Partida Rol por web

Noches Venecianas

Día a día en la vida de Carienn McDowell

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22/05/2014, 12:22
Narrador

El viaje desde tu Irlanda natal hasta Constantinopla ha sido largo y cansado, a pesar de que tu padre no ha recortado en gastos, ni en carruaje, ni en ninguna de las posadas en las que os habéis detenido a lo largo del camino. Cuando el carruaje se adentra en las calles de Constantinopla, te asombra la magnitud de la ciudad, la vida de sus calles, los edificios. Todo parece majestuoso.

Tu padre ha reservado plaza en la mejor posada de Constantinopla, y los criados ya se adelantaron el día de antes para colocar todos los ropajes y para preparar las estancias. Llegáis al atardecer, y tras un gran festín, os retiráis a descansar.

A la mañana siguiente, tu padre te indica que tiene que realizar algunos trámites burocráticos, y te insta a que acompañada por tus sirvientas salgas a conocer la ciudad y a gastar algo de dinero en bonitas ropas y joyas. En la posada os indican que el mejor lugar para comprar cualquier cosa es el Gran Bazar, pero os dicen que intentéis no demoraros demasiado en esa zona, ya que al atardecer el sitio se vuelve peligroso y frecuentado por malas gentes.

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22/05/2014, 13:16
Carienn McDowell

A pesar de lo largo y cansado del viaje, me sentía muy emocionada por lo excitante que era estar en un lugar nuevo... ¡Y qué lugar era maravilloso! Unos edificios enormes y preciosos, nada que ver con los bastos prados verdes de Waterford. A decir verdad no había parado en todo el camino de mirar maravillada por la ventana del carruaje o el ventanuco del barco cuando debimos cogerlo. El mundo exterior era maravilloso, sin lugar a dudas.

Tras llegar acepté con alegría el poder salir a dar una vuelta y tomé los consejos del posadero con precaución, por lo que salimos a media mañana hacia el Gran Bazar. Miraba todo por el camino con curiosidad, alegría y sin perder la sonrisa, y sin apartarme de mis sirvientas o me las vería con padre y era algo que no deseaba. 

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22/05/2014, 15:40
Narrador

La inmensidad del Gran Bazar es abrumante, calles estrellas repletas de negocios de lo más variado. El ir y venir de la gente, los niños que forman pequeños grupos robando a los más desprevenidos, las mujeres de mala vida ofreciendo sus servicios, nobles codeándose con plebeyos y bebiendo en las posadas...

Una voz te saca de tu admiración, un leproso se ha acercado hasta ti en un descuido de tus sirvientas:

-Buena Señora, ¿podría dar limosna a este pobre anciano? Los días son duros y no puedo trabajar -te enseña las manos, destrozadas por la lepra-. El buen Dios seguro que lo tendrá en consideración el día del Juicio.

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22/05/2014, 15:45
Carienn McDowell

Miro entre curiosa y un poco asqueada al hombre, sin poder evitarlo. Nunca había visto la enfermedad tan de cerca, solo oído hablar de ella y leer sobre ello era herejía, por lo que buscar libros al respecto no había sido opción tampoco.

- Mi... Mis sirvientas le darán algo...- digo con voz temblorosa, dando un paso hacia atrás para apartarme.

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22/05/2014, 19:26
Kothar

-Parece mi dama de alta cuna y de posibles -lejos de apartarse de tu camino, el leproso parece encontrar un perverso placer en importunarte con su presencia, caminando delante tuyo, de espaldas a la gente, sin dejar de hablar- no os preocupéis por mi enfermedad, tiempo hace que no es contagiosa. Si me permitís que os entretenga un poco, podría hablaros de las buenas obras de los caballeros de San Lázaro, en cuyo monasterio se atienden las necesidades de aquellos con menos suerte que yo y que todavía padecen esta terrible enfermedad. Estoy convencido de que lo que para vos sería un desembolso sin importancia, para esos pobres condenados a muerte sería un gran alivio.

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22/05/2014, 21:02
Carienn McDowell

-Marcháos, por favor...- digo con un gemido lastimero, incómoda.- Si deseáis caridad pedídsela a mi padre, no deseo saber de esos caballeros de San Lázaro, pero quizás él sí. Él es un hombre gentil que podrá acceder a vuestras peticiones, cosa que a mi no se me permite por ser mujer, por eso ahora marcháos... Tampoco debería hablar con vos- intento esquivar al leproso, sin salirme de las calles con más gente, padre me advirtió que no entrara por callejuelas.

