Partida Rol por web

No abandonéis el sendero

Capítulo 5: El ermitaño

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07/09/2020, 09:57
Kurdrim

Finalmente el ocupante de aquel refugio apareció monstrándose, como no podía ser de otro modo, sorprendido y confuso ante nuestra presencia lo que hizo que el enano se levantara con las manos en alto mientras Mungo intentaba serenarlo. No había necesidad de acabar mal por un malentendido

- ¿Quién te acompaña, anciano? No buscamos problemas, así que por qué no bajas ese mondadientes y hablamos tranquilamente?

- Tiradas (1)

Notas de juego

nada, que cansado no saco una... y sin cansarme tampoco xD

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08/09/2020, 12:58
El Ermitaño

Las palabras del hobbit parecían calmar ligeramente al hombre, especialmente cuando mencionó lo de contar historias junto al fuego, pero en cuanto irrumpió Kurdrim en la convesación el extraño individuo volvió a dar un paso atrás y alzó la lanza de nuevo.

-¿Qué? ¿Quién te acompaña a ti? A mí me acompaño yo. Estoy yo solo y sé quien soy. Yo soy yo. Vosotros, sin embargo, necesitáis nombres, porque no sois yo. A mí no me hace falta nombre. Antes tenía, pero ellos me lo quitaron. ¿Os envían ellos? Seguro que queréis quitarme lo que me queda. No señor, no me quitaréis más.

El hombre se movía nervioso, agitándose de un lado a otro, poniéndose de puntillas o agachándose tras cada paso, encogiéndose de hombros y agitando la lanza. Volvió la vista a Mungo, que con sus tranquilas palabras al principio había conseguido calmarlo ligeramente.

Notas de juego

Tolerancia: 3.

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08/09/2020, 18:00
Droul

Droul aferró la piqueta con algo menos de fuerza viendo lo aparentemente frágil que era aquel anciano. Y sin embargo, tuvo que reconocer que era un piernaslargas de mucha valía: ¿sobrevivir en aquel Bosque Negro, alimentándose de vete-tú-a-saber-qué y sin permitir que arañas gigantes y mariposas asfixiantes acabaran con su vida?

Aunque tampoco podía decir lo mismo de su cordura.

¿Quién podemos ser nosotros? Simples viajeros, como dice mi buen amigo —el enano se unió a la presentación posando una mano sobre el hombro de Kurdrim para pedirle que relajara su habitual tono para no empeorar las cosas—. Y sí, tenemos nombres, pero no me parece justo usar los nuestros si a ti te han despojado del tuyo. ¿Acaso ya no lo recuerdas o no te permiten usarlo?

- Tiradas (1)
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08/09/2020, 20:17
Mungo Bolguer

Mungo carraspeó.

Lo que mi agotado amigo intenta decir es que somos un poco tímidos. Mi nombre es Mungo Bolger, para servirle. Viajamos junto a Baldor y su encantador hijo Belgo con la intención de atravesar el bosque. Como ve, nada más que humiles viajeros.

El hobbit se hizo a un lado para que el resto tomase le siguiesen la corriente y empezasen a presentarse.

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09/09/2020, 04:05
Lain

El anciano con aires de trastornado irrumpió y desencajó a todo el grupo guarecido por la lluvia en lo que parecía ser su "hogar".

-¿Ellos? No conocemos a ellos, sólo a nosotros, porque nosotros amigos somos. Y si nosotros somos él, yo y tú, entonces también amigo nuestro eres- dijo Lain y retomó el aire-Quitarte nada queremos, tal vez sólo soledad, para que tengas compañía de compañeros que comparten el pan. Y si su nombre se le ha quitado, puede que ayudarlo a encontrarlo podamos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

-Gasto un punto de esperanza

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09/09/2020, 09:34
Kurdrim

Era evidente que la intervención del enano solo había contribuido a poner más nervioso al anciano, así que con un bufido se volvió a sentar pesadamente mientras echaba una mirada a Lain quien empezó a hablar con rimas... rascándose la barba, y con un encogimiento de hombros, Kurdrim sacó su pipa, llenó la cazoleta y empezó a darle largas chupadas

