Partida Rol por web

Levantó una ceja, Sunauto se acercó a ella, con ganas de olerla, ¿olerla?, Nade tensa su cuerpo y movió sus manos  hacia su pecho para protegerse, él estaba loco, pero loco y así le gustaba.

- si me quieres besar, deberías llegar y hacerlo, y no buscar escusas - pega un respingon de nariz, y mira el cuerpo  de la difunta - hay otros muertos en la aldea, y ha pasado mucho tiempo... estoy preocupada por el resto, a menos que hagas caso te quedes cuidado mientras busco lo que creo encontrar en ese cuerpo, y lo que dije, los demás cuerpos deben estar ya comidos, aunque podrías buscar uno, aunque no sé si puedes con esos pa...ja...rra...cos-  pone su dedo sobre su nariz, burlándose un poco de él.

- en fin...¿qué harás? - levanta una ceja.

Cuando me golpe la nariz, dejo mi arma quieta y me acerco a su cuello, que lo huelo. Ha dicho tantas cosas que no se ni lo que quiere hacer. Doy un rodeo por detrás de ella y sigo pegado a su cuello. Al final como última comprobación se lo lamo, con un lametón largo desde la base del cuello hasta la barbilla, luego me encaro con ella muy cerca y le sonrío.

-Eres tú- sobre lo de antes, me encojo de hombros- volamos con los otros, ya encontraremos otro cuerpo entonces- La luz hace que mis pupilas se hagan pequeñas y todo el ojo se vea amarillo casi por completo.*

La paralizó, ni el más hábil de sus enemigos pudo haber anulado tanto como lo hacia Sunauto en ese momento, tomándola, oliendo su cuello, su cabello largo, y luego pasar su lengua por su piel, Nade siente que el corazón se le paraliza, él lo había hecho,  ni respira, él la seguía rodeando, era más alto y grande que podía cubrir todo su menudo cuerpecito.

- idiota...- murmuró, haciendo un puchero y logrando recuperar el aliento, ni la había besado y la había dejado así - !deja... de tontear, estamos en una misión! - grita apretando sus puños y con los ojos muy cerrados, {imaginen un abanico de papel que sale de la nada y le da en la cabeza con él}

- ve... y.. y hace lo que quieras - no sabía porqué estaba demasiado enojada, pero lo estaba, realmente lo estaba y volvió donde el cuerpo, y sacó el kunai para poder  buscar en su traquía efectos de venenos, o en su estómago, pero se detuvo a medio camino, con le kunai no podría cortar realmente sus huesos, y un poco de yuyo le había dado.

- no puedo hacerlo...- murmuró, no era lo mismo que ver los cuerpos ya abiertos cuando estudiaba, para nada, no era igual - ah... ya, haré lo que tú quieras...- estaba errática, era toda culpa de Sunauto  que la ponía así, lo odiaba, aunque le encantaba, pero no lo iba a asumir nunca.

Iba a decir que no tonteaba, sólo comprobaba que era ella. Pero parecía enojada. Pero olía a menta. Así que aguanto la bulla. La sigo con la mirada mientras se dirige al cuerpo de nuevo. Creo que nunca nos aclararemos ella y yo.

Cuando se pone a trabajar, me pongo justo detrás de ella con la cabeza apoyada en su hombro. Sin embargo no logra concentrarse. finalmente parece que lo deja, no es tan fácil como pensaba, debemos buscar otro método.

En dos saltos me pongo en un rama de un árbol cercano, como un dios en su pedestal, con la luz perfectamente recortando mi figura- Pues vamos con los demás- me subo la tela que cubre mi boca y vamos hacia donde están nuestros compañeros.

Algo derrotada, lo sigue y de un salto se pone a su lado en la rama- es más sencillo irse por entré las ramas hasta la aldea- le indica y comienza a saltar entre las ramas, avanzando lo más rápido que podía, el bosque era tupido y estaban bastante lejos de la aldea y de sus compañeros, además ni habían encontrado a los ninjas que habían sido asignados a esa misión. Estaban perdiendo mucho el tiempo y no habían encontrado nada aún.

Dejando a la aldeana donde estaban, los dos jóvenes emprendieron el regreso a toda velocidad...

Tras unos minutos volvieron a la aldea quemada. Alli vieron primero que nada, a Okazaki.

