerte prematura. La intervención de Starweather hizo que Menez interviniera de nuevo.

- ¿No debería descansar un poco más? Su imprudencia nos perjudica a todos.-Dijo conteniendo el veneno en su boca pero dispuesta a utilizarlo si se diera el caso. Puso su pano sobre Nandan para que éste no se moviera.- Si quiere Sr. Field puedo acompañarle para determinar el valor de aquello que vaya a fotografiar y no desperdiciar así película.

Starkweather mira a su hijo con orgullo, desdeñando olímpicamente la actitud de Aramiker. Hijo mío, será de muchísima utilidad que nos acompañes, y marques el lugar donde recojamos cada cosa, así los arqueólogos no tendrán razones para quejarse, como hacen siempre. Ante todo seriedad científica. ¿Salimos ya?

Ante la sugerencia-orden de Starkweather de salir a explorar, Chester se levantó y empezó a empaquetar su material fotográfico... y su rifle, del que había decidido no separarse hasta estar seguros de que allí no había osos polares ni nada parecido. La verdad es que le apetecía salir afuera, ahora que la cosa ya parecía estar controlada. Al fin y al cabo, era para lo que habían venido, ¿no?

Claro, señor Starkweather. Y me parece perfecto que nos acompañe, señorita Ménez, faltaría más - más valía no llevarle la contraria a aquella mujer. Total, para lo que iba a servir...

Quizás podríamos empezar por una torre medio derruida que vimos mientras buscábamos refugio para los aviones. La entrada aún estaba al descubierto, y quizás haya algo interesante. Además, creo que sería mejor empezar nuestra exploración no alejándonos mucho del campamento base, por lo que pueda pasar. Conforme estemos seguros de lo que estamos haciendo, podemos ampliar el radio de nuestras exploraciones. 

Chester se dio cuenta de que estaba empezando a sonar muy mandón. Quizás Aramiker le había pegado algo de lo suyo, y no le gustaba un pelo. Además, el líder de la expedición era Starkweather, no él. 

Si les parece bien, claro.

Tambien me sumo a preparar la exploracion e imito lo que hace Chester, preparo el material que nos pudiera hacer falta ahi fuera, por mi parte no llevo arma larga, escojo uno de los machetes y mis dos 45. Tambien meto en la mochila dos raciones de comida, cuerda, una de las linternas del avion, combustible, mechero, un hornillo de cocina, de la caja de herramientas me llevo un martillo pequeño, alicate y destornillador, mi navaja multiusos, el botiquin del avion y una bombona de aire extra. Señora Menez, prepare su mochila orientada a la investigacion y añada algo de comida.

Por cierto señor Hirsch me vendria bien alguna cura a mi tambien, estoy algo magullado y noto algun signo de congelacion, tendria la bondad cuando termine, de darme un repaso...

Propongo para esta primera salida ir todos en grupo y separarnos como mucho sin perder contacto visual. No queremos que pase otra vez lo mismo de hace unos minutos, verdad.

Entiendo que abarcaremos menos terreno pero donde haya algo que investigar quedara resuelto antes.

Señor Starkweather, le ruego encarecidamente que en esta primera toma de contacto se quede usted y su hijo reponiendose en el avion un par de horas. Al menos Nandan, que esta muy perjudicado. Si descubrimos algun objeto interesante yo mismo se lo acercare para que investigen aqui en la comodidad del avion.

Me da que no va a hacer caso y tendremos que hacer de niñera de rompehuevos y su vastago. Como le encanta crear problemas...

Marcar en un plano las zonas de trabajo estaría bien, Menez. Nandan, ¿has podido tomar medidas? ¿Podrías dibujarnos un croquis?

Starkweather ni escuchó las advertencias de Dominique, estaba agarrando su equipo de supervivencia y metía sus cosas en él un poco a huevo.

¿Porqué no me ha dicho antes que se encontraba mal, Dominique? Venga aquí, veamos qué tiene. Todos deben comunicarme cualquier problema de salud que tengan, ¿me han oído?

Yo creo que no iré a ningún lado. Me quedaré guardando el campamento y atento a si hay que atender alguna urgencia.

¿Por qué? ¿Por qué no se había perdido Starkweather en las Montañas y debían soportarlo como una carga sobre sus ya cansadas espaldas? 

