Partida Rol por web

Estuviste un rato buscando a los guardias, pero no había nadie allí. Fuiste a preguntar a una celeste que corría de un lado a otro, pero algo pareció llamar a tu cerebro. La capital de Celestia no tenía guardias. Era una ciudad pacífica, no contaba con ellos.
 

Aylandris escuchaba atenta a su acompañante mientras no dejaba de mirar a un sitio y a otro, a derecha y a izquierda, a cada uno de los extraños rostros con los que se cruzaban, a cada uno de los animales a los que nunca había visto y, que de vez en cuando, se cruzaban por las calles. Aquello era una locura.

-Losmagossonpoderosos, notienesentidoquesepierdanparaveniraqui. ¡Hastayohellegadoynomeheperdido! -negó con la cabeza, incrédula, mientras un tiparrajo enorme le cortó el paso y la hizo detenerse un instante, el justo para dar un paso a la derecha, sortearlo y seguir caminando, mientras pensaba en aquello.

No ha sido dificil llegar aqui, ¿y un mago necesita ayuda? Tal vez no sea el mago que necesito. Necesito uno grande y poderoso, que sepa mucho y que me pueda ayudar. Pero iré a verla, tal vez se pierda porque no conozca la magia adecuada para orientarse en los caminos desiertos. Y me alegra que no sea su mascota, si lo fuera, no sería el mago que busco.

Se volvió hacia Khaz cuando escuchó su pregunta, sin dejar de caminar, lo que hizo que caminase de espaldas durante unos pasos- ¿Yo? -su voz sonó cantarina, divertida, y sus ojos brillaron con la sonrisa que se había formado en sus labios, que el semiyan intuyó aunque era imposible verlos detrás de su túnica- ¡MásjovenmuchomasjovenquelentoyanllamadoKhazlian! -rió- Hablaslento, andaslento. ¡Voytirandodetiytenemospocotiempo! -se volvió con un salto y siguió caminando bien, abriéndose paso entre los demás visitantes. Pero, de repente, algo llamó su atención e hizo que aminorara su paso. Otro yan hablaba delante de ellos con un feérico.

Se paró casi en seco mientras miraba a aquel ser. Lo reconoció rápido, por las descripciones que le habían hecho, pero era la primera vez que veía uno. Escuchó parte de su conversación, aunque siguió andando cuando Khaz llegó a su altura y la adelanto, sin querer separarse de su compañero. Cuando habían dejado atrás a la pareja, se volvió a mirarlos de nuevo, con los ojos entornados mientras la voz de Khaz sonaba a su lado.

-Nolose, sisequierenaunqueellaseaunodeesosbichosraros.... -hablaba más lento que de costumbre mientras echaba el último vistazo- Sonraros. Losfeéricosdigo, eselprimeroqueveo -caminó junto a Khan dándole vueltas a algo que no tardó en soltar- Peronoloentiendo. Sisequerianyseibanaunir, ¿porquehablaelyancomosiyanofueraasuceder? Hasidocomoahorasiahorano. Noloentiendo, daigualnoesimportante. ¿Cuentamequecosashasvividoconelmago? ¿Lohasvistohacermagia? -preguntó curiosa dejando a un lado el tema del yan y del feérico y centrándose de nuevo en su objetivo de conocer a aquel mago.

Geblu estaba tan inmerso en ver como el Yan hacía bailar botellas con líquidos de diferentes colores, como los combinaba y mezclaba que no se dio cuenta que solo el se encontraba frente al tendero hasta que este le plató una extraña bebida en frente de la cara.

El varu dio un paso atrás de manera instintiva al verse interpelado por otro individuo. No estaba acostumbrado al trato con otra gente y menos de manera tan brusca y directa.

Lo... lo siento dijo Geblu pero no volvió a acercarse hasta la barra, si no que dio otro pequeño paso hacia atrás. No tengo dinero. No puedo pagarte. No quiero nada. Lo siento dijo de manera muy apresurada, mandando el mensaje a la mente del Yan algo torpemente haciendo que las "palabras" se mezclasen unas con otras.

