Partida Rol por web

Tic-Tac seguía monitorizando lo que hacía Hikaru desde la cabina de la nave. La ilusión de él que había creado junto a la mujer seguía flotando a su alrededor en silencio mientras Tic-Tac observaba los cambios del terreno. Parecía que la japonesa había puesto algún tipo de código detector en marcha. 

Hikaru, cuanto menos código toquemos menos probable es que los antivirus de Anubis se lancen sobre nosotros. Aconsejo tranquilidad, no dejes que Anubis te aleje del camino principal o te perderás entre años y años de datos no borrados. - dijo el soldado. - Veo que se ha activado algún tipo de código que ha captado la atención de tu programa rastreador. ¿Qué ves Hikaru?

Hikaru, he detectado tráfico de datos bidireccional entre Anubis y tú. Creo que te ha escaneado y puede usar cosas de tu infancia para distraerte. - dijo el soldado con urgencia. - Olvida lo que estás viendo, vuelve al camino principal y sigamos con normalidad. - le pidió Tic-Tac. El sonido de la voz de Tic-Tac llegó a la nipona a través de su comunicador pero la imágen de Tic-Tac que flotaba a su lado movía la boca de forma antinatural. 

Anubis ¿Porqué has escaneado mi historial infantil? - preguntó el soldado seriamente. 

Snow niega con la cabeza mientras mira de arriba a abajo a la nipona, pero duda por un momento.

- Pues sí, me pregunto si alguien se habrá acordado de meter algunas botellas de buena bebida en la jodida nave. - Mirada sonriente a Hikaru. - Eres bastante más simpática cuento te tomas unos chupitos, jajaja. - Snow levanta las manos en la actitud defensiva del que no quiere llevarse un soplamocos.

- Vale, vale, era broma Hikaru. Ten cuidado cuando hagas la conexión, espero tu informe. - Si la mujer no tiene otro particular Snow se despide en dirección a la cabina de mando silbando desafinadamente.

Vamos, piloto, no se enfade, ustedes miran en mi interior, y yo no puedo evitar mirar en el suyo. Tiene franca la salida si se siente incómodo, como ya dije en un principio esto era entre la señorita Hikaru y yo...

La francesa había reaccionado haciendo una especie de elegante cobra ante los dedos expuestos del ruso. Sin verdadero miedo, pues confiaba en él, pero con clara intención de apartarse.

A toda la escena, Karl responde con un sonoro gruñido en dirección a Smirnoff. Con sus brazos cruzados como es típico en él. Cuando termina la verborrea del hombretón, el alemán mira a la chica.

- Si abre la puerta él, tendremos que reconstruirla.

Acompaña la frase con una sonrisa. Aunque pensaba que podía ser verdad, que la puerta podía quedar doblada e inservible tras su encuentro con Oso, el ruso le caía bien, y la frase pretende ser una pequeña broma.

- Estoy segura de que sabrá controlarse.

Aunque hablo contestando a One Hit, miro a Oso mientras lo hago, con convicción.

- Oso, abre la puerta, pero no la rompas. Queremos poder volver a cerrarla en caso de necesidad.

Acto seguido, hablo por mi comunicador.

- Snow. - Se escucha mi voz a través del comunicador de todos. - Ven cuando puedas. Creo que te interesa ver esto.

Resoplando ostensiblemente, y con Jones pegado a su  espalda, Snow acaba por llegar al área donde la IA le ha guiado, en respuesta a la llamada de Tournevis.

- Buff, arf... tu llamada parecía urgente Tournevis, ¿Qué es lo que pasa? -.

Finalmente todos los que han acudido a la llamada de la Tecnólogo nos encontramos reunidos, a la espera de que nos cuente qué ha motivado su llamada, aparentemente urgente.

Cuando Snow y Baghi llegan a la posición de Tournevis, se encuentran allí también con el teutón One Hit y con Oso. El RUSO aferra con fuerza la palanca de apertura de emergencia de un camarote. Este tipo de mecanismos esta diseñado para ser usados cuando la hidráulica de las compuertas falla. A juzgar por como suenan los servomotores del exobrazo de Voivoli, la palanca debe estar atascada o pasa algo raro aún por determinar.

El resto del equipo de inspección llega al puente sin novedad. Allí se encuentran a Bad terminando de supervisar por tercera o cuarta vez todo el sistema que han elaborado para hacer funcionar el cluster de IAs.

Al fondo se adivina la figura de Tic tac sentado en su sillón de mando. Sin embargo, parece distraido con algo que no es el pilotaje, ya que ha desplegado varios monitores auxiliares y se le ve teclear algo frenético. A su lado, con aspecto de estar insconsciente, se encuentra sentada en otro asiento Hikaru, con un cable de vibrante color azul por el trasvase de datos a nivel óptico saliendo de un conector adosado a su cráneo. La japonesa tiene los implantes necesarios para realizar cyberconexiones con sistemas, y parece estar haciendo uso de ellos.

