Partida Rol por web

 En la isla en élfico llamada Aedhai, hay una zona neblinosa a la que apenas llega el sol en la que hayan su morada los nobles y salvajes elfos, ahora durmientes en sus formas arbóreas.

Sin embargo, lentamente, la magia vuelve a agitar los tallos de las flores y animar los corazones de los secretos habitantes del bosque. Poco a poco los elfos se desperezan y juegan con su renovada libertad; vivos, de nuevo.

Ya puedes.

Me descuelgo del interior del tronco de mi árbol guardián en medio de los antiguos bosques de la isla para ver que otros de mis hermanos vuelven de su letargo poco a poco. Es de noche y la luz de la luna entra entre las espesas ramas del bosque. Mi cuerpo desnudo está cubierto de helechos y musgo que voy retirando de mi piel con sumo cuidado. Salgo de entre la corteza y piso la tierra mojada después de quinientos años de descanso. No alcanzo a recordar por que lo hicimos, solo llega a mi memoria el recuerdo de la no-magia. Busco mi viejo arco y mis flechas y algo de ropa que oculte entre las raíces de mi árbol guardián y salgo a buscar a mis otros hermanos y hermanas.

Durante varias decadas en mi forma de árbol he visto como las cosas a mi alrededor cambiaban sin que pudiera hacer nada. Ahora, mucho tiempo después de aquel día en el que tuve que tomar la decisión de descansar hasta que terminara la era-sin-magia, vuelvo a sentirme viva, algo en mi interior me dice que es la hora de volver a tomar mi forma élfica.

Mis sentidos han despertado, y poco a poco, vuelvo a poseer un cuerpo, las ramas se han convertido en brazos y las raices en piernas, soy de nuevo libre.

Aturdida por el proceso de la transformación, repaso mi cuerpo con las manos, satisfecha por volver a la tierra, por poder correr de nuevo entre la naturaleza y seguir protegiendo con mi vida a los bosques. En mi cara la marca de los largos años de espera deja ver quien soy y de donde provengo, eso me hace feliz, sigo siendo parte de los árboles.

Alguno de mis congeneres ha debido despertarse también, así que comienzo a andar entre la vegetación que llevo años observando, solo es cuestión de tiempo que nos encontremos.

Una brisa distinta recorre el bosque esta mañana, haciendo que los arboles vibren en una sintonia distinta. De pronto, el aire se carga de un aroma que creimos nunca más volver a percibir. La magia, como una niña pequeña, vuelve poco a poco a jugar entre nuestros arboles y somos nosotros a los que nos toca cuidarla.

En las profundidades del bosque, los arboles se agitan con el nuevo escenario.

Un viejo sauce lloron se empieza a retorcer en un lento cambio, la corteza ancestral empieza a ablandarse dejando paso, poco a poco a una piel verdacea mas suave. Mas tarde las largar ramas van dejando paso a unas delgadas extremidades y un cabello plateado. El cuerpo que toma forma se ayuda con sus brazos para desenterrar lo que antes eran raices, y que ahora son pies. El humedo ser desnudo que emerge de este letargo cae sobre sus rodillas, apoyando sus manos en la alfombra de hojas que cubre el suelo del bosque. Hace mucho que no utiliza esas piernas, y sus manos recobran lentamente su antigua sencibilidad. Los ojos le duelen, los ha tenido cerrados todo este tiempo y sus pulmones tardan en acostumbrarse a su nuevo estado.

Tras salir del estupor de volver a nacer, Tengil se alza y escruta sus alrrededores... -

el bosque nos ha llamado y mi despertar no debe ser el unico. Debo congregar a mi gente

- Se acerca al lugar donde antes se ergia su forma arbolea, y del suelo desentierra un baculo de roble.

quiero hacer algun tipo de llamado para reunir a mi gente, un silbido, un gripo o algo por el estilo. Puedo oh gran master? ^^

La luz que se filtra por entre las hojas del espeso techo del bosque, tiñe la escena entera de verde. Pequeñas partículas llenan el aire formando una especie de niebla esmeralda, mientras que el hueco donde descasaba Tengil es rápidamente cubierto por la vegetación.

El elfo se detiene, cierra los ojos y respira profundo elevando el mentón, la naturaleza le puebla los pulmones. Luego empieza a soltar unos murmullos, que lentamente van creciendo en fuerza y claridad, hasta convertirse en un canto. El bosque se eriza recordando aquella melodía que ahora vuelve a correr por sus senderos.

Camino entre los senderos que me han visto crecer, buscando alguna huella de aquellos que son como yo, aquellos que han debido despertar de su letargo para volver a proteger el bosque. Estoy segura de que no soy la única en estos parajes y mi deber es buscar a mis iguales para continuar nuestro destino en el mundo.

La libertad que mi forma elfica me otorga llena mi cuerpo de nuevas energias y ando sin descanso, sintiendo cada brisa y cada susurro del bosque. De repente algo me detiene, una melodía grabada en algún lugar de mi memoria, unas palabras hace ya largos años escuchadas...

En silencio, durante unos segundos, me concentro en averiguar el lugar del que procede esa voz, con los ojos cerrados agudizo mi oido hasta que éste me marca una dirección a seguir. Sin esperar ni un momento más, comienzo a correr hacia el lugar en el que creo que encontraré a aquel que nos está llamando.

Mientras voy en esa dirección, siento cada vez más cerca la presencia de uno de los mios. Sí... hemos despertado... Al llegar a donde se encuentra el elfo desconocido, dejo de correr y me acerco a él lentamente, con una sonrisa dibujada en los labios.

¡Aiya meldo! (hola amigo). Le digo una vez que me encuentro junto a él.

- Gilraen hermana tu también has despertado- me acerco a tí y te abrazo- ¿Cuánto tiempo ha pasado?, ¿alguno de vosotros lo sabe?, ¿dónde están los demás?-

La naturaleza entera parece hacer silencio para escuchar aquel llamado del zahorí a su gente. La canción ha tenido éxito, tal vez demasiado, ahora animales de todas clases rodean al elfo en una actitud de audiencia. De repente algo suspende la concentración del antiguo, sacándolo como de un sueño.

Sonriendo cálidamente, avanza al encuentro de sus hermanas.- Saludos, Waraeve, Gilraen. Hace ya tiempo que no caminábamos juntos bajo este techo verde-  Dice, mientras abraza a sus compañeras.

Todos los animales y plantas han respondido al autoritario llamado, y el bosque ha vuelto a la vida repentinamente. Sin embargo, no ha acudido ningún elfo más. Antaño eran cientos de vitales hijos de Thea quienes guardaban el bosque, pero al parecer el sueño ha sido tan largo y la escasez tan pronunciada que sólo los tres de ellos han sido capaces de despertar. ¿Despertará alguno más? ¿Todos habrán muerto?

De pronto la exhuberante naturaleza que ha respondido a la canción élfica adquiere un nuevo significado. Vosotros tres, sólos, debéis defender aquel paraíso inconsciente de los peligros que lo amenazan.

master una pregunta, con esto de las semillas podriamos crear algun tipo de asentamiento, una onda arbol madre que nos sirbiera de refugio/escondite? decime que tan posible es eso jaja

Todo es posible, aunque ésto es muy difícil. Cuando tenga más tiempo os postearé algo en información personal que os sirva de referencia.