Geblu se dio la vuelt ay se dispuso a irse ágilmente, más ágilmente de lo que podría esperarse de un varu en tierra. Pero el tendero con aquella magnifica forma alada, preciosa silueta de un dragón le seguía llamando la atención y se paró. Aquel líquido extraño, aunque de aspecto no muy apetitoso seguí sobre la barra y se quedó mirándolo con mucha curiosidad, pero sin dar un paso de vuelta.

La muchacha asiente varias veces con la cabeza ante las palabras del bárbaro con una media sonrisa, bien sabía ella lo que era correr rápido y la gran utilidad del arco. 

-¿magia?- la aclaración sobre la desaparición del ganado hace que se cruce de brazos con gesto pensativo y se gire hacia June -¿tú conoces algo sobre la magia? No entiendo para qué querría alguien tener a su ganado... además, tiene que ser difícil de ocultar...¿no?- mira también al otro bárbaro que parece de distinto clan buscando alguna afirmación o aclaración. 

Eso mismo he pensado yo, por eso les he ofrecido mi ayuda para ver si puedo encontrar algo de ese ganado desaparecido. El ganado para los bárbaros es como... bueno, como el dinero para el resto del mundo, es lo más probable que se acerque. Es la riqueza de la tribu, de lo que vivimos y por lo que más luchamos y los que más defendemos. Esto va más allá del simple "robo de ganado", para un bárbaro es un ataque a su misma esencia, a su tradición. Por eso, al menos yo, haré todo lo posible por ayudar, aunque no nos conozcamos. El final lo añade con una sonrisa, poniendo su manaza sobre el hombro del bárbaro con el que están hablando.

-¿magia?,¿qué te hace pensar que se trata de magia? - me giro hacia Ceya - no es que sea una experta en magia, pero he oído muchas historias, y tal vez pueda diferenciar cuando en un suceso hay magia de por medio.

-Empiezoapensarquetienesunaideaequivocadadelosmagos -eso o soy yo el que la tiene. Lo que está claro es que, o uno se queda corto o el otro se pasa-. Nocreoqueunmagolopuedatodo, haráncosasqueelrestonopuede, peronocreoquelopuedanhacertodo -repito otra vez mis palabras, reafirmándome, y niego con la cabeza-.

Uno de los problemas de que hubiera tanta gente en el mismo sitio era, precisamente, moverse a través de ellos. Tener que sortear algún obstáculo o hacer algún quiebro para esquivar a alguien, que va más lento, en el último momento. Supongo que tiene que ser eso lo que Aylendris piensa cuando va conmigo.

-Soyraro, hablo lento y, además, ando lento -cambio mi ritmo a uno más relajado cuando la yan se pone de espaldas al constante bullicio de gente-. ¿Alguna otra cosa que debería saber?- me había dejado con la palabra en la boca, porque ya se estaba volviendo y se perdía entre la multitud. Demonios. Ahora que esto empezaba a ser divertido.

Por suerte se había parado cerca de donde estaba el yan deprimido por el plantón que le había dado la feérica. Al menos no tuve que ponerme a buscarla.

-Así que ahora te interesa lo que tengo que decir del mago, ¿no? -ya que antes me había quedado con las ganas, ahora podría regocijarme un poco más-. Pues no, no la he visto hacer magia -no dejo de mirarla para ver su reacción ante mi constante pereza al hablar- pero una vez... -y, de pronto entre la multitud, puedo escuchar un pregón que anunciaba una prueba de tiro con arco. Debía estar loco para dejar pasar una oportunidad como esta, sobre todo para ver de lo que eran capaces el resto de razas-. Síguemeynotepierdas -la agarro de la muñeca, dejando a un lado toda la tontería de hablar lento y andar menos rápido. Alargo las zancadas y me voy metiendo entre la gente para buscar el puesto-. Hayunacosaquetengoquever, nocreoquenosllevemuchotiempoyluegoseguiremosbuscandoatumago, buenoamimago.

