Partida Rol por web

Desde la casa de Triss había un pequeño sendero que se internaba en el bosque.

Aquella zona estaba llena de altísimos árboles, espaciados entre ellos, que dibujaban un precioso paisaje entre el cántico de los pájaros o los pequeños sonidos que hacían ardillas o conejos a vuestro alrededor. Todo parecía irradiar un aura de paz y tranquilidad... 

Es posible que conocieras aquella zona, ya sea porque alguna vez jugaste al escondite en aquella zona, porque te pidieron ir a recoger ramas del suelo o algunas hiervas. Era, por tanto, una zona que, o bien por experiencia propia o porque te lo hubieran contado, conocías. 

Por lo que sabías, aún os quedaba un kilómetro hasta llegar a la zona prohibida del bosque...

De momento andaba tranquila. Aquella era una zona que conocía bien de andar a buscar hierbas con Triss y no había motivos para ponerse nervioso de momento. Se mantenía alerta por si había sorpresas, pero no las esperaba antes de pasar el kilómetro de seguridad; para eso era el kilómetro de seguridad.

- ¿Quién quiere llevar una de las pociones de curación? – preguntó a los compañeros ya que no tenía sentido que dependieran de que ella pudiera suministrárselas en caso de problemas serios y si no eran problemas acuciantes ya podrían discutir quien la necesitaba más y quien menos; quizás fuese un poco ingenua, pero confiaba en que todos actuarían con el bien común en mente en vez de comportarse egoístamente.

Esta parte del bosque resulta familiar para la mayoría, aun se pueden ver algunos animales silvestres en la cercanía, eso indica que no es una zona peligrosa y que estas criaturas están acostumbradas a la presencia de las personas, conforme dejemos de verlas y escucharlas sera cuando deberemos de poner mas atención al terreno en general.

-Bueno, ocupamos establecer una formación, puedo luchar cuerpo a cuerpo y a distancia usando el arco, ocuparemos alguien que cuide la retaguardia, muchos depredadores suelen atacar la parte trasera de grupos, así que ocuparemos a alguien que pueda estar atento y proteger. Al frente ocuparemos alguien duro capas de luchar, en la sección central pueden ir quienes puedan dar soporte o luchar a distancia.

De nuevo pare que hablo demasiado así que decido cortar por una sugerencia rápida y simple.

-Las pociones las pueden llevar kait y mirry, ellas pueden ir en la zona central de la formación, tyrius y lizz pueden ir al frente,  linna y yo podemos ir detras. 

- Uy, a mi el centro me va bien. Tengo un arco. Mira. - dijo sacando levantando el arco que llevaba a la espalda - Pero lo mismo soy más útil delante. Tengo una vista aguda. - le dijo guiñándole un ojo y sacándole la lengua permaneciendo en su posición en primera línea como hasta el momento.

Kait hizo una mueca de duda.

—Yo puedo curar. Quizás sería mejor que los que vayan al frente, más expuestos, lleven las pociones. Pero como queráis.

Extendió la mano hacia la mediana, para coger los frascos.

El joven veía el bosque con ojos distintos a los de toda su anterior vida, ahora el camino llevaba hasta la edad adulta y el reconocimiento por parte de sus vecinos. Quería volver al pueblo tras grabar su nombre en la piedra y por supuesto, sin nadie del grupo herido. La zona prohibida debía de guardar sorpresas pero ellos habían logrado ir juntos lo que les daba seguridad.

- Dado que Kait y yo podemos curar las pociones podéis llevarlas los demás. Mirry podría llevar la rosa y las otras tres las repartís entre los restantes. De esta manera si alguien es gravemente herido todos tenemos la manera de asistirle, es decir que se podrían usar en casos de emergencia.

Expuso la que le parecía una buena opción para evitar males mayores, cualquier monstruo podía emboscarles como apuntaba Pino.

- Con todo lo ancho que es el bosque podemos ir en dos filas para no perder detalle. En la primera fila Linna, Lizz y yo. En la segunda fila Kait, Mirry y Pino. ¿Os gusta? Si queremos más protección se puede ir en parejas, de esa forma en el centro podrían estar Kait y Mirry, con el resto cubriéndolas.