- Tal vez esto te calme, anciano ¿quieres?- dijo en un último intento de no parecer amenazador para el viejo chiflado

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09/09/2020, 12:08
El Ermitaño

El Ermitaño se calmó ante las palabras de Mungo y el resto del grupo, bajando la lanza y calmando sus nervios. Aún así podían ver que aquel hombre delgado en extremo y, probablemente, malnutrido, era inquieto incluso en su estado más relajado. De vez en cuando se encogía de hombros sin razón aparente, castañeteaba los dientes, estiraba el cuello y parpadeaba muy seguido. También olisqueaba el aire como hacían los animales, y olfateó en su dirección cuando se calmó lo suficiente.

Droul quiso saber si acaso era que el viejo no recordaba su nombre o si no tenía permitido usarlo. El anciano se giró hacía él, lo miró con ojos inofensivos pero asustadizos y que rehuían el contacto directo durante prolongado tiempo. El Ermitaño prefería mirarle la barba, las orejas, el pelo, o la nariz, y sólo de vez en cuando le miraba fijamente durante sólo un par de segundos. Saltaba a la vista que aquel hombre había perdido la cordura hacía tiempo, pero Droul comprendió que era como un animal salvaje, solo atacaría si sentía acorralado o asustado.

-Yo tenía un nombre pero lo perdí. Perdí mucho en esa mazmorra. Sí, mucho perdí entonces. ¿Recuerdos, dices? No, mi nombre no recuerdo. Recuerdo el sol en los árboles - en su rostro se dibujo una pequeña sonrisa -, el peso de un hacha en la mano, el humo que se alzaba de las cocinas al final de una larga cacería, la calidez de la Gran casa cuando los vientos invernales aullaban fuera... -La sonrisa se borró de pronto, aquel conato de cordura que parecía haber recuperado duró tan poco como un rayo de sol colándose a través de un pequeño hueco entre las nubes negras de la tormenta. En su rostro se dibujó el horror de nuevo. -¡Y entonces llegaron ellos y me quitaron todo! ¡El látigo! ¡La jaula!

Mungo tomó la palabra para presentarse, lo que volvió a calmar al Ermitaño. Lo miró con curiosidad ladeando la cabeza, sorprendido del pequeño tamaño del hobbit. Desconocía por completo qué tipo de criatura era el mediano.

-Viajeros dicen. Puede que sean viajeros. Pero no viaja mucha gente por aquí últimamente. Solo el Transeúnte. - Dijo en voz alta, aunque era obvio que hablaba consigo mismo. -Mungo, Baldor, Belgo... ¡Ah, eso sí son nombres!

Lain intervino entonces, parecía haberse contagiado de la manera de hablar del hombre e incluso Kurdrim enarcó una ceja extrañado. Algo en las palabras del enano llamó la atención del hombre.

-¡Pan! ¡Oh, eso lo recuerdo! ¡Hace mucho que no como pan! Sí, el pan estaba rico. ¡Y el venado! Ah, pero que hambre, aquí sólo hay ardillas. - Señaló hacía aquello que se estaba asando en el espetón del fuego. -A veces conejo, si hay suerte.

A esas alturas el hombre ya había dejado de apuntarles con la lanza y se apoyaba en ella mientras seguía en el umbral de la entrada, manteniendo todavía cierta distancia con ellos. Olisqueó en dirección al humo que emanaba de la boca y la pipa de Kurdrim y arrugó la frente. Lo rechazó sacudiendo la mano y señaló al fuego.

-No, no, ya tengo mi fuego. Está ahí mismo. Es más grande que ese, seguro que calienta más. ¡Pero no pueden quedarse! Ellos me encontrarán si se quedan. Deben irse. Pero tienen pan y puede que tengan venado. No, pero ellos vendrán si se quedan. Sí, es cierto. Debéis iros. Ellos sabrán que estáis aquí. Vendrán y con ellos vendrá el horror de nuevo. Debéis iros. Sí. Hay una gran sombra en el bosque. La luz la ahuyentó, pero está creciendo de nuevo. Oigo a la sombra reptar entre los árboles y se acerca en sigilo mientras duermo. Por eso me escondo en el árbol y me alejo de los hombres. Vosotros sois hombres, y enanos, y... ¡Y Mungos! La sombra se arrastra al corazón de los hombres y los convierte en bestias. -Señaló de pronto a Iwgar con un dedo. -Tú puedes ser un servidor de la Sombra. ¡O tú! - Su dedo se movió tembloroso hacía Belak. Cogió la lanza y volvió a apuntarles. Estaba nervioso de nuevo. En el exterior un trueno sonó furioso rasgando el cielo con una fuerza colosal. El agua golpeaba contra el tejado de paja del árbol y el viento silbaba con fuerza y zarandeaba las ramas del exterior. -Debéis iros, antes de que la Sombra me encuentre de nuevo.

