Partida Rol por web

Nieve Carmesí VII

La Mansión

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16/04/2009, 15:05
Alexeva

Cita Hans Müller:

Tal vez debería ser más cuidadosa con lo que dice, al menos si pretende que la crean. Juntar en una misma frase hermanitos y ancianos padres no da buen resultado salvo si hablamos de un cuento infantil

Alexeva sonrió y asintió con la cabeza: Da, herr soldado. Mis padres no son tan viejos, ni mis hermanos tan pequeños. Pero es cierto que el campo ruso nos hace envejecer antes de tiempo y que yo soy la mayor de mis hermanos y la más sana de la familia. Ellos son mi responsabilidad.

-En cuanto a la familia Yusareff yo creía que se trataba sólo de un cuento para asustar a los niños cuando el viento de invierno gime a la puerta de las casas. Yo sólo sé que si los cuentos tienen algo de verdad no querría quedarme sola en esta casa.

Cita Pieter Müller:

Mi sargento, no me gusta contradecirlo, pero creo que permanecer en la biblioteca no es la mejor idea.

Cita Franz Grüber:

Creo que nuestro objetivo debe ser asegurar este lugar y sobrevivir hasta mañana

Después del intercambio de opiniones la campesina levantó tímidamente la mano para llamar la atención.

-Pido perdón si les ofendo, señores soldados, pero pienso que sería mejor estar en una habitación con ventanas. Así podrían ver si se acercan soldados enemigos y estar preparados.

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16/04/2009, 15:43
Hans Müller

- Bebe de tu propia cantimplora, Pieter - respondió con cierto desprecio y sin mirarle, a la petición de su hermano. Su actitud pusilánime y sumisa ante las palabras del oficial le demostraba claramente el poco carácter de Pieter -. Ah, frau Alexeva, realmente me reafirmo en mi consideración - señaló Hans Müller consciente de la astucia de la campesina -. Es usted una mujer muy divertida en sus comentarios y  diría que incluso peligrosa en sus propuestas. Habla de soldados enemigos. ¿Enemigos de quién? Si se trata de tropas rusas, serían soldados amigos para usted y para Grigori. Y una habitación con ventanas ofrece mayor vulnerabilidad que esta biblioteca, por no decir que les otorgaría a ustedes una buena oportunidad para escapar o llegado el caso, para advertir a aquellos que define como enemigos. Algo que dudo hiciera especial gracia a mis osados y armados compañeros. Además, le diré que la única habitación con ventanas que he llegado a vislumbrar mostraba sus cristales totalmente destrozados. Mala cosa refugiarse en un lugar así, salvo si uno desea morir congelado.

Ante la evidencia que los campesinos no iban a ofrecerle ninguna información que satisficiera su curiosidad por la familia dueña de la mansión, el artillero se encaminó hacia Octavius Dietrich.

- Parece usted muy interesado en estos instrumentos musicales, señor Dietrich - afirmó al llegar a su altura -. ¿Acaso sabe de música? ¿O simplemente los considera algún tipo de artilugio demoníaco?

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16/04/2009, 23:13
Karl Ziegler

Pieter:

-De acuerdo mi sargento, me ha convencido. Pero eso de que hay gente aquí, lo más probable es que la haya, pero no debe ser más que una familia, dudo que si los enemigos nos preparan una emboscada en esta casa, habrían niños y se dedicaran a tocar el piano, debe de ser una familia indefensa.-

El sargento dedicó unas últimas palabras a Pieter antes de centrarse en su objetivo. - Probablemente Müller... probablemente... Pero un simple cuchillo de cocina empuñado tras una puerta puede ser igual de mortífero que un proyectil de mortero. -

Karl se dirigió con cuidado a la puerta que quedaba tras los instrumentos sin prestar atención al resto de personas que había en la sala, salvo a los soldados que debían asegurar la nueva zona. Despacio pegó su cuerpo a la puerta, pegando la oreja sin escuchar nada al otro lado. Asió firmemente la empuñadura y, tras una ligera señal, giró la manilla empujó la madera. Pero la puerta no se movió ni un centímetro. - Estará atascada - Tras el intento frustrado, el sargento volvió a empujar la puerta con más fuerza, pero sin violencia. La puerta seguía resistiendo, aunque esta vez soltando algún quejido la vieja madera. El sargento se separó un poco de la puerta y se agachó ligeramente a la altura de la ranura que separaba esta de la pared, observando que una segunda pieza metálica mantenía unidas ambas estructuras.