- Efectivamente será mejor empezar por algo cercano hasta que podamos tener un buen mapa para organizar bien los trabajos. - Estaba decidida a ayudar a Pickwell y hacer que Nandan, al menos, se quedara descansando.- Sr. Hirsch, ¿no cree que Nandan no está en condiciones de acompañarnos?- La incisiva mirada de la periodista se clavaba en el médico para que le diera la razón. Miró al niño con dulzura.- Haznos un buen mapa grandullón, nadie dibuja como tú.- Tras la formación del equipo que iría a internarse en la derruida ciudad, Menez se puso a preparar su equipo.

- ¡Oh, sí, sí, la comida!- Decía respondiendo a Pickwell.- ¿Necesitaremos las raquetas?- Preguntaba al tun-tun esperando que alguien le confirmara si las necesitaría.- Sikes, me alegro de que se encuentre mejor, vaya susto nos ha dado. ¿Cree que así estará bien?- Se acercó a Sikes y le dio un pequeño codazo disimuladamente tratando de que "Rompehuevos" no se diera cuenta.- Haga el favor de revisar su equipo. No me gustaría que por su culpa alguno de nosotros sufriera una tragedia.- El jefe era tan orgulloso que no admitiría que su equipaje era un desastre. Ella tampoco era una experta pero sí humilde como para dejar que otro más entendido revisara su trabajo, sobre todo si era cuestión de vida o muerte.

- Sr. Starkweather, ¿puede venir un momento? Me gustaría hablarle de una cosa en privado.*

Hirsch está muy ocupado atendiendo quemaduras, pero asiente levemente cuando habla Menez. Pero todos lo saben de sobra. Otra quemadura sobre la zona donde ya se ha producido una agravará los efectos. Se encoge de hombros. Cada uno debe tomar sus decisiones.

Sikes, trabajosamente, como si fuera muy anciano, se ha atrincherado en la puerta. No va a pasar nadie por aquí hasta que yo no haya revisado sus ropas, ¿entienden? Todavía le tiemblan las manos y aparenta un gran cansancio. Pero su mejor defensa es no ir solos jamás, y revisarse unos a otros todo el tiempo.

Starkweather observa a Menez extrañado. Hablar en privado en ese habitáculo completamente abarrotado parece casi una broma.

Ya hablaremos cuando estemos fuera, Menez. Ahora debemos prepararnos rápido. Sikes, dese prisa, cada momento perdido se lo robamos a la Posteridad, a la Gloria. Las mayúsculas se notan con toda claridad.
 

Dejelo estar señora Menez y revisemonos la ropa. Al fin y al cabo son familia, ellos sabran lo que les conviene.

A partir de ahora nos centraremos en vigilarnos para no tener congelaciones. Ante cualquier molestia, por insignificante que sea nos la comunicaremos. vamos a tratar de llegar lo mas rapido posible a las ruinas de la torre pero sin correr, sudar con estas temperaturas supondria la muerte. 

nos repartiremos las tareas, quien tenga mas experiencia llevara la voz cantante en cada situacion. las raquetas no le haran falta, el suelo esta helado y no se hundira cuando camine.

Señor Sykes, si nos da su aprovacion salimos ahora mismo, no sea que echen a correr los fosiles

- Fuera raqueta pues.- Dijo lanzando las raquetas con el resto de las cosas que dejaba atrás.- Yo dirigiré entonces el expol...ejem, la recolección de los hallagzos arqueológicos.

Nada de sudar.- Anotó mentalmente. Hasta ahí llegaba. En cuanto Sikes revisó su equipo salió al exterior y escrutó el camino hasta la torre con los prismáticos para descartar peligros a simple vista.

Había permanecido callada durante largo tiempo, determinando al parecer que el caos inicial de decisiones y contra-decisiones se resolvería más fácilmente por omisión que porque todo el mundo se dedicara a aportar sus floridas opiniones de manera desordenada. Una extraña sensación de irrealidad en su mente, que no era capaz de ignorar del todo, contribuyó también a ello.