Notas de juego

La tolerancia se mantiene en 3 ya que no habéis fallado ninguna tirada más. Todavía necesitáis sacar una tirada de Persuadir para convencerle de que sois enemigos de la Sombra, si queréis resguardaros allí.

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09/09/2020, 18:27
Iwgar "El terco"

Iwgar permanecía sentado junto al fuego, incluso ante la irrupción del viejo ermitaño. Sabía que su fuerte no era la cortesía, ni los acertijos, ni tratar de persuadir de quedarse en aquel enorme árbol, por lo que prefirió en esta ocasión mantenerse al margen, dado que sus formas serían vistas como bruscas. Tentado estuvo a erguirse cual coloso e intimidarle, sacando el hacha y depositándola pesadamente entre él y el viejete, pero rechazó la opción de inmediato sabiendo que terminaría por perjudicar al grupo.

No me fio de este viejo...Parece completamente transtornado e ido de la olla... ¿A caso podremos descansar tranquilos aunque termine por acceder? No me extrañaría que le de algun achaque de los suyos y trate de degollar a alguno de nosotros mientras dormimos...

El beórnida estaba convencido de que deberían establecer turnos de guardia con aquel viejo transtornado, pero si al menos estaban a cubierto de las inclemencias meteorológicas, ya era algo positivo.

- Eh Mungo, mira a ver si le convences de poder quedarnos dándole a probar un poco de miel de mi mochila... Creo que si eres tú el que se la de, y tocas algo con tu instrumento, se muestre más receptivo... Aunque que se yo... - mencionó sin tener claro como terminaría aquello. Iwgar esperaba pasar dentro de lo posible en un segundo plano.

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09/09/2020, 19:48
Mungo Bolguer

Tenemos pan… ¡y miel! No tenemos nada que ver con la sombra, más bien lo contrario. Solo somos alegres viajeros.

Mungo no estaba del todo convencido. Había probado a sobornarle, como le había sugerido Igwar, pero las extrañas palabras del ermitaño todavía le confundían un poco.

- Tiradas (2)
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09/09/2020, 22:15
Lain

Al ver que volvía a levantar su lanza, Lain se apuró a tratar de bajar la tensión.

-Compañero Transeúnte, aquí el compañero Lain tiene el pan que ofrecía- y mientras le habla le ofrece una de sus hogazas de pan-Aquí no hay servidores de la Sombra, los servidores de la Sombra no dan pan. El Terco y el risueño-por Iwgar y Belak-también son compañeros, así que todos pueden compartir el pan como amigos.

El cartógrafo trataba de hablarle de la forma que el viejo comprenda y que haya calma.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Gasto otro punto de esperanza

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10/09/2020, 16:44
El Ermitaño

Mungo trató de ofrecer el pan y la miel de Iwgar para mostrar que eran amigos, pero algo en la manera de ofrecer el alimento o en cómo lo dijo, puso en alerta al Ermitaño que olisqueó y retrocedió precavido. La miel olía tan bien que le había hecho dudar, y llevaba tanto tiempo sin ver una hogaza de pan que se sintió tentado a tomarla, pero bien sabía que cuando se quiere atrapar a alguien hay que dejar un cebo,y que cuanto más dulces son esos cebos más peligrosos resultan. Por ello miró al hobbit con desconfianza y retrocedió ante el ofrecimiento.