Karl se irguió y soltó un pequeño resoplo de impotencia. - Parece que está cerrada con llave. - El sargento giró la cabeza para tener constancia de la situación actual del grupo y para ver si descubría algo que sirviese para abrir aquella puerta. - Quizás la llave esté en uno de esto muebles. - Karl anduvo un poco buscando la llave o cualquier otra cosa útil por las estanterías y las mesitas cercanas a la puerta.

Notas de juego

¿Debería tirar algo?

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17/04/2009, 09:37
Director

De pronto, sentís un ruido en el techo. Parece como si alguien fuese corriendo por el piso superior, como si cruzara por la habitación que está justo encima de vosotros, alejándose hacia el interior de la casa. Tan solo ese ruido, parece perturbar por un momento la extraña sensación de paz que reina en la habitación.

Notas de juego

Tira por inteligencia, Karl.

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17/04/2009, 09:51
Franz Grüber

Grüber miró al techo después de oir los misteriosos pasos y por un momento se preguntó si no lo habría imaginado, entonces dirigió su mirada a sus compañeros y comprendió que no había sido así.

Tragó saliva con dificultad y con una sonrisa cargada de nerviosismo dijo - Parece que no estamos solos.

Temblándole ligeramente la mano cogió un cigarro del bolsillo de su chaqueta y lo encendió. Tenía claro que lo lógico era tener el arma presta, pero él no era un soldado y sus reacciones no eran las de un militar. En esos momentos notaba como le invadía el miedo, miedo a no salir con vida de esta situación.

Era demasiado bonito para ser verdad, una casa donde protegernos del frio y las bombas en el que no hubiese ningún peligro - Pensó.

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17/04/2009, 09:53
Hans Müller

- Parece que está cerrada con llave. Quizás la llave esté en uno de estos muebles - oyó Hans decir al oficial quien se disponía a buscar la misma en los alrededores. Guardó silencio ante el hecho de que él ya había registrado aquellos muebles y no había encontrado nada. Aunque también era cierto que no era una llave lo que precisamente estaba buscando.

En ese instante, el ruido de unos pasos cruzando rápidamente la estancia superior a la biblioteca que ocupaban, provocó una involuntaria descarga de adrenalina en el artillero y la acción refleja de llevarse la mano a su pistola. Una vez más la constancia de no estar solos en la casa se evidenciaba. Con el pulso acelerado ante la alarma que le había generado el súbito ruido, Hans Müller, tomó aire procurando serenarse y apartando la mano del arma.

- Octavius, espero que esos pasos le suenen lo suficientemente humanos como para no confundirlos con los de ningún espectro.

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17/04/2009, 10:45
Karl Ziegler
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada: 1d8(+3)
Motivo: Buscar con qué abrir la puerta
Resultado: 3(+3)=6

Notas de juego

Hago la tirada solo para el director para el contingente no vea que el sargento no es muy inteligente que digamos... XD.

Ya me dices, pero me da que voy a encontrar poco.

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17/04/2009, 11:31
Octavius Dietrich

Ante la insustancial respuesta de la tal Alexeva a las preguntas de Hans, ya que no había sido capaz de añadir ningún nuevo dato a lo dicho anteriormente, así como las mudas palabras de su compañero, Grigori, Octavius se encogió de hombros, insatisfecho y molesto con los campesinos, ya que creía que ambos se podrían haber esforzado un poco más en recordar aquello que tantas veces les habrían contado de pequeños, y centró su mirada en el artillero, el cual se encaminaba hacia él.