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23/05/2014, 09:15
Narrador

El leproso finalmente se aparta de tu camino, no sabrías decir si la expresión que se dibuja en su rostro es de confusión o simple compasión. -¿Compasión hacia mi? Que tontería, yo soy rica y poderosa, tengo todo lo que deseo. ¿Por qué motivo habría de compadecerme un mendigo leproso?- Desechas esa idea de tu cabeza, agradecida de que se aparte de tu camino. Apenas has avanzado un par de pasos cuando oyes al mendigo a tu espalda diciendo -No me interesa vuestro padre, me interesa vuestro corazón. Volveremos a vernos, Carienn McDowell- es sólo un susurro, das un respingo y un brusco giro, pero ahí no hay nadie. Ha debido mezclarse con la multitud, pero ha conseguido ponerte los pelos de punta. -¿Cómo sabe ese mendigo mi nombre? ¿Qué significa todo esto?- La gente del Gran Bazar parece ajena a tu particular escena, la vida sigue, los comerciantes gritan sus productos, las fulanas ofrecen sus servicios y los chiquillos intentan robar a los incautos...

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23/05/2014, 10:55
Carienn McDowell

Sigo caminando por el mercado, comprando algún que otro vestido y joya. La curiosidad ha dejado paso a una sensación un tanto extraña en mi, como alienada. -¿De qué me conocía ese hombre? ¿Mi corazón? ¿Cómo le voy a entregar mi corazón a un mendigo enfermo?- preguntas que no pararon de darme vueltas durante el trayecto. Debía de tener una cara de preocupación y extrañeza enorme, pues hasta mis criadas parecían preocupadas por mi. Opté por volver a la posada tras comprar un par de cosas, mi humor no era suficiente para seguir explorando la ciudad, no quería encontrarme a más mendigos enfermos... O peor aún, al mismo.

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23/05/2014, 11:40
Sebastien Trodaut

A la llegada a la posada donde os alojáis, un hombre mayor con ropajes de clérigo te espera en la recepción del hotel. Se identifica como Sebastien Trodaut, el chambelán de uno de los nobles al que tu padre ha prometido tu mano. Viene acompañado de varios soldados. Cuando llegas ves que el posadero le dice algo al hombre, y éste se dirige a ti con cortesía.

-Saludos, mi señora, me manda mi Señor el Conde para escoltaros a su palacio. Los caminos no son seguros en estos tiempos que corren. Me ha pedido también que os entregue esto como muestra de su buena predisposición para este enlace -te entrega un precioso colgante de rubíes que ha debido costar una fortuna-. También me ha dado orden de que haga todo cuánto esté en mi mano para hacer más agradable vuestro viaje y estancia. Vuestro padre aún no ha llegado, si os parece bien, podemos esperarle aquí. O bien puedo haceros de guía para visitar esta hermosa ciudad. Mañana por la mañana partiremos si lo deseáis a las tierras de mi Señor, se encuentra impaciente por conoceros.

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23/05/2014, 11:49
Sorcha

-Señora, permitid que os ofrezca algo de agua fresca. Se os ve acalorada. -Sorcha es tu criada de confianza, desde la muerte de tu madre, ella os ha criado a ti y a tus hermanos como matrona, aunque siempre ha tenido más afecto hacia ti que hacia tus hermanos, y pidió a tu padre acompañarte como criada personal, permiso que tu padre ha concedido con agrado, a fin de que en tu nueva vida tengas algo que te una a tu familia, y para que no extrañes tu nueva situación. Cuando os encontráis a solas es casi una madre, aunque ante los demás sigue comportándose como una criada más.

Notas de juego

Puedes usar los servicios de Sorcha para lo que desees, entregar mensajes, hacer recados, o cualquier cosa que se te ocurra.

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23/05/2014, 12:25
Carienn McDowell

Asiento aprobatoria a Sorcha ante el ofrecimiento de agua. Miro el collar con una sonrisa.- Es verdaderamente precioso, una maravilla- lo miro como brilla y resplandecen sus rubíes.- Prefiero que esperemos a mi padre, si no le importuna padre. Lo último que quiero es encontrarme más mendigos por la ciudad, en la posada estoy más que segura que eso no ocurrirá.-Hábleme de su señor mientras esperamos, ¿cómo es?- sigo mirando de reojo el collar que me fascina cuanto menos.

