Partida Rol por web

Viridius toma camino hacia el lugar que ha abandonado el otro espiritu. Lo sigue confiando no estar cometiendo un error moviendose de donde esta, pero despues de todo, no puede seguir jugando este juego sin arriesgar.

El Mago, extrañado, se gira hacia el otro espiritu y le pregunta:
¿Que he de hacer ahora, Espiritu?

El Espíritu hace una cabriola en el aire y se detiene frente a ti.

- Debéis seguirme Gran Viridius, para poner fin a este caos.

Cuando la criatura cristalina se dispone a atacarte, el tiempo se detiene dejándola inmóvil. Te apartas a un lado con facilidad.

De uno de los espejos surge una criatura de luz, de pequeño tamaño, que se sitúa a un par de palmos de tu rostro.

La figura irradia un brillo azulado y se mueve dejando una leve estela de luz.

- ¿Quién eres? ¿A qué has venido?

Theodora seguía avanzando, intentando detectar el verdadero camino a través de los sentidos, manteniendo la calma. Paciencia. Se mantenía también en tensión, esperando a que el enemigo intentara atacarla de nuevo, pero parecía que se habpia cansado de ella, o se encontraba escondido. Fue entonces cuando pudo notar la luz frente a sus ojos, sin poder ver qué lo producia, pero recordando que había sido así como el mago fallecido se había aparecido frente a ella al empezar su viaje.

-Mi nombre es Theodora Sayou. Fui enviada junto a mis compañeros a petición de Samael Wintermute, para recomponer aquello que él ha dañado por sus decisiones. Nueva Atlantis depende de ello.-

- Sed bienvenida.

>> ¿Sois consciente de la carga que portáis y de su significado? ¿Estáis preparado para realizar el sacrificio sin que os importe nada más?

-Soy consciente de la carga. Más me temo que es poco lo que nos fue revelado antes de venir. Pero si significa poder mantener protegida la ciudad, si es por beneficio de Nueva Atlantis, aceptaré el sacrificio que haya que hacerse. Más no puedo hablar por mis compañeros.- Theodora comenzaba a temer que aquel que les había elegido los había enviado a una muerte segura, sin revelarles la verdad de lo que pasaría a partir de ese momento.

¿Por eso había escogido a ella, una huérfana sin nadie más que su maestro? ¿Alguien que no sería importante, ni extrañada por nadie más? ¿Era ese su destino?

El ser que vuela junto a vosotros emite un destello de luz cegador.

El suelo se tambalea y cuando recuperáis el equilibrio, estáis en una sala en penumbra. En el centro de la misma hay una cuna de piedra y el espíritu del Domo vuela con lentitud trazando círculos sobre vosotros.

- Nobles viajeros, el daño producido sólo se puede reparar con sangre.
>> Si sabéis lo que habéis traído dentro del huevo, sólo os queda hacer el sacrificio.

Viridius no entendía. ¿No había ya pasado por esta etapa? ¿Faltaba que hiciera algo más? Le habían dicho que hacer, pero esto no coincidía con aquello. En todo caso, el ya había tomado una decisión.
Pero el viejo Arconte quizo saber que opinaba su compañera.

Y bien joven, Sayou. ¿Que has decidido hacer?

Theodora sintió el temblor, y cuando la calma regresó, se dio cuenta que no estaba sola. Al menos otro de sus compañeros estaba con ella, pero antes de poder dirigirse a él, la voz de la figura de luz llegó a sus oídos.

Reconoció entonces al señor Dax junto a ella. ¿Y Apolo? ¿No lo habría logrado? -Aquel que nos ha enviado no lo dijo todo. Nos seleccionó sin conocernos. Y pide que hagamos un sacrificio por sus errores.-

Estaba triste y molesta, pero también cansada. -Llegué a Nueva Atlantis por la visión de mi Maestro. Este es mi destino. Estoy donde debo estar.- Sus ojos ciegos se dirigieron al hombre a su lado. -Si es un sacrificio lo que hace falta para que Nueva Atlantis sea protegida, sea. Tomad mi sangre, y cumplamos con la misión encomendada.- Se arrodilló entonces, extendiendo sus brazos, y bajó la cabeza, esperando el final.