Cita:

Parece usted muy interesado en estos instrumentos musicales, señor Dietrich - afirmó al llegar a su altura -. ¿Acaso sabe de música? ¿O simplemente los considera algún tipo de artilugio demoníaco?

Las palabras de Müller eran un ofensa, un medio para intentar molestarlo por las creencia que hacia un rato había expresado en voz alta, pero Dietrich no estaba dispuesto ni deseaba entrar en aquel juego, por lo que ante las preguntas, se dedicó a responder, primeramente con una ligera sonrisa y un rápido vistazo al arpa y a las teclas del piano, antes de hacer uso de las palabras.

A decir verdad no sé mucho de música, señor Müller, solo lo justo para saber que este piano no ha sido tocado por nadie en mucho tiempo, tal y como demuestra el polvo que cubre sus teclas, pero me parece que por mucho que hablemos sobre ello, ambos tenemos dos puntos de vista diferentes al respecto, así que quizás, lo mejor será dejarlo ahí.

Tras su respuesta, sin duda evasiva ya que el debate con Müller acerca de lo que estaba acaeciendo en la mansión era un camino sin salida, una guerra sin posibilidad de victoria, el ruido de las pisadas invadió la biblioteca, resonando con claridad, tanta, que todos los presentes pudieron discernir la dirección que estas tomaban por encima de sus cabezas. Octavius alzó su rostro hacia el techo, y con los nervios crispando su cuerpo, siguió con su mirada aquellos pasos que se internaban en la casa.

Cita:

Octavius, espero que esos pasos le suenen lo suficientemente humanos como para no confundirlos con los de ningún espectro.

Tanto como la música o las risas que escuchamos hace un rato, Hans, exactamente igual. - respondió, antes de descender su rostro a la altura de aquel soldado que tantas ganas tenía de hacerle hablar, y al cual se permitió el lujo de mirar fijamente, sintiendo y percibiendo como este se esforzaba para calmar sus nervios. - Lo que no sé con seguridad es si tu lo tienes tan claro. - agregó con un deje de ofensa, antes de arrepentirse, pues con aquellas palabras lo único que conseguía era entrar en el juego del artillero, y, como ya había pasado hacía unos minutos, era una batalla perdida en la que lo único que Octavius podía obtener era que el resto lo vieran como un loco, eso, si es que no lo pensaban ya.

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17/04/2009, 12:57
Grigori

El campesino seguía con la mirada atenta a todo lo que se disutía allí dentro. Notaba la tensión como crecía alrededor suyo. Aunque muchas cosas no las acababa de entender debido a que los alemanes hablaban muy deprisa entre ellos, y sincerándose, Grigori no dominaba la lengua teutona más que de las palabras básicas.

Cita:

De pronto, sentís un ruido en el techo. Parece como si alguien fuese corriendo por el piso superior, como si cruzara por la habitación que está justo encima de vosotros, alejándose hacia el interior de la casa.

Aquello le sobresaltó.

-Primero la música y los retratos, y ahora eso. ¡Qué ganas tengo de salir de aquí! Los nervios me están matando.-

Al ver las caras de los demás supo que a todos les había desquiciado los nervios. Seguramente ahora volverían a discutir entre ellos sobre cómo afrontar la situación, y seguro que recibirían ellos, los desarmados. Así que, harto ya de que lo tratasen como a un mueble, decidió levantarse e ir hacia el que parecía que estaba al mando. Al tenerlo delante le dijo en ruso, lentamente, vocalizando y gesticulando cada concepto que daba.

-Herr, déjeme ir arriba a hablar ver quién está en la casa. Puede que esté asustado y no confíe en soldados alemanes. Pero yo soy un campesino de aquí, yo podré hablar con él, o ella.-

Tal y cómo lo iba contando se dió cuenta que nunca le dejarían salir solo de la habitación, así que rapidamente puntualizó un par de cosas.

-Para ver que no intento escapar, que venga un soldado, y si hago algo brusco, que me dispare. Pero sobre todo que no le vean los de la casa. ¿Qué me dice? Puede calmar los ánimos de su tropa y sólo puede perder a un pobre campesino ruso.-

Añadió con una sonrisa. Con la mirada buscó la complicidad de algún soldado, a quién le pareciera bién la idea de Grigori. Los buscó a todos menos a aquél que tenía la mirada de asesino, el que más gritaba.

