Partida Rol por web

Cuando el testigo termina de declarar, Winston Payne es el primero en intervenir.

-El testimonio del Sr. Nemoy coincide con lo visto en la grabación de la cámara de vigilancia del hotel, Su Señoría. - dice el fiscal, erguido tras el banquillo de la acusación. - El testigo no salió de su habitación en toda la mañana, aunque el acusado sí que lo visitó para realizar sus rutinas de botones. La única ocasión en que podemos ver al testigo en la grabación del día del crimen...

[13:08] - El inquilino de la tercera habitación sale de su cuarto y se dirige al ascensor. Cuando el ascensor llega, se sube en él y se marcha.

- ... es justo ahí.  - señala Payne.

El Juez asiente, confirmando al tribunal que ha entendido todo lo que el testigo y el fiscal le han dicho.

-Ya que estamos, creo que sería importante añadir la grabación de la cámara de seguridad al Acta del Juicio como prueba. - dice el Juez asintiendo nuevamente, como si estuviese confirmándose a sí mismo que es una buena idea. - Sr. Mist, puede empezar su interrogatorio.

El abogado escuchó atentamente la declaración del testigo, sin variar en absoluto su expresión seria y estática. Únicamente, retiró sus gafas para volver a limpiárselas incansablemente en cuanto terminó de hablar, como si pretendiera poder aclarar sus pensamientos del mismo modo que aclaraba los cristales.

Realmente, no había demasiado que decir acerca del testimonio: parecía que el Sr. Nemoy era tan ineficiente a la hora de probar su inocencia, como de darle argumentos para probar su culpabilidad. No veía muchas más opciones plausibles además de seguir insistiendo para recabar información.

-Sr. Payne, no tiene fundamento alguno para decir que la grabación de la cámara corrobora que el testigo no abandonó la habitación; a no ser que tenga una enfermedad que debilite su memoria a corto plazo, lo cual no es muy plausible ya que todavía le quedan...- Se detuvo un momento para comprobar el acta del juicio con total tranquilidad, sin la menor muestra de alevosía hacia el fiscal -... aproximadamente quince años antes de que esos síndromes tengan una probabilidad significativa de aparecer, recordará que pudo haber abandonado su suite a través del alféizar de la ventana. En otras palabras, lo único de lo que poseemos pruebas fehacientes es de que el Sr. Nemoy no deambuló por el pasillo hasta las 13:09 y que se encontraba en su estancia a las 12:41, lo cual, dado que no contaba con compañía, no implica que sea inocente sino todo lo contrario, no hace sino reforzar el hecho de que carece de una coartada para la hora del crimen: de 12:00-13:00

Habiendo dejado clara la posición de la defensa, Hairo se volvió nuevamente hacia el susodicho para preguntar directamente. -¿Qué es lo que estuvo haciendo toda la mañana en su suite? ¿Recibió alguna llamada que pueda confirmar que se encontraba en la localización que indica?- Se detuvo un momento, antes de añadir, como una ocurrencia de último minuto -¿Y qué tomó para desayunar, exactamente?

Ahora que tenían las grabaciones como prueba, Erina pudo descargar una copia a su DigiNotes™. Tenía los oídos puestos en la declaración del testigo y las preguntas del Señor Hairo, pero su mente y sus ojos estaban centrados en la visión y revisión del video. ¡Era una prueba importantísima! Tenía claro que debía haber una pista ahi. ¡Más de una! Si quería ser detective entonces no podría perderse ningun detalle. ¿Pero qué buscar? El asunto del cuchillo volvia a darle vueltas y más vueltas. Amplió la grabación haciendo zoom en el carrito, para ver si podia verse la cubertería de las bandejas de desayuno, tanto cuando el botones las llevó como cuando se las trajo de vuelta. ¿Quizá pudiera encontrar alguna pista? También recordó que el inspector Payne dijo que el cuerpo de la víctima podría haber sido transportado por el carrito, haciendo la herida de tapón. Hizo zoom en el carrito buscando cualquier tipo de mancha de sangre, pero imaginaba no encontraría nada realmente...

También le llamó la atención un detalle muy importante. "Un momento. ¿Pero... ¿¡qué...!?" susurró la asistenta para sí misma. Hablando en voz alta sin darse cuenta, como siempre, apuntó: "La víctima no le abrió la puerta al señor Porter... en ninguna de las dos ocasiones." luego levantó la cabeza para mirar al Señor Hairo. "Tenemos que preguntarle al señor Porter sobre esto después, señor Hairo." Oh, parecía esta vez no había hablado en voz alta sin darse cuenta después de todo...

