Partida Rol por web

En ese momento una voz de timbre neutro (podría pertenecer por igual a un hombre de voz algo aguda que a una mujer de voz ligeramente grave) comienza a hablar a través de toda la nave por medio a altavoces ocultos de manera estética y casi invisible por toda la nave, decorada con unas deprimentes paredes grises y una formas excesivamente rectas para todos sus componentes.

«Atención, por favor. Habla la Inteligencia Artificial de la Nave Estelar Científica, clase Sinoussi, Zelonia. Se detecta la presencia de seres humanos que no forman parte de la tripulación en el interior de la nave. Se ruega su identificación inmediata antes de adoptar medidas de protección que pudieran causar algún perjuicio. Repito; se detecta la presencia de seres humanos que no forman parte de la tripulación en el interior de la nave. Se ruega su identificación inmediata antes de adoptar medidas de protección que pudieran causar algún perjuicio».

La situación se complica en demasía y yo aún con la planta en la mano, me siento un poco inútil en la situación mientras la Comandante nos informa de la situación. Un suspiro muy largo se escapa de mis labios y ante sus preguntas, niego con la cabeza ya que sin el equipamiento necesario no puedo hacer lo que me pide. 

—Podría, pero necesito ir a mi área para hacer todo lo demás. Más allá de la planta—respondo y me encojo de hombros—. Alguien ha hackeado el sistema o el mismo sistema... 

Y lo dejo caer, a sabiendas que Aoi puede con ello. Sólo que mientras se decida que hacer y que no, la IA aparece en medio de la escena hablando sobre la presencia de unos seres humanos. 

—Creo que les está advirtiendo de nosotras. 

Aoi, estaba clara que era la oportunidad demostrar su valía a sus compañeras. -Llegados este momento déjenme comprobar lo del hackeo. Dichas las palabras como pudo, hizo resolver en tiempo récord. Hasta ahora creo haber interceptado algo, pero tardaré en esclarecer el verdadero problema. -La cosa se pondrá más ruda, a partir de aquí. Teclee y teclee sin detenerme abriendo y cerrando archivos, de el casi interminable hilo de cosas que tenía que verificar.

«Atención, por favor. Habla la Inteligencia Artificial de la Nave Estelar Científica, clase Sinoussi, Zelonia. Se detecta la presencia de seres humanos que no forman parte de la tripulación en el interior de la nave. Se ruega su identificación inmediata antes de adoptar medidas de protección que pudieran causar algún perjuicio. Repito; se detecta la presencia de seres humanos que no forman parte de la tripulación en el interior de la nave. Se ruega su identificación inmediata antes de adoptar medidas de protección que pudieran causar algún perjuicio».

—Aquí la comandante Samantha Colmenárez, código GAIA-Beta-7894-AlfaD. Hemos abordado la Zelonia en misión de rescate. Procedimiento Gamma-3-Anon78. Tomamos el control de la nave. Responda afirmativo. Zelonia, indique estatus.

Samantha realiza un pequeño gesto de encogerse de hombros... a ver si cuela. Aunque las últimas experiencias con AI rebeldes no le hacen tener mucha confianza.

—Tripulación y pasaje, además de nosotras cuatro.

—Aoi, olvida el hackeo. Intenta controlar esas sombras en los sensores. ¿Jessie, todo despejado?

La soldado está terriblemente nerviosa, aunque no lo muestre, desde que el mensaje de holovídeo fue proyectado. La histriónica reacción del hombre que aparecía en él la hizo torcer la boca en una mueca.

—Por ahora está despejado, al menos hasta donde puedo ver —responde con el timbre de voz un poco más grave de lo habitual—. Puedo hacer una ronda si quieres, comandante. Aunque no me gustaría dejar sin cubrir a ninguna de vosotras. No sabemos lo que hay aquí.

Obviamente parece que por su instrucción militar no le parece una buena idea ningún tipo de separación o división del grupo, pero no tiene más remedio que aceptar las órdenes que le dé su superior jerárquico.

Después de un tiempo prudencial tratando de acceder a los archivos de configuración de los diversos sistemas de la Zelonia, puedes ver que no hay mucho que hacer. El sistema está deteriorado por daños mecánicos, lo que quiere decir que los componentes informáticos funcionaban a la perfección hasta que algo o alguien los estropeó. Lo primero que te viene a la cabeza es esa maldita planta que tanto parece entusiasmar a Devra Leclerc y que, piensas, es muy probable que al final os cueste la vida en el borde mismo del universo. Por otro lado, y como parece obvio, la Inteligencia Artificial de la nave está en perfecto estado de funcionamiento. Al menos en apariencia.

