Partida Rol por web

Tras salir de la pluma del estudiantes marchais hasta la plaza del mercado, donde gran variedad de tiendas decoran lan zona. Tardais unos 20 minutos en llegas, a estas horas del dia, por la mañana, parece haber mucha gente, que van de una tienda a otra haciendo sus compras del día.

Demasiada gente, habrá que tener vigilados los bolsillos

Reconozco el problema a leguas de distancia y es de suponer que en una ciudad como esta aún habrá más problemas con los pillos que en cualquier otro lugar.
Por suerte, las pintas que llevamos tras la aventura del barco hace dificil que nos vean como un objetivo potencialmente valioso.

- Bien, lo primero es encontrar a alguien que nos compre la cimitarra. - les anuncio - Después sería mejor ir a comprarnos otra ropa y acabar con lo que sea que quiera cada uno ¿os parece bien?

Tras varias pregunta, a gentes de la calle todos te informa que lo mas facil para vender la cimitarra, es en la armeria. La cual te señalan con el dedo.

Moses estaba feliz, por fin un sitio donde desenvolverse. Paz, tranquilidad, bolsillos, comida, dinero. Este era su ambiente.

A buscar un perista pues.

Moses se acercó a una rolliza mercader y cuando consiguó hacerle ver que no era un niño sino un hombre hecho, derecho y deseoso, empezó a hablar con ella.

Buenos dias hermosa dama, me hayo en posesión por ventura de una herencia familiar de la que, lamentablemente, debo deshacerme. ¿Serias tan amable de indicarme donde podria encontrar un buen forjador que compre buenas armas, o un perista en su defecto? Y después quizas podriamos ir a tomar unas copas para celebrar mi buena suerte de haberos encontrado a vos y vendido la espada....

La mujer miró a Moses, al principio creía que era un niño, despues pudo comprobar que no - Vaya, que educado - dice esta. - Pues la verdad es que el mejor sitio para vender dicha pertenecia, es allí - dijo señalando - Es la unica armería de Freeport - terminó diciendo con una sonrisa.

Moses se apoya en la pata de la mesa, con aspecto de galan, y saca un poco de papel de fumar y un poco de tabaco y mira con picardia a la mujer.

¿Y en cuanto a la segunda parte de mi pregunta buena dama? La buena compñía escasea en la ciudad, soy recien llegado y no tengo quien me enseñe las cosas. Supongo que no tendría problemas en acompañarme a dar una vuelta.

Míneas avanzaba a la retaguardia del grupo. Quizá el lugar menos apropiado para él, dada su falta de atención a su entorno. En aquellos lares era muy fácil entrar para salir del otro lado nada más que con calzones, pero no es que al mago le importara mucho. Mejor dicho, no es que se diera cuenta. Bastón nuevo en mano, ingresó en el mercado de Freeport junto al resto, admirando el ambiente cosmopolita del lugar, aunque le era imposible disfrutar de la poca elegancia y belleza de ese sector. Al menos no se sentía el olor a pescado constante, sólo al pasar junto a algún desdentado marinero.

Se detuvo detrás del mediano cuando este comenzó a interactuar con una mercader, escondiendo sus facciones bajo su capucha y observando divertido. Moses, que descarado... Observó el lugar que la mujer señaló, preguntándose si se limitaban a forjar armas allí. Las cosas no siempre son lo que parecen, aunque dudo de que el mercado negro me ayude en este caso. Mientras, el arcanista escrutaba el atiborrado mercado en busca de algún negocio que le indicara lo que buscaba. Magia.

Rurik caminaba junto al pequeño "negociador". Miraba con atención todo lo que le rodeaba, al fin y al cabo como todos sabían, se había tirado toda la vida en un templo.

- Despues de todo podemos bebernos unas buenas jarras de cerveza.- Dijo en una de esas veces en las que saltaba de sopetón. La mayoría de ellas, sin venir a cuento.- Como yo no quiero armas, con mi parte del botín, podemos armar una buena.

- Los siento es usted muy caballero pero tengo mi familia - dijo sonriendo

Agarro de la oreja a Moses como si aún se tratara de un niño mientras me disculpo de la mujer con una sonrisa forzada.

- Lo siento, a veces le das la mano y te coge todo el brazo. - luego medio arrastro al mediano hacia la armería al tiempo que le susurro - Vamos a hacer lo que debemos que aún debemos encontrar a Lucius.

Parezco bastante irritada por la perdida de tiempo, pero es que además aún me falta el trago del pícaro eligiendo la ropa.

Cita:

Ayayayayayaayayayayaay!!!!

Moses miró enfadado a la elfa, tiró el cigarro bajo el pensamiento de: Pero que cojones, si yo no fumo, y le dijo:

Celosillaaaaa.......

Acto seguido se largó hacia la tienda silbando por lo bajo.

Llegais hasta la armeria, donde encontrais a un enano afiliando la hoja de un hacha, parece ser que es el dueño de la tienda.

Rurik da un codazo de complicidad a Moses que a punto estuvo de darle en el cuello en vez de en el hombro.

- Yo lo he visto, se ha puesto celosa.- Le susurró y miró con cautela a la elfa.

Hago caso omiso al susurro, principalmente porque no entendí muy bien lo que decía el monje, y presto mis atención al herreo y su establecimiento.

- Buenos días, ¿cuánto podría darnos por esta cimitarra?

Pregunto sin más dilación, evidentemente tengo ganas de acabar con las compras cuanto antes.

Moses casi se descoyunta al recibir el codazo complice del enano, y alzando la cabeza, pero no la voz, le contesta:

Es que la tengo ya a puntito de caramelo, se derrite por probar un poco de este dulce mediano. Bueno macho, a la compra.

Maese enano, vuestra reputación os predece en la ciudad, hemos oido hablar de vuestras habilidades en la forja de armas, y veniamos a ver si podiamos hacer negocio con vos.

El enano deja de afilar el hacha, y la deja encima de una mesa, la cual al caer hace un gran estruendo, seguidamente se dirige hacia Lona y le coge la cimitarra. Empieza a mirarla y tras unos segundos de observacion rompe el silencio - Bueno por esta  cimitarra os podría dar 1500 monedas de oro, parece que ha tenido mucho uso - dijo este.

- Entonces creo que deberíais perder más tiempo examinándola.

Le indico consciente de sus propiedades mágicas, pero si el herrero no se da cuenta de ellas puede ser porque no sea muy buen herrero, que se aproveche de ser el único herrero de la ciudad o que de permanecer tanto tiempo rodeado de ladrones y piratas algo se le haya quedado pegado.

- Incluso a mis ojos es evidente que ha sido mejorada mágicamente. Con tanto capitán deseoso de destacar no le resultará dificil venderla, por lo que seguro que puede subir su oferta.