La kunoichi se movía entre las ruinas de la primera casa desde el Este, buscando algo al parecer. Hiroto estaba en la puerta de la casa adjunta, una muy bien conservada en apariencia. No se veía a los aldeanos por ninguna parte.

Pero finalmente, el team estaba reunido una vez más. 

La mañana se hacía mediodía prontamente. El olor que se alzaba de las ruinas era a cenizas, sangre y... mucho más. De este modo, la tragedia los envolvía, impidiéndoles ignorarla o escapar de ella... haciéndose una con sus pensamientos y seres, extrayendo viejos fantasmas del pasado.

Hiroto se encontraba en la puerta de la casa que estaban utilizando como refugio cuando por fin vio llegar a los dos shinobi que faltaban. Tras un tiempo de búsqueda de posibles supervivientes con la preocupación de lo que podría estar retrasando a Sunauto y Nadeshiko, el verlo por fin resultó un verdadero alivio.

Rápidamente se aproximó a ellos con una ligera sonrisa de tranquilidad al saber que sus compañeros estaban de una pieza. -Estábamos a punto de salir a buscaros.- Les dijo en cuanto los tuvo cerca. Lo siguiente que hizo fue dedicarle una dura mirada al explorador por haberse marchado repentinamente sin consultar a nadie. -Sunauto, espero que no se repita otra vez. En esta ocasión no ha ocurrido nada, pero podrías haberte puesto en peligro de manera innecesaria y a la vez poner en riesgo la situación de tus compañeros.- A pesar de reprenderlo con un tono serio, no había enfado en sus palabras. Hacía tiempo que había aprendido a lidiar con su excéntrico compañero y a comprender su manera de ser. Pero ello no le quitaba la responsabilidad que pesaba sobre sus hombros a la hora de encabezar al grupo. 

Tras la breve reprimenda, Hiroto se apresuró a hacerles un resumen de lo que habían hecho hasta ahora. -Hemos reunido a todos los supervivientes en la única casa que se mantiene en condiciones.- Les comienza a informar señalando la casa que tiene a sus espaldas. -Parece ser que era el lugar que el anterior grupo utilizaba de base. Pero no hemos encontrado ninguna pista sobre ellos, tan solo algunas pertenencias y equipo médico. Tampoco estaban sus equipos de combate y, además, encontramos su radio hecha pedazos entre los escombros. Pero ninguna otra evidencia que nos haga suponer que han caído en combate. Por lo menos no en la aldea...- Dice mientras trata de no dejarse nada en el tintero. -En cuanto a otras pistas de lo que ha ocurrido aquí, no hemos encontrado nada que nos diga más de lo que ya suponemos. Los aldeanos están confusos y no llegaron a ver a los atacantes. Y algunos cadáveres brutalmente asesinados no dan lugar a dudas de que no querían dejar a nadie con vida...- Su tono de voz se volvió un tanto introspectivo mientras su mente trataba de atar cabos para intentar averiguar el motivo de un ataque semejante, pero no tenían información suficiente. De modo que dirigió su mirada a Nade y Sunauto, pues ellos quizás tuvieran más suerte en la investigación. -¿Qué habéis averiguado vosotros?- Pregunta por fin. Todavía quedaban muchas incógnitas y esperaba que la escapada de Sunauto hubiese servido para despejar unas cuantas.

Okazaki clavaba su mirada en el alocado ninja que le había tocado pro compañero. Con su mirada lo decía todo pero se abstuvo de comentar nada, eso era trabajo de Hiroto. Ser la estratega del grupo se hacía harto difícil con una variable tan aleatoria como suponía Sunauto. Se quedó expectante por escuchar las explicaciones de sus dos compañeros. ¿Qué les había hecho retrasarse tanto?

Con un ágil salto me dejo caer en medio del grupo, con una pierna flexionada y la otra estirada de lado, apoyando una mano en el suelo. Me quedo así quieto mientras Hiroto va exponiendo sus quejas y sus conclusiones, tal como nosotros o hay nada que averiguar. Hiroto no entiende que el poder de los instintos me guía, soy una fuerza arrolladora de los elementos más primarios. Si mis amigos no pueden saber lo que haré, mis enemigos estarán desarmados.

-Encontramos más cuerpos, más desolación, más aves, un lucha por la muerte- en ese momento me levanto lentamente, y miro hacia lo lejos- encontramos el amor.