La chica se lleva una mano a la barbilla pensativa. No conocía demasiado de magia, excepto la que conocía del bosque, aunque no era muy amplia. 

-Pero si desaparecen de repente... Debería de tratarse de magia, ¿no?. ¿Qué otra cosa podría ser?, después de todo los animales  no se evaporan así porque sí- se gira hacia el bárbaro -porque supongo que habréis visto cómo desaparecían los animales, ¿no? Sino se podría tratar de un robo bien planeado y siendo muy cautelosos. 

Khazlian había escuchado el anuncio del tiro con arco y se fue directo hacia la carpa que lo anunciaron. Dejaron atrás a la pareja extraña formada por el yan y el feérico, acercándose con la velocidad característica de los yan ante el puesto. Y allí os encontrasteis a alguien conocido de la taberna: Jon-Asgeir. Estaba acompañado por otros dos bárbaros y dos jóvenes.

Entre la gente y acercándose al puesto para apuntarse al concurso de tiro con arco, estaban Khazlian y la otra joven de la taberna.
 

¡No, no! ¡No te preocupes! ¡Es una bebida nueva que he inventado y estoy buscando gente que la pruebe! ¡Venga, venga! ¡No seas tonto! ¡Aprovecha! ¡Soy de los mejores que te vas a encontrar!

No sabías cómo, pero Garamm había salido del mostrador y te había puesto el vaso en la mano. Se volvió dentro y empezó a rebuscar entre las cajas. Su cara cambió tanto que te asustaste. Estaba asustado y muy preocupado. Algo le había sucedido justo en el momento en que sirvió. Parecía como si le faltase algo. Como si de pronto estuviese echando algo de menos, hasta tal punto que había olvidado tu existencia y la del resto de clientes.

-¡Ey!¡Ey!¡Ey!¡Peroquehaces! -exclamó Aylandris cuando de repente sintió como Khazlian la agarraba del brazo y tiraba de ella en una dirección diferente de la que habían llevado hasta ahora- ¿Quétienesqueverqueesmásimportantequeencontraratumago? ¡Esoeralomásimportanteparami! -volvió a exclamar mientras seguía sin problemas el paso rápido que había impuesto su compañero que, para alegría de Aylandris, era al que estaba acostumbrada. Aunque le hacia poca gracia que tirase de ella como si de un fardo se tratara.

Aylandris se asomó por encima del hombre de Khazlian para intentar adivinar a donde la llevaba y, justo en ese instante, este detuvo sus pasos ante una carpa en la que estaban anunciando tiro con arco. Arrugó la frente y miró a uno y a otro lado, intentando descubrir que era lo que había llamado la atención del semiyan en aquel lugar como para traerla hasta aqui dejando a un lado su búsqueda, pero lo único que vio que le resultó llamativo fue a uno de los humanos que habían coincidido con ella en la taberna la noche anterior.

Se detuvo junto a Khaz y le tiró de la manga de la capa con fuerza, reclamando su atención- ¡Ey! ¿Tantaprisaporveniraqui?Estesitionoesnadainteresantesolovanatirarconarco -le dijo refunfuñando sin dejar de mirar de un lado a otro- ¿Teinteresaeltiroconarco?Vale, peroanteshayqueencontraratumago, esoestabaantes, eranuestroobjetivoinicial.

Tiroconarco,tiroconarco.¿Comopuedehabertantagenteenunmismolugar? Estamosperdiendoeltiempoaquiparados pensó mientras miraba de un lado a otro esperando a que Khaz le dijera que queria buscar allí.

-¡Ah!Si,hayotracosaquedeberiassaber -le dijo recordando algo de la conversación que habían mantenido un instante antes de llegar a aquel lugar. Aylandris sonrió, pícara.

