Partida Rol por web

Aun haciendo gala de una sangre fría poco común... no cabe duda que estoy enormemente sorprendido, casi alarmado, por cómo se están precipitando las cosas. Sin saber si mi grito les ha avisado o si ya estaban metidos en líos, lo que está claro que es ahora mismo sólo podré contar conmigo mismo para atraer la atención del gigante sobre mí y que deje a la mademoiselle en paz.

En vista de que el hombretón no es ducho en el arte de la diplomacia y prefiere una solución expeditiva, salto hacia atrás mientras desenvaino mi estoque de su vaina y me pongo en guardia.

-Se lo advierto, monsieur -exclamo con firmeza, dispuesto al ataque-. ¡Márchese y déjenos o afronte las consecuencias!

Emily había logrado hacerse con el puñal que llevaba oculto, dado que estaba a espaladas del hombretón todavía no había visto su máscara, pero ya con la amenaza arrojada a Jean Claude tenía suficiente. Hizo lo que consideró que, en ese momento, era lo mejor y con todas sus fuerzas le propinó un fuerte pisotón con el tacón al gigante mientras que con la otra mano, aquella que sostenía el puñal, clavó éste en la pierna del hombre.

Consiguió que éste la soltara, pero aquello en absoluto constituía ventaja alguna, él seguía estando armado y por fuerza y tamaño les superaba con creces. Fue cuando volteó y le tuvo de frente que notó que su máscara había cambiado y que ahora era de un intenso color negro. Irrefrenablemente la imagen del hombre que la agrediera a la salida de su camarote le vino a la mente.

-¡Usted! -exclamó, pues le había reconocido o, mejor dicho, había reconocido la máscara- No deje que lo toque, Jean Claude, tiene algo en las manos que hace que uno se desvanezca, eso explica todos los desmayos.

Thomas se mueve con rapidez hasta la esquina con su arma preparada para cualquier emergencia.Desde esa posición puede ver la siguiente escena que hacen que tus peores temores se pongan en manifiesto, pues ves al gigante que acompañaba a vuestros amigos con Emily agarrada por su cintura como si fuera una muñeca y con su otra mano mostrando otro dispositivo parecido al del que habeis tumbado, en tanto Jean Claude amenaza con su arma al gigante que no parece lo más minimo asustado, pues se abalanza hacía él.

Emily se defiende con sus armas de mujer, clavandole el tacón cuando el gigante se descuida al bajarla un momento para atacar a Jean Claude, permitiendo que la pequeña daga se adentre en las carnes de una de sus piernas de la que empieza a brotar un liquida negro de extraña consistencia. El gigantesco ser gruñe, y apuntando hacia vosotros sus manos de las cuales brota un extraño gas que se expande con rapidez hacía vosotros.

Mierda...el malnacido tiene una rehén..mi disparo no será nada nada fácil...

No puedo arriesgarme a que un movimiento repentino del ser provoque que mi disparo no de en el blanco o algo peor que hiera a uno de los nuestros. El ser va hacia Jean Claude y no parece asustado...Tendré que distraerlo de alguna forma.

Miro para mister Cromwell y en especial para su revólver y le digo:

- Necesito que me hagas un favor...yo distraeré al ser y dispararé contra una de las paredes. Eso llamará su atención. Tu lanza el arma por el suelo con fuerza hacia Jean Claude...él debería disparar a bocajarro mientras el ser está observándome...desde aquí no me atrevo a disparar por herir a Emily....

El plan no es perfecto...pero es un plan. Esperemos que todo salga bien.

Al ver que es Emily quien lleva la iniciativa, me lanzo contra el hombretón, estoque por delante, mientras aguanto la respiración y procuro que sus manos no me toquen.

Hieronimus con su pistola en mano sopesa durante un segundo lo que le manda su compañero, pero trás considerarlo plante las siguientes pegas al plan:- Pero señor MacGuffin, ellos están en medio de la escalera, y si tiro la pistola cargada con el impacto lo más normal es que acabe disparando hacía cualquier lugar y podría en vez de ayudar meternos en aún más aprietos.- Aunque como anda la situación termina aceptando:- Tu dispara y yo se lo lanzo, pero que dios nos coja confesados...- Y espera que Macguffin haga su disparo de señuelo.

Apunto con el cañón de mi arma al ser y aprieto el gatillo. El pulso me tiembla bastante y bajo el alza para que el disparo no salga muy alto.

Rezo a dios que mi disparo acierte y espero que no se enfade mucho por mentarlo en tantas ocasiones...

- ¡Eh bicho inmundo! Traga un poco de plomo...

Dicho esto aprieto el gatillo con firmeza...

Viendo la imposibilidad de que llegue hasta vuestros compañeros en apuros el arma de Hyeronimus(y que la discusión con el resportero podría alargarse demasiado), decides disparar simple y llanamente a ver si puedes abatir al gigante desde aqui, pero para tu desgracia el tiro sale muy desviado, aunque no lo suficiente para herir a nínguno de tus aliados, por lo que suspiras de alivio, aunque en la escalera las cosas se están poniendo más complicadas... si cabe.

El gigante intenta agarrar a Jean Claude con sus manos armadas para dejarle insconciente, pero sus años como buen esgrimista le permiten anticiparse a su golpe rapido y poco refinado , aunque los largos brazos le dan cierta ventaja nada que no pueda evitarse con un buen manejo y templanza , por lo tanto Jean Claude consigue ventaja al cortar el brazo izquierdo profundamente lo que hace que el gigante se quede con un brazo inutilizado y sisea de forma odiosa y que retroceda al escuchar un disparo erratico que llega desde atrás, al verse que está solo y que su ventaja se ha evaporado, sale corriendo escaleras arriba a grandes zancadas dejando un rastro de liquido oscuro como el queroseno.

