Un grito gutural sale de mi garganta y uso el vibromachete para sajar al tipo que habla con nosotros. Luego ya tendré tiempo de pedir perdón y decir que se me resbaló entre los dedos.

- Argggggg ¡Jódete cabrón!

Con el pulso temblándole fue incapaz de rajar al idiota que tenía delante.

Habían quebrado uno de los principios básicos por los que se constituía la unidad de personalidad de la IA de RA: matar a alguien a quien tenía que proteger. Su pantalla de visión, generalmente de color verde, se tornó roja y un cartelito apareció al compás de un pitido intermitente:

- ELIMINAR AMENAZA.

RA se abalanzó con frialdad sobre el asesino de Ewan y lo atacó con su vibromachete. No se recreó en la matanza, intentó que fuera un corte limpio y efectivo. Tenía que evitar que mataran a Claudia.

Había algo en el brillo de los ojos de Claudia, un toque de locura incipiente, acompañado de su grito, que, aun sin poder ser vistos por el breaker que había disparado contra Ewan, si que se debían haber hecho notar, pues el tipo se quedó paralizado. Puede que el haber matado accidentalmente al antropólogo y tratar de hacerse comprender también hubiesen ayudado, pero allí estaba, frente a una marine tronada y un sintético con el piloto de peligro encendido...

Ra, de manera automática, tomó y encendió un vibrochete que descargó sobre el aterrado carroñero. 

El compañero que estaba tras el breaker agredido pasó a tratar de apuntar al trío con su arma mientras trataba de comunicarse con sus compañeros del interior del búnker.

- Mierda... Brekt... ¡¡¡BREKT!!! NOS ESTÁN ATACANDO EN LA CHATARRERÍA.

En pleno frenesí de locura trato de rajar al chatarrero.

- ¡Muere puto sonrisas!

Una vez acuchillado su objetivo, se asegura de que el objetivo esté bien neutralizado. En ese momento, uno de los Breakers comienza a dar la voz de alarma, así que RA se abalanza sobre él, intentando cortar la comunicación (en este caso, su garganta). La eliminación de amenazas consiste en disminuirlas, no en que aumenten.

- Debo proteger a mi tripulación -comenta con tono neutro mientras mira con la frialdad de una picadora de carne a su objetivo.

Tanto Claudia como Ra habían caído en un peculiar frenesí de ultraviolencia. Mientras la marine se desgañitaba abandonando su humanidad por unos pocos segundos para poder descargar su vibrochete, sin remordimientos, sobre el breaker que se convirtió en un pequeño montículo humeante de miembros cortados, Ra procedía de manera maquinal, cortando la vida de su objetivo de un solo golpe pero dejando la mano suelta sobre aquel cuerpo durante unos cuantos segundos más, asegurándose de que sus cálculos y previsiones sobre la muerte de aquel tipo eran ciertos, pero caminando una milla adicional para asegurarse de que aquel muñeco roto no pudiese sorprenderles por la espalda si... Si cualquier cosa.

Dean miraba la dantesca escena francamente acojonado, mientras los pedazos de cuerpos de aquellos carroñeros se deslizaban fuera de sus maltrechos trajes de vacío rotos, sobre brillante sangre que pareció congelarse al contacto con la atmósfera de la luna.

- Noooooo... Tíos, tíos, tíos, TÍOOOOOS, que los breakers son buena gente, que seguro que fue un accidente de verdad. ¿De dónmde coño habéis salido? Sois peores que los matones de Malta. No sé si os quiero en el planeta. Der'mo, así no se fabrica un nuevo paraiso, no. 

El joven se quedó mirando a la marine y el androide, dudando de si salir corriendo o no...

En las inmediaciones, lo único que veían los supervientes de la Medellín era la enorme zona dedicada a la chatarrería, una montaña de basura y restos de naves caídas, y la zona ocupada por Janis un poco más allá.

Dean les había explicado, con su parloteo ininterrumpido, que Janis era la grúa-trituradora-empacadora empleada por los breakers para despiezar las naves y restos que hacían caer sobre la luna con su arpón gigante. doce metros de maquinaria, andamiajes y herramientas multiusos sobredimensionadas capaces de abrir cualquier mole metálica como si de una mandarina se tratase.

Lo que no había era rastro de algún acceso a la guarida de los carroñeros, si es que realmente estaba allí.

Y entonces aquella voz, medio drogada, llenó el sistema de escucha de los trajes de los exploradores.