El hallazgo de la plaza desde donde los aviones podrían estar protegidos y despegar con cierta seguridad,  dentro de lo razonable dadas las circunstancias, la había animado, al igual que al resto del grupo. No soportaba al Supremo Líder, y no pudo evitar contestarle un poco entredientes que, por su parte, estaba perféctamente dispuesta a sacrificar todo el tiempo necesario a la Posteridad y la Gloria si eso ayudaba a que volvieran vivos para disfrutarlas. Nadie le hizo mucho caso de todas maneras, en medio de la vorágine.

Salió junto con los otros miembros de su equipo, tras las revisiones necesarias.

Bien, vamos allá - dijo escuetamente, una vez fuera - Hacia la Posteridad y la Gloria - añadió, señalando hacia adelante teatralmente, mientras revisaba con la mano izquierda que la bolsita para coger muestras, que había preparado con gran cuidado, no se le hubiera olvidado en el último momento. El tintineo de los pequeños tubitos, especialmente colocados para ser extraidos y vueltos a guardar con la máxima economía de movimientos, le confirmó que seguían allí.

Así que tú eres ahora nuestro macho Alfa... - comentó con un tono entre la admiración y la ironía, acercándose a Field para que pudiera escucharla con claridad por encima del sonido del viento - es curioso como las personas cambian cuando las circunstancias se tuercen. Eso es muy evolutivo, ¿Sabes? - añadió, seguramente a sabiendas de que esas palabras no tendrían ningún sentido para Chester.

Se fijó con atención en Menez. La pequeña mujer parecía avanzar con las mismas dificultades que los demás, lo cual sin duda era buena señal. A Pickwell se le veía claramente más renqueante, pero continuaba con obstinada determinación. Ahorró aliento y continuó.

Pooster preparó su maravillosa mascara regalode la amada Menez y se coloco unas bufandas de lana, para tratar de hacer hermetico su rostro. encima coloco la capucha y se preparo para salir.

Hizo una mochila con el equipo necesario para afroontar el reto al que iban de cabeza.

Observaba a Menez y un halo de tranquilidad le rodeaba, parecia haber encontrado un foco en su larga noche y ella le daba las fuerzas y el estimulo para ser fuerte.

Encontremos un buen lugar para poder refujiarnos y ya detras vendran las exploraciones, si estamos todo muertos, poco vamos a poder desvelar al mundo, amigos.

Revisemos las ropas y evitemos esa necrosis del tejido, si algo se congela, se muere. No lo olviden.

Tomenselo a broma, pero tampoco creian en estos sers no hace mucho y mirense ahora. Si les digo que lo he visto, es tan cierto como las demas cosas que les he comentado, portales, seres de otros mundos, antiguos y Soghots... Deberian mostrar algo mas de respeto.

Ligeramente confundido, Chester titubeó ante el comentario de Charlene.

¿...Macho Alfa? Sí, bueno, ya, quizás...

Sencillamente, no se lo había planteado. De hecho a lo largo de la travesía en avión pocas veces le había tocado tomar el timón. Entre Dom a los mandos del avión y Sutton en tierra, a él no le quedaba más que ir haciendo el zascandil con las nativas y tomar tomar copas y fotos a pares.

Pero en aquella ciudad - y aún le costaba creer que se encontraba en medio de una ciudad en la Antártida - ya no había tiempo para cachondeos y tonterías, y si tocaba arrimar el hombro, se arrimaba.

Pues sí, es como tú dices, Evolutivo. Como una bola de nieve, que cae montaña abajo y va girando y se ha haciendo más gorda. No lo puedes parar, o sea que mejor adaptarte y rodar, ¿no? 

Nada más cerrar su bocaza Chester tuvo la impresión de que había metido la pata. Había intentado hacer una metáfora así como poética, pero su campo de experiencia estaba claro que no eran las florituras de la lengua de Shakespeare.

Pero donde hay capitán, no manda marinero - el campo de los dichos populares sí que lo controlaba a base de bien. - Y el capitán es Starkweather, o sea que vayamos a la torre, tomemos muestras y fotos y regresemos. Estar aquí fuera es muy interesante y muy... enaltizante, - mierda, lo había vuelto a hacer - pero no podemos quedarnos mucho rato.

Chester agarró con fuerza su fusil y siguió avanzando, sintiéndose ligeramente avergonzado y - curiosamente - acalorado. Cada vez que Charlene le dirigía la palabra se convertía en un balbuceante manojo de nervios. Con aquella mujer, ya no sabía uno si iba o venía...