Al llegar a la carpa, Aylandris da un fuerte tirón y se deshace de mi agarre, al menos habíamos llegado.

-Claroquemeinteresaeltiroconarco, ¿oacasonohasvistoquellevouno? -me señalo el hombro, donde descansa el arco cruzado tras la espalda-. Ademáscontodalagentequehayaquíseguroquehayalgúnmagoentreellos, puedequehastaestéelmíoaquí. Primerovoyaapuntarme, antesdequeempieceencontraremosamimagoytodoscontentos -habría mostrado una sonrisa de no ser por el turbante, aunque podían verse los ojos un poco más relajados-.

Me uno a la cola para apuntarme en la competición y allí, entre tantas cabezas, puedo ver a Asgeir con el que había compartido mesa la noche anterior.

-¿Tútambiénvienesaparticipar? Notienesningunaoportunidad -le espeto con rápidas palabras y le suelto una palmada en el hombro-.

Mientras intentaba hablar con el bárbaro, puedo escuchar la voz de la yan por detrás.

-¿Quéesloquedeberíasaber? -me giro para mirarla a la cara, a saber qué era lo que iba a decir ahora-.

Las rápidas palabras, además de las pintas, dan a entender a Ceya que los recién llegados son yan. Intenta ignorarlos el mayor tiempo posible, pero no puede evitar formar una mueca con su boca.
Al oír al que lleva el turbante decirle al hombre con el que estábamos hablando que no tiene ninguna oportunidad, sin ser consciente de si lo decía a bien o a mal, se gira hacia él con gesto serio, señalando el arco que también cuelga de su espalda -eres tú el que no tiene ninguna oportunidad- tras estas palabras vuelve su vista de nuevo a la cola, dándole la espalda, completamente tensa. Era aún más difícil que cuando se encontró con June días atrás.

Geblu volteó en el último minuto. Había reiniciar o su viaje alejándose del puesto, pero justo cuando volvió andarse la vuelta estuvo apunto de chocarse de bruces con el dependiente que había salido en su busca bebida en mano.

En... ¿En serio? preguntó aferrando la bebida con ganas. Sentía mucha curiosidad sobre aquel extraño líquido. Gracias... le transmitió a su cerebro a parte de sus palabras un sentimiento de agradecimiento real.

Se llevo el vaso a los labios y echó primero un corto trago. Primero puso cara de susto y después de agrado. Al primer sorbo aquello le había sabido extraño, y era lógico pues nunca había privado algo así. Pero lo extraño no quería decir que fuese malo, el sabor era interesantes. Tomó otro trago más largo y aunque al principio el sabor de la bebida rascaba debajo de la nariz, cuando bajaba por las garganta se iba volviendo dulce y delicioso. Geblu sonrió y tomó un trago más largo hasta acabar el vaso. Contento se acercó a la barra donde posó el vaso.

Esta delicioso, realmente. No esperaba que fuese tan bueno, muchas gracias por dejármelo probar, ¡sí que eres el mejor!. le dijo agradecido. Luego vio como el hombre parecía preocupado y daba vueltas por dentro de su puesto con una cara claramente diferente a la que tenía antes. Perdon, disculpe, ¿está bien? ¿Le ocurre algo?

Jajaja, no participo por ganar, sólo por divertirme. Aunque, te aviso, puedes llevarte una sorpresa. dice, guiñándole un ojo. Luego mira a Ceya. Tranquila, seguro que sólo bromeaba.

Parece que esto va para largo, verdad? Bueno... con calma.

Entu se queda a escuchar con curiosidad y algo de descaro la historia. No se molesta demasiado en esconderse, de lo absorto que se queda escuchando al yan. Aunque es consciente de que escuchar así una conversación ajena es de mala educación, no puede evitar reaccionar así, la historia le recuerda en parte a su querida, y a la vez le sorprende el cariz misterioso de la desaparición de la feérica