Partida Rol por web

H. escuchó la comunicación y acto seguido miró al ruso que se le veía peligrosamente aburrido.

-Oso, acompaña a One hit y echadle una mano a Tournevis. Predicador, tu y Stronghold veníos conmigo a dar el reporte al jefe y a ver que podemos ir haciendo pa echarle una mano a los compañeros tecnólogos. Lo mismo necesitan que carguemos con alguna clase de material.- Indicó el danés mientras repartía las tareas.

- Y parece de las gordas, vamos Jones. - Snow emprende una rápida carrera a través de la nave hacia el punto donde Tournevis ha radiado que se encuentra.

- Anubis, dame la ruta más rápida hacia Tournevis. - EL ex espía corre como alma que lleva el diablo siguiendo las indicaciones de la IA.

Snow se pasa la mano por la cara mientras deja escapar el aire lentamente. Necesitaba un cigarro.

- Será cosa de los japonenses o es mi mala suerte, copón... -

Tras un momento de reflexión contesta a la mujer. - Me preguntaba si saberlo puede beneficiar a la misión. Si el Comandante fuera tu tío y te dio recuerdos de la familia, la respuesta es que no tiene que ver con la misión, y que no me hace falta saberlo. Así que tú decides Hikaru. -

El normalmente callado hombre asiente a las instrucciones de H., mientras observa la partida de Oso y el también silencioso alemán. Después solicita ayuda a Anubis.

- Anubis, proyecta un esquema holográfico de la nave y marca posición y nombre de todos los tripulantes. Así podremos tener una visión de conjunto. - El Predicador se encoge de hombros mientras observa la imagen como un halcón que se cierne sobre su presa.

Tras dos o tres zumbidos escucháis a Anubis en los intercomunicadores.

Señores, mantengan la calma, la tecnologo Deschannel no se encuentra en peligro. Sólo ha pedido ayuda para una apertura manual de un acceso. Tal vez ha sido imprecisa al solicitarla, pero ustedes están sobreactuando.

En cualquier caso les envío los diagramas y las rutas que me han solicitado.

Hikaru se permitió un atisbo de sonrisa.

Una pequeñita, como un débil rayo de sol en un día invernal.

Pero incluso aquella ínfima muestra de empatía le quedo mal en su rostro poco acostumbrado a esas cosas.

Sin embargo, y por que por fuera su rostro fuera una losa de mármol, por dentro su mente bullía en actividad.

Snow era inteligente, el muy jodido le planteaba un dilema moral, ¡maldito gaijin!.

Relevante a la misión, allí residía el dilema. ¿Lo era?, ¡sin dudas!, ¿para el resto o para el Hikaru? Le dijo su mente.

¡Para él!, decidió la nipona, lo era para el y por ende, no relevante…por el momento.

No es relevante, le dijo entonces segura y estoica agregando al final, ¿alguna duda más…Capitán?, finalizo remarcando – por alguna razón incierta – el rango del comando.

Ahhhhh la buena fortuna del RUSO no conocía de límites.

Ya se imaginaba a si mismo rompiendo a cabezazos el casco blindado del Ataúd mientras bailaba una polka Siberinana y luego de beberse todo el lote de Vodka que pudiera conseguir cuando el bueno del CAMARADA HERMANO CABO H le dio la oportunidad de hacer algo más.

Algo divertido.

!GRACIAS CAMARADA CABO H! le dijo exultante y con una sonrisa de oreja a oreja que denotaba a las claras su emoción por el asunto – trivial y aburrido pero el Oso era el OSO y con eso digo todo -, y sin más para agregar salio corriendo hacia donde se le precisaba.

…

Momentos después.

Primero llego el ruido.

Uno que hacia retumbar el enchapado blindado del suelo enrejillado de la nave. El ruido a hombros del eco se acercaba a Tournevis con violencia y haciéndose cada vez mas alto y discordante.

Lo que venía era pesado, pesado y rápido.

Como un oso de 550 kg en época de celo y luego de haber olido una OSA cerca – y dispuesta a la “fiestuki Ozuna” o como coño se escriba – la cosa es que no hacía falta ser un matemático con un IQ de 600 (existe? XD) para sumar 1+1 y darse cuenta que el jodido RUSO se acercaba a corriendo como un puto maniático musculoso (cosa que por otro lado era).

Así fue como no mucho tiempo luego, sudado, con el careto rojo como la cabeza de un pito irritado y rematando la desconcertante figura con una sonrisa de asesino serial al que le han dado un cuchillo para liberarlo luego en un shopping lleno de gordos que el RUSO se presento en donde estaba Tournevis.