Fue Lain quien logró terminar de convencer al Ermitaño de que aquel grupo no suponía ningún peligro. Su razonamiento, aunque simple (y aunque no siempre tenía porque resultar cierto), fue decisivo para que la actitud de aquel hombre delgado y con la cordura pendiendo de un hilo terminara de relajarse. Primero se quedó pensativo, con la lanza todavía en alto, y después de estudiar las palabras del enano rompió en una abrupta carcajada.

-¡Claro! - Exclamó entre risas, como si fuera algo totalmente obvio. -¡Los servidores de la Sombra no comparten el pan! ¡Sí, sí! amigos, claro que sí. - El Ermitaño dejó la lanza a un lado y se acercó en dos largas zancadas hasta Mungo para coger el delicioso pan con miel de Iwgar. Lo olfateó primero, como haría un perro, y después se lo llevó a la boca. -¡Oh, es delicioso! - Dijo con la boca llena, y se terminó el resto de la tostada de un solo bocado.

El Ermitaño quiso compensar al grupo por su generosidad, o tal vez mostrarles que él tampoco era un servidor de la Sombra. Así que se acercó al fuego y les invitó a reunirse con él y probar aquello que se estaba asando a las llamas. Lo cual no había quedado claro con su explicación anterior de si era ardilla o conejo.

-Tomad, tomad. Comed, secad vuestras ropas en el fuego. Maese enano, -le dijo a Kurdrim señalando a la pipa de fumar, -este fuego es más grande que ese que lleva y las ramas están secas, ¿ve? No sacan tanto humo. Acérquese, séquese de la tormenta.

El Ermitaño, sentado en cuclillas junto al fuego, se giró hacía Laín y lo miró con curiosidad.

-Antes me ha llamado Transeúnte, pero creo que se equivoca, señor. El Transeúnte es un anciano vestido de azul que merodea por el camino. Yo de ustedes guardaría la distancia con él, hay gente muy rara en este bosque. - Dijo como si él fuera completamente normal.

Notas de juego

Fantástico Lain. Superas la tirada con creces gracias a ese punto de Esperanza y además consigues un Gran Éxito, lo que te vale para el segundo punto de avance del grupo Personalidad. Encuentro superado.

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10/09/2020, 17:19
Director

Mungo meditó sobre las palabras que el Ermitaño había pronunciado sobre que la Sombra se arrastraba hacía él mientras dormía y que temía que lo encontraran de nuevo. Era difícil dilucidar algo con coherencia entre todo aquel palabrerío, especialmente porque había momentos en los que parecía hablar consigo mismo y no dirigirse a ellos. Pero Mungo pudo deducir que aquel hombre había estado cautivo en algún sitio donde le habían torturado con horrores inimaginables, lo cual había provocado su temor y seguramente las figuras grabadas en la pared interior del árbol. Tal vez fueran aquellas las imágenes de sus captores o de las bestias de las que tuvo que huir. Era fácil llegar a la conclusión de que el ermitaño sin nombre había pasado largos años recluido en alguno de los oscuros lugares que la Sombra corrompía en el bosque, pero si hablaba de jaulas y mazmorras, lo más seguro era que se tratara de Dol Guldur. Puede que el hombre hubiera permanecido allí hasta que cinco años atrás el Nigromante fuera expulsado por el Concilio Blanco y desde entonces vagara por el bosque. Lo cual tampoco era un entorno agradable por donde transitar.

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10/09/2020, 21:10
Droul

No cabía la menor duda de que todo en aquel asqueroso lugar era una prueba: incluso una sencilla conversación con un ermitaño requirió de todas sus habilidades. Pero afortunadamente el diálogo — y los sobornos — surtieron su efecto y pronto el anciano se ofreció a compartir su fuego y su paupérrima comida con ellos.

Sin embargo, el enano tenía otras prioridades. Aprovechando que ya no había peligro en el interior de la oquedad, aprovechó la pausa para quitarse el jubón y lavar el barro con el agua de lluvia que caía. También limpió sus pantalones y barba, aprovechando que no había hembras entre su comitiva que se sintieran incómodas con su parcial desnudez. Como el anciano tenía un buen fuego y él una constitución fuerte, se volvió a colocar las ropas, ahora limpias de barro y suciedad, y se situó cerca del fuego. Ah... cómo añoro el calor de la forja...

