Partida Rol por web

Con un movimiento casi mecánico, abro el maletín de pruebas que hemos cogido del coche y extraigo con cuidado un par de guantes de latex y una bolsa de pruebas. Me siento como Grissom pienso mientras recojo la bala y la introduzco en la bolsa. Con una sonrisa me acerco a la mujer rubia Aparte de usted, alguien ha cogido esta bala. Si es así y dado que la entrada no ha sido forzada, podría tratarse de cualquiera y no podemos descartar a nadie Mientras digo esto, busco la mirada de aprobación de Travis. Como me gustaría saber tanto ya. No puedo esperar a empezar a empaparme en el curso...

Cita:

Sol asintió compungida, frotándose los brazos nuevamente - Ésto es un piso, no hay forma de entrar excepto usando por la puerta principal y... No, creo que no han robado nada... Todo está bien... Tampoco me he puesto a buscar, estaba alterada... - enarcó las cejas, atendiendo a su compañero de color - No he manoseado la bala por si el dueño había dejado marcas... - se detuvo un segundo recordando algo tan importante como una presentación - Disculpen... Éste caballero es compañero de mi marido. Ha acudido en cuanto ha sabido lo ocurrido... - dijo, señalando ligeramente con la mano y volviendo a cruzarse de brazos - ¿Van a poner... seguridad o algo por el estilo? Mi marido no llega hasta mañana y... vivo sola...

No se preocupe señora Cavaliê, creo que le proporcionaremos escolta, al menos durante un par de días hasta que averigüemos que pasó y estemos seguros de que no entrañe ningún peligro para su persona. Si les parece bien, yo mismo me ocuparé. -digo mirando a Travis y esperando una mirada de aprobación y que me dé la oportunidad que él sabe que estoy esperando. Una oportunidad así no se presenta a menudo. Además mejor estar aquí que en la calle haciendo doble turno y atendiendo casos de perritos desaparecidos o vecinos con la música demasiado alta

Miro a los dos policías con cierto resquemor, si esto es lo mejor que puede ofrecer la ciudad de Nueva York como servidores de la ley estamos listos, no creo que tranquilicen demasiado a Solaine, Soy Hugh Spellman, como ha dicho las señorita Cavaliê soy amigo de su ella y de su marido, y vine en cuanto me enteré de lo sucedido me presento.

No te preocupes por lo de quedarte sola, cambiaremos la cerradura, y si quieres puedo quedarme contigo o quedarte tu en mi casa, como prefieras desde luego que el negrata se quedara con ella no me ofrece ninguna garantía de protección.

Me quedo mirando por unos momentos a Antoine, está tomando demasiadas decisiones que aún no están nada claras, típico impulso de la juventud, Bueno, antes de decidir si la señorita necesita protección policial o no aún tenemos que comprobar varias cosas me vuelvo hacia la chica, hablándole en tono conciliador.

Ha hecho usted muy bien no tocando la bala, puesto que entonces habría servido de bien poco un amago de sonrisa, aquí hay demasiadas cosas que no me cuadran, ¿Vive usted aquí cerca señor Spellman? pregunto sin darle demasiada importancia, volviendo a observar la inscripción.

¿Qué donde coño vivo?, ¿y eso que tiene que ver?, maldita sea, menudo capullo, Pues no vivo demasiado lejos, pero trabajo aquí al lado, tengo la oficina a apenas tres manzanas de aquí?, aunque no veo la importancia del tal dato

Lo miro con cara de extrañeza, realmente me confunde.

Oh, era por el hecho de la posible protección de la señorita, las ánimos empiezan a caldearse y eso no es bueno, en fin, hay algo raro en todo esto, Necesitaría saber si tiene usted algún tipo de enemigo o alguien que por cualquier motivo sea capaz de hacerle esto, usted o su marido vuelvo a centrar mi atención en la joven.

Y sino le importa me gustaría echar un vistazo al resto del apartamento, por pura precaución, para asegurarnos de que todo esta en orden

La joven negó tras unos segundos pensativa...:

- No, no tengo ningún... enemigo, supongo... En mi trabajo no tengo problemas de ningún tipo, y en mi vida personal... Supongo que todo va bien, vamos, no he tenido conflictos graves con nadie ni he... dado motivos para esto... - tragó saliva de nuevo - En cuanto a mi marido... No sé, supongo que no - Apenas hablamos... - Entonces asintió repetidamente, invitándoles con un gesto a pasar al interior de la casa - Por supuesto que pueden echar un vistazo... - dijo, haciendo amago de acompañarles.

Antes de adentrarme en piso me acerco a la puerta, destrozada, una pena, debía de costar una fortuna, examino la profundidad con la que esta hecha la inscripción en ella, los restos de madera en el suelo junto a la misma, esto no hace en cinco minutos.

Bien, veamos pues el resto de la casa dice mientras os vais internando en la misma, las lujosas habitaciones y la elegante decoración os acompaña durante todo el recorrido.

