Partida Rol por web

Nieve Carmesí III

La Mansión

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17/04/2009, 11:15
Hans

El chirrido de la puerta al abrirse hizo que Hans se volviese. Con los ojos desencajados contempló la escena que tenía lugar en el interior de la habitación mientras la inquietante música volvía a sonar. Toda la escena parecía algo normal, la tipica situación que uno encontraría en el salón de juegos de cualquier casa sino fuese por la presencia del sargento, cuyo aspecto macilento y su uniforme contrastaban vívidamente. Eso y el hecho de que la niña parecía ser capaz de girar su cabeza más de lo que podría una persona viva. Sin embargo, Hans no se mostró impresionado por ello. Habían pasado tantas cosas, el miedo había calado tan hondo en su alma que una fría calma se había adueñado de él. Con el miedo había llegado la aceptación de su muerte y si una estaba ya muerto ¿qué mas daba el resto? Porque para él estaba claro que jamás lograrían salir de allí vivos. Impertérrito, como si de un espectador se tratase, observó cómo el niño hacía gala de su poder y tiraba todos los libros al suelo hasta seleccionar uno. Ladeando la cabeza escuchó la traducción de la rusa y negó con la cabeza.

-No tengo ni idea de lo que significa pero puede ser buena idea intentar comunicarse con él-susurró mientras allá dentro el sargento comenzaba a leer en voz alta, ajeno a los gritos de su hermano Pieter.-Está...como hechizado o algo así, creo que se ha olvidado de nosotros-decidió cambiando de posición el fusil que ahora le resultaba un objeto totalmente inútil. Ni siquiera el que los prisioneros se mostrasen tan confiados le inquietaba. Ahora estaban todos en el mismo barco y la guerra se le antojaba como un mal sueño ocurrido hacía tiempo.

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17/04/2009, 16:50
Grüber

Grüber se quedó petrificado ante el show de libros, sencillamente era increíble que aquello estuviese pasando, bueno en realidad no lo era dado todas las cosas que habían pasado antes. Se pasó una mano por la frente como si estuviera sudando, cosa que no era así y volvió a mirar al sargento. Parecía que nada, ni nadie le haría reaccionar pero debía haber una manera de traerlo de vuelta con ellos y entonces escuchó a Alexeva interpretar lo que aquel libro decía, sintió un escalofrío y no entendió nada pero de algo estaba seguro: el pequeño Dimitri quería darles un mensaje. Lo miró buscando sus ojos mientras Karl intentaba leer algo del libro pero el pequeño estaba en otra cosa; el médico trató de recordar algo que le ayudara, alguna leyenda, mito, cuento o verdad que dijera tal o cual y que sirviera para ayudar a los pequeños o a ellos mismos pero su mente le jugaba una mala pasada o quizás era que el hecho de haber recitado el Padre Nuestro en vano, le había resultado tan chocante que no se animaba a escarbar en su mente, en sus recuerdos infantiles para conseguir otro recuerdo que les sirviera. Dio un paso al frente, quería entrar en aquella habitación donde todo el mundo parecía calmo, sin frío y sin hambre; dio otro paso quedándose en el umbral de la puerta, más que nada imaginándose a dos hijos con su padre que vuelve de la guerra y cerró los ojos, seguía buscando dentro de sí pero en el fondo sabía que no había un por qué.

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18/04/2009, 01:04
Director

Cita :

-Lo que dice este libro es:Mi papá me mima, mi mamá me ama, mi abuela me quiere, mi hermana me calma. Montañas nevadas, picos helados, criaturas aladas, hijos amados. Estando colgados, vemos venir, a los seres alados, deseando morir.-

Y fue en ese momento, con la última palabra, cuando la casa tembló...

Fue en ese momento cuando los niños se abrazaron y comenzaron a llorar...

Fue en ese momento cuando todas las ventanas de la mansión estallaron hacia fuera, haciendo que los pedazos de cristales vuelen varios metros más alla de las paredes...

Y fue el momento en que todos los presentes escucharon un grito atronador que provenía de la habitación del final del pasillo...

Era un grito femenino... un grito espeluznante...

Pero eso no fue todo...