Debo decir, con toda admiración, mi buen señor, que el hecho de que hayáis sobrevivido en este lugar en la absoluta soledad es toda una proeza.

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11/09/2020, 09:04
Belak

Belak se mantuvo a la espera de que sus compañeros resolvieran aquella situación. Si él hablaba posiblemente metería la pata hasta el fondo así que aquella vez tomó la decisión correcta. Pero aquello no le hizo perder detalle de la situación y tomó buena nota de todo lo que decía aquel hombre solitario.

- Buen hombre - dijo hablando por primera vez - Me encantaría escuchar tu  historia mientras compartimos el pan, me parece muy loable todo lo que habéis conseguido.. - comentó admirando aquella guarida con sus ojos centelleantes.

Luego miró a sus compañeros.

 - Tal vez no sea el momento pero alguien debería preguntar por el transeunte azul ese que ha mencionado antes.. - comentó en voz baja mientras silbaba.

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14/09/2020, 03:55
Lain

-Gracias, es bueno un fuego así para abrigarnos de la tormenta- dice Lain mientras se acomoda-Perdón por llamarle por otro nombre, tal vez podamos ayudarle a encontrar su nombre para no equivocarnos más- el cartógrafo come la ardilla o conejo, no importaba mucho que era a esta hora- Este Transeúnte, ¿es amigable o peligroso?

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14/09/2020, 09:23
Kurdrim

El asombrado enano miró de hito en hito como las rebuscadas formas de su compañero lograban serenar al estrafalario ocupante de aquel refugio, haciendo que alzara los ojos buscando paciencia, pues todo parecía indicar que sería una velada larga y tediosa; pese a todo, no pasó por alto el desprecio hacia su pipa al no reconocer el viejo lo que era y, aclarándose la garganta, dejó claro lo que era 

- Esto no es fuego para calentar; es para fumar. Lo aspiras, lo paladeas y lo dejas ir creando anillos... así- dijo dando una larga calada y soltando una bocanada de humo haciendo una "O" con la boca, creando un par de anillos de tamaño notable - Es uno de los pocos placeres que se puede uno regalar mientras se viaja por un lugar tan inhóspito como este, donde parece que incluso el tiempo es capaz de ponerse en contra- añadió antes de callar, esperando la respuesta a la pregunta sobre ese tipo misterioso que merodeaba por aquellos lares ¿sería uno de esos brujos oscuros al servicio de La Sombra?

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14/09/2020, 20:49
Iwgar "El terco"

Iwgar no dijo que no al ofrecimiento del ermitaño a probar los conejos ensartados en un espetón. Tomando asiento alrededor del fuego, sacó lembas con miel y rica hidromiel con la que acompañar aquel bocado, escuchando con atención lo que allí se mncionaba. El enano Kurdrim trataba de hacerle entender al viejo que el fuego de su pipa no servía para calentarse, si no que era hierba para fumar, pero era posible que aquel anciano no hubiese visto algo similar en tanto tiempo, que se le había olvidado por completo. Al menos le sonsacó unas buenas risas, y es que la situación, un tanto surrealista, lo ameritaba.

- ¿quién ese ese Transeúnte del que habláis? - llamó especialmente la atención del beórnida es apelativo, aunque no recordaba si lo había escuchado alguna vez o no. ¿Se trata de alguien que habita este bosque? Estoy con maese Drol, me parece admirable que haya estado viviendo aquí, rodeado de la sombra, durante largo tiempo y en soledad. ¿Hay alguna razón por la que no busquéis alguna aldea cercana? ¿Habéis perdido el camino, anciano? ¿Qué os retiene en este lugar?

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14/09/2020, 21:08
El Ermitaño

El Ermitaño miró con curiosidad la pipa de Kurdrim, y atendió a su explicación mirándolo bastante sorprendido. Y luego con admiración cuando el enano soltó una bocanada de humo y logró darle forma de círculo que crecía en tamaño conforme ascendía hacía el techo. Parecía que jamás hubiera visto algo así, pero le hizo gracia y le pidió al enano que lo repitiera un par de veces.

