Partida Rol por web

-Hmm... no, será mejor que no corramos el riesgo, podrías hacer daño a alguien sin querer...- le sigo acariciando la cabeza hasta que distingo el sonido que produce al chuparse el dedo, por lo que le miro francamente sorprendida. La verdad es que es una imagen algo curiosa y graciosa ver a un tipo crecidito hacer este tipo de cosas, pero no puedo evitar dibujar una sonrisa cariñosa mientras le miro, hasta que huye de mis brazos alarmado.

-No te asustes cielo, seguro que sólo es un camión o algo así. Estoy aquí, ¿hm?- digo en dirección a la habitación antes de levantarme y acercarme a la ventana del comedor. Aparto la cortina sólo lo justo para echar una ojeada a la calle.

Efectivamente es el camion de la basura, bueno realmente tres camiones, uno se para abajo y los demas siguen el camino hacia donde sea que se dirigan.
Cuando te giras ves a Quentin fuera de donde se habia escondido con una extraña mirada que se acerca, ya no anda como un niño, es un adulto

-Mm... los camiones de la basura, o al menos eso es lo que parecen. ¿Ves? Te lo dije- me vuelvo hacia la habitación soltando la cortina que cubre la ventana, y me disponía a sacarle de debajo de la cama pero me detengo apenas al dar el primer paso puesto que ya no está ahí.
-¿Quentin...?- le miro de arriba a abajo. Desde luego puedo admitir que nunca deja de sorprenderme. Esa mirada, esos gestos... Muy raros, al menos en él, la verdad es que me alarma un poco pero no lo suficiente cómo para asustarme. De momento.

Que ocurre pelirrosa digo sonriendo y mirandote a los ojos mientras te acaricio el pelo no volvere a asustarme te lo prometo, pero quiero que me des un mechon de tu pelo, ademas de que dejes de llamarme Quentin y me llames por mi verdadero nombre, no por el de un niño llorica que se esconde tras las faldas de una mujer

Le devuelvo la mirada con seriedad, me doy cuenta de que ya no es cómo hace unos segundos pero a la vez sigue siendo él, así que le sonrío tranquilamente.
-Pero Quentin es muy tierno... me gusta- me aparto de su lado y me dirijo a un mueble cercano, abriendo un par de cajones antes de encontrar unas tijeras con las que corto un mechón de mi cabello cómo acaba de pedirme.

-No puedo llamarte por tu nombre si no me dices cuál es... ¿para qué necesitas esto?- le pregunto mirándole con curiosidad mientras le tiendo el cabello confiada.

PUedes llamarme entonces Quentin, pero solo tu cojo el mechon y lo huelo antes de guardarmelo en un bolsillo y acariciarte la mejilla voy a hacerte ver, es mi regalo pelirroja mis ojos se clavan en los tuyo mientras brillan sin que puedas apartarlos. Oscuridad y luego una luz, ves a traves de los ojos de Elena.

Tras un rato, no sabes cuanto vuelves a abrir los ojos, todo es extraño y notas como si algo te presionara la cabeza, te la va a hacer estallar. Quentin esta en un rincon durmiendo con el dedo en la boca junto a los gatos que ronronean mientras juegan.

Miras tu reloj, es el dia siguiente, ¿como puede ser?

Ahogo un quejido, sujetándome la cabeza mientras doy varios traspiés tambaleándome. Hacia mucho mucho tiempo que no me sentía así, tanto que ya ni recordaba lo incómodo que resulta.
Observo a Quentin ceñuda y unas gotas escarlata de sudor resbalan por mi frente. Siento cómo si me quisiera estallar la cabeza, es espantoso... Supongo que él ya está acostumbrado a ese tipo de visiones pero a mí me ha dejado claramente afectada, así que vuelvo a tomar asiento en el puff, dejándome hundir en él casi tan encogida cómo el malkavian, haciendo memoria de lo que vi con preocupación y temor.

Arcángeles... comentaron lo de las espadas y el collar... Supongo que no se referían al mío pero no sé qué pintan ellos en esto.
Si supuestamente Caín u otro ser similar va a ser resucitado, supongo que les interesa tanto cómo a nosotros detenerlos y quizá nos quieran echar una mano por una vez, de forma sutil para que ni nos demos cuenta... ¿Sería posible o me estoy volviendo loca?
Después rememoro las palabras de John con una sonrisa triste. Si no vuelvo a verle me moriré, así que supongo que nos veríamos pronto aunque sea en el infierno... Le esperaré, al parecer Anna acabó ayudándole pero no sé qué pretendía esa extraña española.

De momento me quedo quieta donde estoy, pensativa e intentando recuperar mi agotada mente.

Lo, se duele. Eso le pasa a nuestro pequeño amigo escuchas desde un rincon y salgo de entre las sombras mirandote luego al pequeño malkavian. Creo que tu mente no estaba preparada para esto pero tendra que acostumbrarse a ello. Tienes el collar, ellos a la mujer, bueno menos es nada. Tal vez deberias darselo y recuperarle

Me incorporo de golpe ahogando una exclamación de sorpresa, levantándome inmediatamente del asiento aunque admito que un poco de dificultad.
Por un par de segundos todo da vueltas un instante pero me sobrepongo, al menos que no se note, y observo a esa extraña sombra que se mueve y habla por mi casa.
Abro los ojos exageradamente al no comprender exactamente qué es, pero últimamente veo tantas cosas...demasiadas. Creo que acabaré formando parte de los espejos rotos.

