Partida Rol por web

xd ponte en modo tsundere a lo Sakura y dale, Oka xd

Los raitos parecen no desear darles tregua, estaban tan hambrientos que no medían las consecuencias de sus actos, solo deseaban comida, Nadeshiko no podía sentir otra cosa que lástima, aunque esas criaturas deseaban verlos muertos y devorarlos.

- ¡Debemos irnos!- exclama la chica, sin retroceder aún, y creando en su pecho esferas de agua que salen disparadas directamente hacia las aves,primero a una, y luego a la otra.

Las aves restantes no tienen problemas en esquivar las aguas de Nadeshiko, quien se esfuerza en redirigirlas en su dirección. A pesar de ser lo bastante fuertes que seguro los arrastrarían, es simplemente demasiado lento el cambio contra su agilidad.

Pero entre eso y la terquedad de Sunauto, quien ha logrado resistir sus embates, se alejan frustradas…

Tras un par de minutos, desaparecen entre los arboles a intentar continuar su macabra merienda. 

Sunauto finalmente recupera algo la compostura, limpiándose las garras ensangrentadas en el pantalón, sin dirigir ni una mirada al ave muerta. En su lugar alza la vista a Nadeshiko.

-¿Me extrañabas tanto que no podías vivir sin mi presencia?

Ya estaba a salvo de nuevo, Nade baja sus manos y va donde estaba parado Sunauto  limpiando sus garras, y sin mediar palabra alguna, levantó su mano y le cruzó la cara con una bofetada, Nade estaba molesta, sus mejillas se habían sonrojado, y sus ojos parecían húmedos.

- idiota... idiota! - le grita apretando sus puñitos - idiota... pudieron matarte, o peor, pudiste encontrarte con los que hicieron todo esto... solo... idiota! pudiste esperarme...- reclamó de nuevo - vamos, debemos volver a la aldea para encontrarnos con el resto - se gira y pasa su muñeca por sus  ojos, limpiando la humedad de ellos sin que Sunauto se diera cuenta.

-Si me lo hubiera encontrado seguro solucionaba esto en un instante...+responde con su habitual confianza, para luego guiñar un ojo a Nadeshiko y arrimarse. Devuelve la bofetada con un roce suave de sus dedos, que pasa por la mejilla humeda, y cerca de los labios de la muchacha... Estan solos... hay tiempo. Quien sabe. 

Se inclina de improviso, para besarla en los labios fuerte y rapido. Justo como él. Es un beso salado, calido, que hace temblar levemente los labios de la kunoichi cuando termina. Luego alli se queda, a un par de centimetros, mirandola a los ojos fijamente

-Disculpa por preocuparte... pero era importante. +admite, con un tono bastante mas serio de lo habitual. Su nariz se roza con la de ella+ ¿Estas bien?

Nade iba  a dar un paso más para escaparse de su compañero, pero él la tomó del brazo y le robó el primer beso que él se atrevía a darle, Nade se queda desconcertada,pero no le molesta, al contrario, le había gustado bastante, ambos siempre habían tenido una fuerte conexión y que ahora desencadenaba en ese único gesto, él había acariciado su mejilla, y ahora, la mantenía abrazada a él, Nade  roza su nariz con la de Sunauto, con sus manos en sus hombros.

- no me digas eso.. sé que eres muy fuerte... pero igual me dio miedo - murmuró, haciendo un puchero, y separándose un poco de él, Nade se sorprendió de darse cuenta que le gustaba Sunauto, y hasta ese momento no se había atrevido a reconocerlo.

- vamos, debemos volver - toma su mano y lo jala hacia el bosque, para volver con el resto de sus compañeros.

Le sujeto la mano con fuerza, pero no para seguirla. El tiro también, en dirección al cadáver, para que ella lo viera.

-Esta mujer y otros están en el bosque. Los encontramos con Okazaki al llegar. Los revisamos y no tienen marcas que indiquen lo que pudo haberlos matado. Creo que pudo ser un veneno o algo así, pero no puedo determinarlo con mi conocimiento. ¿Podrías examinarlos?

El momento romántico no se había pasado, como lo evidenciaban los dedos entrelazándose con la manita de Nadeshiko, ni la forma en que al tirar de ella buscaba una cercanía de sus cuerpos, pero tampoco podía olvidar para lo que estaban y por lo que se había arriesgado. 

Recordaba eso, que había dicho Oka de que los cuerpos parecían no tener indicios de enfrentamiento, podía ser un veneno, o peor aún, un enfermedad, Nade se muerde el labio inferior, y va donde su compañero le indica,  ahora comprende porqué intentaba rescatarlos, seguramente el resto de los cuerpos ya estaban en los estómagos de esas aves.

-déjame ver - indica la chica agachándose para examinar los cuerpos, ya estaban descomponiéndose por las horas de muertos que tenían, pero aún así buscó indicios de veneno, en sus ojos o sus mucosas. 

Desgraciadamente los ojos y la cara han sido lo más atacado por las fauces de las voraces carroñeras, además de las carnes tiernas. No obstante, en lo que resta de los mutilados restos no ves ninguna señal sospechosa. La carne tiene el color cadavérico normal de unas 8 horas de fallecida.

Todas las heridas visibles son de dientecillos de las aves, pero no parecen haber sido causa de muerte, ya que apenas hay sangrado. Estaba fría en al momento de conocerlos.

En pocas palabras, ni Sunauto tiene razón, ni tu puedes darle una respuesta satisfactoria, al menos con un examen superficial, de la verdadera causa de muerte...

