Partida Rol por web

Miami: Colonia de latinoamerica

Lo que dicen de Miami

Cargando editor
27/06/2025, 07:19
Narrador

Qué montón de mierda. Mis disculpas por mi falta de elocuencia al respecto, pero pocas ciudades me horrorizan más que ésta. Se la adueñó el Sabbat desde su fundación, y se nota. Hay demasiadas sombras aquí, demasiada carne, demasiadas drogas, demasiado derramamiento de sangre innecesario… Me pierdo.  

Es difícil inquietarme, pero Miami lo consigue. Los mortales lo ven como un paraíso soleado con cócteles en la playa desde las 8 de la mañana. Yo lo veo como lo que es. Cada Vástago que acude a Miami pierde algo. Su compasión, su conciencia o puede que sólo su humanidad. Sus ojos se amortecen, ven todo como bolsas que dejar secas y es incluso mejor cuando pueden añadir  alguna droga de diseño en la mezcla.

Vine aquí investigando el Sistema Circulatorio. Creo que es aquí donde comenzó esta pequeña y extraña industria. Todo lo que he encontrado son cuerpos, pilas de cenizas y grabaciones de experimentos que desearía olvidar. 

He matado más gente de la que puedo contar. Mataría a todos los Vástagos de esta ciudad si pudiera.  
Está podrida.

– Fatima al- faqadi, Voz y Hoja de los hijos de Haqim Cismaticos

Notas de juego

Camarilla v5 pg 116

Cargando editor
27/06/2025, 18:34
Narrador

Licero Blanco

Licero Blanco fue un Malkavian de novena generación y un infame líder de manada del Sabbat. Abrazó a Alexa Santos, la Sabuesa de Chicago, en 1886 y posteriormente abrazaría a la futura Arzobispa de Miami, Fabrizia Conteraz, en 1984. Licero se murio en el asedio de Miami a finales de la década de 1990.

Notas de juego

VTM: Children of the Night
VTM: Chicago by Night 5th Edition

Cargando editor
27/06/2025, 18:45
Narrador

Fabrizia Conteraz

Fabrizia Conteraz es una antitribu Malkavian y la actual arzobispo de Miami. Generacion 10, abrazada en 1984.

Fabrizia era una prisionera indefensa y demente en una penitenciaría mexicana en el momento de su Abrazo. Creció allí después de que sus padres la abandonaran en las escaleras de la prisión, sin poder costear la atención de un enfermo mental. Fue elegida como carne de cañón para una escaramuza en Houston en 1984. Sin embargo, la sangre de Malkav, aunque aún teñida de locura, le otorgó un don inusual: la lucidez. Se convirtió en la amante de su sire Licero en lugar de su peón, y ambos fueron tan infames entre los Vástagos del Suroeste como Bonnie y Clyde. Muchos Vástagos del Sabbat tendían a ignorar la participación de Fabrizia en su hazaña, permitiendo que Licero, como líder de la manada, amasara la mayor parte de la fama y el prestigio.

Cuando Licero se perdió en el asedio de Miami, el regente Galbraith culpó a Fabrizia de ser una distracción. En lugar de vengarse abiertamente de la joven (lo que sin duda se consideraría ridículamente mezquino), Galbraith nombró a la angustiada Fabrizia arzobispo con la esperanza de que las exigencias del cargo la destruyeran. El Regente quedó profundamente decepcionado: Fabrizia demostró ser notablemente despierta, excepcionalmente organizada y meticulosamente paciente. Bajo su gobierno, Miami se convirtió en una ciudad casi militar donde no se daba tregua a los disidentes, y cuyos espías se infiltraron en casi todas las ciudades controladas por la Camarilla a lo largo de la Costa Este. Irónicamente, Galbraith no podría haber pedido un arzobispo mejor, más comprometido y más eficaz.

Esta noche, Fabrizia es más que una espina clavada en el costado de la Camarilla de la Costa Este; es una punta de lanza afilada. Conspira de forma monomaníaca para capturar cada vez más ciudades de la Camarilla y ha desplegado agentes en varias ciudades clave anticipándose a nuevos movimientos. La reciente caída de Atlanta ante el Sabbat ha causado un gran revuelo tanto en las ciudades de la Camarilla como en las del Sabbat, mientras los diversos Vástagos intentan averiguar cuánto de esa conquista se debió a la planificación de Fabrizia. Sin embargo, todo esto no significa nada para Fabrizia. Su único objetivo es reducir a polvo a la Camarilla por haberle arrebatado a su amado Licero.

