Partida Rol por web

- Pero un dios canibal.- Sentencié al ver cómo aquel sin alma había alimentado las energías de aquella criatura.

Al haber sido yo mismo un constructo de los sin alma, aun involuntariamente, todo aquello me generaba sentimientos más que encontrados, peor no podía dejar de admirar aquella versión colosal de la esencia que nos había derretido los ojos y llevado a la muerte en el otro lado. Imaginaba que no mucha gente podía ponerse en una situación así y mi mente se embotaba ante tal persectiva. Diablos.

- ¿Para qué necesitáis este dios?- Estaba claro que yo no lo necesitaba y aún me sentía perturbado ante la idea de que aquello nos hubiese hecho morir, aun en ¿Es ficción la palabra? No, no lo era. Y aquella autómata comenzaba a no caerme tan bien. Hasta entonces había seguido la corriente de toda esta escena, peor ahora sí que todo comenzaba a superarme.

Miré a mis compañeros con una cierta expresión de fastidio, peor supongo que no serían capaces de leerla, dejando a un lado que debían de sentirse tan sobrepasados como yo.

- ¿Para qué nos necesita este dios?- Porque estba claro que en algún momento desvearían nuestro cometido en todo aquello, dudaba que fuésemos simples turistas invitados a aquella exhibición de atrocidades solo para ver si el shock sufrido podía llevarse de  la mano con aquella nueva realidad.

Eloise se mantenía pegada a Nero, como si la cercanía de éste le recordara la humanidad que ella había creído perder, como si la presencia de él le mantuviera cuerda y atada a una realidad que se desmoronaba. 

Sus ojos y su boca se abrieron cuando escuchó aquellas palabras y contempló aquella figura, construcción, lo que fuera... 

- Eso... Eso fue... ¿Eso fue lo que nos mató? ¿Por qué? ¿Por qué estamos aquí?

No era habitual en ella pero estaba asustada, aterrada. 

Casi caigo al chocar con Raud, pero noto cómo Mukh me sujeta y me abraza rodeándome los hombros. Permanezco un rato allí, sintiendo su tacto, dejándome abrazar, cerrando los ojos durante un instante. Estoy demasiado sobrecogida por todo lo que me rodea como para decir nada.

Escucho las palabras la geningeniera, así como las explicaciones de Nero. Creo... creo que entiendo qué es esto, dónde estamos, qué somos... pero no llego a comprenderlo del todo. Ojalá pudiera entenderlo tan bien como hace Nero, pero todo esto se me escapa.

Al ver al trascendente, vuelvo a cerrar los ojos, con fuerza, cubriéndomelos con las manos, temiendo que ardan como pasó antes. Pero eso no ocurre, el brillo no es tan fuerte. Poco a poco los abro.

"¿El embrión de un dios? ¿Acaso es esto Maru, el Sol Radiante? Brilla como el Sol, pero no puede ser Maru... Maru no se alimentaría de nosotros... bueno, creo que no... ¿Qué sentido tiene todo esto entonces? ¿Qué sentido tenemos nosotros?".

Tengo tantas dudas, tantas preguntas en mi cabeza, que no sé por dónde empezar. Al final son Raud y Eloise los que se adelantan y verbalizan la cuestión principal, de un modo práctico: "Por qué estamos aquí?". Ya habrá tiempo después de plantear las dudas metafísicas. Es decir, si sobrevivimos, o si no estamos muertos ya... o si... 

Dejo de pensar y me acurruco en el abrazo de Mukhtar. Junto y aprieto mis manos para evitar que me tiemblen. Eloise no es la única que está asustada.

Si, mis conclusiones eran logicas pero no por eso habia mas. Queria entender mas. Cada vez que hablaba la mujer se referia a la materia que se utilizaba como "espititu", que era la palabra que yo mismo habia utilizado, la palabra que en este ambito podia servir para definirlo, pero algo me decia que era mas que eso. 

Llegamos a una sala y ante mi, se erguia lo que no podia ser mas que el Trascendente. 

Mis ojos se abrieron, mis labios se despegaron dejando la mandibula ligeramente abierta por una impresion que no tardo en ser sobrecogida por un escalofrio, mientras observaba a lo que la mujer no tardo en designar como el embrion de un Dios.

