Partida Rol por web

El lugar en el que aparecisteis prácticamente no había nada. Era una especie de valle de varios kilómetros en el que tan sólo había árboles y montes alrededor, ni edificaciones ni nada, pero la mujer os explicó que era el lugar donde detectaban que había más energía y que sin duda, tan sólo podía provenir de aquel ser al que había denominado directamente " El destructor de mundos ".

Pasasteis varias horas inspeccionando el lugar, pero allí no había nada a parte de plena naturaleza, incluyendo sus pajaritos, animalitos y aire tan fresco que a alguno de vosotros le hacía pensar que estaba acampando en el bosque en vez de intentando salvar al mundo, ya que la paz que allí se respiraba era increíble.

No tardó en aparecer sobre vuestras cabezas una enorme estructura metálica, sin duda, la primera nave espacial que veíais en vuestra vida y pudisteis acceder a su interior, una vez os dejaron hacerlo, ya que tuvisteis que darles un poco de tiempo para que se cubrieran, sino el efecto sería el mismo que ya habíais sentido. Desde luego que la tecnología que tenían era muy avanzada, pero aquello no era una nave de guerra, sino una nave de transporte. Al menos " los ángeles " se mostraron un poco más abiertos de lo que muchos hubierais supuesto y dieron acceso a sus ordenadores tanto a Ian, como Gabriel y bueno, a los demás pero tampoco es que pudierais concentraros demasiado en aprender nada, quitando el que claramente se mostraba como un adolescente malcriado, que llegó a la conclusión de que podría pilotar esa nave sin más esfuerzo que otras dos personas que le sirvieran de copiloto, para marcar rumbos y para estar atentos de las alertas.

Ya casi se había hecho de noche cuando el cielo comenzó a tomar un tono carmesí. No como el de esos atardeceres que salen en las películas, sino más bien como si ahora la atmósfera estuviera recubierta por una capa de sangre. El suelo tembló mientras mirabais desde el interior de la nave y de la ladera de una de las montañas comenzó a fluir la lava, sin que aquello fuera un volcán. Justo a varios kilómetros al frente de aquello, la niebla comenzó a arremolinarse, haciéndose densa y de un color grisáceo que hacía pensar en una tormenta. Ahora norte y sur ya estaban marcados, el norte sería para Permir y el sur para Xanianet, como os dijo el ángel.

Una hora más tarde, en el este, la montaña comenzó a despedazarse, provocando una avalancha de rocas que calló al valle. Thergon, no había duda de ello. Pero lo más curioso, fue cuando al amanecer, al oeste, apareció el arcoiris cuando brillaba el sol, incluso desde el interior de la nave se podía oler un aroma a árboles en flor, dulzón, que hacía que cualquier apetito despertara.. Sí, Jermeh estaba haciendo su acto de presencia.

- Cuando el sol llegue a lo alto al mediodía deberemos ir a darles caza. - Dijo la mujer sin querer dar una orden, sino más bien, sabiendo que eso era lo que había que hacer e incluso ella debería hacerlo.

- Elara, deberás esperar a que el sol desaparezca del firmamento para juntar los libros y leer lo que en él aparezca mientras tienes delante a Sam. Y tú - dijo mirando a la muchacha. - Tendrás que soportar una intensa energía hasta que sientas como otra intensa se acerca a ti, luego simplemente déjala ir..

Con la mente un poco perdida en mis pensamientos me voy dejando llevar de un lado a otro y escuchando lo que nos van diciendo.
Cuando me dicen lo que se supone que tengo que hacer yo reacciono, sobre todo porque lo que acaban de transmitirme me recuerda inevitablemente a una de las visiones que he tenido durante estos últimos días; exactamente, una de las que me sobrevinieron, aunque adrede, en la cueva del Tibet, y la que hizo que yo abriese el cofre que contenía el libro que rescatamos. Un escalofrío me recorre la espalda al recordar aquella visión, tal como si recordase un sueño, en el que una voz horrible me gritaba que no podía hacer nada, que el mundo acabaría y no podía hacer nada mientras yo estaba de pie en un atril leyendo un libro en voz alta. Siempre había deseado que aquella visión no fuese de las que se van a cumplir pero la suerte no parecía estar de mi lado en ese sentido.

Miré a Sam cuando la nombraron, la muchacha que se suponía debía ser el "Catalizador" o mí "catalizador". Aún no comprendía el significado de aquella palabra. Entonces, con el recuerdo reciente de aquella visión me quedé pensativa... ¿Ella debe protegerme porque cuando yo me ponga a leer lo que hay en ese libro o libros lo que sea que habrá allí fuera vendrá a por mí para que no siga leyendo?