La IA responde inmediatamente.

«Afirmativo, comandante Colmenárez, código GAIA-Beta-7894-AlfaD. Toman el control de la nave Zelonia. El estatus de la nave se haya seriamente comprometido a nivel informático y mecánico. La tripulación original ha muerto. La zona es altamente infecciosa con efectos desconocidos en el organismo humano. Recomiendo no quitarse los trajes aislantes bajo ningún concepto. Los sensores no funcionan a pleno rendimiento, la iluminación tiene valles de energía de hasta el 30%, los motores están inutilizados».

Después de un tiempo revisando los archivos para acceder a las configuraciones de los diversos sistemas de la Zelonia , me percató que entre en un callejón sin salida. ¿Que?. La confusión estaba marcada en mi frente cuando vi que... El sistema está deteriorado por daños mecánicos, lo que quiere decir que los componentes informáticos funcionaban a la perfección hasta que algo o alguien los estropeó. La planta que tanto emociona a la Doctora Leclerc parece estar causando problemas, probablemente nos condene. aunque la Inteligencia Artificial de la nave está en perfecto estado de funcionamiento. Al menos en apariencia. Tan pronto como terminar de revisar, cierra sesión en la terminal. Y ve que la IA, corresponde a las palabras de la Comandante, algo que le resulta relajante. Dirigiéndome a la Doctora le digo.

—Doc, parece que la planta causó unos estragos superficiales, y otros que nos pueden condenar —Con total humor positivo y sigue con sus funciones.

Tu continua y profesional investigación de los restos aún funcionales de los sistemas de la nave te dan una lectura bastante perturbadora. Los sensores detectan la presencia de cuerpos humanoides inanimados en los pasillos cercanos sin rastros de vida. La conclusión que aparece en la holopantalla es que se trata de cadáveres, posiblemente los cuerpos muertos de aquellos que no fueron expulsados o no saltaron al espacio exterior.

La muerte os rodea.

Me sorprende lo que puedo ver sin tanta dificultad, creo que debo a aprender a esforzarme menos. Mientras sigo sacando toda la información que puedo con los niveles de seguridad bajo, observó un informe de los sensores:

Los sensores detectan la presencia de cuerpos humanoides inanimados en los pasillos cercanos sin rastros de vida.

¿¿¿¡¡¡Eh!!! ??. La conmoción saca un poco de las casillas de la cordura a la ingeniera que se encuentra confundida.

—No paran de suceder estas cosas, que tanto hizo la planta, o ¿es que hay algo peor de lo que no me haya percatado? —expresa la ingeniera en un tono modulado.

Decide que esto esta información es de suficiente importancia, para que todas lo sepan.

—Capitana Colmenárez, estamos rodeadas de cadáveres por casi todas las vías. —dice con preocupación—. Van Damme, por favor este atenta a cualquier cosa que se rastree o note cerca.

Jessi también pareció estar muy sorprendida por lo que acababa de escuchar hacía unos instantes. No obstante, en cuanto le da un par de vueltas a lo que ha escuchado, se calma de nuevo.

—Has dicho que estamos rodeados de muertos por todas partes —parafrasea como si no estuviese dando crédito a las palabras de su compañera—. Imagino que, salvo que fuese la planta, lo que les mató lleva mucho tiempo muerto también. ¿Queréis que remate todos los cuerpos de un disparo a la cabeza? Es un desperdicio de munición, pero si os vais a quedar más tranquilas... ¿O quieres que vayamos a verlo, doctora?

Se queda a la espera de lo que le ordenen mientras acaricia su arma como si se tratase de un gatito ronroneante.

—Muchas películas habéis visto —murmura para sus adentros. A pesar de ello, comprueba que el cargador está bien encajado y que el arma está a punto.

Colmenárez asiente, como si lo esperara, a las palabras de Zelonia. Parecía que un pequeño caos se había desatado abordo, acabando con toda la tripulación.

-No, Jessie, no te muevas. Creo prudente no separarnos -dice todavía pendiente de la pantalla y del informe de Zelonia. Está a punto de pedir a Zelonia que haga un resumen de lo sucedido cuando las palabras de la ingeniera la dejan asombrada.

-Aoi, ¿estás segura de lo que dices? Hace un rato, los flashes detectados por los sensores de presencia se estaban moviendo, ¿ahora indican que son cadáveres? Este lugar ya parece el decorado de una mala holopelícula. No tiene sentido.

Zelonia, ¿qué nos puedes decir de las señales que recibimos? ¿queda alguien abordo además de nosotras?

Y, mientras, a imitación de la soldado, comprueba su arma y mira alrededor.