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23/05/2014, 13:01
Sebastien Trodaut

-Será un honor para mi hablaros de mi Señor. Empezaré diciendo que es un hombre piadoso, esta misma mañana me ha comentado que planea construir una catedral en una hermosa colina. También diré de él que es un hombre de honor, que ha sido premiado con el honor de servir al Prefecto Militar a cambio del servicio prestado por la milicia que entrena. Y no soy quién para juzgarlo... Pero las damas dicen de él que es apuesto como pocos. Si algo negativo puedo decir de él, es que hasta hace un par de semanas era la persona más egoísta que jamas pudiera conocerse. Pero de un tiempo a esta parte ha cambiado... Creo que algo bueno ha debido pasarle para cambiar así de carácter. -Sebastien hace un alto en su cháchara y da un trago a su copa de vino. Luego te susurra- Está mal decirlo, pero es un hombre muy versado en las artes amatorias -ríe como una colegiala, tapando su boca con la mano- Creo que os hará feliz en el lecho conyugal -Te guiña un ojo y da otro trago.

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23/05/2014, 15:08
Carienn McDowell

Abro ampliamente los ojos, mirando al clérigo por su insinuación, y no puedo evitar sonrojarme completamente.- Pa... pa... parece...- consigo arrancar a decir en un hilo de voz y trago saliva para continuar.- Parece un buen hombre vuestro señor si, hacer construir una catedral sin duda será del agrado de Nuestro Señor y un consuelo para los hombres que aquí en la tierra puedan ir a orar a ella...- cambio de tema rápidamente.- ¿Artes amatorias? Esas cosas son pecado siquiera pensarlas- se me viene a la mente, no pudiendo ni imaginarme a qué se refiere realmente el clérigo.

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23/05/2014, 23:47
Narrador

El resto de la tarde transcurre sin mayores novedades. La conversación con el viejo chambelán resulta agradable y divertida. Es un hombre que tiene la lengua fácil en cuanto bebe un par de copas de vino (lo que hace a menudo), conversando con él aprendes más cosas sobre tu futuro marido, y la desagradable escena del mendigo de esta mañana se difumina en la tarde.
Tu padre hace aparición bien avanzada la tarde. El cambelán le saluda con respeto y cortesía, comentándole lo que a ti ya te ha dicho antes. Tras un breve cruce de palabras, el posadero os indica que la cena está lista. Una majestuosa cena a cargo de tu futuro esposo, amenizada con la música de unos trovadores. Durante la cena tu padre y el chambelán intercambian impresiones y anécdotas.
Conoces a tu padre, y sabes que está interrogando al chambelán sin que este lo sepa. Pasada la cena, os retiráis a vuestras habitaciones, quedando emplazados en la puerta de la posada al alba, para emprender viaje hacia las tierras del Conde que es tu prometido.

Notas de juego

Si quieres hacer algo más, preguntar o lo que sea, no dudes en interrumpir mi narración en el punto que quieras, y el resto seguirá después o lo editaré si es necesario ;D

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24/05/2014, 00:10
Carienn McDowell

Escuché atentamente todo lo que el chambelán decía, aumentando con cada palabra la curiosidad en mi por este hombre. Exceptuando el inoportuno comentario de "las artes amatorias", parecía que padre me había buscado un buen hombre con el que casarme y que le satisfaría en lo que él estaba buscando. Padre podría volverse a casa satisfecho dejándome en manos del conde. Apenas pude ni dormir esa noche de la emoción, pensando e imaginando a quién encontraría al día siguiente. Aquellos desvelos me pasarían factura más tarde, seguramente, pero mi cabeza no podía parar de imaginar las cualidades maravillosas que se me habían descrito. 

Finalmente, cuando conseguí dormirme, Sorcha me despertó. Era hora de partir, pero no sin antes pedir que Sorcha me aseara bien, me vistiera con mis mejores galas, me peinara y me prendiera al cuello el precioso collar que el conde me había regalado y hecho llegar por medio de su chambelán. Finalmente, con todo listo, partimos a la hora acordada.

Notas de juego

Oki, te iré diciendo :D

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25/05/2014, 16:46
Narrador

Llegáis a mediodía al palacio, acompañados de la guardia del Conde y de Sebastien. Al descender, te sorprende gratamente el Conde en si, es joven, educado y apuesto (muy apuesto, Apariencia 5). Se acerca a vosotros y dice:

-Bienvenidos a mi casa damas y caballeros que, durante su estancia aquí, sea también la suya. Por favor. No duden en pedir todo aquello que necesiten.

Tras esto, se acerca a ti y besando tu mano dice:

-Mi nombre es Zibanitum. Pensé que ya había amanecido hasta que la vi. Es usted mas brillante que el mismo sol.

Al hablar, se nota un fuerte acento español.