La criatura vuela a vuestro alrededor mientras sonríe.

- Vuestra sangre no será derramada, al menos no aquí.

Abre las manos con las palmas hacia arriba y el huevo que porta Viridius flota con lentitud hasta que lo coge entre sus brazos, donde lo mece como si fuese un niño de corta edad.

- Puedo leer la nobleza en vuestros corazones. No os mueve el egoísmo como a aquel que os contrató tras alterar el delicado equilibrio de la magia.

El Espíritu deposita el huevo en la cuna de piedra y este emite una luz azulada.

-El no nato no sufrirá ningún daño. Eso tan sólo nos deja una solución, el ritual que usó el mago antes de crear este artilugio debe ser detenido.

La joven volvió a ponerse de pie al escuchar las palabras del espíritu. La confusión seguía reinando en su mente, pues no dejaba de sentir que se estaba jugando con ellos. Se dirigió de nuevo a la dama de azul.

-¿Y cómo puede detenerse ese ritual? Quien nos envió sólo nos dijo que había que venir, que había que traer lo que hemos presentado ante usted. Yo he avanzado ciegamente hasta aquí porque así lo quiso la Diosa. Sin embargo aquí se ha manifestado mi miedo, aquel que es como un padre para mi sufriendo por mi lejanía. Sé que lo que se intentó mostrarme en este lugar para ponerme a prueba no era real, y aún así temo por él.-

Apretó suavemente los puños. -¿Puede ser más clara en la razón por la que estamos aquí? ¿Por qué fuimos elegidos?-

- El azar os trajo aquí, pero habéis demostrado ser la mejor opción para resolver el problema que nos afecta a todos.
>> El mago debe morir, por eso tenéis que viajar atrás y evitar el ritual.

Viridius escucho el acto de Theodora con satisfacción, y así como ella se preparo para recibir un golpe, el retiro la daga que estaba apuntada a su corazón, para terminar la tarea antes de que ella recibiera daño alguno. Luego, escucho las palabras del Espíritu del Domo. Y fiiiiu. El era un Arconte de Atlantis, Mago poderoso por derecho propio y había visto, mucha, quiero decir, mucha mierda en su vida. Desde sectarios a Dragones, desde ninfas que deseaban tu corazón a a cambio de sexo, a sabios que unían el trasero de uno con la cabeza de otros en un ciempiés gigante.
Pero volver al pasado para detener a un mago, Eso era de otro calibre. No se jugaba con los viajes en el tiempo. Y sin embargo ahí estaba. Y él estaba muy viejo para eso. Pero si una joven ciega podía hacer eso, el podía intentarlo.

- De acuerdo. -

Si iba a realizar la mas grande de las travesias, al menos podia quedar bien parado sin pedir demasiados preliminares, despues de todo, estaba seguro que no iban a darles ninguno. - ¿Por donde entonces? -

El aire se carga de estática y notáis como el vuestro vello se eriza.
En el suelo se forma un círculo parpadeante de energía mística y el espíritu os indica que os pongáis sobre él.

- Buena suerte. Confío plenamente en vosotros.

Viridius miro a ambos lados y ... suspiro. Si alguien en la academia de arcontes lo mirase ahora. Le era mas facil clavarse con la espada que subirse a un espiritu. Ayudo a elevarse a la joven y luego se sujeto a su cadera...
- Si no hay mas remedio... -

Un viaje en el tiempo. ¿Era aquello natural? Theodora sentía dudas al respecto, pero aún si no era el ciclo natural de las cosas, la Diosa la había escogido para ello. Por tanto, creía en que contaba con bendición divina para la empresa que debían cumplir.

Sintió que algo ocurría frente a ella, y luego las manos del señor Dax que la ayudaba a subir. Faltaba un tercero... -¿Que fue de Alejandro?- Preguntó de pronto. Quizás el marino no había resultado ser digno para aquella misión. En silencio, Theo le dedicó una plegaria por su alma, esperando que encontrara paz. -Gracias por su voto de confianza en nosotros. Procuraré no defraudarla.- Dijo, dedicando un asentimiento en la dirección en que la voz del espíritu provenía.