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17/04/2009, 13:05
Hans Müller

Hans Müller sonrió ante la respuesta de Octavius Dietrich y su intento de provocarle.

- ¿Sabe señor Dietrich? Me gustan los hombres que defienden con vehemencia y pasión sus convicciones, sean estas ciertas o erróneas para mí, y que no se amilanan ante su adversario en el plano dialéctico, siempre y cuando estén dispuestos a aceptar que se equivocan cuando los hechos llegan a demostrar palpablemente lo  falso de sus premisas. Aún tengo esperanzas en usted, Octavius Dietrich. Un verdadero soplo de aire fresco en este ambiente cargado de guerra y muerte donde la razón y los logros de la naturaleza humana se marginan en favor de las balas, el fuego y la sangre. Es usted un hombre capaz de defender sus posiciones sin necesidad de otra cosa que la fortaleza de su cerebro y prescindiendo de la violencia tan característica de estos tiempos que nos tocan vivir, cosa que respeto y valoro aun cuando no comparta su criterio acerca de lo sobrenatural. Pero, dígame, ¿hasta qué punto está usted dispuesto a arriesgarse para comprobar la veracidad de sus afirmaciones o las mías? - preguntó el artillero inclinándose hacia el soldado Dietrich para murmurarle en un tono solo audible por él -. Porque si es capaz de superar lo que juzgo como un irracional temor acerca de esta mansión y su supuesta maldición, inspirada en los rumores que se han transmitido entre la población local - señaló haciendo referencia a las historias comentadas por los campesinos -, tengo una proposición que hacerle. El hecho de que aún permanezca entre nosotros en esta casa, me permite pensar que su respuesta quizá sea afirmativa. Si así lo desea, subamos arriba y averigüemos el origen de esos pasos.

La voz del campesino Grigori se dejó oír clara y diáfana en aquel momento. ¡Qué oportuno!, pensó con una leve sonrisa.

- Yo acompañaré al campesino. Y tal vez, Octavius Dietrich pueda acompañarme - dijo lanzando una significativa mirada al soldado.

Notas de juego

Mensaje editado tras la respuesta de Grigori que se ha superpuesto a la mía, muy oportunamente. :)

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17/04/2009, 14:00
Octavius Dietrich

La respuesta de Hans sorprendió por completo a Octavius, pues lo que menos esperaba de aquel aquel hombre eran aquellas palabras. Y al igual que el artillero, llegó a pensar que quizás aquel soldado, que tan firmemente negaba lo sobrenatural, pudiera tener la ocasión de ver y confirmar que estaba equivocado. Dietrich estaba a punto de aceptar el ofrecimiento, guiado por una naciente brizna de esperanza ante la posibilidad de derrumbar los ideales de Müller, cuando la voz del campesino se alzó con la fuerza suficiente como para alcanzar sus oídos, y aunque reaccionó después que Hans Müller, su firme mirada, así como el leve movimiento afirmativo de su cabeza, confirmaban que estaba a favor de lo propuesto.

Puede que separarnos no sea lo mejor, pero llegados a este punto, quizás sea una idea válida, ya que quedarnos aquí no parece ser la mejor opción. Y si además, con ello puede lograr que este hombre crea, eso podría ayudar.

Es una buena idea, sargento. Müller y yo podemos ir con el prisionero a comprobar la planta de arriba, mientras el resto aseguran esta. - afirmó, un instante después de pasear su mirada de Hans a Grigori, para finalmente detenerla en el propio Karl.

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17/04/2009, 14:21
Alexeva

Cita :

De pronto, sentís un ruido en el techo. Parece como si alguien fuese corriendo por el piso superior, como si cruzara por la habitación que está justo encima de vosotros, alejándose hacia el interior de la casa.