Mientras el Fiscal Payne se encoge detrás del banquillo de la acusación por los comentarios que acaba de recibir por parte de la defensa, el testigo observa la situación con tranquilidad. No es hasta que Hairo le habla directamente que Walther Nemoy hace aparecer de nuevo su rosa roja para olerla.

¿Qué es lo que estuvo haciendo toda la mañana en su suite? ¿Recibió alguna llamada que pueda confirmar que se encontraba en la localización que indica?

-Me pone en un compromiso, Sr. Abogado... me va a obligar a confesar... algo que no quería revelar a nadie. - dice, y tras oler su rosa suelta un suspiro tremendamente exagerado. - Pero si es en favor de la verdad... no tengo más remedio que contárselo. Por mucho que me duela... - Walther Nemoy guarda su rosa y mira al frente. - Lo cierto es que pasé toda la mañana frente a la pantalla de mi ordenador portátil... jugando a un juego en línea llamado Heroes of the Legends.

- ... - el Juez, que observa con seriedad la declaración del testigo, parpadea algo extrañado cuando el Sr. Nemoy detiene su declaración tras confesar que estaba jugando a un videojuego. - Eh... ¿Eso es todo? - pregunta el Juez, que niega con la cabeza. - No consigo entender por qué no quería contarnos eso, testigo.

-Mi padre es una persona muy estricta, un empresario de éxito, propietario de múltiples empresas. - explica Walther Nemoy. - Yo soy su único heredero. Hay altas expectativas puestas en mí. No sólo por su parte, también por la de mis compañeros de universidad, los profesores... todos me admiran, a pesar de que lo único que hago siempre es ser yo mismo y nada más. - una ligera brisa sopla y hace ondear el cabello del testigo mientras hace estas declaraciones. De hecho, su cabello casi parece brillar. Como si fuera el galán de una película. - Pero no puedo evitar ser una persona de gustos sencillos. Adoro jugar a videojuegos, las series, las películas... y no quería que nadie se enterase de lo poco refinado de mis gustos. No me gusta decepcionar a mis fans... - murmura, oliendo su rosa roja, que aparece de nuevo de repente. - Quiero decir, a mis seres queridos.

-Ejem. - interviene el Fiscal Payne. - Dejando de lado los gustos del testigo... lo cierto es que su declaración ha sido confirmada. - dice el fiscal. - Nos hemos puesto en contacto con la empresa que gestiona los servidores del videojuego que ha nombrado el Sr. Nemoy. Los registros de su cuenta de juego confirman que estuvo conectado desde las 10:05 hasta las 13:05. Por si esto fuera poco, el testigo también hizo algunas compras de artículos estéticos para dicho videojuego esa mañana...

-¿Quiere decir que el testigo abandonó el hotel para ir a una tienda, Fiscal Payne? - pregunta el Juez con seriedad.

-No, Su Señoría. - responde Winston Payne, inclinándose sobre el banquillo de la acusación. - A través de internet, utilizando su ordenador. Dichas compras ascienden a unos... mil dólares, así que nos llamaron la atención al comprobarlo. - explica Payne. - En el registro de compra consta la hora y la dirección IP en que se realizó la transacción, y no hay duda de que se hizo desde el ordenador portátil del Sr. Nemoy.

-¿Qué puedo decir? - Walther Nemoy sonríe, con una ligera brisa sacudiendo su cabello como si estuviese en una película. - Tengo mis pequeños vicios, como cualquier persona común.

¿Recibió alguna llamada que pueda confirmar que se encontraba en la localización que indica?

-Me impresiona, Sr. Abogado. ¿Cómo sabía lo de la llamada? Si ya sabe todo eso... tendré que contárselo. - en realidad, Walther Nemoy parece más que encantado de contar aquello de lo que va a hablar a continuación. - Así es... no sólo estuve jugando a ese videojuego, sino que también estuve hablando con mi amorcito. Ah, disculpen... quise decir, mi pareja. - dice, oliendo su rosa roja. - Concretamente, estuvimos haciendo una videollamada.

-¿Eso quiere decir que su... eh... "amorcito" pudo ver lo que hacía durante toda la mañana? - pregunta el Juez.

-Así es. - responde el testigo, sonriendo con todo su encanto al Juez. - Fuimos interrumpidos unas pocas veces por el botones del hotel, pero el resto del tiempo estuvimos viéndonos sin parar. Ella siempre quiere verme, ¿sabe? A todas horas. - termina volviendo a oler su rosa.

¿Y qué tomó para desayunar, exactamente?