En el piso de abajo, otro grito se escucho, aunque esta vez, el grito era completamente antinatural. Grave. Inhumano. Definitivamente de otro mundo.

Los gritos de la mujer continuaron, mientras que los del piso inferior se acallaron tras unos minutos. Los niños continuaron allí, abrazados. Temblando mientras las lágrimas les recorrían las mejillas. Unas lágrimas fantasmales.

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18/04/2009, 01:09
Alma de Dimitri

Habéis abierto el sello. Dijo Dimitri entre sollozos.

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18/04/2009, 01:09
Alma de Natasha

Mamá y Papá están muy enfadados. Sentenció Natasha abriendo los ojos grandes como platos.

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18/04/2009, 11:05
Pieter

 Pieter, sin moverse del sitio, miró todo lo que estaba pasando en aquel lugar.

Tras haber leído aquellas palabras del libro, todo se había vuelto loco, los cristales se habían roto en mil pedazos y los niños lloraban desconsolados mientras se abrazaban. Creía que no ocurriría nada más, pero estaba equivocado. Dos gritos se escucharon en habitaciones diferentes y de "personas" diferentes. El de la habitación del final del pasillo era de una mujer, mientras que el que se había escuchado en la parte de abajo de la mansión era más grave, probablemente de un hombre.

Dimitri les dijo que habían abierto el sello, pero Pieter no tenía ni idea de lo que aquello podía significar. Cuando Natasha dijo que habían enfadado a sus padres, Pieter supo que aquellos gritos que habían escuchado anteriormente, seguramente serían de ambos.

Pieter decidió preguntar a Dimitri:

-¿Qué es eso del sello, Dimitri? y...¿por qué se han enfadado tus padres? Solo queremos ayudaros...- dijo intentando ser dulce para que el niño le contara todo.

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18/04/2009, 12:36
Octavius

Octavius había observado con cara embobada cómo los libros caían primero y cómo después uno volaba hacia el niño, y se había ido acercando con pasos lentos a la puerta de la sala. Oyó a su izquierda como la rusa desgranaba las palabras de lo que parecía una poesía infantil y cuando empezaba a preguntarse quiénes serían esos ángeles de los que hablaba el texto, se desencadenó el caos.
- Ya está, vamos a morir - pensó automáticamente Octavius. Los gritos y las palabras de los fantasmales niños siguieron poniéndole los pelos de punta durante unos segundos mientras se apoyaba con una mano en la pared para evitar caerse. Pero después, cuando los segundos fueron pasando y comprobó que seguía vivo, una pregunta se formó en su mente - ¿y si hemos desencadenado algo? ¿y si hemos roto lo que ha preservado esta casa durante tanto tiempo? - rápidamente se encaró con la rusa y le preguntó a bocajarro - ¿Es posible que hayas desencadenado algo con tus palabras? ¿Que estuviera previsto que la casa siguiera en pie hasta que alguien dijera precisamente esas palabras? ¿Recuerdas que se hablara de algo de eso en la historia de que nos hablabas antes? - y hablando ahora en general dijo - Creo que deberíamos aprovechar que las ventanas están abiertas para salir de aquí zumbando, no me gustaría que nos pillara dentro si la casa empieza a desmoronarse ahora que hemos roto ese sello, sea lo que sea que signifique. - y se quedó aguardando con patente nerviosismo, mientras miraba hacia las escaleras por donde habían subido.

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18/04/2009, 16:39
Alexeva

Alexeva estaba pasmada, ella creía estar preparada para todo, pero evidentemente no lo estaba para ésto. Durante algunos momentos estuvo callada, tratando de entender las consecuencias de lo que acababa de ocurrir, cosa en la que ella era casi la principal protagonista. oyó como desde otro mundo a Pieter hablar con el niño, y sólo reaccionó cuando Octavius le habló a ella directamente obligándola, gracias a Dios, a pensar en algo que no fuesen esos gritos que aún resonaban en las paredes.


Cita:

¿Es posible que hayas desencadenado algo con tus palabras? ¿Que estuviera previsto que la casa siguiera en pie hasta que alguien dijera precisamente esas palabras? ¿Recuerdas que se hablara de algo de eso en la historia de que nos hablabas antes?