Todo ocurrió tan rápido después del pisotón que Emily sólo tuvo tiempo de asombrarse por lo que acababa de ver. De la nada la máscara de ese hombre había pasado a ser la misma que llevaba su agresor ¿cómo era eso posible? ¿él la había agredido? Todos los hombres de Mr.Horizón llevaban máscaras como esa ¿todas podían cambiar como la de ese hombre? ¿qué significaba? ¿qué querían o buscaban?

Pero como si lo de la máscara no fuera suficiente, estaba lo de la sangre...

-¿Con qué estamos tratando, monsieur Renoir, con qué? -había asombro y miedo en su voz.

Me acerco a la señorita y le pongo una mano sobre el hombro, intentando confortarla pese a que yo mismo estoy totalmente descolocado con esta situación.

-No se preocupe, mademoiselle -le dice en tono calmo, mirándola con confianza a los ojos y sonriendo levemente-. El momento de peligro ya ha pasado... y he de decir que se ha comportado como una auténtica heroína -la felicito.

Le doy un suave apretón y me separo de ella. Miro a la sangre, tan confundido o más, si cabe, que Emily. Después me giro hacia atrás, de donde vino el disparo que, por suerte o por desgracia, no impactó a nadie.

-¿Son ustedes los tiradores, messieurs MacGuffin y Cromwell? -les llamo.

Me acerco a ellos y miro el lugar de impacto de mi errado disparo:

- Aunque parezca mentira...el disparo ha sido mío...y me ha fastidiado que mi disparo haya sido erróneo...

Miro de cerca la bala y examino al caído:

- ¿Están ustedes bien? A nosotros también nos atacó otro de estos pero de aquella vez le logré dar de lleno...

Hyeronimus se acerca junto a Thomas con su arma en la mano saludando a Emily y a Jean Claude con un gesto, explicandose:- Nos hemos enfrentado a uno de esos hombres, o criaturas, hemos conseguido abatirle, pero hemos tenido bastante menos suerte al ayudaros a vosotros-Trás mirar a su alrededor enfunda su arma y comenta con voz soñadora:-Cuando termine todo esto hare un gran articulo... Pero hay asuntos más importantes- Señalando las huellas de sangre oscura que ha dejado la criatura comenta:- Por la herida que le habeis hecho esta dejando un rastro obvio, aunque a saber donde nos llevara-

Un suspiro de alivio escapó de sus labios tras las palabras de Jean Claude, aún cuando, irónicamente, dicho alivio fue tan breve como su suspiro.

Paepadeó más rápido de lo normal cuando Thomas mencionó haber abatido a uno y su mirada, como si buscara aprobación, se fue posando en el rostro de los hombres.

-Hay que seguir ese rastro y averigüar hacia dónde lleva, pero... -miró hacia la dirección por la que habían llegado Thomas y Hyeronimus- yo me quedo a examinar el cuerpo. Tenemos que saber a qué nos enfrentamos.

- No la dejaremos sola de esta vez...mister Cromwell si es tan amable de quedarse con la señorita mister Renoir y yo seguiremos el rastro...

Miro para mister Renoir y le digo con una amplia sonrisa:

- Creo que ha llegado el momento de cazar juntos...espero que sea aficionado a la caza...realmente es una de mis pasiones aunque normalmente mi presa no es tan peligrosa como esta a la que nos enfrentamos...

Asiento a las palabras de Emily. Realmente es necesaio saber más... a pesar ed que ahora mismo preferiría no tener nada que ver con esta situación. Ni con este proyecto. "¡Ah! Si me hubiera quedado en casa... Una copa de coñac y un buen puro en el club de caballeros...", pienso para mí.

-Pues me temo que no encontrará en mí a un apasionado de la cinegética monsieur MacGuffin -respondo al yankee cuando me sugiere que le acompañe-. Prefiero asistir a eventos sociales bajo techo, si me comprende -añado, sonriendo levemente-. Aunque de buen grado me uniré a usted, mon ami. Me han humillado y eso es algo que no tolero -termino, poniendo gesto serio y entrecerrando los ojos con furia contenida.

Aprieto la empuñadura de mi estoque... del que me doy cuenta sigue desenvainado. Así que suspirando lo enfundo dentro del bastón y me lo pongo bajo el hombro en un gesto elegante, esperando la intervención del resto de compañeros.

Hyeronimus asiente a lo de quedarse con Emily:- No me importa, pues la verdad es que tengo curiosidad por saber que son estos tipos, pues esa sustancia que sueltan parece más engrudo que sangre o algún tipo de aceite...- El periodista parece estar apuntando mentalmente los detalles de una posible buena historia, para recordar al momento y comentar a Emily:- Por aqui esta, el otro que abatimos- En tanto la médico y el periodista van hacía el pasillo, aunque parece que Hyeronimus tiene más ganas incluso que la médica de descubrir más de esos extraños gigantes.

- Es hora de moverse...el rastro todavía es reciente pero es posible que desaparezca...y ustedes si se ven en peligro vayan a refugiarse en un camarote...es mejor eso a que corran riesgos innecesarios.

Compruebo que mi pistola todavía está cargada y haciendo un gesto empiezo a seguir el rastro. Miro a Renoir y le digo:

- Si me lo permite iré yo primero...llevo el arma cargada y preparada para disparar...