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25/05/2014, 17:20
Carienn McDowell

Miro con curiosidad el camino, quedando alucinada por la arquitectura del palacio, que capta toda mi atención hasta que el conde hace su aparición.

Quedo asombrada al verle, seguramente dándome un aspecto más que infantil por la cara que pongo, si que era un hombre apuesto. De inmediato miré avergonzada hacia el suelo, evitando así cualquier contacto visual. Me quedo sin aliento con las palabras del conde y no puedo sino ponerme todo colorada. Trago saliva y me armo de valor, para intentar hablar sin que me tiemble la voz.- Es un placer conocerle señor conde...digo en un hilo de voz.- Me llamo Carienn- añado en el mismo tono, hablando despacio y de forma suave, todo ello sin levantar la vista. No puedo evitar que las palabras del chapelán, sobre sus "artes amatorias" pasen por mi mente y avergonzarme más si cabe.

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26/05/2014, 08:58
Narrador

El resto del día transcurre con normalidad. El Conde os acompaña a ver sus tierras, os muestra su palacio y a sus criados. Tu no puedes evitar pensar que el palacio es impresionante. No tanto como el de tu padre en Irlanda, pero según tu padre, hay pocos reyes con palacios tan exuberantes como el suyo. No obstante, con un poco de gusto y mano femenina, éste sería un lugar estupendo. Por un instante no puedes evitar verte organizando a los criados, administrando la tierra y las posesiones -en la Edad Media, por lo general la mujer administraba las posesiones, ya que el marido se pasaba la mayor parte del tiempo cazando o guerreando-. Además, hay algo en el Conde que te atrae, aparte de ser tan apuesto y educado, hay algo más. Algo que te hace querer estar cerca de él. Si... puede que sea amor a primera vista.

Al caer la tarde, hace formar a sus tropas ante vosotros. En este momento, solicita permiso a tu padre para pasear contigo, por supuesto, acompañados por Sorcha a cierta distancia, que puede ver lo que hacéis, pero no lo que conversáis. Tu padre se queda conversando con el Chambelán y con los líderes de los soldados, que es al fin y al cabo, lo que él deseaba de este enlace.

El Conde te lleva entonces a ver sus jardines una vez más, que ya os los había mostrado en grupo. En un gesto de sinceridad, mientras camináis y contempláis las flores que se abren en ésta época del año, te pregunta:

-Y bien Karen... contadme cosas sobre vos. ¿Que pensáis de todo esto?

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26/05/2014, 09:34
Carienn McDowell

Camino a su lado, pero evitando el contacto visual en todo momento, mirando hacia el suelo cohibida.-Tengo poco que contar de mi, señor. Pero el palacio es impresionante, nunca había visto un palacio así señor Conde...- y era verdad, no había salido mucho de casa, pero durante todo el viaje a Constantinopla no había visto un palacio semejante.- Se nota que gozáis de una buena posición en la ciudad y que no os falta nada, por éso en cierto modo me extraña que deseéis desposaros conmigo.- ¿Acababa de decir realmente éso?. 

Me llevé rápidamente una mano a la boca avergonzada y no pude evitar ponerme colorada una vez más, la curiosidad me había podido.- Disculpadme señor Conde, no quería decir éso- me apresuro a decirle, bajando más la cabeza, como en una reverencia hacia él.- Por favor, no os ofendáis, y no le digáis nada a mi padre, prometo no hablar de más. 

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26/05/2014, 10:54
Narrador

El Conde levanta tu rostro suavemente desde tu barbilla y te mira con comprensión.

-Al contrario Carienn. -No puedes evitar sonreir, cuando él lo pronuncia con su acento español parece decir "Karen"- Me hacéis muy feliz con vuestras palabras. Esperaba encontrarme con una niña mimada y sin voluntad propia. Adiestrada para ser sumisa y obedecer las ordenes de su marido a toda costa. Nunca mas bajéis la cabeza en mi presencia. Miradme a los ojos cuando me habléis. Los vuestros son preciosos y nada me complace más que mirarlos mientras escucho vuestra dulce voz. En realidad la propuesta de matrimonio proviene de tu familia. Tuve noticias de esto hace poco. Todavía no he tomado una decisión sobre este matrimonio. Por eso estamos hoy aquí. Deseaba conoceros y saber que había en vuestro interior. Yo deseo una compañera... no una sirvienta.

Contadme más sobre vos por favor. Mas allá de lo que vuestros instructores os hayan enseñado. ¿Qué es lo que os apasiona? ¿Que queréis para el futuro? ¿Que desearíais para vos si pudieses elegir cualquier cosa en el mundo?