Gire mi rostro y mire a la mujer, mis ojos estudiaron su imperturbable rostro antes de volver a la criatura de luz que esta vez no incineraba nuestros ojos. Mi mano se cerro con mas fuerza sobre la de Eloise, tirando levemente de ella hacia mi si es que eso era posible. Necesitaba esa cercania.

Embrion de un Dios. No es que estuvieramos en las camaras que el mismo habia creado. Zikaru era... el utero de un Dios. Zikaru era el lugar desde donde lentamente, se alimentaba a un Dios que estaba por nacer. La creacion de una "madre", que de no estar, habia creado un lugar donde su "hijo" pudiera yacer hasta el momento de su concepcion. Esa era una posible conclusion, la otra... que alguien estaba jugando con los poderes antiguos y que pertenecian a los Dioses, para crear un propio. Ambas conclusiones eran... aterradoras... y al mismo tiempo magnificas. Mi mente simplemente intentaba atrapar todo aquello, porque nunca crei posible estar en un lugar como este. Sagrado a todas luces, aunque todo dependidera del punto de vista.

Las palabras de Raud me hicieron mirarle, por un momento, para luego mirar al Trascendente. - Por que canibal? Nosotros nos alimentamos de otros seres. Nosotros comemos animales, ya sean terrestres o acuaticos, junto con otro sin fin de alimentos. Tu te alimentas de otra forma, pero te alimentas. Alguna vez has pensado en el aceite que tomas? Lo has tenido en cuenta? Lo hemos hecho nosotros? - No habia critica, no habia agresion en mis palabras, solo una explicacion o dialectica que provenia del estado de contemplacion de una criatura que aun sin estar aun "despierta" era increible. 

No, no lo haciamos. Era energia que requeriamos y tomabamos...

Desde un punto de vista muy externo, nos alimentamos de criaturas inferiores en cierta forma... - Mire al Trascendente. Podia notarse que una cosa eran mis conclusiones, otra los sentimientos que estas me generaban. Ahora era mi mente y no mi corazon el que hablaba. - Desde el punto de vista de un Dios, nosotros no somos nada... apenas motas del polvo en el devenir del tiempo...

Aun asi, aunque mis palabras podian parecer frias y totalmente objetivas, mi mirada no perdio de vista al Sin Alma que se perdia en la piscina de negro fluido. Todos dabamos por hecho la "necesidad" de la Calma. Viviamos qui, aun a sabiendas de que podiamos caer fulminados. Por que? Habia algo mas? Quizas era la misma presencia del Trascendente la que nos atraia a esta ciudad? Aun sin saberlo, como polillas a una luz demasiado fuerte.

Mi mano apreto con algo mas de fuerza la de Eloise. El simple pensamiento de que podia haberle ocurrido a ella, hacia que mi corazon temblase porque por mas increible que fuera, el Trascendente era una fuerza aun dormida, cuyo poder no podia ser desafiado. Un ligero temblor, por el hecho de aun en estas circunstancias sentirme tan inferior a algo. Era majestuoso... pero tambien absurdamente terrorifico.

La Boveda. El termino en si decia mucho y nada. Las preguntas de los demas llenaron mis oidos y mi mente proceso... lo que sabiamos.

La Boveda es el centro de Zikaru seguramente. El lugar que debe ser protegido a toda costa... - Mire al embrion. - para que todo aquello que mantiene en suspension al Trascendente no acabe destruido. Esta dormido, seguramente como un bebe, su tiempo de nacer aun no ha llegado. La boveda se asegura de protegerlo y alimentarlo hasta que llegue ese momento... - Todo eran teorias, posibilidades. Mire en direccion a la mujer. - Has dicho que ha habido un fallo de contencion... asi pues la cuestion es... aquella luz que nos mato arriba, que diezmo a tantos arriba... la enviaste desde aqui abajo para suplir lo que ese fallo de contencion provoco o es lo que se escapo de la contencion?

Mukhtar abrió varias veces la boca, quería decir algo... pero las palabras sencillamente no le salían. La visión de aquel ser colosal y brillante, similar al que les había achicharrado los ojos y causado la muerte de forma tanto indirecta (en el caso de Raud, Eloise y Zoe) como directa (en el caso de Nero y Mukhtar mismo) lo había sobrecogido en gran manera. La vida en Zikaru estaba llena de maravillas tecnológicas, algunas que casi parecían magia (o lo eran directamente), pero aquello... el granuja estaba casi seguro de que ellos eran únicos en ese sentido. Tragó en seco, intentando deshacer el nudo que se le había hecho en la garganta, pero no pudo.

