Partida Rol por web

- En verdad teneis razón, hay magia en este arma, pero no pagaré mas de 1900 monedas de oro, esta es mi última oferta, o la tomais, o la dejais. - termino diciendo este

Moses se dedicaba a Deambular por la sala, buscando objetos que le pudieran parecer realmente interesantes, mientras, tangencialmente, escuchaba las palabras de la celosa elfa.

- Me parece razonable, pero quizás no tengais que desembolsar tanto oro. - hablo como si le estubiera haciendo un favor al enano - Me explicaré, una amiga nos pidió que le consiguieramos un buen espadón ya que por lo visto el suyo fue hecho por algún aprendiz con aires de grandeza y está buscando uno realizado por un auténtico maestro. ¿Qué le parecerían mil seiscientas monedas y un auténtico espadón creado por un gran herrero?

Mirando por la tienda por los soportes de las armas puedes ver varias espadas, dagas, hachas y martillos, y puedes comprobar que son armas normales. Al igual que otra estanteria con armaduras, ninguna con nada especial, armaduras normales.

- Ummm.... esta bien, trato hecho -, dijo este acariciandose de nuevo su barba - Como negarselo a una señorita tan guapa, ademas parece que usted sabe negociar. - terminó diciendo con una sonrisa, para luego ir hasta un almacen que tenia cerrado sacar el espadon de gran caildad y darselo a la cleriga junto con las 1700 mo.

El mago se mantuvo detrás de los compradores, observando mientras se desarrollaban los negocios. Aquellas actividades eran un mis terio para él, que tendía a simplificar todo. Un insignificante trueque le alejaba de conseguir lo que quería, pero ignoraba que había muchos detalles detrás de una compra.  Regateo, mentiras, lenguaje corporal. Todo sumaba, y en una ciudad como Freeport los pescadores abundaban en el mercado, haciendo que los ilusos piquen sus carnadas.

Se adelantó bastón en mano cuando Lona terminó de negociar y recibió una gran cantidad de dinero. Eso alimentaría miles de familias. Por suerte, nosotros somos los aventureros. Injusto, pero alguien debe hacer el trabajo sucio... -Buen día maese enano- saludó Míneas, retirándose la capucha respetuosamente. -Veo que usted tiene experiencia, y me gustaría saber donde podría encontrar un mercader que me ayudara con ciertos objetos... ya sabe, mágicos-

Ronkhar miro al mago, - Si, al salir dos casas mas a las izquierda, hay hay una mujer que vende o hace o yo que se magicos - dijo este.

-Le agradezco- dijo el mago con seriedad. Volteó para dirigirse a sus compañeros. -Bien, iré a ver de que se trata este bastón. No hace falta que me esperen o acompañen, aunque no los dentedré si eso quieren- sin hablar mucho más, Míneas emprendió el camino hacia la tienda señalada por el enano, revisando sus pertenencias a la vista en el camino.

- Gracias

Sonrío de verdad alegre y bendiciendo por los malos oídos del enano y tras hacerle cargar a Rurik con el arma, ya que evidentemente ningun otro de nosotros podría cargar con ella, hago un rápido reparto de las monedas que nos tocan a cada uno. Reservo la parte de Abyl y Mazogordo encargándole a Moses que las guarde mientras espero que de verdad resulte capaz de ello y no se lo gaste todo en un montón de cosas cuya utilidad sólo el mediano comprende.
Y bueno, parece que eso es todo por el momento en la herrería y puedo dirigirme en busca de un botiquín para cuando vuelvan a meterse en problemas.

Por favor, que no sea muy pronto

Rezo buscando un lugar donde comprarlo y otro donde poder comprar algo de ropa...

Tras el negocio en al armeria Mineas se dirige a la tienda magica y los demas os dirigis a la tienda de objetos y pociones tambien cercana a la armeria, una mujer se encuentra tras un mostrador, la tienda tiene muchas decoraciones, pero no tiene a la vista ninguno de sus articulos solo tras el mostrador.

Al entrar en la tienda os encontrais una mujer mayor que se ecuentra detras de un mostrador - Buenos dias, bienvenidos a mi humilde tienda, que desean? - dijo esta frotandose las manos. Despues os percatais que hay un joven con una cuervo en su hombro mirando una especies de pergaminos.

Puede que aquí encontremos lo que buscamos...

Entro sonriente a la tienda acompañada del mediano y el monje.

- Buenos días, nos preguntábamos si tendría algún equipo para primeros auxilios o algo similar. Ya sabe, vendas, ungüentos y cosas por el estilo... y no sé si mis compañeros querrán algo más.

Míneas atravesó la apestosa muchedumbre para llegar al lugar que le habían indicado. Hizo una reverencia a la venerable mujer que le atendió, aunque dudaba que compartiera las costumbres de etiqueta a las que el estaba arraigado.

-Buenos días, buena señora. Vengo por negocios, como usted ya supondrá- dijo el mago pomposamente, sin sospechar que la mujer probablemente no tenía tiempo ni ganas de soportar palabras elegantes. -Tengo entendido que este bastón- dijo, apoyándo un extremo en el suelo frente a él -tiene propiedades mágicas. Yo no soy capaz de revelarlas, pero he oído que usted sí. ¿Cual será el precio de sus servicios?-

- Diganme que desean, tengo de todo lo que ha nombrado - dijo la señora.

- Estupendo, entonces puede preparme un paquete con un poco de todo, y en especial vendas.

Le solicito alegre por poder disponer de todo lo necesario. Seguro que así mis compañeros correran menos peligro.

- El precio para identificar los objetos es de 130 mo - respondió esta.

La tendera saca un saquito y lo muestra a la cleriga - En esta bolsita viene todo los materiales que hace falta para una cura, su precio por bolsita es de 50 mo, cuantas desea - termino diendo esta.

-Oh- dijo Míneas con sorpresa. Supongo que la moneda de mi hogar no valdrá lo mismo por aquí... -Muy bien, que así sea-

El mago sacó la bolsa que colgaba de su cinturón y la puso frente a los dos, comenzando a retirar las monedas para la mujer. -Tome- dijo alcanzándole 65 piezas y el bastón.  -La otra mitad cuando compruebe que sus servicios hayan sido satisfactorios-