-No lo sé, de hecho las historias son muy vagas. Pero de una cosa si estoy segura,- se recompuso Alexeva al haber encontrado un sentido a todo esto -las leyendas dicen que para salir de la casa hay que llegar "hasta el centro", refiriéndose a desentrañar algún tipo de misterio, y también se dice que a medida que se avance mayor será el peligro.- se detiene un segundo y agrega en un tono más grave -Creo que hemos avanzado.-


Cita:

Creo que deberíamos aprovechar que las ventanas están abiertas para salir de aquí zumbando, no me gustaría que nos pillara dentro si la casa empieza a desmoronarse ahora que hemos roto ese sello, sea lo que sea que signifique. -

-Probablemente todas las ventanas tendrán rejas y la que no dará a algún sitio por le que será imposible salir. Una vez que se entra en "La Casa" ya no se sale a menos que se resuelva el misterio. Hay que notar que al menos de momento no nos pueden hacer más daño que el moral, si nos quisieran muertos ya lo estaríamos, los cristales podrían haber estallado hacia adentro.- y agrega en un tono pensativo -Evidentemente La Casa tiene ciertas reglas que cumplir, y si queremos seguir vivos deberemos averiguarlas o adivinarlas, para saber a qué atenernos-

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18/04/2009, 19:01
Grigori

Grigori se había quedado paralizado desde la aparición de las llamas, la niña y el otro niño. No dijo nada, no sintió nada, no mostró nada, lo unico que le funcionaba era su mente, la cual trataba de conectar cables de pensamientos para encontrar una explicación lógica a todo lo que ocurría. Observó a sus acompañantes que iban desesperándose con cada minuto más que pasaban en la "mansión". -No... Esto dejó de ser una mansión... No... Nunca lo fue... Siempre ha sido el montruo en el cual entramos...-, fue algo coherente que salió de su cerebro, aunque después realizó que no le servía de nada, ya todos lo sabían. El fantasma se llevó a un alemán, atravezaron una puerta, pero al ruso no significó nada más que un montón de misterios para su cabeza. Mientras todos se asomaban a ver adentró de la habitación, el campesino les siguió lentamente y por puro instinto, pudo ver y oír todo lo que ocurría, los niños, la música, las conversaciones y los libros, pero no hubo reacción alguna de su parte. -Mipapá me mima, mi mamá me ama, mi abuela me quiere, mi hermana me calma. Montañas nevadas, picos helados, criaturas aladas, hijos amados. Estando colgados, vemos venir, a los seres alados, deseando morir.-, repitió en su mente las palabras de la rusa mientras leía también, y comenzó a temblar.

De un momento a otro, el prisionero pudo por fin desenredar los nudos de su cerebro y todo lo que vio y escuchó le pareció que tenía sentido, a pesar de ser algo completamnete inhumano. Comenzó a alterarse con los gritos que provenían desde la casa, estaba a punto de caer en pánico mientras todos los otros trataban de seguir desentrañando los misterios. -¿Por qué soy incapaz de hacer algo? ¿Voy a estar todo el tiempo bajo la sombra de mi miedo y terror? Después de todo... Nadie me espera ayá afuera...-, miró por las ventanas, -Quizás que me muera no le importe a nadie, no valgo nada de nada... Pero... Aun quiero seguir viviendo, quiero encontrar un lugar donde poder seguir tranquilamente mi vida. No, aun no quiero morir, aunque tenga que sufrir más en este lugar.-. Grigori empezó a temblar por los nervios, pero no le importó, debía ayudar a todos para que pudieran salir de aquí. Intentó pensar en algo, pero era mucho más complcado de lo que parecía. -El libro...-, no era una mala idea, pero no sabía esactamente si funcionaría. Se acercó a Alexeva con un poco más de energía, -Llevemosnos el libro, quizás nos sirva de algo, quizás sea la clave, no lo sé, pero no perdemos nada si alguno lo toma.-, lo dijo en ruso porque no sabía casi nada de alemán, luego volvió a mirarlos a todos, preocupado. Realmente dudaba si ellos eran capaces de enfrentar a esas misteriosas fuerzas, parecía que todos lo hacían.

