Partida Rol por web

Gillermo está gustoso de indicaros la escena del crimen, pero esta vez no va con vosotros ni os pone bajo vigilancia. En vez de eso, simplemente os indica la localización del lugar. Hay un pequeño almacén cerca de la orilla del mar. Os indica con el dedo una vez habéis salido a la plaza de San marcos. Este almacén en particular se sitúa en la zona más alejada del canal. Como os dije pertenece a una familia de expatriados bizantinos que responden al nombre de Mouzakios. Según Guillermo, Roland fue encontrado por varios ghouls de Narsés mientras patrullaban los muelles.

No es difícil encontrar el almacén indicado. El edificio es en su mayoría de madera de cedro y con una gran puerta de madera de dos hojas que da al muelle y otra en la parte posterior para distribuir las mercancías. El amasen no tienen vigilancia partículas, la única vigilancia en la zona es la guardia de la ciudad que pasea de vez en cuando por los extensos muelles.

Akos miró el edificio. -Bueno, supongo que nadie tiene la llave, ¿no?- Bromeó acercándose hacia la puerta con intención de empujarla (Por probar no se pierde nada) También echó un vistazo hacia arriba. quizá hubiese alguna ventana, aunque solo sea para cargar mercancías con una polea. No es un experto en allanamientos, y la única forma de abrir la puerta que se le ocurre dejaría la puerta inservible. -¿Alguien conoce a esos bizantinos?

Supongo que nos abran si no está ya abierto - comento - Es decir, es la escena de un crimen y somos los investigadores.

Cuando nos abran, si nos abren, trato de encontrar algún indicio que nos explique el discurrir de sucesos que llevó a la muerte del fenecido.

Supongo que no sería tan sencillo como aparecer y apuñalarle. Era un guerrero experimentado.

Me tomo la observación con calma.

Recuerdas que la otra noche vistes algo extraño, pero no le distes mayor importancia en ese momento estabas más preocupada en la caza que en ver qué pasaba en un almacén del puerto. Recuerdas que un cruzado entró y salió del edificio. No sabes quién es ese cruzado, pero si lo ves por las calles de Venecia podrías reconocerlo.

El alancen se encuentra cerrado y no hay nadie que conteste a las llamadas en la puerta. Entrar es fácil, la puerta tiene una cerradura sencilla que puede forzarse con una simple daga de hoja fina. También hay un par de ventanas cerca del suelo cuyos postigos pueden ser forzados de forma igualmente sencilla.

Francesco estuvo algo callado, pensativo en todo lo que había sucedido hasta el momento. Todo aquello no tenía mucho sentido o al menos no alcanzaba a verlo en aquel momento. Aquel cainita no era alguien tan importante como para haber orquestado todo aquello, su poder sin duda era muy limitado siempre bajo la sombra de su señor.

Cuando el grupo se encamino hacía los almacenes Francesco se quedo un poco más con el cadaver, quería examinar aquel cuerpo con mayor detalle, al fin y al cabo era la prueba principal y merecía la pena escudriñarlo a fondo.

Os alcanzaré en seguida quiero echar un vistazo más a fondo.

Francesco espero a estar solo en la sala junto al cadaver, tomo uno de los anillos del cainita entre sus manos y comenzó a recitar en susurros una especie de plegaria en busca de la invocación del espíritu de aquel ser.

Al llegar donde esta situado el almacén recuerdo que este anochecer he estado aquí. Antes de hablar me alejo unos pasos mirando a los hombres a contraluz y descartándolos sucesivamente.

Dudo un par de segundos antes de hablar. – Puede que viera al asesino este anochecer, o alguien con quien había quedado él que nos acusan de haber matado. – Señalando unas cajas unas puertas mas allá. – Estaba allí escondida buscando una presa de la que alimentarme, y evidentemente lo descarte ya que parecía un cruzado. Por lo menos iba equipado como tal.

Negando con la cabeza. – Solamente lo vi un instante escondiéndome de nuevo en las sombras al descartarlo como presa e intentar ocultarme para no ser lo yo. Creo que si vuelvo a verlo lo reconoceré.

Alguien de mi alcurnia no se entretiene registrando almacenes, esterare en los salones de Dux. Sin preguntar a sus compañeros si estaban de acuerdo con su decisión, el caballero húngaro se marchó del muelle.

Karmen podría reconocer al “asesino” si lo viera por la calle, pero esa búsqueda requeriría de pasear por las calles de Venecia hasta encontrarle. Una tarea ardua y tediosa, más ahora que la serenísima se encontraba atestada de cruzados.

Finalmente fue el caballero español, ayudado de una pequeña daga, quien forzó la puerta del almacén. En el interior del edificio estaba atestado de cajas y rollos de tela, mercancías dispuestas para su distribución por las calles de la ciudad o dispuestas para salir a los cuatro extremos del mundo para ser intercambiadas.