-El desayuno que sirve el Hotel Gatewater II, por supuesto. - replica Walther Nemoy. - Déjeme pensar. Un par de huevos fritos con bacon, un croissant de mantequilla recién hecho, y un sandwich de queso fundido, bien tostado. Una taza de café expresso y un vaso de zumo de naranja natural. Ah, y una onza de chocolate negro, 85% cacao. Sí, creo que eso fue todo. - termina sonriendo de nuevo.

"Heroes of the Legends, ¿eh?..." Erina levantó la cabeza del bloc digital para informar rápidamente al señor Hairo sobre el videojuego. Alguna vez Erina lo había jugado, podía ser bastante adictivo ya que era un juego tanto cooperativo como competitivo. A Erina le gustaban especialmente los diseños de los personajes, tan únicos y diversos. "Es un videojuego bastante popular... cada partida suele durar una media de unos cuarenta minutos, aunque se pueden jugar sesiones más cortas en otros modos de juego. Eso sí, señor Hairo." levantó la mano con el bolígrafo señalando un dato importante. "Estar conectado no implica necesariamente estar jugando... Quizá nos venga bien saber a qué hora realizaron las compras."

Madre mía, mil dólares en compras digitales de un juego... Erina también era rica, pero hasta a ella le sonaba a pasarse... Es decir, ¿pudiendo gastarse mil dólares en ropa se lo gastaba en videojuegos? No, espera, si también se los gastaba en ropa... ...Ahora le había entrado la curiosidad competitiva: ¿¡quién era el más rico de los dos!? La asistenta se golpeó el labio con el bolígrafo digital varias veces, gruñendo para sí. Seguramente que él era más rico... ¡Pero al menos ella no era una asesina! Bueno, a no ser que el Señor Porter sí que lo fuera... Pero venga ya, ¿él? ¡Si su trabajo era su vida! La fiscalía no tenía siquiera de verdad un móvil. Y a todo esto, hablando de casamientos... Su 'amorcito' parecía ser la coartada perfecta. Cómplice o no, ¿quizá pudieran llamarla a declarar? Pero estaban andando en círculos, sin conseguir aclarar nada... ¡Sólo les surgían preguntas y más preguntas! Por ejemplo, ¿por qué no le abrió la víctima la puerta al botones

"Tiene usted una memoria prodigiosa, señor Nemoy. Ha podido visualizar el desayuno completo con todo detalle. ¿Es usted quizá un cliente asiduo del Gatewater II?"

Por una vez, Hairo no pudo por menos que parpadear como el juez cuando el testigo "confesó" haber estado jugando a un videojuego. Estaba convencido de que durante ninguno de sus cursos en la Universidad había estudiado ninguna ley en la que aquello pudiera ser considerado una infracción y, lo cierto fue que, la explicación del Sr. Nemoy acerca de sus gustos y de sus fans, lejos de aclararle nada, solo sirvió para confundirle más todavía. ¿Era aquello una táctica para desviar su atención de los temas que verdaderamente importaban? Si era así, no estaba dispuesto a permitirlo.

-Erina, te tengo dicho...- Comenzó mecánicamente tras la intervención de su ayudante, dispuesto a regañarla por sus divagaciones como tenía por costumbre, cuando se detuvo un instante al interiorizar el significado de sus palabras. ¿Estar conectado no significaba estar jugando? Aquello podría tener un valor incalculable como prueba, especialmente si podían acceder a un registro de las partidas en las que participó? Y, por otra parte, ¿mil dólares en compras? Aquella no era una cifra desdeñable. Ciertamente el testigo parecía rico, pero el abogado prefería confiar en las pruebas antes que en las apariencias, y todavía no tenía ninguna de que aquello fuera cierto. ¿Y si esas compras no fueran para el videojuego, sino tan solo un modo encubierto de blanquear dinero, o de pagar a alguien por servicios criminales? O, ¿significaría algo que las compras hubieran tenido lugar exactamente tras la muerte de la víctima? ¿El móvil del crimen podría ser el dinero?

-Esa ha sido una gran aportación, Erina.- Indicó, con su habitual tono impersonal que daba a entender que estaba más señalando un hecho objetivo, como que el sol salía por el este, antes que un halago. Que se hubiera quedado completamente congelado mientras analizaba la información solo para decir aquello de forma imprevista tampoco ayudaba demasiado a que el joven sonara mínimamente natural. -¿En esos videojuegos existen registros de las partidas jugadas para que podamos usarlos como pruebas? Y, ¿las videollamadas se graban en el ordenador tras realizarse?

La composición del desayuno finalmente no había sido de ninguna utilidad... rascándose la cicatriz de su coronilla durante un instante, Hairo se volvió hacia el fiscal para indicar -Señor juez, la defensa solicita que el registro de la compra y el portátil del Sr. Nemoy sean añadidos al acta del juicio.