Notas de juego

Perdón por la tardanza y por no haber posteado en mucho tiempo, estuve imposibilitado. Trataré de actualizarme más en esta última semana.

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19/04/2009, 14:11
Octavius

- Tienes razón - contestó Octavius dándose una palmada en la frente - con todo ésto se me había olvidado lo de las rejas. Por lo que parece habrá que llegar hasta el centro, sea lo que sea el centro. - Giró la cabeza para mirar de nuevo dentro de la sala, donde los niños seguían con lo suyo. - Por cierto, coincido contigo en lo de encontrar las reglas que siga esta casa, llevo bastante rato dándole vueltas a una pregunta: ¿por qué Dieter y no uno cualquiera de los otros? ¿Qué hizo él en particular que desencadenó lo de abajo? pero no hay manera, no recuerdo nada que pueda ser una causa medianamente lógica. No sé... -

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20/04/2009, 00:38
Karl

Los intentos por leer del sargento fueron en vano. Si consiguió distinguir tres o cuatro palabras de todo cuanto había escrito en esa página era demasiado. No escuchó a Alexeva cuando comenzó a leer en voz alta. Ella, sin duda, habría dado lectura por lo menos un par de veces a la página antes de que él fuese capaz de avanzar al segundo párrafo por lo que no le hubiera extrañado que lo hiciera aún antes de que él tomara el libro. En todo caso Alexeva sí dio leyó en voz alta lo que había en esa página, pero Karl no la oyó y aunque lo hubiera hecho las probabilidades de que el sargento le encontrara sentido a esas palabras, en especial por las condiciones en que estaba, pero sobre todo porque estaba convencido de que se trataba de un libro de cuentos infantiles.

Entonces, como estaba convencido que se trataba de un libro de cuentos, interpretó el hecho que Dimitri jugara con ese libro en particular y no con otro a que deseaba que les leyera un cuento. No tenía un libro en alemán para leer, pero eso no representaba un problema pues se sabía unos cuantos, básicamente porque solía contárselos a su hija.

-¿Quieren que les cuente un cuento? -les susurró por lo que sólo los niños pudieron oírle- Solía contárselo a mi hija cada noche antes de dormir...

Pero en ese momento, que justo coincidió con el término de la lectura de Alexeva la casa tembló y Karl guardó silencio. Los niños se abrazaron, llorando, evidentemente asustados. Quizás fuera el temblor, el miedo de los niños, los vidrios reventándose, los gritos que comenzaron a oírse o la sumatoria de todo lo anterior. No lo sabía. Nadie podía saberlo. Fuera lo que fuera el sargento pareció reaccionar, como si el sobresalto lo hubiera hecho volver en sí, su mirada había dejado de parecer perdida.

Se acercó a los niños, ellos no le inspiraban miedo, no ahora, no viéndolos temblar del modo que lo hacían. Eran niños después de todo, muertos o no, espíritus o no, seguían siendo niños indefensos. El miedo y el peligro venían de otra parte, la maldad tenía otro origen y no eran de esos niños, sino de aquello a lo cual ellos mismos estaban demostrando temer.

-Tranquilos -les dijo e intentó acurrucar a ambos- ¿Por qué no tratan de explicarme... de explicarnos qué sello es el que hemos roto? ¿Hay alguna forma de componerlo? ¿Cómo podemos hacer para que a vuestros padres se les pase el enfado?

Ni siquiera sabía si aquello daría resultado, mucho menos si los niños, en especial Natasha, confiarían en él, pero estaba seguro que si el pequeño le había conducido hasta esa habitación era por algo.