Tras un pequeño registro encontráis lo que debió de ser la escena del crimen, un montón de serrín al final del almacén. El montón está todavía mezclado con el polvo negro que expulsaba el cuerpo de Roland. Al examinar detenidamente el suelo se descubrirán varias pisadas en el serrín. Unas pertenecen claramente a los ghouls que debieron de encontrar el cuerpo. Otras pertenecen a Roland. Sin embargo, hay otras pisadas bien visibles. Éstas llevan hasta una ventana, lo que indica que alguien entró al almacén por ahí. Este tercer grupo de pisadas están hechas con botas de viaje ligeras.

El que ninguno de sus actuales compañeros haga la más mínima mención a lo que les ha contado que vio con sus propios ojos le duele. No se lo esperaba ya que todos ellos están con la sentencia de muerte en suspenso por muy poco tiempo.

Karmen se concentra en las pisadas que hay entre la ventana y los que al parecer son parte de los restos de Roland.

Vuelves a revisar el cuerpo sin encontrar nada nuevo. Vuelves a ver el pequeño corte en el cuello aun impregnado del veneno de la sanguinaria, el dedo arrancado y los terribles efectos del veneno. Si algo puedes deducir del cadáver es que sufrió mucho en los últimos momentos de su muerte.

Fancesco llegó al almacen unos minutos más tarde que el resto tras examinar sin ninguna novedad el cadaver. Al parecer el grupo había conseguido forzar la cerradura y se encontraba en el interior mirando algunas huellas junto a la ventana.

No he visto nada nuevo, sin duda debieron hacerle sufrir lo suyo. Le faltan 2 dedos, sin duda no es algo casual, ¿los habéis visto por aqui?

Reviso la zona para comprobar que aquello que está mencionando el clérigo se encuentra por ahí.

Si le faltaban dedos es que hubo combate - sugiero - Sin embargo en el cuerpo tampoco había muchas señales de ello. Se diría más bien que fue un ataque limpio. Nadie oyó nada, o al menos no actuaron.

Creo que si vuelvo a verlo lo reconoceré.

Akos sonrió a la joven. -Es un hilo difuso del que tirar, pero es un comienzo. Al fin una buena noticia.- En algún sitio había una cabeza que arrancar de cuajo y estaban más cerca de ella. Solo un poco, pero menos es nada. Aunque por desgracia no podían acarralarla, sino que tendrían que ponerle un lacito y llevarla ante el dux. La civilización era muy aburrida.

(...)

El húngaro se agachó junto a las pisadas y midió la bota de viaje (usando la palma de su mano como unidad y los dedos como decimales)*

    Le faltan 2 dedos, sin duda no es algo casual, ¿los habéis visto por aquí?

-No los veo por ningún sitio. Quizá sean algún tipo de trofeo para el asesino, o un mensaje de un grupo criminal o vampírico...

Francesco se quedo pensativo, observando el lugar y el almacen mientras intentaba atar cabos.

Esta claro que no tuvo oportunidad... parece que solo hubo un asaltante y lo eliminó sin que este pudiera resistirse... pero me pregunto ¿que hacía aquí? sin duda debió citarse con alguien en este lugar como dice la muchacha, preguntemos por los alrededores, quizá alguien viera o escuchará algo más

*¿Que tan grande es la bota? Presuponiendole una proporción estandar, ¿Correspondería con un adulto medio, un tipo grande, pequeño?

La bota corresponde a un pie de adulto normal, puede que un poco más pequeño, pero dentro de lo que sería una bota tipo en un adulto. Correspondería a una persona de complexión pequeña.

Por lo que sabemos, ¿es normal que estuviera en este almacen? o no es un sitio que debiera frecuentar la victima.

La presencia del vampiro en ese almacén podría deberse a temas de negocios, o como había demostrado la pequeña Karmen, a un tema de alimentación. La presencia de un cainita en los almacenes de los muelles no era nada raro.

Francesco se arrodilló para ver mejor la huella de la que hablaban.

Aquí ya hay poco más que ver, o nuestros ojos no saben que buscar. Deberiamos preguntar a los vigilantes por si vieron la misma figura que la muchacha o cualquier otra cosa sospechosa.

el cainita se levanto recuperando la verticalidad

Quien sabe, si hacemos las preguntas correctas a las personas indicadas quizá alguien se ponga nervioso y acabe por encontrarnos a nosotros.

Asiento.

No podemos perder tiempo. Encargaos de eso, yo voy a ver si puedo encontrar alguna información en manos quienes se encontraban en esa reunión - propongo - En este baile de máscaras venecianas no me sorprendería que alguno de nuestros acusadores esté jugando a ser acusador por un lado mientras por el otro busca que otros de los demandantes de justicia den un paso en falso y descubran su sabrosa yugular.

Me giro hacia la salida pero antes hago una señal a la joven Karmen.

¿Me seguís? - sugiero - Puede que entre los rostros que veamos en los grandes salones encontremos alguno que pueda sonreír a la búsqueda del que vislumbrasteis.

Sea cual sea la respuesta yo sigo mi camino.

Volveré en cuanto pueda. Por favor si os alejáis de aquí dejad mensaje en (refugio de mi comitiva en la ciudad) de dónde os encontráis.

Hora de afrontar el camino de la sombra política.