Partida Rol por web

Después de que Yanice se incline sobre su hombro susurrándole al oído, y su gesto inequívoco de que le acompañe a la pista, Snow se encoje de hombros y palmea los de Baghi.

- Mañana tendrás tu oportunidad chaval, Liu sólo quiere sacarme algo más para su artículo. Creo que me traga bien poco. Ya me contarás. - Con una sonrisa y un guiño, Snow se dirige a la pista de baile, mientras empieza a mover el esqueleto con cierta gracia, lo cual no deja de tener gracia. Es evidente que está haciendo el tonto.

En el transcurso de su contoneo, una de sus manos alcanza la barra cogiendo una botella, tras lo cual Snow y Yanice se pierden entre la gente con una serie de graciosas evoluciones en las que Snow hace ojitos a las mujeres circundantes, y Yanice le bloquea varias veces, dejándole con un palmo de narices. Parece que una mujer así es capaz de espantar a otras.

Día D-2 22:35 horas.

Tic-Tac caminaba solo y tranquilo por las galerías que conducían a Sleazy Cantina. Llevaba una bolsa de mano y canturreaba algo de música rap mientras movía la cabeza al ritmo. Se detuvo un momento ante el holograma de publicidad de la cantina que había junto a la puerta. Aquel holograma siempre le había gustado, estaba lleno de color y le recordaba de alguna manera a los letreros de neon de la vieja tierra. Miró al rededor con tranquilidad preguntándose si volvería a ver aquel lugar una vez se montasen en la nave que les llevaba de OEM. 

D-2 Sleazy . Noche.

Nada raro parece ocurrir hoy en esta cantina, la gente va y viene de modo habitual.

Sin embargo hoy corre por los corrillos un terrible rumor, le han quitado a Tic Tac una bolsa que contenía un pad de datos, en la puerta de Sleazy a las 22:35.

Tic Tac ha ido a denunciar y llegará algo más tarde hoy.

Día D-2 Más allá de la media noche.

Tic-Tac llegó por segunda vez a la cantina esa noche pero esta vez no iba bailoteando sino con cara de pocos amigos. Llevaba más de una hora encerrado haciendo la denuncia. Sin hablar con nadie se dirigió a la barra y se dejó caer en su sitio de siempre. 

Ponme una doble. Sin hielo. - le dijo a May desde su sitio tras saludarla con un gesto de cabeza. 

Día D-2 Antes de la media noche.

Snow había llegado a la cantina, pero esta vez no parecía estar haciendo el payaso (no demasiado al menos), y bebía algo que parecía que no llevaba demasiado contenido alcohólico. Tampoco parecía hacer mucho caso a las presencias femeninas del lugar. Se limitaba a beber en silencio mientras movía un pie al ritmo de la música.

Había llegado hacia algo más de media hora, y había oído el rumor del "tirón" a Tic-Tac. Snow no creía en las casualidades, no señor. Alguien había vendido a Tic-Tac, o bien los mensajes de las IAs del pelotón estaban siendo monitorizados. Lo cual habría puesto sobre aviso a cualquiera que estuviese haciéndolo, al ver convocada una reunión sin IAs.

- Mantén la polla en los pantalones Snow, ¡Ja! Como si eso fuera fácil... - La charla mantenida aún daba vueltas en su cabeza mientras hacía tiempo, esperando que Tic-Tac se decidiera a volver al lugar del delito. Un poco de charla intrascendente con May le dejó algo frío, la mujer no parecía saber mucho al respecto. Al menos May no le ponía. No demasiado al menos, aunque vista de cerca tenía un aquel que...

La entrada del Piloto de color apartó esos pensamientos de su cabeza. Estaba bien ofuscado, estaba claro, porque ni siquiera le había visto. Snow se despidió de May con un gesto de disculpa, se acercó a su compañero y lo saludó con un gesto de la mano.

- ¿Qué tal estás tío?, ¿Pero que cojones ha pasado? - Snow toma asiento a su lado, pero con gesto serio, por una vez.

Día D-2 Más allá de la media noche.

Baghi se acercó en cuanto pudo a la cantina. Estaban siendo unos días con mucho movimiento pero no podía permitirse faltar aquella noche. Era posible que hubieran comprometido la seguridad de todos.

Fue a buscar a Mansell antes de ir pero el cerebrito estaba ocupado con algún tipo de ingenio que había ideado para el tema del cluster de interfaces.

Cuando entró tuvo que moverse entre la muchedumbre que ya empezaba a llenar el local. Tic Tac y Snow ya habían llegado y charlaban en una mesa.