- umm necesito encontrar un cuerpo menos maltratado - se levanta y limpia sus manos contra su ropa girándose hacia su compañero - no puedo diasnosticar que fue lo que la mató  con lo que tengo - suspira y mira su cuerpo de nuevo, quizás si viera su faringe o sus órganos internos, - quizás pueda... - murmuró, pero desearía hacerlo en otro lugar, no en medio del bosque, y tratar ese cuerpo como si fuera un animal al que faena.

-¿Quizás puedas que cosa? +pregunta, para enseguida añadir en tono algo más oscuro+ Hay otros, sino… +te informa, y cierra los ojos un poco. Aunque no los ha confirmado del todo más que por los arbustos agitándose, visto lo visto, es obvio lo que podrá esperar encontrar+ Habrá que arreglar cuentas con esos pajaritos de nuevo.

Suelta tu mano, para ajustarse las garras firmemente... listo para un segundo encuentro. 

- hacer una autopsia,  pero no estamos ni el mejor lugar, ni tengo los implementos adecuados, además, estoy algo agotada para pelear de nuevo con esos pajarracos, y aún no estamos seguros - sus reservas de chacra se habían  agotado demasiado rápido al tener que curar a  esos aldeanos. Nade se puso de pie y se arregló sus ropas, miró a cielo, aún quedaban horas de  luz, pero estaban muy desprotegidos en ese lugar.

- deberé conformarme con este cuerpo, si algo lo envenenó, en su cuerpo podré verlo - apretó los labios y la tomó de las piernas, - ayúdame a alejarla un poco, quiero un lugar más bajo resguardo, no es necesario que veas lo que hago, pero si puedes vigilar -  era un cuerpo, ya no era una persona, y ella para comprender como funcionaba un cuerpo, debió estudiarlo de los muertos que sus maestros diseccionan. No era agradable, había que tener estómago para ese tipo de cosas, y no todos lo tenían, aunque fuesen experimentados guerreros.

-Si eso quieres… +acepta, encargándose de la picada cabeza con estoicismo. Pasa las manos bajo los hombros de la difunta con cuidado, alzándola. Ya había cargado cosas así antes, y no pocas veces fruto de sus mismas garras. Solo eran cuerpos…+ Entonces regresemos al pueblo. Hay algunas casas que todavia se pueden ocupar. Podemos usar alguna para poner los cuerpos, este y de los demás aldeanos. De esa manera los otros no deberán verlos y podrás hacer lo tuyo.

Movieron el cuerpo, y Nade lo quedó mirando a los ojos - lo había pensando, pero quizás sea el familiar de alguno de los sobrevivientes, y ahí no podré hacerlo,  no podría lidiar con sus familiares - baja la mirada, podía lidiar con los muertos, pero no con los vivos y sus emociones - lo haré aquí, además, si es un veneno, puede liberarse, y si hay más gente, puede afectarlos y matarlos, mejor que sólo uno se exponga - o sea ella. Miró el cuerpo, y comenzó a desnudarlo. cortando sus ropas con un kunai.

- no mires - ahora si le ordena que no lo haga, no quería que se pusiera pervertido.

Le paro para que no siga cortando la ropa. Mi mano se cierra en su muñeca, está muy nerviosa y no piensa con claridad.

-Escúchame bien, las aves carroñeras se las estaban comiendo, no comerían nada envenenado- la miro fijamente a los ojos tan azules- Teniendo a todos los cuerpos juntos podrás ver si hay diferencias entre unos y otros. Nosotros nos encargamos de los vivos y tú de los muertos.

Le suelto la muñeca de mi compañera y vuelvo a coger el cadáver, esta vez lo cargo sólo me lo cuelgo al hombro, para confirmar mi teoría sin miedo. Lanzo furtivas miradas a los lejanas aves desafiándolas a que me lo quiten. Volteo la mirada de nuevo hacia Nadeshiko y sonrío enseñando mis afilados colmillos.

-Andando- Y me pongo en marcha hacia el centro del pueblo- Por cierto, ¿que te dijo la superviviente que encontraste en la casa?

Sunauto tenía razón, esas aves no hubieran comido si los cuerpos estaban envenenados, pero no parecían tener muestras de una muerte física, era de creer que podría ser un veneno que esas aves sean inmunes, además, no sería la primera vez que otros animales que comen un cuerpo envenenado y mueren. Pero se siente bien su mano contra su piel, sip, aunque aprieta fuerte, no sabe medirse... Bruto...

- eh... es verdad, pero no pude detectar otra causa de muerte, y sabes que no siempre pueden distinguir todos los venenos, pero... ¿por qué discutimos de esto? - infla sus mejillas - no quiero enfrentarme más con esas cosas, te dije que estoy algo cansada... y quiero reservar mis fuerzas para un ataque peor - hace un mohín con los labios - además, no creo que podamos encontrar un cuerpo sin marcas de los carroñeros - chasquea su lengua, y se pone de pie.

- la chica no pudo decirme nada, dormía cuando pasó el ataque, y no pude hablar con los demás, porque salí detrás de ti- le da un golpe en el hombro, bastante fuerte - ¿mejor no sería volver y ver que han averiguado los chicos? antes de abrir un cuerpo - se encoge de hombros.

Pongo el brazo duro para que cuando golpee lo note. Esto es músculo, pienso para mí. Le miro de revés con los ojos entrecerrados, de repente tengo una idea.

-Así que ahora quieres volver con los demás, ¿y ese cambio de actitud?- suelto el cuerpo de la mujer que cae a plomo y la miro con recelo- ¿Quien eres tú?- le pregunto mientras me llevo la mano al arma- deja que te huela para saber si eres tú, no te muevas o consideraré, que eres un enemigo.

Me acerco lentamente a ella.