No se ve a Molly por ninguna parte, debe seguir en la enfermería. Tampoco recordáis que respondiera a la comunicación de Tournevis o que halla reportado su estado desde que embarcasteis.

Hikaru parece hacer caso omiso de la advertencia de Tic tac mientras su sabueso reprogramado la conduce de vuelta a lo mas profundo del cementerio. El llanto de la niña no se ha vuelto a reproducir, y las columnas shintoistas desaparecen para dar lugar a otro escenario muy diferente.

Las tumbas de granito pasan a ser estelas encaladas, y las criptas están rematadas con redondeadas cúpulas. Arrastrado por el viento, se escucha la voz de un hombre santo llamando a la oración, acompañada por el sonido de una campana.

Como siempre, la simulación parece increíblemente realista. Tanto, que ambos os sobresaltáis cuando al cruzar una avenida, la imponente figura metálica de un dios egipcio cibernético se cruza con vosotros, ignorando vuestra presencia. Lleva en sus manos un ramo de flores fractales de pétalos negros. Sigue su camino hasta desaparecer de vuestra vista, atravesando el camino que seguíais de derecha a izquierda.

El sabueso de Hikaru se para, con las orejas gachas y aspecto de haberse acobardado por la aparición. Seguir adelante por el camino por el que os conducía el perro o intentar averiguar a donde lleva Anubis esas flores. Esas parecen vuestras opciones.

Los tecnólogos parecían liados con el trabajo que tenían entre manos y se estaban dejando la piel para crear el clúster de IA's, suponía el danés, del que habían hablado. 

-Ya hemos vuelto, la nave parece en orden y todos los sistemas están operativos.- Informó escueto sin animo de molestar la labor de sus compañeros.- Si necesitáis más capacidad de procesamiento, os puedo dejar a mi IA- Se ofreció ya que poco más podía hacer- Tomaos un descanso muchachos, por ahora no tenemos nada que hacer- comentó a sus subordinados. 

La verdad era que le picaba la curiosidad por lo que estaba ocurriendo en la habitación sellada pero el comando siempre había pensado que muchas manos son igual de malas que muy pocas, así que lo mejor era dejar que sus compañeros trabajasen a su aire y pidiesen ayuda cuando fuese necesario. Así que se sentó en uno de los asientos dispuesto a exprimir el dicho militar que decía aquello de "descansa cuando puedas que cuando quieras no podrás"

-Los comandos hemos quedado libres, si alguno necesita ayuda con algo que avise e iremos inmediatamente- ofreció el danés a sus compañeros por el comunicador.

Smirnoff puso cara de OSITO mojado cuando Tournevis hizo caso omiso a su discreta – ¡sí, claro! -, habilidad con los dedos.

Quizás no le gustaran los hombres fuertes de las estepas Siberianas que tomaban Vodka como agua y follaban como si no hubiera un mañana, o tal vez estaba en uno de “esos días” en que es mejor no tocarle los cojones a las mujeres.

Como fuera el RUSO no era hombre de rencores y en un plis plas olvido el desplante fuese este adrede o no, SMIRNOFF ESTA ENCANTADO DE PODER AYUDAR A LA CAMARADA TOURNEVIS dijo y luego volvió sus ojos claros hacia los de Karl, SI SMIRNOFF QUISIERA, SMIRNOFF PODRIA ROMPER ESTA PUERTAMIERDA, aseguro muy confiado de sí mismo, SMIRNOFF MASTICA PUERTAMIERDAS EN EL DESAYUNO CAMARADA ONE HIT dijo sonriendo y sin más para agregar le dio “duro y parejo” a la puerta mientras los servos silbaban y rechinaban a plena potencia.

Esta hija de perra está jugando con nuestras mentes TIC TAC, dijo Hikaru por su comunicador. La maldita está sobrepasándose en un claro quiebre de las reglas del DOMINIO.

Bufo, cuando el entorno cambio de nuevo y a continuación cuando aquella representación de Anubis apareció de la nada.

La asquerosa IA seguía intentando distraerlos y no lo iba a conseguir, no iba a hacerlo.

Busca, le dijo severa al constructo Oni que ella había reformado desde el mismo código de la IA, busca maldita sea.

No quería perder tiempo, se había cansado de toda aquella pantomima y las distracciones subsecuentes.

Iba a ir al centro de aquel nodo de información, aunque tuviera que abrir huecos en el código a base de pirateos puros.

Ella era una Tecnóloga, una de las mejores y esta mierda de maquina no iba a ganarle.

- ¿Qué está pasando con esa puerta?- preguntó Baghi sorprendido.

Iba a comunicarse con la IA cuando recordó que se la había dejado a Bad para el montaje del cluster y maldijo.

- Tal vez pudiéramos preguntarle a Anubis- sugirió- si alguien sabe lo que ocurre con los sistemas de la nave, esa es su IA.