El puente tiene dos puntos de acceso, por el que han llegado, directamente desde la planta de potencia, a través de la zona ventral de la nave, y otro que da hacia el resto de secciones, incluida la científica y el servidor de reserva.

Mientras espera la respuesta de la AI, se dirige a la doctora.

-Doctora, ¿cree posible que esa planta haya acabado con la tripulación? No sé, que sus esporas sean venenosas...

El suero que se realizó de la planta pudiera tener algún efecto no deseado. Sin poderlo analizar Devra Leclerc no puede estar completamente segura, pero dado que el objetivo del suero era prolongar la vida, es posible que realice alteraciones peligrosas en el código genético de los seres humanos. Además, dado que hay varios cadáveres, probablemente fuera una alteración de carácter contagioso.

Lo que Aoi Mei ha dicho en voz alta es la información que ha rescatado de las bases de datos realizando complejas operaciones. A pesar de las aparentes contradicciones que se puedan haber encontrado, es lo único que el sistema no inteligente de la Zelonia informa. Esto es: no puede extraer más información por el momento.

La IA de la Zelonia responde a la comandante:

«Afirmativo comandante, quedan cuerpos inanimados repartidos por las proximidades de esta sala. Los detectores de presencia han detectado movimiento, pero en estos instantes no existe movimiento alguno. No existen marcas térmicas reseñables que indiquen la presencia de criatura alguna viva en toda la sección de nave donde alcanzan mis sensores. Me permito prevenirles de nuevo acerca de la peligrosidad de la infección en la nave».

Se hace el silencio durante unos instantes. La IA habla de nuevo:

«Comandante, la IA de la Eretria debe sufrir alguna malfunción. El sistema se niega a establecer contacto con mis servidores y está bloqueando los intentos de obtener información sobre la misión».

La ingeniera ya había extraído hasta el último bit útil de la base de datos.

—En base a toda la información copilada, concluyo que hay algún cuerpo además de la planta causando desastres, lo que haría a un cuerpo adicional responsable de los cuerpos, posiblemente aunque no sea sustentada mi hipótesis, puede que sea depredador —expresa dirigiéndose a todas las presentes, pero sobre todo a la doctora que parecía estática—. Doc, ¿se encuentra bien?

Todas hablan, incluida la IA y es difícil decir algo más cuando hay tanto ir y venir de información. Está claro que la situación dice más de lo que se puede imaginar ante mis ojos y es probable que la planta esté provocando esto. De ahí que quería estudiarla, analizar cada detalle y sacar conclusiones que sirvan para lo que tenemos delante. 

—Veamos, es posible que las esporas provoquen esto y que sin dudas lo que podría dar vida también lo quita porque biológicamente no somos compatibles —comento y sigo—. Esto es el resultado de lo que podría ser un arma biológica, que al uso podría ser eficaz en un futuro para lo que podamos enfrentar pero ahora mismo, solo es predecir sobre algo que necesita una prueba empírica. Tenemos cadáveres por doquier y un entorno tóxico. 

Les explico con total tranquilidad.

—Coincido en que no nos separemos, pero debemos pensar bien lo que haremos. Los trajes terminarán por quedar sin oxígeno, y salvo depurar los entornos por sectores... ¿Qué opciones nos quedan?

Ante la pregunta de Aoi, la miro a los ojos y sonrío. 

—Estoy bien, analizando todo.

Una mirada más atenta a la sala de control muestra pequeños detalles que habían pasado desapercibidos en un primer momento, como son la suciedad del suelo y la parte superior de las computadoras. De hecho, al enfocar al techo pueden ver cómo los cables del sistema eléctrico, al cual le faltan placas, cuelgan del techo. Sin embargo, lo más desagradable de todo son las paredes que, cuando las luces resplandecen a pleno rendimiento, pueden verse cubiertas por una especie de mugre de color verde.

Muy lentamente, como si se tratase de un ser vivo que repta con una parsimonia exasperante, la sustancia verde se va extendiendo por las paredes del interior del habitáculo de control en el que se encuentra el grupo de las cuatro astronautas. La nave parece lamentarse de sus heridas crujiendo y emitiendo ruidos que parecen venir de todo el fuselaje; como si su estructura se estuviese doblando y retorciendo. Tampoco ayuda la constante sensación de que algo les observa agazapado en algún rincón fuera de la vista.

La mugre verde de la pared se trata de la planta que envuelve toda la nave que ha sido transformada por algo, de origen indeterminado, en un hongo de carácter parasitario. Como cualquier hongo de Gaia o cualquier otro sitio en el universo, no se recomienda su contacto directo hasta no determinar que es inofensivo para el organismo humano.