El granuja se quedó mirando a la geningeniera con la boca abierta al darse cuenta de lo que pasaba debajo, en aquella piscina de líquido negro. Su semblante inexpresivo le generaba... ¿rabia, quizá? Algo por el estilo, pues no podía evitar pensar que por cada Sin Alma que se arrojaba a aquel lugar, un zikariense más moría. Por otra parte, la pequeña discusión entre Raud y Nero hizo que se le agriara un poco el gesto. Nero llevaba la razón, estaba seguro de que para una manada de animales, un banco de peces o una bandada de aves la caza debía sentirse y verse como algo similar a aquello, la diferencia era...

— Nosotros tenemos raciocinio, Nero. Los animales solamente tienen su instinto. Bueno, al menos la mayoría —se llevó la mano libre a la nuca—. Pero... tienes razón en lo demás, para un dios, si verdaderamente es lo que dice ser, nosotros somos... nada —tragó en seco otra vez, y se humedeció los labios, nervioso. Volvió a mirar a la ginode—. ¿Por qué estamos aquí? —sí, todos habían hecho la misma pregunta, todos tenían esa misma sed de respuestas, de... ¿propósito? De saber por qué habían muerto.

Zoe se acurrucó un poco más, y Mukhtar acabó por rodearla con ambos brazos. Él necesitaba aquella sensación de sostenerse a algo tanto como ella, su calidez le daba al menos un ápice de tranquilidad, de que no todo estaba perdido.

En medio de toda mi dialectica, mientras mi mano sostenia la de Eloise, mientras sentia la necesidad de su cercania de una forma cada vez mas obvia para mi, mientras mi cuerpo luchaba contra un sinfin de sentimientos y sensaciones, escuche las palabras de Mukhtar. Mi mente se movia en una direccion, mis sentimientos en otro y el ancla de todo era una mujer de la que en estos momentos no podia, ni queria separarme.

No fui capaz de captar el tono de Mukhtar, no entendia si le habia molestado mi explicacion o no, pero esperaba que no. Eran mis amigos y sabia que a veces, yo podia ser algo frio en mis explicaciones... o eso me habian dicho, yo no captaba del todo eso.

Mire por un instante en direccion a Mukhtar. - Si, es cierto. Tenemos raciocinio. - Asenti pues estaba de acuerdo con esa interpretacion, pero le faltaba un detalle. - Sin embargo... cuanto tenemos en comparacion con el? - Mire hacia el Trascendente.

Como podiamos intentar entender el punto de vista de alguien o algo como el? Era imposible, su distancia a nosotros era quizas incluso mayor que la nuestra a las de los animales. Entenderia siquiera que eramos capaces de pensar? Que eramos capaces de razonar? O lo veria como algo tan primitivo, que lo definiria como instinto, de igual forma que nosotros haciamos con los animales. - Desde su punto de vista no somos nada... quizas incluso nuestro raciocinio se vea mas como nosotros vemos el de los animales... - Un ligero escalofrio que provenia de un miedo claro ante el ser cuya presencia robaba toda la atencion de la sala.

No tenia las respuestas, eso lo tenia claro, pero aun asi, la sensacion era la misma. Era un miedo reverencial, despues de todo realmente estabamos ante algo que en un futuro seria un Dios. Ahi esta el punto importante. Seria. Todo ese poder, toda esa fuerza y aun estaba dormido, aun estaba alimentandose y gestandose hasta el momento en que naceria.

Segui la mirada de Mukhtar, aprete a Eloise un poco mas a mi, mientras esperaba la respuesta a la rpegunta que realmente tenia importancia ahora mismo. Por que?

La androide pareció dar por válidas las reflexiones de Nero acerca del canibalismo o el sustento de la divinidad. Os conminó a seguirla unos pasos más hasta encontraros enfrente de la imponente figura dorada.

—Lo que visteis era un eco de Su Presencia —explicó con sencillez —. Una fuga de Su Poder hasta que ha podido ser debidamente contenida, pero el proceso no está completo. Uno de los nexos de contención está comprometido, esto ha causado los fallos, y se seguirán dando hasta que no pueda controlarse —de nuevo un Sin Alma se adentró en aquella macabra sopa alquitranada para no volver a salir —. Cuando eso suceda, la Bóveda colapsará y todo se vendrá abajo. No es una posibilidad. El proceso debe completarse.