A mí me parece genial, dice una sonriente Mirry, contenta de emprender viaje y de haber preguntado a los mayores antes de lanzarse de cabeza al bosque. Una vez en él, sin embargo, se llena los pulmones con el siempre agradable olor de los árboles y las flores.

Guardándose la poción rosa en un bolsillo de su ancha ropa, se recoloca el laúd al frente, sujeto por una cinta sobre un hombro, y toca unos acordes. Si queréis una canción, sólo tenéis que pedirlo. En realidad, es su manera de decirles que encantada de ir detrás, y que ella, de armas, lo que se dice armas, pocas.

- Eh, mejor vamos con discreción. Al menos lo que podamos. Por aquello de no atraer la atención de lo que pueda haber en el bosque. – le comentó a Mirry mientras le daba la poción rosa – Te prometo que cuando regresemos montamos una fiesta y la liamos guay. Hasta te haré los coros si quieres. – le dijo con una sonrisa amistosa.

Aquel camino era agradable, alegre y tranquilo. Varios animales, como pequeñas ardillas o conejos, os observaban, curiosos, desde la maleza. Los pájaros cantaban a vuestro alrededor y hacía una temperatura agradable.

El grupo charlaba, desenfadado, mientras organizaban la forma de avanzar o quien debía llevar las pociones que les había dado Triss. Y así, casi sin darse cuenta, recorrieron un kilómetro.

Y allí, con total claridad, lo empezasteis a ver: aquellas cintas rojas que estaban anudadas alrededor de algunos árboles. Todos ellos colocados en una sinuosa línea que delimitaba la zona segura, de aquella que no lo era. Porque, al otro lado, el bosque cambiaba.

Nunca te habías encaminado más allá de aquellas cintas. Nunca habías ido al otro lado. 

Aquella zona era peligrosa, y el bosque parecía avisaros. A vuestro alrededor desaparecieron los conejos, ardillas y animalillos; el aire, en aquel lugar, parecía más pesado y espeso. El viento ya no mecía las hojas. Todo estaba en silencio... En demasiado silencio...

Lo árboles parecían crecer de forma menos ordenada, retorcidos, caóticos. La vegetación era más alta, más espesa y más sinuosa. Incluso el camino empezaba a desaparecer a los pocos metros. Todo parecía más salvaje y amenazador. 

Allí era donde empezaba la verdadera prueba.

Allí era donde vuestra vida empezaba a correr peligro.

Allí empezaba vuestro destino.

Kait se detuvo un momento y miró alrededor y hacia las copas de los árboles.

—Los animales evitan esta parte del bosque.

Meneó la cabeza negativamente.

—Mala cosa. ¿En serio envían a aquí a todos los habitantes del pueblo?

Cerró los ojos un instante, inclinó la cabeza y susurró algo en un idioma desconocido para los que la rodeaban.

El clérigo miró a la mediana cuando proponía amenizar la marcha.

- Podías habernos cantado algo sobre todos esos grandes héroes que conoces: Kaneda, Shun, Osam, todos esos. Nunca me canso de escuchar sus historias. O bueno, aquellas de la aasimar que guardaba muchas personalidades en la cabeza. O ese hechicero tatuado experto en lanzar rayos.

Claro que Golarion estaba lleno de héroes así que historias nunca faltarían.

- Pero mejor luego cuando estemos descansando.

 Respiró para oler el aire del bosque, no había diferencia alguna y con sinceridad, esperaba que como mucho encontraran un jabalí salvaje merodeando.

El silencio de los animales anunciaba los posibles problemas, unos problemas que seguramente no se presentarían a las claras, sino que esperarían ocultas para asaltarlas cuando estuvieran desprevenidas. Linna entrecerró sus ojos prestando especial atención a buscar criaturas ocultas que pudieran acecharles.

Mirry, segura en el centro de la formación, avanza sin hablar mucho, dejando que los demás se concentren en sus labores de búsqueda e investigación, aunque permanece atenta.

Cuando sobrepasan las marcas, piensa... Ya está. Ya no hay vuelta atrás. ¡A por todas!

