Partida Rol por web

Poniéndole la ropita a los niños, Liesel aprovecha, con el telófono apoyado en el hombro y presionado contra la mejilla, para llamar a Alma mientras Heinrich no llega.

Bueno, ni siquiera te has parado a comprobar la diferencia horaria, por lo que el móvil suena bastantes veces hasta que una voz contesta de no muy buenas maneras, ¿Qué jodido borracho se acuerda de mí a estas horas?

Parece que ni siquiera se ha fijado en el número que aparece en pantalla, pero la voz de Alma, incluso en estas circunstancias, te resulta imposible de confundir.

- ¡Alma! Ich bin Liesel! - saluda - Siento haberte despertado... Pero tengo que... ¡No, no, no, Johanna, no tires el pape! Eso... Quédatelo ahí, muy bien cielo... - cosas de la maternidad - Lo siento, es que estoy vistiendo a los críos... Alma, encanto, vuelvo a Estados Unidos... Y necesito tu sabiduría urgentemente... - continuaba en tono de ruego.

Cuando pronuncias tu nombre la voz parece revivir, regresando a la realidad, ¡Liel!, ¿vuelves?, ¿Cuándo? suena alegre, ¿y eso?, cuenta cuenta, puede que no me acuerde en un par de horas porque tengo una resaca de tres pares de narices, bromea, o no, cualquiera sabe.

¿Necesitas mi sabiduría?, nunca lo he dudado, ¿y los críos?, tengo ganas de verlos, se calla unos instantes, y cuéntame, que no dices nada…

Liesel rió con las primeras reacciones de Alma. No muy fuerte, para que su voz no resultara atómica a los oídos resacosos de su amiga.

- Pues... Bueno, en muy poco tiempo estaré por ahí. Los críos preciosos, claro, Ethan idéntico a su padre y Johanna a mí, pero ellos son más guapos - ríe - me los quiero llevar ésta vez... Porque va a ser bastante tiempo, he firmado para Dolce & Gabanna. Y la verdad, mi dietista actual, que soy yo misma, es una incompetente y me he quedado "en los huesos"... A los de D&G les gustaría que volviera a mi peso de antes, por lo visto... Pero estoy ocho kilos por debajo...

¿!OCHO KILOS POR DEBAJO?! te grita al oído Alma, Dime que es porque te has echado un nuevo novio que es un fiera en la cama, es la única explicación, tu nunca serviste con dietista, a pesar de que ella sabe que querías de verdad a Ethan, cree que eres demasiado joven para no cerrarte a nuevas relaciones.

D&G, un silbido de admiración, ¿y para cuando tienes que ganar ese peso?, y ¿cuando vie…

Unos insistentes tirones de la parte baja de tu camiseta hacen que pierdas el hilo de la conversación, la cabecita rubia de tu hijo esta vuelta hacia arriba mami, mami, mami, mami, repite una y otra vez mientras señala un rincón de la habitación, bicho, hay un bicho…gande, por supuesto los tirones de la camisa no cesan

- Pues tengo que ganar ese peso para dentro de... - atiende a Ethan - Dime, campeón... ¿Un bicho grande? - había oído que era buen repetir lo que decían los niños, para que aprendieran bien la pronunciación y para que se sintieran comprendidos y atendidos - ¿Dónde, mi amor? Alma, espera un segundo, en nada vuelvo... - deja el teléfono apoyado en una leja y se acerca al rincón en busca del bicho, armándose con una revista enrollada.

En el rincón donde el niño señala, hay efectivamente, un bicho, parece un grillo, no es que sea muy grande tampoco, pero parece inmóvil, más bien muerto, Ella lo ha pisado… señala a su hermana afirmando enérgicamente con la cabeza apretando sus pequeños labios y moviendo sus manos de forma acompasada.

Es mala vuelve a señalar a la niña pelirroja que permanece entretenida arrancando hojas de una vieja revista de modas y haciéndolas trocitos cada vez más pequeños, y todavía está a medio vestir.

Liesel controla que no se le escape una risilla.

- Vale, Ethan, está bien ser bueno y no matar a los animalitos y a algunos bichos, pero algunos son malos y pueden hacerte daño, porque están sucios y tienen bichitos que te hacen pupa... ¿Has visto en verano cuando te salen pupas gordotas que pican? Eso lo hacen los bichos malos... Johanna, la próxima vez me avisas, como ha hecho tu hermano, y si es un bicho bueno lo cogemos y lo echamos por la ventana en vez de matarlo... Y no rompas las revistas de mamá, ¿romperías una foto de mamá, Johanna? No te portes mal - la coge, apartándola de la revista, y la sienta en la cama, junto a su hermano, cogiendo de nuevo el teléfono y riéndose - Lo siento, Alma, la tragedia: Johanna ha matado un bicho... Es la tía Alma, niños, saludad - pone el altavoz a la altura de ambos pero no muy cerca, sabe que los niños son gritones cuando se les permite emocionarse y eso puede ser devastador para los oídos resacosos de su amiga.