- Siento llegar tarde- dijo sentándose rápidamente.

May charlaba con Snow sobre lo torpes que son los drones.

Y al cargar las cajas han tirado varias botellas, te juro que inmigrantes mejicanos serían más habiles, Snow.

Cuando llegó Tic Tac, puso cara grave. le sirvió un doble.

Invita la casa, a fin de cuentas esa putada te ha pasado en mi puerta, lo siento, espero que la Guardia no te diese mucho por saco.

Aparecerá mañana en el mercado negro, hay mucho enganchado a subproductos de TRN, yonkis...

Parches llevaba en la cantina desde casi las once. El día anterior no había podido ir a pasar un rato relajado con sus compañeros y ese día quería disfrutar y relajarse. Pero nada de eso pasó. Enseguida se oían los rumores de que alguien le había dado un tirón a Tic-Tac y le había robado una tablet. 

No quiso hacer caso a los rumores y decidió tomar algo en una esquina tranquila y esperar a que su compañero llegase y les dijese cuanto de cierto había en todo aquello. 

Eres la mejor May. - le dijo antes de beberse la mitad de la copa de un trago. - Una hora y media. Una puta hora y media y encima igual me hacen pagarlo. ¿Como coño iba a saber que me iban a robar  cuando me llevé el PAD de la sala de entrenamientos? - dijo negando con la cabeza. 

En fin... Supongo que no podían dejar que me marchase de OEM sin tocarme los cojones una última vez...

- ¿No conocemos a nadie con contactos en los bajos fondos?- preguntó Baghi- tal vez podríamos recuperarlo.

La puerta autómatica de la cantina se abre como siempre para dejar paso a un nuevo cliente. El recien llegado, sin embargo, tiene que inclinarse para no golpear la parte superior del marco con el visor de espejo de su casco.

El Guardia de Nexus se detiene un instante en la puerta, y su cabeza se mueve lentamente de un lado a otro, como si escanease la sala. Quizás realmente es lo que esta haciendo. De repente, como si hubiera recibido una orden silenciosa, un dron armado se cuela por detrás del enorme soldado, y se desliza emitiendo un debil olor a ozono con sus compensadores inerciales.

Las conversaciones a gritos por encima de la música se van deteniendo poco a poco hasta que solamente se escucha el retumbar de los altavoces del Sleazy. Cuando el Guardia comienza a avanzar, el estampido de las botas de su nanoarmadura se escuchan por el tronar de las notas discordantes. Camina con el cañón de su AZL apuntando al suelo, pero con el dedo sobre el gatillo, sin dejar de mover lentamente la cabeza de un lado a otro, como un insecto, mientras su dron se separa de su hombro y comienza a escanear el interior de la sala.

De repente, el haz rojo del escáner del dron se para sobre Tic tac y repite la pasada en vertical y horizontal. La máquina flotante emite un agudo pitido y el Guardia se detiene de golpe. Se gira despacio, haciendo rechinar el pavimento, hasta que el semblante liso de su casco completo refleja la cara del afroamericano.

- SOLDADO DOS TRES TRES NUEVE, NOMBRE THYRONE TALLEY, ALIAS CONOCIDOS: TIC TAC. - La voz modulada por la nanoarmadura chirrió cortando el aire. - ACOMPÁÑAME AL EXTERIOR PARA SER INTERROGADO.

Todas las miradas se volvieron hacia el piloto de Bravo mientras el tiempo parecía congelarse.

La escopeta continuó apuntando al suelo. El dedo continuó sobre el gatillo.

No había nada importante, unas simulaciones de explosivos que quería compartir con algún tecnólogo. - dijo el soldado negando con la cabeza antes de darse cuenta de que todo el mundo del lugar se había quedado callado. 

Cuando se giró ya sabía lo que iba a encontrarse, solo eso podía hacer que el local se quedase así de calmado. - Menos mal que no le ha dado por cantar mis medidas o alguna dama se podría sonrojar. - bromeó. Apuró su copa de otro trago y se puso en pie. Firme. - A la orden, señor. - dijo antes de comenzar a andar hacia el exterior con tranquilidad. Otro interrogatorio más. Que cojones querrían ahora.

May se ha quedado a mitad de la sala con un pedido en las manos, la bandeja tiembla levemente.

Sin duda está pálida. No estáis acostumbrados a verla así. Mira angustiada a Tic Tac cuando tanto él, como el guardia y su dron pasan por su lado.

Afianza la bandeja y consigue dejarla sobre una mesa. Parece buscar con la mirada a su gente de seguridad, y cuando contacta visualmente, niega con la cabeza.