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20/04/2009, 16:23
Alexeva

Alexeva estaba prestando atención a lo que murmuraba el sargento con los niños en la habitación a ver si se podía sacar algo en claro, y respondió a Octavius son un murmullo apagado, como para no interferir con lo que pudiese estar pasando en la habitación:


Cita:

¿por qué Dieter y no uno cualquiera de los otros? ¿Qué hizo él en particular que desencadenó lo de abajo? pero no hay manera, no recuerdo nada que pueda ser una causa medianamente lógica. No sé... -


-Yo tampoco lo tengo muy claro. Haciendo memoria lo único que creo recordar es que cuando se leyó en voz alta el diario de vuestro teniente las puertas se cerraron, y ahora cuando lei este libro ha sucedido esto. De Dieter no recuerdo que haya hecho alguna cosa además de seguirnos, tal vez se haya quedado rezagado o haya tocado alguna cosa, no tengo ni idea. Como tampoco la tengo de por qué si no debíamos leer ese libro fue precisamente el que nos "presentaron" para que lo leamos... no lo se, no cinfío en esos niños.-

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20/04/2009, 17:36
Grüber

Apenas la rusa terminó de leer aquellas palabras, apenas intentaba adivinar lo que signifcaban cuando la casa cimbró de tal manera que cualquier pensamiento que hubiera venido a su cabeza, seguramente no lo habría escuchado. Miró en derredor, buscando a los dueños de las voces pero evidentemente estaban demasiado lejos como para que las vieran. Sintió asco de estar allí, no tanto miedo como asco, sintió un sudor frío recorrerle la frente pero dado que todos parecían demasiado tranquilos, él intentó lo mismo. Contaba hasta diez mentalmente, escuchando las directrices de la rusa. La verdad es que todo era demasiado loco, creer en una prisionera que pensaba que probablemente moriría aún si no hubieran entrado en la casa, era una locura pero allí estaban, un montón de hombres grandes o no, hombres de guerra, a la merced de la confianza depositada en una prisionera y en unos niños que prácticamente les habían engañado para romper el sello.

-¿Sello? ¡Vaya mierda, al menos no han querido matarnos aún!

Volvió la vista hacia Karl y notó que el sargento había vuelto y se alegró, después de todo no se los habían arrebatado como a Dieter y hubiera sido tarea sencilla pero allí estaba aquel hombre, al cuidado de dos pequeños del más allá, dos pequeños que no eran otra cosa que parte de esa casa; el doctor esbozó una breve sonrisa, todas sus esperanzas, posibilidades y deseos de vivir, estaban cimentadas en bases más irreales que la misma casa.

-¡Mejor que nos demos prisa, gente! ¡Busquemos ese centro esté donde esté! ¿Sargento!

Grüber intentó llamar la atención del sargento, que los pequeños notaran que él estaba de vuelta; si querían confiar en Karl bien y si no, mejor moverse rápido porque no eran tan inquietantes los gritos de mujer, sino los que provenían de la planta baja de la casa.

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20/04/2009, 20:57
Director

En ese momento... los niños se miraron entre ellos y después, miraron a cada uno de los presentes...

Todos sintieron como una ola de energía los golpeaba en pleno cerebro. Era algo completamente anormal, como si algo o alguien intentara empujar a vuestra mente, queriendo meter en ella un recuerdo...

Entonces todas las mentes se nublaron al mismo tiempo, y pudieron ver el rostro de una mujer... una mujer delgada, malicienta... con los ojos cosidos...

Chorros de sangre salían de sus cuencas mientras que sus manos, tiraban de una soga oscura...

Vuestras mentes volaron por encima de la criatura, la cual estaba envuelta en túnicas negras y rodeada de velas...

Varios pentagramas estaban dibujados en el suelo, junto a una gran cama de matrimonio...

Vuestros ojos se posaron en esos pentagramas, los cuales iban lentamente llenándose de sangre... de chorros de sangre que venían de un lugar muy próximo... el techo de la habitación.

Los ojos de todos los que estaban presentes en esa visión, comenzaron a mirar las sogas que salían de la mano de la mujer de negro... muy despacio, iban recorriendo la misma hasta llegar a unas poleas que pendían del techo y después, bajaron hasta encontrar el final...

Las sogas estaban atadas a los pies de unos niños, los cuales se debatían entre estertores y dolor... la sangre les manaba de las heridas que tenían en el cuello, llenando el piso de la habitación con dicha sangre, haciendo que los pentagramas se tornen completamente invisibles debido al líquido que de ellos chorreaba.

Entonces todo se torno blanco...

Los soldados y los campesinos regresaron a la realidad...