El ruido sobresaltó a la campesina, que volvió su mirada hacia el techo. Mientras pensaba cómo aprovechar ese nuevo elemento en su beneficio, Grigori se le adelantó para su sorpresa.

-¡Maldición! - pensó para sus adentros. Se levantó resuelta a no dejar pasar la oportunidad.

-Esperen - dijo -, la idea de Grigori es muy buena. Pero es mejor que vaya yo. Una mujer les resultará menos amenazante a quien quiera que esté con nosotros en la casa.

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17/04/2009, 15:00
Hans Müller

Hans Müller lanzó una mirada crítica a la campesina, tratando de evaluar las verdaderas intenciones de la mujer. Algo en su propuesta no le terminaba de convencer.

- Frau Alexeva, la presencia de dos o más soldados ya resultará lo suficientemente amenazadora como para no importar, a quien pueda hallarse en la planta superior, que el que nos acompañe sea un hombre o una mujer. Y dudo que su femenina presencia fuera a tranquilizarle lo más mínimo. Si se trata de un adversario armado no dudará en disparar contra cualquiera que se halle frente a él y no es mi intención exponer a una mujer, civil y desarmada a tal situación. En un momento dado, ya me siento reacio a ser acompañado por Grigori, pero considero que es una buena baza que merece la pena el riesgo. Si el sargento Ziegler acepta nuestra propuesta será el campesino quien nos acompañe.

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17/04/2009, 15:26
Franz Grüber

franz recuperó poco a poco la cordura, tiró el cigarro, lo aplastó con la bota y se dirgió al grupo - Está claro que hay alguien arriba, así que a mi también me parece bien que alguien suba a investigar.

Enfocando su mirada a los prisioneros dijo en ruso - Si vuelven a moverse de su sitio sin que se lo ordenemos les dispararé. Lo digo en serio - La voz de Grüber sonaba fria, carente de sentimientos. Para él, los prisioneros se estaban tomando demasiadas libertades.

 

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17/04/2009, 17:29
Director

Soldados y prisioneros intercambiaban impresiones y compartían ideas intentando entenderse, cuando de pronto, una especie de gemido lastimero y lleno de angustia y desesperación, probablemente de una mujer o de un niño, les llegó desde más allá de la puerta cerrada de la biblioteca.

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18/04/2009, 00:30
Karl Ziegler

El sargento revisaba cuidadosamente las estanterías y muebles de su alrededor infructuosamente cuando, de repente, se escucharon pasos en el piso de arriba, cosa que sobresaltó a todo el grupo e hizo que todos, sin excepción, dirigiesen sus ojos al techo.

El silencio se hizo durante un momento tras el estruendo causado por los pasos. - Será mejor que, a partir de ahora, nos movamos los más próximos posibles a las paredes. - No me fio de la estructura de la casa y el enemigo podría aprovechar cualquier cosa... - Las palabras del sargento salieron de su boca casi inaudibles, como en pensamiento en voz alta que terminó de alguna manera dentro de su cabeza.

Los nervios de todos se pusieron a flor de piel, estaba claro que aquella situación de desconocimiento estaba desquiciando al grupo más de lo debido. Extrañamente parecía que Octavius era el que más tranquilo se encontraba. - Es extraño... es el que más tranquilo está. Para él es como si realmente supiese lo que pasa, como si tuviese conocimiento absoluto de todo lo que aquí ocurre... quizás no esté tan equivocado... - Pensaba Karl mientras miraba a Octavius con los ojos entreabiertos sin que este pudiese advertirlo debido a su conversación con Hans.