Sacudí mi cabeza y mi rojiza melena me cubrió por un momento los ojos, después me acerqué a la chicha y apoyé una de mis manos en su hombro para que se girase a mirarme.
- Hola, Sam. ¿Qué poderes posees tú exactamente? Porque creo que nadie lo ha dicho, o al menos no lo recuerdo. - le pregunté intentando sonar firme y amable.- Ey, perdona, soy Elara, creo que no nos habían presentado aún como es debido. - dicho lo cual extendí mi mano derecha esperando estrechar la suya.

Lucas habia ablado con algunos de los "angeles" pues como cualquier persona, sentia curiosidad, incluso pidio permiso a uno de ellos para obserbar su mente,queria saber sobre su planeta, su cultura, su idioma, y sabia que la mente era mucho mas rapido para eso que las palabras, por lo demas,  se paso el resto del tiempo tumbado con los ojos cerrados, su respiracion era regular y parecia relajado, no parecia una persona que fuera a jugarse la vida en unas horas.

"parece que la hora esta cada vez mas cerca, bueno Lucas estas en paz con tigo mismo" -se decia a si mismo Lucas en su mente -"has tenido una buena vida, unos padres que te han cuidado, una madre estupenda de la que has cuidado, lo has pasado bien siempre que has podido, has salido con chicas, una pena no haber tenido tiempo para encontrar a la adecuda, pero bueno, si mueres hoy no te arrepentiras de nada, espera, tienes todavia una deuda que saldar, hay un masaje que todavia no has pagado, tendras que salir de esta para poder pagarlo"

descansando su cuerpo para la batalla Lucas no solo aprobecha para darle vueltas a lo que ha sido su vida, busca la mente de Matt y cuando la encuentra le dice mentalmente- Matt, soy Lucas no te asustes, parece que Elara te gusta mucho,y por como te mira parece que tu a ella tambien, si yo tubiera pareja, no me iria a luchar sin darle un beso, pues nadie sabe si la podras volver a besar, seamos realistas, tengo esperanzas de que volvamos todos y de salvar el planeta, pero me temo que la cosa no va a ser asi, y que no volveremos todos, ademas un beso puede que le de mas fuerzas que cualquier otra cosa que puedas darle, Lo necesitara.

Tras hacer todos los viajes necesarios para traer a todos al lugar acordado me siento a descansar, nunca había trasportado a tanta gente y había sido un esfuerzo considerable. Quería estar en plena forma para cuando llegase el momento ya que no iba a ser ninguna broma. Veo llegar la nave con curiosidad pero por desgracia los otros "angeles" van tan cubiertos como el primero. Me fijo en Elara desde la distancia, parece inquieta y eso me perturba, ella es la precognitiva y si esta inquieta... no puede ser nada bueno.

Ya al anochecer se ve que no va a ser un día más el color no es normal y no augura nada bueno. Empiezan a sucederse las señales y la gente se prepara para marcharse. Un aroma dulzon, incluso apetecible parece indicar a Jermer... parece el menos amenazador de los destinos, pero posiblemente no sea el menos peligroso. Me acerco a Kate y a Alex apretando la bola que me dio el "angel" en mis manos.

Parece que ya estan los cuatro aquí es hora de hacer nuestra parte... Estoy más nerviosa de lo que quiero admitir, salvar el mundo me queda muuuy grande. A modo de despedida digo. Suerte a todos. Espero que todos vuelvan... pienso antes de avanzar.

Durante nuestra “visita” a la nave espacial me quedo todo el tiempo junto a Sam, dándole mi apoyo. Le aprieto la mano con fuerza y le prometo que cuando todo esto acabe haré lo que sea para que se mude con nosotros, para que no viva sola con un tutor que nunca está en casa. Para que tenga una familia…

Entonces se comienzan a ver a lo lejos los extraños sucesos que acompañan la aparición de esos 4 demonios a los que tenemos que abatir. Trago saliva y le dedico una última sonrisa a Sam. Entonces me acerco a los componentes del grupo que se enfrentará a Permir. Los miro a todos a los ojos, seriamente.

“No puedes morir. No ahora. Tu familia te necesita” durante unos segundos me recluyo en mi propia mente, como suelo hacer cuando quiero aislarme del mundo exterior y de todo problema. Construyo una densa barrera psíquica a mi alrededor, que evite cualquier estímulo exterior.

Entonces trato de concentrarme en todo lo bueno que me hace querer mantenerme con vida. Pienso en todos los recuerdos felices que no quiero olvidar, en todos los momentos irrepetibles que nunca volveré a vivir. Y pienso también en lo que me queda por delante. Y pienso en Josh. “Maldita sea la coincidencia que nos llevó a todo esto.”