-¿De qué mujer hablas?, ¿Quién eres tú? O mejor dicho, qué...- mi cuerpo se tensa en actitud defensiva a la vez que se frunce mi ceño, sin quitarle al vista de encima pro si se acerca a mí o a mi "niño".

Yo solo soy un pequeño visitante. Conozco a nuestro amigo comun, le llevo observando desde hace algun tiempo. Es una pena que su don se desperdicie de esta manera, tan pueril. digo mientras camino hacia la ventana y me quedo alli con los brazos detras de mi cuerpo. Vamos, crei que eras mas lista Kozloz, pero parece que no es asi,tal vez tu cerebro se haya fundido tras la vision. Trabajo para alguien poderoso que no quiere que se vuelvan a repetir cosas

-Soy más de acción que de pensar, deberías saberlo- le respondo en tono de burla aunque enseguida vuelvo a quedarme seria, palpándome la frente mientras mantengo una distancia más que prudencial del extraño ser, cosa, o lo que sea...
-¿Los arcángeles...?- me atrevo finalmente a preguntar aunque realmente dubitativa, me sigue pareciendo surrealista a pesar de haberlo visto y de que yo misma sea una vampira. Creía que ellos no existían, que irónico.

-Creo que es mejor esconder un don así bajo la fachada de una mente infantil que no sabe lo que hace, si cayera en malas manos... en fin. ¿A qué has venido...?- ladeo la cabeza, un poco más despejada ahora aunque sigo notando más presión de lo que sería natural no parece que vaya a explotar de manera inminente.

La sombra comienza a brillar mientras se convierte en un hombre que te sonrie mientras te parece ver unas alas a su espalda como las de Elena pero estas de luz

Permiteme que me presente, soy uno de esos arcangeles. Soy Miguel, un honor conocerte Irina. Quentin es un pequeño demasiado interesante digamos que esa locura tambien es su bendicion. La verdad es que Gabriel tendria que venir a esta conversacion, pero esta ahora ocupado hablando con Uriel en la mente de esa española. Terminara igual si no la controla alguien. He venido a darte algo, si quieres puedes ir a ver a alguien, pero tendras que llevartelo tiene que deespertarla

-Sí...te vi en una de esas visiones que me proyectó Quentin. O lo que sea que hizo- me sujeto las sienes con ambas manos un instante, pero enseguida las aparto puesto que ya me siento bastante serena. Aún así no sé muy bien cómo actúar con él, un arcángel, diablos... Y yo una blasfemia en cuerpo y mente.

-Ah... ¿por qué poseen a Elena? Parece muy confusa, creo que no está disfrutando nada con ello- me atrevo a decir mientras revuelvo mis manos y mis dedos algo inquieta.
-Últimamente parece que soy la mensajera, no sé muy bien porqué. ¿Tendrá que ver con el collar...?-dejo al pregunta en el aire y entonces me acerco hasta él con cuidado. No estoy muy segura de si su luz puede llegar a hacerme daño, apuesto a que podría destrozarme con un chasquido de sus dedos si quisiera.
-Despertar a quién. ¿Graziella?, ¿Marizsa?, ¿Elena...?- son los únicos nombres que se me ocurren mientras extiendo las palmas de ambas manos.

Tienes que despertar a Graziella, la daras una cosa que te dare, pero deberas convencer a tu amigo que es mejor que no se marche. La nueva Cartago esta a punto de volver a surgir replico acercandome a la ventana mientras miro hacia la calle

Elena, Angel la eligio para no sabemos que, es tan dura como una roca por eso Uriel esta en ella. Ambas son testarudas. Se matara en el empeño de parar lo que vaya a surgir de ese antro de perdicion. Ninguno de nuestros elegidos ha sido capaz de dar con nada y eso que son buenos cazadores, imbuidos por el poder pero...Kozlov seras capaz de realizar tu mision?

-¿Despertar a Graziella y convencer a Alexander? Si me das lo necesario para hacerlo y le menciono el resurgir de una nueva Cartago puede haber posibilidades, sí. De hecho es uno de los pocos motivos por los que lucharía de verdad con afán. Además me escuchará, eso sí es seguro- asiento convencida y bajo las manos. Al parecer de todos son tan impacientes cómo yo y hay más de qué hablar al respecto.

-Pero no sé dónde se encuentran en estos momentos, necesitaría saber el lugar exacto y emm...- bajo la mirada casi avergonzada, la verdad es que me cohíbe hablar con él, pero tiene muchas respuestas y necesito saberlo. Si yo le ayudo... quizá él acepte ayudarme a mí.
-¿Sabes si John está a salvo con ellos...?- me quito un gran peso de encima después de preguntarlo, aunque no estoy segura de que vaya a responder.

Por supuesto, te lo dare saca un frasco rojo de su chaqueta dandotelo y cogiendote de la mano Ahora eso lo comprobaras, perfectamente casi no tiene ninguna herida. En cuanto a Alex, solo dile que la nueva cartago esta mas cerca de lo que imagina y que esta destinado a su consejo. Muchos estais destinado a el. Llevate a Quentin Una luz te envuelve junto al durmiente mientras tu apartamento desaparece junto con el.