Le pongo un brazo por encima a Hazizawa y Ho. Pare reconfortarles. Ya estoy aquí no tienen nada que temer. Asiento gravemente mientras les miro a los ojos. El contacto, el contacto de los vivos. Siempre es bueno recordarlo, aunque nos separemos por un corto periodo de tiempo.

Saltó de entre las ramas, detrás de Sunauto, y se encontró con la reprimenda del líder, Nade echó un paso hacia atrás, y luego apretó los puños y le dio un coscorrón a Sunauto, otro golpe que se había ganado por ser tan tonto e irresponsable. Hiroto también lo dejó en claro, había actuado imprudentemente, y ahora debía pagar lo que había hecho, bueno, ella se lo haría pagar, y ese golpe había sido el primero. Se quedó a su lado, cruzada de brazos, pero su cara cambió a todos los colores posibles hasta quedar roja encendido, Sunauto habló de amor... Nade ¿amor?...La había matado con eso, y la dejó sin habla. 

"tonto Sunauto, no era necesario decir eso.. ah y yo... ah! me pongo en evidencia!... te odio Sunauto!" Exclamaba dentro de ella, pero sin poder hablar aún. La había cogido por sorpresa, y le había cortado todas sus reacciones físicas.

- pues... eh...- cuando al fin pudo hablar, sólo balbuceo un poco - pues... sip.. encontramos más cuerpos, pero no tenían muestras de cómo murieron, por lo menos el cuerpo que encontramos, -  intentaba no mirar a Sunauto, si lo hacía se pondría de nuevo muy roja- ¿los heridos necesitan ayuda?... puedo curarlos, aún tengo energía - avanza hacia la cabaña que sus amigos le habían indicado que estaban los sobrevivientes, preocupada, no sabía donde estaban sus compañeros, y fuera lo que fuera que los atacó, quizás había acabado con ellos. Debían poner a los sobrevivientes bajo resguardo, y en esa aldea no podría ser.

Hiroto frunció el ceño mientras intercalaba miradas entre sus dos compañeros en una expresión de cierta incredulidad por la última revelación de Sunauto, pero la reacción de Nade parecía darle veracidad al testimonio. -Esto... Sí, de acuerdo.- Respondió mientras trataba de hacer desaparecer de su mente imágenes provocadas sin permiso por su imaginación. Se tomó un instante para centrarse y continuar con el tema que suponía la misión. -Bien, por lo que parece ninguno de nosotros ha conseguido averiguar más que lo evidente. Y luego están lo de esos cadáveres que no tienen huella alguna...- Su voz se iba apagando mientras trataba de reflexionar sobre estos datos sin llegar a ninguna conclusión. Sin duda el panorama no resultaba nada alentador. No tenían más pistas que los escombros de la aldea y cadáveres calcinados o brutalmente asesinados. Además, el equipo que realizó la llamada parecía haber desaparecido sin dejar rastro... "Un rastro. Eso es lo que necesitamos, maldita sea." Pensó con frustración ante la peligrosa escasez de información.

Dejó descansar a su mente viendo que no conseguía nada por más vueltas que le diese al asunto. Además, Hiroto se preocupaba por el estado y la seguridad de los aldeanos supervivientes. Pero no podían dejar de lado la misión. -Si, algunos de los aldeanos necesitan ser atendidos.- Respondió a la médico del grupo y la detuvo con un gesto suave para que esperase antes de continuase su camino hacia la casa-refugio. -Espera, creo que primero debemos establecer un plan de acción.- Dijo con un tono serio para luego dedicar una mirada a cada uno de sus compañeros. -Lo primero que debemos hacer es encontrar cualquier pista sobre los atacantes o el equipo de Hamachi.- Comenzó a enumerar las prioridades con decisión y sin dejar entrever el menor atisbo de duda. -También debemos preocuparnos por la seguridad de los aldeanos supervivientes. Pero no podemos perder tiempo llevándolos a ningún otro lugar. Hay demasiado tiempo de viaje hasta la población más y algunos están gravemente heridos, lo cual nos ralentizaría todavía más. Además, podríamos ser el objetivo de un nuevo ataque.- Hizo una pausa para dejar calar en las mentes de sus compañeros cada uno de los apuntes que iba exponiendo. -Utilizaremos esa casa como refugio y centro de operaciones mientras recabamos toda la información. Dudo mucho que la aldea sufra un nuevo ataque tan pronto así que aquí estarán más seguros aquí por el momento.- Entonces miró al explorador y recordó uno de sus extraños discursos sobre sus habilidades. -Será como tú dices, Sunauto. Nos esconderemos a plena vista para pasar desapercibidos.- No puede evitar sonreír al haberse inspirado en su excéntrico compañero para argumentar sus decisiones.