Los niños gritan, como era de esperar, pero al poco se quedan escuchando las inteligibles palabras que pronuncia tu amiga, provocando sus risas, luego vuelves a coger tu el teléfono, Les he contado lo que pienso hacerle a la zorra de Sue cuando la vea, la muy perra se largo con el jugador de fútbol, será… tienen que aprender como son las cosas… luego oyes un bostezo y sigue hablando.

Son un encanto, me estabas diciendo que venías y que tenías que engordar ocho kilos para lo de D&G, ¿para cuando?, su tono de voz se torna ridículamente profesional en su estado.

- Para antes de que acabe la semana como poco, y si fuera en una tarde, mejor. Hoy he quedado con Heinrich y pienso hincharme. Una vez oí que un estúpido de una facultad de artes española engordó cinco kilos en un día yendo a un Foster's Hollywood sólo para ganar una apuesta... ¿Qué les has dicho a mis hijos...? Te mato - ríe bromeando - Siento lo de Sue, pero ella se lo pierde en realidad... Cuando vaya para allá nos tomamos un helado y me lo cuentas mejor, ¿vale, cariño? ¿Tú estás bien...?

¿Antes de que acabe la semana?, tú estás local Liesel, no me pongas ejemplos de capullos, lo que tienes que hacer es comer hidratos de carbono, pasta, arroz, y hacer mucho ejercicio, es la forma más eficiente de ganar peso y volumen sin tener que ir al hospital dice con voz seria de nuevo.

Y si, yo estoy bien, que le den a esa gilipollas, como tu dices, ella se lo pierde, ¿vas a algún gimnasio?, no te me hinches de pasteles que conozco a tu abuela

- Pero tía, si el arroz no engorda... Los japoneses están todos escuálidos y viven a base de eso... Y Kate Moss, Gemma Ward y todas éstas... ¿Qué crees que comen en los caterings? Arroz, arroz y arroz... Y no estoy en ningún gimnasio, no puedo, ¿los críos qué? Había pensado en apuntarme a natación con ellos...

¿Acaso discutes mis medios?, el arroz, en contra de lo que cree todo el mundo, si engorda, y si, los de sumo están muy escúalidos, un dulce mucho más claro, pero no quiero que engordes a base de eso, y por supuesto, y mucho más importante, !no quiero que te parezcas a Kate Moss!, eso nunca... ríe, ¿los crios?, tus padres, tus abuelos... es lo que pasa cuando te vas a vivir cerca de la familia, !que sirvan para algo!

Nuevamente una risa que se mezcla con un ataque de tos, En serio, no comas a lo bruto que te conozco, si quieres te mando un par de dietas por correo electrónico,

La llamada en espera salta, el nombre de Ray aparece en pantalla.

- Me harías un favor si lo hicieras, Alma mía - ríe, suspirando aliviada - Mi representante me "acosa" - naturalmente utilizaba un tono de broma - Y a Heine estoy a punto de recibirle... ¡Y todavía tengo que vestir a los niños! - les hace cosquillas para que no se sientan una carga ni nada parecido, sonriendo - así te puedes imaginar que podrías llamarme Liesel Moss - se carcajea de nuevo - En fin, cariño, mándame eso por correo, no te mates y vuélvete a dormir, ¿eh? Te quiero un montónnn, ciaooo... - no cuelga, espera a que se despida Alma.

La risa sincera de tu amiga resuena al otro lado de la línea, es reconfortarte oírla, Te prometo que cumpliré dos de tus deseos, no te quepa duda, y sólo de imaginarme a Liesel Moss me entran escalofríos, un poco de silencio, y como si alguien estuviera bebiendo algo.

Liesel, no me seas ñoña que me acabo de despertar ostia, un beso para ti y para a quien tu quieras dárselo dice despidiéndose entre risas.

- ¡Anda ya... Hasta "mañana"! - ríe, colgando, negando con la cabeza - Vuestra tía está loca, ¡locaaaa! - ríe poniendo caras a los niños, para entonces descolgarle el teléfono a Ray - Dime Ray, ¿qué me cuentas?

Liesel, soy Ray siempre lo repetía, no le importaba que lo acabaras de llamar por su nombre, era una costumbre que le era imposible perder.

Atiende, he hablado con un tipo llamado Heller, dice que tiene un papel para ti en una pelicula de James Bond, le he dicho que ya no trabajas en el cine, pero aún así ha insistido, si quieres puedo decirle que no definitivamente o intentar averiguar algo más sobre las condiciones, con quien trabajarías, los detalles de siempre, y dice que rodarán una parte en la ciudad lo suelta todo rápido, pero ahora espera tu respuesta.

- ¿Chica Bond...? - torció el gesto - No... Qué va, odio las películas de James Bond, son machistas... No quiero que cuando mi hija tenga quince años diga que su madre salió de florero de usar y tirar en una película... - palabras de Alma Hertrich, que impactaron mucho a Liesel.