Partida Rol por web

- Maldita sea Christopher, ¿desde cuándo eres tan críptico?

- Así que entonces no sabes de quién se trata... ¿o sí?

Eché otra vez un vistazo a la espada cuando la mencionó.

- ¿Qué historia? ¿Qué tiene esta espada de especial?

En esos sueños hay otra persona, una mujer a la que no he visto el rostro pero que se resiste a tomar la sangre una y otra vez aunque la obliguen, aun cuando abro los ojos la escucho gemir de la impotencia. replico girandome y te miro con mis ojos marrones mientras espero unos segundos antes de comenzar es una antigua historia, dicen que hay seis espadas y que todas ellas se usaron para proteger algo, pero que sus portadores pueden usarlas para protegerse a si mismos de cualquier ataque. Yo no soy su elegido tal vez lo seas tu

Me masajeé las sienes por unos momentos mientras reflexionaba sobre las "respuestas" que me había dado. ¿El elegido? ¿De qué? ¿De la espada? Christopher estaba realmente irreconocible...

- A ver, si lo he entendido bien, el tema es que tu y algunas personas más habéis empezado a tener sueños en los que sale alguien, que supongo que no sabrás quién es, durmiendo bajo una ciudad en ruinas, que supongo que tampoco sabes cuál es... - iba dejando pausas entre cada "supongo" para remarcar la pregunta y dejar tiempo a que respondiera, mi voz era seria, sin ninguna intención de burla - En los sueños, además, aparece una segunda persona, que supongo que tampoco reconoces, que se resiste a alimentarse, ¿no?

Miré un momento la espada, de reojo, para ver si me sonaba esa historia o podía reconocerla...

- ¿Pero de qué más tiene que protegerte esta espada? Porque de los sueños no creo que lo haga...

SE rie mirandote Si se quien es la mujer se gira y te mira a los ojos La primogenita Toreador, ese rostro es dificil de olvidar, tiene unos ojos preciosos. En cuanto al que descansa, tal vez sea Cain o uno de sus hijos. Yo apuesto por lo primero, desde el asunto de la maldita daga tdo es de locos se pasa la mano por su escaso pelo echandolo hacia atras. Te protegera del que duerme bajo las arenas, la unica que sabe donde esta la ciudad y tras contarla los sueños un millon de veces es esa extraña justicar. Guapa, el rubio es perfecto y esa sonrisa

Cojes la espada y la sacas de la vaina. Un filo perfecto, impecable, podria cortar el mismisimo aire si se pudiera. Hay un dibujo en el, es como una especie de sol, no estas seguro y pasas la mano por el cuando te ciega algo.

Estas en otro lugar, una ciudad en llamas, la gente corre a tu alrededor, ves la estatua frente a ti, es Roma. Una mujer corre pasando a tu lado seguida por unos encapuchados, ella es una vampiro, lo sabes por su manera de correr por lo deprisa que va. Uno salta sobre ella y la clava una daga de filo cristalino en el cuello sagandoselo y tirandola al suelo. Un soldado aparece y golpea a uno de ellos, porta la espada, los hace huir, luego se arrodilla junto a ella y la da parte de su sangre para que se cure, la toma en brazos y se alejan. Sus ojos color miel se clavan en los tuyos y ves una sonrisa antes de volver a donde estabas, al almacen con la espada gotea sangre al suelo, pero no hay charco alguno.

¿Caín o uno de sus hijos? O Christopher había perdido la chaveta o ahora entendía porqué todo aquello era tan complicado...

Sospesé la espada y me disponía a examinarla cuando de repente aquellas visiones asaltaron mi mente.

Todos mis músculos se pusieron en tensión y tuve que controlarme muy bien para no dejar ir la espada violentamente, la cuál dejé de nuevo sobre la mesa rápidamente.

Mis ojos escudriñaron profundamente los de mi interlocutor.

- ¿Qué más sabes sobre esta espada?

Veo que has visto algo, solo se lo que te he contado y que, alguien la querra seguro. Hara lo que sea por ella, por tenerla y por destruir todo lo que hemos construido para despertar el horror que oculta camina por la habitacion y luego se para seis espadas dicen que son las que forman el juego, cada una de diferente manufactura, cuatro objetos mas terminan de conformar las llaves que cierran las puertas de Enosh, cada uno distinto y totalmente anodino

Tras pensar un poco, hay pocas justicar en la Camarilla, que tu sepas dos, una es la Toreador pero dudas que salga de Paris, en cuanto a tu sire, desde luego que no ha sido ella, esta mas ocupada buscando a cierta setita. ¿Quien puede ser? tu mirada se tuerce tras un rato, y si es cierto lo de esa justicar, la que solo responde ante los creadores de la mascarada, solo sabes que era rubia y que tenia los ojos azules ademas de una sonrisa sensual, tiene que ser ella pero dicen que murio unos años despues que Hardestadt.

Realmente aquello era gordo, pero por otra parte no tenía muy claro si podía fiarme de todo lo que soltara Christopher. No parecía el mismo, al fin y al cabo...