Una vez expuestos los primeros pasos, debían actuar cuanto antes. -Nade, encárgate de los aldeanos más graves y comunícales que deben quedarse en la casa. Si necesitan comida, en el granero hay arroz y cereales. Creo que está casi todo derramado, pero seguro que todavía se pueden aprovechar.- Le explica brevemente a su compañera por si no hay víveres en la casa. -Oka, ve con ella y trata de averiguar cualquier otra cosa. Todavía no sabemos nada sobre los problemas que tuvieron anteriormente con los bandidos. Eso podría aportarnos algo. Si no, sé que se te ocurrirá algo.- Le dice con una sonrisa para subir los ánimos de su compañera. Finalmente se dirigió al explorador del grupo y lo miró fijamente durante un segundo. -Sunauto, tú y yo buscaremos cualquier rastro que podamos encontrar por los caminos de acceso a la aldea y así tratar de averiguar por dónde vino el ataque. Confío en tu instinto para la tarea, así que no me falles.- El impredecible shinobi que tenía delante tendía a actuar por su cuenta con demasiada frecuencia, pero era un explorador excepcional y de ello no cabía duda. Pero de todos modos vio la necesidad de acompañarlo para evitar cualquier inspiración por su parte. 

Asimilo los golpes que me propina la salvaje Nadeshiko con estoicismo. No entiendo muy bien porque me pega, pero creo que me pega por no abrazarme. Ya habrá tiempo cuando acabe la misión, por ahora me conformaré con los chichones.

Hiroto empieza a hablar y hablar. Es increíble la cantidad de palabras que es capaz de encadenar, me tiene sorprendido. Asiento gravemente la mayor parte del tiempo, el poco tiempo restante le miro los pechos Nade. Una vez ha terminado de hablar, en mi cerebro se ha quedado las palabras "tu y yo vamos a investigar" y "escondernos a plena vista" claramente mi liderazgo natural se hace patente una vez más.

-Yo no fallo, amigo mío- y menos cuando se trata de seguir rastros, doy dos saltitos cortos en el sitio y vuelvo a poner mis manos, esta vez en los hombros de las dos chicas frente a ellas- volveremos, no os mováis pase lo que pase.- me dirijo a Nade- no me odies- y luego a Okazaki- no me ames.

Doy un salto a una casa cercana y luego me dirijo hacia los lindes del pueblo para buscar huellas de entrada o salida.

Hiroto se lleva la mano al rostro* mientras niega ligeramente al ver el comportamiento del incorregible explorador. Aunque al mismo tiempo no pudo evitar una pequeña sonrisa al imaginarse lo que le estaba pasando por la cabeza a Oka. Pero no había tiempo que perder. Y eso mismo debió pensar Sunauto, pues enseguida se dirigió de un salto hacia la parte exterior del pueblo. -No tardaremos.- Les dijo a Nade y Oka para ponerse en marcha.

Debían esclarecer todo el misterio que se cernía sobre el ataque. Era algo que Hiroto se repetía constantemente. El no saber qué era lo que había ocurrido... el motivo por el que toda esta gente había sido asesinada de aquella manera. No habían palabras para describir aquella masacre... Casi de manera inconsciente, Hiroto aceleró el paso para ponerse a la altura de Sunauto. No iba a permitir que los que perpetraron aquel ataque se salieran con la suya.

Hiroto la detuvo y le dio algunas indicaciones, y luego habló de lo que harían, Nade le encontró mucha razón,  y aguardó antes de ir a curar a los heridos, mientras sus amigos buscaban alguna pista de lo que había pasado. Mientras su líder hablaba, se dio cuenta que Sunauto le estaba viendo los pechos, Nade levantó una ceja, y se cubrió un poco mejor, "pervertido..." pensó, pero no golpeó  de nuevo, Hiroto estaba muy serio hablando, la misión se estaba volviendo mucho más compleja.