Abro los ojos, volviendo en el acto al mundo real. –Yo ya estoy listo.- comunico a mis compañeros. 

Apenas podía pensar en mi misión después de ver aquella tecnología. No la comprendía del todo pero quería saber mas, los problemas parecían secundarios. Tuve que hacer un gran esfuerzo para despejarme la mente y pensar en mi misión. La misión que salvaría mi pellejo sin duda. Vi que uno de mis “compañeros” también se interesaba los la tecnología y no pude mas que sonreír, aquello era irresistible hasta para aquel niñato. Luego mire al exterior y me di cuenta de que algo no iba bien.

Parece que se acercaba nuestra hora de actuar. No sabia realmente como seria aquello, y desde luego mentiría si dijera que no estaba nervioso. Me tocaba enfrentarme a un ser que las leyendas llamaban demonios, sin duda algo que no se hace todos los días. Sonreí para mi mismo ante aquel brote de sarcasmo. Luego seguí mirando fuera, de momento no teníamos que ponernos en marcha. Pero el momento llegaría muy pronto. Me complacía solo una idea, después de que todo esto acabase, podría investigar su tecnología… Pero había algo mas, algo que me preocupaba, no tuve ese sentimiento jamás. Me preocupaba por Emma, no había sabido nada de ella desde que se fue del hotel…

El ambiente se tensaba por momentos, los demonios avanzaban, se podía notar su presencia. ¿Qué aspecto tendrían? ¿Cual será su proceder? ... Necesitamos una buena estrategia... pensó Jeff. De repente cayó en la cuenta de una cosa, y se dirigió a los ángeles, con cautela pero firmeza.

- Me gustaría saber de qué equipo vamos a disponer, no me gustaría ir a la batalla con esta ropa... - Jeff, a pesar de haber vivido en la abundancia y sin preocupaciones todas su vida, había recibido entrenamiento militar, y pensaba hacerse con un equipo bastante decente. Teniendo en cuenta la avanzadísima tecnología de los extraterrestres estaba seguro de que podrían proporcionarle algo más que un simple chaleco de protección...

Martina se acerca a Marta y le posa una mano en el hombro.

-Todo saldrá bién, pequeña.- Le dice mostrándole una agrdable sonrisa. Acto seguido se despereza abriendo las alas e inspirando profundamente. -Nos veremos a la vuelta y de esta forma volaremos juntas de nuevo. ¿Deacuerdo?.-

Martina había cogido aprecio a la chica. Tenía buén corazón. Y aquello era una cualidad que apreciaba.

Incluso ella misma sabía que la hora había llegado. Habían sido elejidos para aquello que iban a hacer. No había vuelta atras. Si quería volr de nuevo por el cielo azul y ver de nuevo a la dulce Esther, debería de aquebar con lo que se avecinaba.

-Si... sería bueno conocer el equipo del que disponemos.- Ella también estaba preparada.

Sonrio a Martina, su sencillo acto me levanta el animo. Lamento no estar en su grupo, espero que le vaya bien... a ella la echaría de menos más que a cualquier otro, ha sido atenta conmigo, era capaz de ver el lado bueno incluso de Icaro... y esa era una virtud que no habia que desdeñar.

Te espero a la vuelta entonces... Dudo un momento en ese vuelo te contaré una decisión que acabo de tomar. Realmente ya la consideraba una amiga y esperaba que no se enfadara cuando le contará que le quería pedir a los angeles que me llevaran con ellos... pero mejor no preocuparla antes de tiempo primero teníamos que ganar esta batalla.

Ian seguía cabizbajo, el grupo que le había tocado era el grupo ideal ya que èl no tendria que preocuparse por salvar a nadie de nada. El pequeño aparato que le dieron era su responsabilidad instalarlo en el cuello de aquel sujeto.

...Voy a morir... Pensaba sosteniendo la burbuja con fuerza pero sin apretarla.

Levantó su cabeza y se dirigió hacia su mochila, alli estaban todos los equipos que habia tenido en Amazonas, intactos. De la nada los explosivos comenzaron a volar y a flotar en el aire por el lugar desarmandose y volviendose a juntar en uno solo. La figura mostraba una pequeña esfera parecida a la que ellos tenian en sus manos.

Luego de guardar la pequeña pelota en su bolsillo, intentó hacer lo mismo con su localizador GPS, junto con el radar, las gafas de visión nocturna y termica. En el primer intento parecian no encajar las piezas. Lo cual Ian se veía esforzarse para lograr el objetivo... Demonios, esto me cuesta... Lo haré de nuevo.

