Partida Rol por web

- Haré como ordenais - respondió Sellesh al emperador recogiendo la nota con las órdenes- Supongo que debemos ir lo mas rápido posible y no detenernos en lugar alguno, sea cual sea el motivo. ¿Donde nos dirigimos cuando entreguemos el mensaje y las órdenes?   

Así pues el grupo se dividió en dos. Stred y Sellesh marcharon al oeste, mientras el resto se dirigió al Noroeste.

Durante la siguiente jornada el viaje fue tranquilo, sin seres voladores ni encuentros con los kadvuries. Al llegar a Dreina, la ciudda parecía tranquila, algunos faroles alumbraban sus calles y en lo alto de la torre principal ondeaba la bandera lunar.

Tal vez deberíamos descansar un poco en la posada, aún nos queda mucho camino y seguramente aún queden enemigos con los que toparnos.

Una vez alcanzamos la ciudad de Drenia, mi mirada se pasea por sus iluminadas calles, y por fin, sonrío ligeramente pensando que posiblemente esa noche logremos comer y dormir caliente, además claro, de poder degustar de los fuertes licor de la posada. Por ello, asiento a las palabras del comandante Lunar.

Buena idea. Además podremos aprovechar para recabar algo de información, quizás haya noticias de Kope.

 Me retiro a un rincón, meditabundo y alejado un poco de la realidad.

Al alejarnos hacia el oeste, levanto la mano a modo de despedida hacia Magner, con un gesto de alivio bien visible en mi rostro a pesar de las dificultades que nos esperan.

Bien, pues no demoremos más y partamos hacia nuestro destino, aún nos queda un largo camino.

 En seguida señor...

Durante los siguientes días no encontraron actividad kadvurí, de hecho solo al llegar a las cercanías de Dreina empezaron a ver algo de actividad humana. Y la visión no era muy halagüeña. La mayoría de los hombres eran soldados lunares que regresaban heridos o diezmados tras enfrentamientos con los neths y los kadvuries.

Uno de los oficiales que regresaban reconoció casi instantáneamente a Magner, que fue su capitán durante las campañas en Górnoran contra Los Hijos del Rey.

Señor, - se inclinó, - es un alivio ver que está aún con nosotros.

 Saludo al soldado y me acerco a el.

-Ya sabes que se requiere mas que unos salvajes para detenerme; pero dime que es lo que ha ocurrido aquí.

El soldado ve el gesto de discreción que le envía Magner y baja algo la voz.

Mi señor, los kadvuries, se han sublevado en un número desconcertante. Han tomado las llanuras cercanas a Hertet y parte de la costa occidental del Sellecktesh, hace varios días también estaban en esta costa y nos van arroyando a su paso, no hay fuerza que pueda con ellos. Yo mismo pertenezco a una división de más de dos mil soldados fieles al emperador. Donde quiera que esté.

El soldado espero la aprobación de Magner para continuar su lamentable camino hacia Dreina.

Con la mirada puesta en el aire observo a la multitud mientras me muevo como un viejo mercader hablando con un viejo amigo.

 ¿que información hay de Kope y de nuestras fronteras?. Alguna novedad sobre nuestras restantes tropas, o sobre la hermana del emperador?

Al escuchar las malas noticias, y manteniéndome al margen de la conversación, niego sutil e instintivamente, y en silencio, sencillamente lanzo una mirada a los soldados y su lamentable estado, consecuencia de una guerra que sin duda parece estar perdiéndose.

Esto no pinta bien. Hemos de actuar con más rapidez o para cuando hayamos descubierto algo esos malditos kadvuries y sus aliados Neths habrán conquistado todo el territorio.

¿Se sabe cual es la situación en Kope? - inquiero al fin, devolviendo mi atención al soldado, y adelantándome así a Magner.

El soldado bajó la mirada.

La información es confusa, pero parece que está en manos enemigas desde hace días. Enviamos varios buques de asalto, si han tenido éxito o no, depende de los que haya ocurrido en la batalla que se espera.

Pareció hacer memoria.

Jar-Eel está aún en Hertet, por mis noticias, dirige la defensa de la ciudad del asedio. Deberían aguantar bien, si no hay ataques importantes durante bastante tiempo.

La situación es delicada, muchos frentes, poco tiempo y pocas oportunidades. El emperador guardó su desasosiego dentro de si con tal de no dejar decaer la moral de sus súbditos. No hay de qué preocuparse, nos hemos visto en situaciones difíciles cientos de veces, y siempre hemos salido victoriosos, somos los hijos y defensores de Lunaria, y no dejaremos que unos salvajes y sus mascotas monstruosas nos hagan pensar en la derrota, soldado, ponte firme, comunica a los heridos que el emperador no dejará que su lealtad caiga en saco roto, y que tanto sus hogares como sus seres queridos serán protegidos hasta la muerte por la corona, y ahora marchad a recuperaros de vuestras heridas, Lunaria os necesitará lo antes posible.

Me acomodo incomodo sobre mi caballo al recibir el informe de la situación. Hiba adecir algo al soldado cuando el emperador se me ha adelantado. Espero entonces.

Bien, al menos Hertet aguanta. Eso es mejor que nada. - me animo  tras el informe del soldado, el cual agradezco con una ligera sonrisa antes de escuchar las palabras del Emperador Lunar.

Una vez el soldado parte, seguramente con la moral más alta gracias a las palabras de su Emperador, me vuelvo hacia este para dirigirme a él. Si Kope esta perdida será dificil hallar allí un barco que nos lleve a Hertet. - opino sin esconder, en mi mirada, la gravedad de la situación. Quizás deberíamos plantearnos la posibilidad de viajar a Lonat, puede que allí la cosa esté mejor.