Fue el campesino el que sacó a Karl de sus conjeturas. Se ofreció para subir y descubrir que era lo que ocurría arriba. Por supuesto era una idea estúpida, incluso mandando a un soldado con él. Karl no estaba dispuesto a arriesgar la vida de nadie por absurdos piques, corazonadas o ímpetu. Sin embargo no le faltaron voluntarios al campesino para acompañarle al piso superior. Karl miraba a todos lo que iban interviniendo con las palabras cortadas. - ¡Viva el libre albedrío! - pensó el sargento en tono irónico. Finalmente decidió cortar la retahíla de argumentos y proposiciones con su tono firme. - De momento este es lugar más seguro de cuantos hemos visto. Mi deber es hacer que TODOS podamos regresar sanos a nuestras casas y aventurarnos de forma alocada por este lugar no me parece la mejor forma de conseguirlo. No obstante, estar continuamente riñendo entre nosotros tampoco ayuda lo más mínimo así que si subir ayuda a acabar con todo esto de una vez, así se hará. Pero subiremos todos, nada de separarnos. Y tú - dijo el sargento señalando con el dedo a Grigori, ya de por sí amedrentado por las palabras de Grüber - Nada de trucos.

Tras las palabras del sargento se hizo un silencio instantáneo que fue inmediatamente roto por un gemido que haría helar la sangre hasta al más valiente de los soldados. Karl reaccionó a dicho sonido dando un pequeño salta hacia el resto del grupo pues la procedencia era la puerta que instantes antes había intentado abrir y que, por un momento, se alegró de no haber logrado. En su instintivo movimiento el sargento chocó con el arpa y tuvo estirar sus brazos rápidamente para que no esta no callera.

Karl quedó por un segundo mirando a la puerta cerrada con inquietud. - ¡¿Pero qué demonios...?! - De nuevo palabras de casi inaudible volumen salieron de su boca.

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18/04/2009, 02:48
Pieter Müller

Pieter estaba asombrado. No podía entender que le sucedía. Primero el pieano, luego el niño, y ahora esto. Pieter empezaba a creer cada vez más en la leyenda de los Yusareff. Miró consternado a sus compañeros. ¿Qué clase de trampa era esta? ¿Que clase de grupo militar se tomaría la molestia de hacer algo así para confundir a su enemigo? ¿Cuándo comenzarían con el ataque directo?.

Todo esto era muy raro, y Pieter no dudaba en que todos pensaran lo mismo.

-Mi-mi... Mi General, ¿Qué hacemos ahora?- Preguntó Pieter, que su inexperiencia no le permitía saber como actuar en un caso así.

Notas de juego

en alguna parte se especifica si cada uno lleva cantinplora o si había una común?

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18/04/2009, 13:35
Alexeva

Al oír el grito al otro lado de la puerta Alexeva se volvió a Grüber, que estaba apuntando a los prisioneros, con ademán suplicante.

-¿Es que nadie va a ir a ver qué le ha pasado a ese pobre niño?¿Es que no tienen corazón?¿Es que nadie va a pensar en los niños?

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20/04/2009, 08:20
Director

Y de la misma forma que comenzó, ese quejido lastimero se apagó. Todo volvió a quedar en silencio por un instante, hasta que un ruído seco, provocado por un objeto que cayó desde una de las estanterías, volvió a perturbarlo, levantando una nube de polvo. Cuando esta se disipó, pudieron comprobar que se trataba de alguna suerte de libro infantil; lleno de colorido y finamente decorado. Mostraba una imagen de una niña y una especie de poema, escrito en ruso.

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20/04/2009, 09:45
Franz Grüber

El grito proveniente de la otra habitación hizo que se le erizaran todos los pelos del cuerpo a Grüber - Dios ¿que ha sido eso? - Pensó mirando hacia la puerta - Esto no tiene sentido.

El doctor se giró hacia el sargento cuando comenzó a hablar, lo mirába con el nerviosismo reflejado en la cara pero la calma de su lider lo tranquilizó un poco a pesar de que las órdenes que daba le parecían una locura - ¿movernos? aquí estamos seguros, si nos movemos nos matarán seguro.

Cuando Alexeva habló le hirbió la sangre - ¡Ya está bien! no te hemos dado permiso para hablar. Os estais tomando muchas libertades, no olvideis que sois nuestros prisioneros - Le dijo apuntádole con el dedo. La cara de Franz estaba desencajada. Notó que la situación le superaba.

Cuando cayó el libro se quedó mirándolo y luego dirigió una mirada a sus compañeros, no quería recogerlo él, ya estaba bastante fuera de si.