Una vez llegas a la "entrada" de aquella zona del bosque, observas todo con detenimiento.

Puedes ver magia en el aire, pero en las mismas cantidades que veías en la aldea o en las otras zonas del bosque. Magia natural. Libre. En cantidades que no te llaman la atención. 

No parece que hubiera ni más ni menos. 

Aquella zona del bosque, en cuanto a la magia, parecía igual a cualquier otro sitio. 

Observáis aquella nueva zona del bosque.

No veis pequeños animalitos.

Ni pájaros.

Y tampoco parece haber depredadores escondidos.

Parece una zona del bosque, solo que más salvaje... Más inhóspita...

-No... No soy una experta, pero mis padres, y algún que otro mercader, me han contado cosas de este bosque...

Mientras hablaba, me aseguré de tener el mandoble bien sujeto a la espalda, pero con la suficiente soltura para poder sacarlo en un momento dado.

-Hay muchas plantas curativas o que se emplean para pociones y cosas así. Pero también hay muchas más plantas venenosas. Los conejos y ardillas son menos, ya que hay más depredadores, como lobos... Y algún que otro oso en alguna zona... Además cuenta con árboles de todo tipo, lo que es muy bueno para diferentes armas pero... Me contaron un cuento una vez... Una historia. Decía que el bosque no permitía que los árboles sufrieran daño. Que solo se podían coger aquellas ramas que cayesen al suelo y que, si alguien osaba hacer daño a algún árbol... El bosque devolvería dicho daño...

Tragué saliva.

-No tengo claro qué significa. Pero no sé si quiero saberlo.

Después de aquello miró a todos.

-También sé que hay cientos de kilómetros ante nosotros. ¿Alguien os dijo dónde estaba esa roca exactamente?

- Camino cerca de la casa de Merigold. Dirección noroeste. Diez kilometros. Es lo que dijo Brandon - le contestó Lina con un encogimiento de hombros mientras seguía avanzando atenta a lo que pudiera haber oculto.

Exacto, corrobora Mirry con un asentimiento. Diría que no tiene pérdida, pero claro, nunca he estado allí, añade con una risita. Vamos andando. Atentas y atentos, porque esto parece inusualmente silencioso. Aunque todavía estamos cerca del pueblo, dice encogiéndose de hombros, no me puedo imaginar ningún gran peligro al lado de casa de Triss... es tan buena que seguro que si se lo encuentra por aquí mientras recoge hierbas, el peligro se volvería inofensivo solo de escucharla.

-Si esta zona es mas silvestre, es normal que los animales estén ocultos o sean menos abundantes, sobre la música, creo que sera mejor mantenerla al mínimo, aunque esos sonidos pueden ahuyentar algunos animales, podría atraer a otros animales o incluso a otras criaturas

La historia de liz me hace pensar un poco sobre el usar mi arco, una flecha perdida puede llegar a darle a un árbol o algún brote en el suelo... con suerte sera solo un mito. Tomo una de las pociones rojas y la pongo entre mis cosas, espero no ocupar usarla.

-Puede que encontremos otras personas que estén perdidas o buscando asaltar. Bueno, ocupamos seguir al noroeste con cuidado

Tomo mi lugar en la fila con el arco en mano, listo para disparar si aparece algún enemigo

El silencioso bosque le resultaba una novedad, nunca vino tan lejos del pueblo y salvo de niño no se vió rodeado de tanto verdor. Se quedó mirando y luego torció un poco el labio, encontrándolo divertido en el fondo.

- Vayamos con cuidado, cualquier cosa que nos quiera encontrar se dará de bruces con mi escudo. Aunque espero que no pase de algún jabalí con mal genio.

Dijo confiando en aquél objeto al que guardaba tanto cariño. De tanto que había practicado con él mostraba muchas pequeñas marcas, no de armas de metal sino por los golpes de otras armas de madera. Nunca había usado su verdadera espada contra un enemigo real, y nunca había matado. Pero hoy si las cosas se torcían podía tener que hacerlo.

- Iré dejando unas pequeñas marcas en el suelo con la espada que nos puedan servir para saber el camino que hemos seguido. No va a costar nada y quizás lleguen a ser útiles.