-Me escondo, y huyo de los extraños. Arañas hay por estos lares, pero las rehuyó porque son malas como los orcos, que todavía quedan. Y otros seres oscuros que moran el bosque. - Dijo sin darle mayor importancia a la admiración que parecía haber surgido entre los recién llegados por su manera de resistir en aquel bosque, que como bien sabían era un entorno duro y hostil. -Huyo, me escondo, y si es necesario uso el pincho o el arco. El árbol es buen escondite. Aquí llegué desnudo cuando salí de la jaula por el desagüe. Tuve que cruzar el laberinto antes, pero le aullé a la luna y ella me indicó el camino. Y esa es mi historia, muchacho. - Le dijo a Belak. -Al menos lo que recuerdo de ella. Ya pasaron varias estaciones desde que estoy aquí. Llegó el frío y luego las lluvias, después el calor y luego los árboles empezaron a dejar caer sus hojas, y eso volvió a repetirse al menos cinco veces desde que estoy aquí.

El Ermitaño hizo una mueca con los labios, se encogió de hombros, olisqueó el aire y castañeó los dientes. Miró de pronto a Belak, clavando sus ojos en él durante un instante, arrugó la frente extrañado. Le preguntaron entonces por el Transeúnte, pero antes de contestar volvió a mirar a Belak y frunció el ceño.

-Al Transeúnte así le llamo, pues va de aquí para allá. A veces pasa muy seguido y otras no se le ve en meses. No sé si es amigable o peligroso, pues nunca le he querido preguntar. Si peligroso es, mejor que pase, y si amigable resulta ser, tampoco pienso preguntarle.  -Luego Iwgar quiso saber qué le retenía allí y el hombre alzó los brazos como si no fuera evidente. -Aquí es seguro, fuera hay muchos peligros. No hay aldeas en el bosque, y muchos de los que viajan por aquí tienen la Sombra en su corazón. El árbol seguro es. Sí, seguro. -Asintió como dándose la razón a sí mismo.

La carne de la hoguera no daba para mucho, y repartida entre todos apenas tocaba a un par de mordiscos por cabeza. O bien era un pequeño conejo o realmente se trataba de ardilla. El sabor tampoco les ayudó a diferenciarlo, pues con la discusión mediante la carne se había chamuscado un poco de más. A pesar de todo eso, y de que era más que evidente que aquel hombre estaba claramente desnutrido y muerto de hambre, se mostró contento de compartirla con ellos.

Se giró de nuevo hacía Kurdrim sonriente y bastante animado. -Vuelve a hacer lo de tu hoguerita.

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15/09/2020, 11:43
Droul

Cinco años, calculó el enano por la descripción del ermitaño. Qué locura. El fuego empezaba a hacer su efecto, arrancando volutas de vapor de sus ropas a medida que se iban secando.

Yo estoy bien —mintió el enano, rechazando su parte del escueto banquete que le ofrecía aquel anciano. Extendió la mano hacia el joven Belgo, quien debía de estar sumamente hambriento—. Toma, zagal. Debes tener hambre, come mi ración y dale las gracias a este buen señor.

Inmediatamente se sintió incómodo por haberse tomado una licencia que quizás no le correspondía, y buscó la mirada de su padre. Había tomado mucho cariño al muchacho, pero sabía que había líneas que no se debían de cruzar, sobre todo tras el incidente con el agua del río.

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16/09/2020, 09:57
Kurdrim

¿¡Hoguerita!? Será pos...- empezó a rezongar el enano antes de tomar aire, serenarse, y retomar el control de sus emociones - Se llama pipa. PI-PA. Y sirve para relajar cuerpo y mente- explicó con algo más de calma mientras mordisqueaba el ínfimo trozo de carne que le había tocado. Rata, ardilla o conejo lo cierto era que llenaba, algo, el estómago vacío después de la caminata

- Si de mi pipa humo quieres ver salir, de ese laberinto que mencionas me has de hablar, pues de jaulas y desagües no conozco alguno por estos lares, ya que no rondan los caminos cantores ni juglares- le dijo intentando emular la peculiar manera de comunicarse que tan buen resultado le había dado a su compañero, buscando indagar sobre esos lugares que mencionaba

- Tiradas (1)

Notas de juego

Gasto punto de esperanza para lograr el éxito