- ¿La Justicar... te refieres a Anna Valerius? ¿Pero... no estaba muerta? - pregunté mirándole penetrantemente.

- Toma - le dije apuntando mi número de teléfono en una hoja que arranqué de una pequeña libreta - Quiero que me llames cuando te hayas ido y que me cuentes si mejora lo de los sueños. Vete cuanto antes mejor.

Miré de nuevo aquella maldita espada. Lo que explicaba Christopher no tenía mucho sentido, pero si hubiera la posibilidad de que fuera cierto... Ya estaba arrepintiéndome cuando volví a hablar.

- ¿Puedo llevarme la espada, Christopher?

Asi que ese es su nombre, solo se que me dijo que la encontraria en un lugar lleno de flores si la necesitaba. Ademas Valerius es una historia para neonatos, para asustarlos, la justicar en las sombras yo nunca lo crei, ni nunca lo creere. Valerius murio todos vieron como se convirtio en cenizas cuando la dio la luz del sol replica negando y aceptando tu nota guardandola en su chaqueta negra.

Ante la pregunta arquea una ceja y asiente Tal vez te sea mas util que a mi, usala si sabes como, averigua que hace y dile a Marizsa que...es extraño tiene...no, es imposible

Puestos ya a jugar jugaríamos hasta el final. Fuere cual fuese...

Como siempre, de hecho.

- ¿Qué tiene? ¿Qué he de decirle a Marisza? Habla, Christopher. Si el asunto es tan grave como lo pintas necesitaré toda la información que puedas darme. - le pregunté ya levantándome de la silla con intención de irme en breves instantes.

Mientrastanto me saqué un pañuelo bordado, tapé con él la espada y la cogí. Cualquier precaución nunca estaba de más...

Solo dila que gracias y, es extraño, tiene sus mismos ojos y si sonriera mas...Creo que no dormir bien me ha afectado la mente, mira que comparar a Marizsa con Valerius, pero son como dos gotas de agua, salvo por el pelo una lo tiene rubio, largo y rizado y la otra negro y corto se sienta en la silla y te mira negando necesito descansar, por favor dejame solo, ire a dormir hoy pronto a ver si puedo descansar

- Descansa, Christopher, descansa - me despedí disponiéndome a salir del edificio con la espada en la mano.

Caminé por las calles de la ciudad, reflexionando sobre las extrañas palabras del ventrue, hasta que encontré un taxi que tendría que llevarme a la morada de Jackius Sunfield, aún príncipe de Londres.

Tardas un poco en encontrar el taxi, pero al subir te mira raro por llevar la espada, aun asi te lleva a la morada de Jackius. En la puerta uno de los ghouls del principe te para pero al decirle quien eres te deja pasar. Esta en su despacho trabajando en unos papeles mientras habla con una mujer de pelo negro largo que se gira y te mira extrañada mientras notas como la espada comienza a calentarse y a pesar

Jackius estaba reunido cuando llegué, así que esperé a que terminara a una distancia prudencial, como marcaban las reglas de la educación. Pero éstas no habían sido creadas para los vampiros... *

Pero aquella mujer... tal vez sí que tenía algo de razón Christopher, al menos sobre la espada... Aplicando la lógica, no debía ser demasiado bueno que reaccionara de aquella manera ante ella si realmente estaba "creada para proteger". ¿Quería decir aquello que representaba un peligro? Por si acaso me mantuve atento a sus acciones.

Ella: Sigo pensando que esa fiesta no deberiamos hacerla, se que puede parecer una ironia siendo toreador pero es mi mas sincera opinion...

El:Graziella, sabes que agradezco tu opinion pero la voy a hacer, todo esto que esta ocurriendo se arreglara te lo prometo. Ahora vete a tu cita, seguro que te esta esperando impaciente y no te preocupes

Ella se marcha y te mira con sus ojos miel antes de cerrar la puerta y dejaros solos. La espada comienza a enfriarse y a dejar de pesar.

Así que ésa era la neonata que ocupaba ahora el puesto de "primogénita".

Estuve a punto de pararla para hablar con ella, pero nos veríamos la noche siguiente y primero quería hablar con el príncipe, así que simplemente la saludé con un gesto de cabeza

- El mundo se está volviendo loco... - pensé mientras avanzaba hacia Jackius - ¿Pero porqué habrá reaccionado la espada?

- Buenas noches, señor Sunfield. ¿Le cojo en mal momento?

No, nunca es un buen momento eso deberiais saberlo sonrio levemente mientras camino hacia mi sillon y me siento haciendote un gesto para que te sientes en la silla que hay frente a mi ¿En que puedo ayudarte? y espero que eso no sea para mi, las armas no son de lo que mas me gusta, debo decir

- No, señor Sunfield, tranquilo. - contesté con una ligera sonrisa mirando de reojo la espada.

- Iré al grano pues, si tiene trabajo. La verdad es que estoy preocupado por ciertos sueños que he tenido y... en fin, circulan rumores de que usted también los ha sufrido, estoy seguro de que sabe a qué me refiero. Tal vez podría saber a qué se deben...