En un sengundo intento las piezas comenzaron a ensamblarse una por otras formando una especie de Radar tecnologico. Cuando terminó, Lo toma entre sus manos y se la entrega a Icaro y le da el dispositivo.

Tome Sr Darven, esto ojalá pueda ayudarles a localizar mejor a aquella mutante. le entrega el radar - Uselo cuando sea necesario.

Desde que habíamos llegado a Nairobi no había dejado de moverme de un lado a otro, nervioso, tanto en el aquel valle como en la nave de las “momias”. Y no era por la perspectiva de una muerte a manos de aquellos “demonios”, como los habían llamado, sino porque enfilando las que podrían ser mis últimas horas de vida no tenía una mísera colilla que fumar o una cerveza a la que darle un trago joder, mucha tecnología y mucha mierda pero no tienen ni un mísero mueble-bar en toda la nave. ¿Qué cojones pasa, de repente todo el puto universo se ha vuelto abstemio?

Y finalmente, el supuesto fin del mundo dio comienzo. Aquellos cuatro que debíamos de derrotar fueron apareciendo uno a uno, cada uno montando su propio espectáculo, como si esto fuera una película de Hollywood que bonito, una pena no tener palomitas para poder verlo más a gusto. Una vez acabado el show, sigo paseando sin parar, presa de la ansiedad derivada del mayor mono a tabaco que jamás había tenido, lo cual sumado a la larga espera por entrar en acción estaba empezando a pasarle factura a mis nervios. Justo cuando empezaba a plantearme la idea de liarme a golpes con las paredes para aliviar la tensión, se me acerco el "chulito" con algo en la mano.

Vaya, así que el “chulito” sabe hacer algo más que hablar, quien lo iba a decir pienso mientras cojo el objeto, que al parecer era una especie de localizador. Vaya, alguien con ideas e iniciativa, ya era hora de ver algo de eso. Deberías de dar alguna charla en la D.C.M. chaval a ver si se les pega algo, porque es probable que en la siguiente crisis mundial no estemos ahí para salvarles el culo y miedo me da dejar la seguridad mundial en sus manos. Y bueno, que esperamos,  ¿a que nos manden una invitación formal o atacamos de una puta vez? Pregunto dirigiéndome a las “momias” que había en la sala.

Ian se veia cansado por usar aquellos poderes, no era inusual que gastara energia en crear tecnologia que ni siquiera él podia saber que existia.

Se dirige a Draven mirando y contestando su opinión:

Se nota que nunca has leido mi libro ¿Verdad? Sonrie y saca de su mochila un libro bastante grueso, a simple vista parecia tener unas setecientas paginas alrededor. Abre en un poco mas de la mitad acotando y leyendo parte del mismo.

"Me dijeron alguna vez, que en una estrella vive Dios, dando paz al que necesita y siempre ofreciendo perdón. El me lleva de la mano, a donde quiera que voy. Yo siempre quiero estar a su lado, porque así conozco el amor. Me dijeron que esa estrella, está en un lugar lejano ,
pero a la vez tan cerca, en el corazón de los seres humanos. Cada vez que miro la estrellas pienso ¿En cual estará Dios? Pero lo pienso dos veces y sé que está en mi corazón."

Al terminar cierra su libro y acota:

Para lo que no sean creyentes, esto es una metafora. Piensen que dios es aquel ser amado el cual esta en este momento en la tierra e intentan proteger. La base de nuestra fuerza y de nuestro ser y por esas personas pelearemos hoy... Y moriremos.

Cabizbajo se gira y entredientes recita algo que solo podian escuchar los que estuvieran prestandole atención.

Tengo miedo. La tarde es gris y la tristeza del cielo se abre como una boca de muerto. Tiene mi corazón un llanto de princesa olvidada en el fondo de un palacio desierto. Tengo miedo -Y me siento tan cansado y pequeño que reflojo la tarde sin meditar en ella. (En mi cabeza enferma no ha de caber un sueño así como en el cielo no ha cabido una estrella.) Sin embargo en mis ojos una pregunta existe y hay un grito en mi boca que mi boca no grita. ¡No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste abandonada en medio de la tierra infinita! Se muere el universo de una calma agonía sin la fiesta del Sol o el crepúsculo verde. Agoniza Saturno como una pena mía, la Tierra es una fruta negra que el cielo muerde. Y por la vastedad del vacío van ciegas las nubes de la tarde, como barcas perdidas que escondieran estrellas rotas en sus bodegas. Y la muerte del mundo cae sobre mi vida. Pablo Neruda. Siglo Veinte.