- Claymore... Spandau... ¿Qué decís, nenas? No he entendido ni una mierda...- Se escuchaba una molesta música machacona de fondo que se cortó cundo el líder de los breakers terminó de hablar.

RA reacciona rápido y coge el comunicador. Claudia está sedienta de sangre, no posee la frialdad necesaria para comunicarse con ese tipo que exige respuestas. El androide modula su voz para que se parezca a la Spandau, el Breaker "sonrisitas".

- Nada, tronco, que no estaban abrazando en la chatarrería unos tipos mu majos.

Mientras dice esto, mira fijamente a Dean, esperando que se calle y sepa comportarse.

- Lo tengo muy claro -digo entre dientes- Vayamos ahí dentro y rajemos a esos idiotas, recuperemos las piezas necesarias para la nave y saquemos lo que quede del pelirojo.

Todo quedó en silencio. Los tres cadáveres reposaban a los pies de Claudia, Ra y Dean, quien se encogió dentro de su traje, casi como si quisiese tragarse a sí mismo y desaparecer de aquel lugar, como si tal cosa fuese posible. Claudia Y Ra habían tenido que cambiar de frecuencia para que los breakers no escuchasen sus posibles planes. su guía, el joven de la colonia, permanecía ajeno a sus decisiones, arrepintiéndose de haber llevado a aquellos tipos de gatillo fácil a la guarida de Brekt.

Enfrente suya estaba la zona de la chatarrería, con sus montañas de restos impertérritos, abandonados allí para terminar petrificándose, formando parte del eterno paisaje de la luna si algún fenómeno inusual no volaba aquel planetoide antes.

A su espalda estaba el cañón de arpones con el que habían sido derribados.

Puede que hubiese conductos ocultos o algo similar, pero de buenas a primeras los supervivientes de la Medellín no sabían qué podía haber por allí, tal vez Dean si, peor habría que ver lo colaborativo que era ahora que había visto su plan convertirse en cenizas, o en un montículo de carne muerta, más bien.

Viendo que la amenaza de peligro dejaba de pitar en la cabeza de RA, guardó su arma. Comenzó a caminar por la zona, analizando su entorno y a sus compañeros. Se paró en Dean, al que veía extrañamente perturbado. RA no entendía por qué, al fin y al cabo le había salvado la vida. Moduló su voz para que fuera dulce y cercana, y se aproximó midiendo sus reacciones y la distancia entre ambos.

- Dean, muchacho -murmuró con rostro preocupado-, esos hombres eran una amenaza para la tripulación. Atacaron al bueno de Ewan. ¿Por qué me tienes miedo? Te he protegido...

- Mierdra... MIERDRA... Pero es que...- El joven trataba de recuperar su hilo de pensamientos, dejándose mecer por la voz conciliadora y suave del sintético, realmente la empresa responsable de su IA había hecho un trabajo formidable y, a pesar de lo inquietante que podía resultar la expresión de concentración del androide mientras empleaba aquel modo vocal, parecía que cuando menos, con alguien a medio formar como Dean, aquel programa obraba maravillas. - Es solo que... A ellos los conocía y... Creo que realmente lo de vuestro amigo fue un accidente... Veníamos, veníamos en paz a ver qué hacían, ¿No? Y convencerlos de que nos bajasen al planeta ¿No?

Realmente parecía contrariado, comenzaba a pensar que tal vez los supervivientes de la Medellín no estaban en su misma página y no sabía cómo podía terminar aquella pequeña aventura.

- ¿Qué... Qué coño hacemos ahora?- Preguntó, con la esperanza de que realmente alguno de aquellos tipos tuviesen la iniciativa de la que él carecía en ese momento.

Dean caminó indeciso, delante del androide y la marine, donde lo podían tener más controlado. Los tres se adentraron en la zona del desguace, grande como un estadio de deportes, plagada por montañas de chatarra, naves a medio desmontar y montículos de items inservibles que habían sido separados por tipos: ruedas, paneles, teclados, monitores rotos... Miembros de sintéticos... Todo tenía su lugar, pero iba a ser difícil localizar algo allí sin la ayuda de alguien que supiese moverse entre tamaño suministro.

- Pffffft... Dónde...?- Dean parecía tratar de buscar algo, pero no tenía suerte... Lo que terminó por quedar claro cuando...
 

BOOOOOOOOOOOM

... Su cuerpo salió despedido hacia las alturas, como un muñeco roto, impulsado por un chorro de polvo y escombro que causó la caída de las montañas de basura próximas. El cuerpo del joven quedó, desencajado y teñido de rojo, incrustado en una corona de grisalla, en el suelo.