Fabrizia es también una de las seguidoras más destacadas de la Senda de los Cátaros, sobre la que ha escrito extensamente. Aunque se sabe que su adhesión a la senda es débil, en diferentes momentos de la última década ha seguido a la Humanidad (aunque a un nivel excepcionalmente bajo) y la Senda. Tanto los cátaros de Montreal como los "pecadores" europeos respetan sus escritos, pero ella misma es considerada una especie de bala perdida. Los cátaros han llegado a referirse a ella en su correspondencia como "Agustín", en honor a San Agustín (como en "el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil").

 

Notas de juego

VTM: Children of the Night, p. 28-30
VTM: Chaining the Beast, p. 51-52
VTM: Clanbook: Malkavian Revised
VTM: Guide to the Sabbat

Cargando editor
27/06/2025, 18:50
Narrador

Gilbert Duane

Gilbert Duane es el barón Malkavian de Miami, quien una vez fue su príncipe.

Gilbert Duane estrechó la mano del Feral, cerrando su mano libre sobre ellas para reforzar su lealtad. —He esperado mucho tiempo esto, señor Rudi, señor.

Rudi chascó la lengua y sacudió la cabeza como respuesta. Habían deseado representación Malkavian oficial en el Movimiento Anarquista durante mucho tiempo y ahora, con el flujo actual, parecía que una marea de Lunáticos
estaba lista a descender sobre los dominios Anarquistas de todo el mundo. «Mucho tiempo, quizás, pero nunca es demasiado tarde».

Rudi sonrió a Gilbert tratando de soltar su mano al verla aún atrapada. Rio: —Creo que podemos decir que has llegado justo cuando las cosas comienzan a ponerse interesantes. Gilbert sonrió de vuelta, estrujando la mano del otro vampiro de forma incómoda.

—Siempre me he preguntado por qué no hay más Malkavian en los Anarquistas. Es decir, estamos hechos unos para otros, ¿verdad?

Rudi miró las manos de Gilbert y luego de vuelta a su cara.—Puede soltarme la mano ya, señor Duane.

—Oh, sí. Por supuesto. —Retiró apresuradamente las manos y se las guardó en los bolsillos—. Lo siento, señor Rudi. Estoy emocionado, es todo. Tengo a todos estos amigos conmigo y sé que vamos a hacer de los Anarquistas una Secta más completa y sana.

Rudi asintió y miró por la ventana. —Y ¿cuándo decía que llegaban? Este vestíbulo no es muy amplio y entiendo que ha convencido a entre veinte y treinta Malkavian para que abandonen la Camarilla por nosotros. Esperaba que vinieran por turnos. Miró al oscuro horizonte sin ver las luces de ningún vehículo aproximándose por el camino.

—¿Qué quiere decir, señor Rudi? —Gilbert parecía genuinamente confundido.

Rudi se volvió a él con los ojos entrecerrados. —A que sería bueno lidiar con diez o así cada vez. No pasa nada si no, sólo que estaremos un poco, eh, apretados. Especialmente con los otros hermanos que ya están aquí.

Gilbert miró con suspicacia a izquierda y derecha, se volvió y luego se llevó la palma de la mano a la frente. —Oh, Dios. Lo siento tantísimo, señor Rudi, señor. Creía que ya estaban aquí. Pensé que los había invitado. Debe de haber sido un sueño. ¡Un sueño profético! Sí, debe de ser algo que va a pasar. Creo…

Rudi le cortó. —No pasa nada, señor Duane. Está bien. Tome… Tome asiento por aquí. Voy a hacer algunas llamadas.

Gilbert salió tambaleándose. Rudi se frotó los ojos. Los Malkavian en el Movimiento Anarquista serían un gran golpe, pero parecía imposible juntar más de unos pocos a la vez. Para ser un Clan que supuestamente poseía una inmensa red interna, parecía especialmente resistente a actuar como uno en este asunto.

 

Sh. Sí, soy uno de los Desencadenados. No, no se lo vas a decir a nadie. Antaño, en una tierra de miel y vino, éramos muchos más. Brillábamos como galaxias en esta pequeña Secta, adivinos, sabios consejeros, grandes mentes tras mentes menores.

¿Has oído hablar alguna vez del consejero Malkavian de Salvador García? Aquellas noches han quedado atrás. En los últimos, uhm, diez o veinte años ha sido como si los Desencadenados marchasen a la deriva hacia uno u otro extremo del espectro.

O eras Sabbat o eras Camarilla. Sin espacio para el punto medio. Ninguno en absoluto. Así que ¿dónde me deja eso? ¿Totalmente solo? En absoluto. Nos estamos filtrando de vuelta desde los extremos, llenando el espacio central, esperando el momento de ser empujados de nuevo.

Es un poco como si fuéramos limaduras de hierro. A ambos lados tenemos imanes que se encienden de cuando en cuando. Cuando nos sueltan, creamos formas hermosas.

Notas de juego

VTM: On a Darkling Plain, p. 221, 227-231, 238, 265
V5: Anarch, p. 162
VTM: House of Secrets