!COMANDO OEM RASO SMIRNOFF SE PRESENTA PA´LO QUE LE HAGA FALTA COMANDO OEM CAMARADA TOURNEVIS! dijo excitado, exaltado y exuberante.

Y vaya casualidad aquello si era triple X.

Los dedos de Hikaru parecen tejer el aire en trazos de iridiscente luz azulada, mientras opera sobre la matriz de construcción del núcleo de Anubis. Una forma pixelada se va dibujando en el aire en torno a una gargola que descansa en el alero de una cripta, que se retuerce mientras es reescrita. Por fin suelta un último estertor y se derrumba. Cuando aterriza sobre el suelo nevado sin embargo no se hace pedazos. Lo hace suavidad sobre cuatro patas mientras mira ansiosamente a su nueva dueña.

- Busca. - Fue la cortante orden que recibió.

Con un gañido espectral y las orejas bien tiesas, el programa reescrito se puso en movimiento, internándose entre las tumbas. Les condujo entre marañas de espino en las que asomaban cráneos olvidados y mas allá de las piras ardientes que ardian por siempre con fuegos holográficos, siempre a través de la nieve.

De repente, el paisaje ha cambiado. Ahora les rodean santuarios Shintó y columnas de granito. Las tumbas han pasado a estar grabadas en delicados caracteres canji.

Podéis escuchar con claridad el llanto, un sonido desgarrado en el que la pena y la rabia se mezclan por igual. Sin embargo, antes de que podáis determinar su procedencia exacta, una voz autoritaria muerde el aire.

- Jūbun ni wa, anata no taido wa ataishinaide, Hikaru jūbundesu! - Seguida del inconfundible y cortante sonido de una bofetada, que acalla el llanto por completo.

Como si presintiera algún tipo de amenaza, el perro oni se detiene, venteando el aire y erizando el pelaje. Un gruñido escapa de su morro erizado de dientes mientras mira de nuevo a su ama, en busca de nuevas instrucciones.

Veo llegar a ambos, o más bien veo llegar a Karl y siento llegar a Voivoli mucho antes de verle.

Eso me pasa por decir sólo "alguien fuerte", y no especificar "con control sobre su fuerza".

- Chicos, gracias por venir. Necesito abrir esta puerta que parece que su hidráulica no funciona bien por un fallo eléctrico o algo así.

El RUSO estaba más que emocionado y por eso, sus palabras brotaban descontroladas de entre sus labios a veces incluso sin llegar a formarse del todo.

Era bruto el pobre, aunque leal como el más fiel de los canes, aunque a veces parecía ser más inteligente de lo que deja entrever.

O más pícaro.

Con ambas manos frente al rostro de la pequeña Tournevis, Smirnoff movía los dedos como si de un grupo de gordos, gruesos, largos y feos gusanos se tratasen. Sonreía con aquel amplio gesto tan típico en él y los ojitos claros le brillaban por la emoción.

SMIRNOFF ES MUY BUENO CON LOS DEDOS CAMARADA TOURNEVIS, le dijo moviendo los dedos frente a la cara de la muchacha, DEDOS GORDOS, LARGOS DEDOS, DEDOS DE HOMBRE RUSO DE LA SIBERIA HELADA, indico orgulloso mirándose los dedos pero sin dejar de moverlos, ESTOS DEDOS HAN HECHO FELICES MUCHAS VECES A SMIRNOFF (ouch!) Y A MUCHAS MUJERES, MUJERES PEQUEÑAS, MUJERES MEDIANAS Y MUJERES GRANDES COMO OSOS GORDOS.

SI LA CAMARADA TOURNEVIS QUIERE SMINOFF PUEDE MOSTRARLE LA POTENCIA DE SUS DEDOS SIBERIANOS, explico todo sonrisas.

Hikaru torció el gesto al escuchar las palabras.

Se la notaba tensa, muy incómoda y profundamente molesta.

La maldita Anubis estaba jugando duro y en ello cometía también una terrible falta pues estaba metiéndose en la mente de un comando de OEM.

¡Detente!, le dijo secamente al perro Oni que había creado mientras sus manos se crispaban ante la furia que comenzaba a inundar su cuerpo, ¡vuelve a mi lado!, ordeno al perro demonio.

Hikaru cerró los ojos, intentando aquietar su mente mientras volvía a sumergirse en el código.

Anubis jugaba duro – como ya he dicho -, pero Hikaru también podía hacerlo.