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20/04/2009, 21:06
Alma de Dimitri

Esa era mami. Dice aún sollozando.

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20/04/2009, 21:07
Alma de Natasha

Estando colgados, vemos venir, a los seres alados, deseando morir. Dice rezando.

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21/04/2009, 01:51
Grigori

El temblor siguió, todo estaba igual, el grupo todavía no se decidía en hacer nada y los niños se quedaron ahí, abrazados y asustados. Los miraron, a cada uno de ellos, y cuando alcanzaron los ojos de Grigori, éste se transportó a otro lugar, un lugar tan misterioso y horripilante como en el que estaban antes. En él, se podía observar a una mujer que tenía atados a dos niños en una gran cama y unas figuras en el suelo, y todo estaba cubierto en sangre, cada vez más sangre que salía de todas partes. El campesino intentó taparse los ojos para no poder ver los temibles actos de brijería, pero no podía, era como si solo su alma estuviera ahí.

Un resplandor blanco los volvió a la realidad, y el ruso se sorprendió la forma en que estaba temblando y lo rápido que latía su corazón. Al parecer todos habían tenido una visión y salían del misterioso trance. Se acercó otra vez a Alexeva, -Diles que cojan el libro, que cojan el libro y que alguien lo lleve consigo. Puede que nos ayude a salir de aquí...-, siguió insistiendo mientras trataba de controlarse a sí mismo. Pensó también en el poema que habían leído, quizás también les ayudaría a salir de ahí, era lo más probable.

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21/04/2009, 11:28
Octavius

La respiración de Octavius se había detenido cuando aquella avalancha de imágenes atravesó su mente mientras su boca se abría como boqueando. Después todo acabó y volvió a ser consciente de dónde se encontraba. Tardó un momento en recobrarse de la nueva experiencia de irrealidad, aunque sin darse cuenta ya había descartado todos sus esquemas previos sobre lo que era real o irreal, posible o imposible. Era la manera que tenía su cerebro de luchar contra la locura que constantemente amenazaba por llevárselo.
El instinto de supervivencia le hacía dar vueltas en la cabeza una y otra vez a la información que podía extraer de sus vivencias... - esas cuerdas... - pensó mientras observaba a los niños en busca de algún rastro de ellas en sus pies - ¿Se supone que debemos liberarles de alguna manera? ¿Seremos los ángeles de que hablaba la rusa en la poesía, que venimos a librarles? -
Notó como sus piernas cada vez le pesaban más, y se apoyó un momento en la pared mientras seguía mirando a los niños y escuchó las palabras de su compañero. - Pero ¿hacia dónde estará ese centro? -

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21/04/2009, 16:48
Alexeva

"Ahora sabemos lo que puede haber ocurrido en la casa Pavlova" pensó Alexeva casi cuatro segundos después de terminada la visión. El tiempo anterior simplemente estaba en blanco, Alexeva no había hecho nada, ni siquiera pensar, hasta que su mente logró calmarse un poco después de la horrorosa visión.

Grigori le había dicho algo acerca de coger el libro y Alexeva no sabía si eso sería bueno o no, de cualquier manera ella no lo tocaría, así como no tocaría nada a no ser que le fuese la vida en ello.

Estaba expectante, sin saber qué hacer y sólo esperaba a ver si lo que ocurriría a continuación (porque seguro que iba a ocurrir algo) les daba alguna pista sobre qué hacer. En ese estado, dejó que los alemanes llevaran la situación, a ver si les surgía alguna idea.

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21/04/2009, 18:23
Director

Unos golpes...

Más gritos...

Los golpes parecían provenir de la habitación del final del pasillo...

En cambio los gritos, los espeluznantes gritos de mil seres se acercaban desde el piso inferior...

Todos se giraron un momento y vieron una mole monstruosa que avanzó a trompicones por las grandes escaleras del distribuidor...

Sus ojos amarillentos, os miraron durante un segundo y todos sentistéis un escalofrío que os recorrió la espalda...

La mole de piel oscura subió peldaño a peldaño, en vuestra dirección, desplegando sus alas a medida que se acercaba...

Mientras los golpes se seguían escuchando en el final del pasillo...