Mientras paso dentro de la casa observo todos los detalles cuidadosamente y miro con bastante desprecio al rubiales. La gente con ese exceso de confianza y, por defecto, de pasta, no solían tratar bien a la gente como yo. La experiencia me demostraba que suelen creerse por encima del bien y del mal.

Sol acompañó a los caballeros, guiándolos por el interior de aquella lujosa estancia. Alzó una ceja, extrañada, al notar cierta tensión entre el amigo de su marido y los policías, pero no comentó nada...

Vais echando un vistazo habitación por habitación, sin hablar demasiado, primero Solaine, junto a ella Hugh y luego Travis y Antoine, todo parece estar en orden, con la excepción de un bote de champú derramándose gota a gota en uno de los baños…

Eso hasta la llegada al dormitorio principal de la casa, donde aparte de estar la cama desecha, todo esta en orden, con una excepción que a todos os llama la atención un detalle, tal vez demasiado obvio para alguien que este buscando activamente, no como antes la joven dueña del piso.

Junto a la mesita de noche, en el suelo, un cuchillo grande, de esos para cortar carne que todo el mundo suele tener en su casa, tiene la punta ligeramente mellada.

La mirada de los policías confluyen en Solaine.

(¡...!) ¿Qué hace... eso... ahí?

La dueña de la casa se queda igual o más perpleja que sus acompañantes - No... había prestado atención a eso... - tragó saliva, pálida. Alguien había hecho uso de aquel cuchillo estando ella en sueño profundo... No podía sentirse más indefensa de lo que se sentía ahora mismo.
Alzó la mirada hacia ambos policías, negando débilmente, como queriendo decir que no tiene nada que ver con que el cuchillo estuviera ahí...

No me levanto todos los días pensando en que hay un cuchillo de carnicero a ras del suelo...

Me acerco a Travis y le comento en voz baja: Te has dado cuenta de su reacción. Creo que no tiene nada que ver y que está simplemente asustada, pero que te dice tu instinto. Hay caso o no. Yo veo indicios de algo: el gel del baño, el cuchillo mellado y las amenazas, pero como tantas veces me has recordado, soy un recluta novato y debo aprender de mis mayores, así que tu dirás... Me separo de él con calma y lo miro fijamente como si estuviera esperando algo de él, un gesto una reacción. Me muestro incluso nervioso. Ojalá me deje ocuparme junto a él del caso. Pinta interesante. ¿Dónde se habrá mellado el cuchillo?
Dejo de mirar a Travis dando una vista detenida a la habitación. Quizás haya alguna marca en el suelo o en las paredes... tal vez se pasó metiéndose algo y todo fue producto de su imaginación, incluso en un ataque de ira inconsciente, cogió el cuchillo y apuñaló un armario o algo Me acerco y le doy una visualizada al armario. Reacciones así ya las había visto antes, pero no había observado una reacción de tanta sorpresa como esta. Cuando algo así pasaba, todos eran bastante conscientes de que se les había ido de las manos y no había reacciones de sorpresa. Vuelvo sobre mis pasos y adopto la misma actitud de espera cerca de Travis, haciendo notar mi presencia.

Observo el cuchillo y a la mujer, de manera alternativa, primero a uno y luego a la otra, así un par de veces, como si quisiera encontrar una relación que se me escapa a simple vista, bien, así que no había prestado atención a eso, ¿es suyo ese cuchillo?, pregunto mientras Antoine se me acerca, a cuchichear, debe aprender que eso no debe hacerse en estos momentos, en fin, es joven, hago un gesto con la mano a la joven a modo de disculpa.

Tranquilo Antoine, no veas donde no hay, aún es pronto para saber algo, pero me hago una ligera idea, termino la conversación para dirigirme de nuevo a la dueña de la casa, Así que no recuerda nada desde que ayer salió de trabajar, bien, ¿cree usted que pudo ser drogada de alguna forma?, sería conveniente que se hiciera unos análisis, pura rutina, para descartar posibilidades, antes de que tenga tiempo a contestar, vuelvo a interrumpirla, ¿le ha pasado algo parecido antes?, me refiero a lo de no recordar nada

Cavaliê se acercó para inclinarse frente al cuchillo, sin tocarlo, mientras ambos policías cuchicheaban algo entre ellos...

- Sí, es mío... - se dió la vuelta tras incorporarse. Escuchó a Travis... - Supongo que fuí drogada o... tal vez me desmayaría, no lo sé... No me ha ocurrido ésto nunca. No suelo beber ni tomar nada extraño, por si creen que he podido tomar algo... Lo último que recuerdo es que salía por la tarde de trabajar y me despedía de mis compañeros. Después de eso: Nada... - tragó saliva de nuevo, volviendo a echar un vistazo al cuchillo - ¿Creen que hayan podido escribir con eso la amenaza de la puerta...?

Y se fue sola de la reunión o la acompaño algún colega suyo hasta casa?- digo mirándola a ella con rostro amable y una impecable sonrisa. La verdad es que estoy verdaderamente nervioso. tengo que preocuparme de no meter la pata...

- No... Me fuí sola. No me acompañaba nadie... - dijo negando un par de veces a Smith.