La misma mujer que os había contado todo lo que estaba sucediendo, fue quien os llevó al interior de una sala de la nave en la que aparentemente no había nada, pero tras tocar a uno de los laterales de la puerta, de las paredes comenzaron a abrirse una especie de armarios y colgadores con ropa.

Eran unos trajes de una pieza, de color negro y que seguramente, sólo había que verlos, quedaban totalmente ceñidos al cuerpo. No tenían ningún símbolo ni nada que llamase la atención, sencillamente eran funcionales, así que no se molestaron con los adornos.

- Los trajes os protegerán sobre todo de los golpes físicos, pero también tienen alguna defensa contra energías, aunque no es mucha, pero es todo lo que podemos proporcionaros como ropa. Las armas normales, van a ser inútiles, así que los que no dispogáis de ningún arma de energía y sepáis usarla, os proporcionaremos armas a distancia, aunque tan sólo contamos con pistolas.

Dicho esto, señaló a otro de los armarios, donde podríais encontrarlas.

- Como ya os había dicho, esto es tan sólo una nave de transporte así que nuestra capacidad ofensiva no es demasiada..

Miro extrañada a la angel.

Los trajes para protegernos estan bien pero... ¿por que dices que las armas normales no les van a hacer nada? Pregunto algo extrañada ¿Tan duros son que no se pueden cortar? Chasqueo la lengua fastidiada no me gusta sentirme indefensa y con una de esas pistolas sería más un peligro que una ayuda.

Lucas se acerca, toca uno de los trajes con la mano- creo que voy a necesitar ayuda para ponerme esto - Dice riendose mientras se lleva uno de los trajes, luego se acerca a las Pistolas, coje una la examina un poco y tambien se la lleva, por ultimo busca un sitio para cambiarse tranquilamente.

Los que se fijaron mejor, vieron como el ojo derecho de Lucas temblaba levemente, señal de que su nerviosismo estaba aumentando, pese a no demostrarlo.

"unos trajes asi eran justo lo que necesitaba para reirme y relajarme un poco"

No si ya se ve que veníais de excursión. Fijo que si le das al botón de al lado se abre otra puerta en la que guardáis el mantel y la cestita con la comida para el picnic comento en voz alta mientras examino la pistola detenidamente pues ángeles no se si serán, pero está claro que en los milagros ya creen, sino que me expliquen como cojones vamos a acabar con esos cuatro con estas pistolitas de niño.

La “flacucha” tiene razón, ¿no tenéis ningún tipo de arma cortante que pueda valer? Cualquier cosa, aunque sea un cuchillo de mantequilla de alguna aleación ultrarresistente. Más que nada porque ya me dirás como coño le voy a pegar un tiro con esta pistola de agua a alguien que no puede ser visto digo mientras jugueteo con la pistola en mi mano derecha como si estuviera en una película del oeste.

- Hummmm - dijo Jeff al ver las pistolas de energía - me llevo dos.

Cogió un traje y comenzó a quitarse la chaqueta y la camisa sin importarle cuantos le miraran. Estaba muy orgulloso de su cuerpo de gimnasio, así que esconderlo no tendría fundamento...

Mire el traje, algo hortera sin duda, pero al fin y al cabo protegería de algo. Cuando mi propia defensa fallara. Las pistolas en cambio si me interesaron mas, hace algunos años practicaba tiro en la liga universitaria.. Tenia la frivolidad necesaria para ello y no es que fuera nada malo con pistolas. Cogí una y la examine, no era el revolver deportivo que usaba. De hecho pesaba menos, podría dispararla sin problemas. Cogí el traje y me aleje un poco par aponérmelo y guardarme la pistola.

Nuestra misión estaba cada vez mas cerca, ello implicaba también que acabaríamos rápido. Necesitaba investigar todas estas maquinas y su tecnología, mi curiosidad era lo mas fuerte en mis sentidos. El deseo del conocimiento inacabable, que a veces solo me traia problemas. Me acerque para volver a mirar el espectáculo que presentaban los “demonios” y asentí levemente. Yo ya estaba listo.

Tras unos instantes pensando tras las protestas de algunos se acerca a uno de los enormes armarios y comienza a buscar en ellos, cuando al final da con una caja más pequeña de metal y la lleva hasta vosotros.

- Mirad, habéis tenido suerte y sí que las hay..

Al mirar al interior de aquella caja, veis lo que parecen empiñaduras de alguna especie de sable o de un arma similar pero sin ningún filo.

- Tened mucho cuidado con esto, no corta, más bien desmembra..