- Chicos - los detuvo, Sunauto le dice que no lo odie, y ella se sonrojó, no podía odiarlo realmente, pero..."concentrate! Nade... Sunauto sólo me confundes!" debió contener el grito, así que sólo hizo un puchero y le dio una sentida mirada a Sunauto, para que se cuidara, que no hiciera tonterías, acarició su mano antes de que se fuera, aunque sólo fue por unos segundos.

- los cuerpos de fuera de la aldea  casi no tenían marcas, de hecho no puedo determinar de qué murieron... así que asumamos que lo que los atacó fue con veneno... seguramente no quisieron alertar al equipo, y las muertes de dentro de la aldea, revela que deseaban mostrar su poder... o eso creo - les sonrió y se fue hacia la casa donde estaban los heridos, tendría que curar a muchas personas.

Okazaki sabía que lo mejor era ignorar a Sunauto o al menos tratarlo con una frialdad extrema, lo cual no se le daba mal. Obvió su explosiva frase "encontramos el amor" pero no pudo pasar por alto la estúpida reacción de Nadeshiko. Con ella era diferente. Habían convivido juntas y siempre habían tenido una relación un tanto extraña de amor-odio. Ahora mismo, Oka tenía que hacer esfuerzos para no comenzar una pelea de "hermanas" con la joven muchacha. Descargó un poco su ira hacia Nade con el sarcasmo.

- ¿Ah si? Es bueno oír eso. Que florezca el amor en medio de tanta desolación y destrucción.- Se cruzó de brazos y soltó la conclusión que había sacado de la alocada incursión de sus dos compañeros.- Vamos que no habéis averiguado nada. Más de lo mismo.- La kunoichi escuchó pacientemente las conclusiones de Hiroto. Cuando éste acabó ella repitió como un loro como si tuviera delante el mensaje con la misión- Misión de clase A: restaurar la comunicación con la aldea, asegurar a sus habitantes y definir la amenaza. Nade y yo trataremos de comunicarnos con la aldea para dar un informe de lo averiguado hasta ahora. Quizá nos den nuevas órdenes.- Quizás nos manden regresar. La joven parecía molesta. No habían conseguido nada acerca de quién había hecho una cosa así. Ni explorando los alrededores, ni en los cadáveres, ni preguntando a las víctimas.- Haré lo que pueda Hiroto pero ya interrogué a los supervivientes. - Dijo sin mucha convicción. Sin más relató lo poco que había averiguado de los heridos.-Hablaré con la anciana que rescatamos en la última casa. Parece que todo el mundo la respeta.- Okazaki no había podido determinar de qué habían muerto los aldeanos  que habían encontrado en el bosque pero esperaba que Nadeshiko sí pudiera hacerlo. Escuchar su negativa la dejaba aún con más dudas.- Ahora que está Nade aquí deberíamos ir a investigar los montículos de hojas que encontramos Sunauto y yo al acercarnos a la aldea. Creo que había más muertos debajo.- Le informó de lo que habían visto para que estuvieran al corriente también de eso.

Hiroto se detuvo al escuchar lo que Oka tenía que decir. No en vano era la estratega del grupo. Sin duda a ella no se le escapaba ni el más mínimo detalle y por ello Hiroto contaba con ella. Realmente, no sabía por qué había terminado siendo él el líder del equipo pues lo único que sabía hacer era luchar. Había dedicado su vida a fortalecerse. A proteger la aldea que había llegado a querer y a considerar un hogar y... a evitar tragedias que él mismo tuvo que padecer. 

Hiroto conocía a Oka. Ellos había compartido el mismo dolor. Pero ella era inteligente y era capaz de analizar la situación de maneras que muy pocos era capaces de imaginar... Sin duda se había ganado el puesto de estratega. Pero Hiroto veía que sus esfuerzos por esclarecer lo ocurrido en esta aldea no daban fruto alguno. Por ello se detuvo al escuchar a su amiga. -Ya sé que hablaste con la gente, Oka. Pero debemos cubrir todas las variables. Tú mejor que nadie debería saber eso. Hay cosas que todavía desconocemos de esta aldea...- No pudo evitar responder. -Está bien. Iremos primero a inspeccionar esos cadáveres. Seguro que Nade podrá sacar algo en claro.- Dijo con cierta pesadumbre. "Ha muerto demasiada gente." Se lamentó.