Vuestra anfitriona volvió la mirada hacia Raud, le miró fijamente, escrutadora, y terminó por responder con aquella voz aséptica, carente de emociones.

—No quiero. No queremos. Es Su Voluntad.

Me dejo abrazar por Mukhtar y cierro los ojos sintiendo su calidez mientras escucho las disquisiciones de Nero y la geningeniera. Todo esto me supera, casi hace que me duela la cabeza. 

-Si, claro... no somos nada pero el Trascendente... -aún me niego a verle como un dios; para mí, mi único Dios sigue siendo Maru, el Sol Radiante, y todavía no tengo claro que sean lo mismo -...pero el Trascendente nos necesita para evitar que la Bóveda colapse...

Y enseguida me callo, al darme cuenta de mis palabras. "No, no nos necesita en realidad; si nos negamos, o no le fuéramos útiles, simplemente nos descartaría, nos convertiría en sopa negra y tomaría otros cuerpos u otras consciencias para que hicieran lo que necesita. Por eso el soldado que rescatamos no está aquí con nosotros, quizá estaba demasiado dañado, o no tenía la consciencia adecuada, o simplemente no necesitaba tanta gente... ¿Es eso lo que somos? ¿Simple resultado del azar? ¿Descartó al soldado como podría haberme descartado a mi, o a Raud, o a Eloise... o a Mukh?". 

Tiemblo solo de pensarlo. Estoy deseando que esto acabe, y recordarlo solo como una pesadilla, y volver a la ciudad, ya reconstruida por los Sin Alma, y volver a ver a Shani, y a mi madre, si es que aún siguen vivas, y que todo vuelva a ser como antes... aunque en el fondo de mi no sé si eso llegará a ser posible o todo esto que he visto, que he conocido, habrán cambiado algo para siempre.

Con la voz temblorosa, llena de dudas, me dirijo a la geningeniera:

-Q.. ¿Qué podemos hacer entonces? ¿Cómo podemos... ehm... arreglar ese "contenedor", o ese nexo... y evitar que todo colapse? 

— ¿Entonces eso ha sido "solamente" una fracción de su... poder? —preguntó Mukhtar, estupefacto. Aquella fuga había sido capaz de acabar con una gran cantidad de personas en un abrir y cerrar de ojos, por no decir que seguramente se habría cargado más de un sistema importante. El mero pensamiento hizo que el granuja temblara un poco, aunque el contacto con Zoe lo ayudó a mantener, a pesar de todo, una relativa... "tranquilidad" (más bien resignación).

Mukhtar volvió a observar la bóveda, al ser que estaba en el centro, refulgiendo, a las decenas de Sin Alma que se lanzaban uno por uno a esa piscina negra que lo alimentaba. Cualquiera de ellos podría ser... alguien importante para alguno de ellos. Él no tenía muchas personas en su vida, había sido "afortunado" de que las que más le importaban estuvieran ahí con él, pero... ellos sí. Tragó en seco y miró a la geningeniera, asintiendo a la pregunta de Zoe. En esas circunstancias eso era ya lo único que importaba.

Un eco. Esas dos palabras recorrieron mi cuerpo haciendolo temblar de autentico miedo, de impotencia y en cierta forma de contemplacion absurda de lo que era, o podia llegar a ser el Trascendente. Un embrion. Simplemente un embrion que necesitaba madurar y su poder era tal que un simple eco de su poder habia provocado todo esto... incluidas nuestras muertes. Siendo consciente de que en gran medida no es que nosotros fueramos la gran cosa en ese sentido. No es que le hubiera costado mas eliminarnos con ese eco.

Pero Zikaru. Eso si daba miedo. Un simple eco y la misma ciudad lo sufria con tan devastadoras consecuencias.

Mi mano se cerro sobre la de Eloise. La impotencia dolia, aunque era obvia, eramos nada al lado de el y significabamos menos para aquellos que lo adoraban. Ellos no nos querian aqui, no creian necesitar de nosotros, pero El habia hablado, habia expuesto su voluntad y ellos no la desafiarian. Tal era su Fe, tal su devocion a aquello que debia nacer...

Busque los ojos de Eloise, mientras mi mente creaba posibilidades y concretaba opciones a futuro.

Eramos necesarios. Lo eramos ahora... pero y cuando hubieramos arreglado el problema? Si nuestra utilidad desaparecia... y con tan vasto poder a su alcance, viendo el secretismo con el que lo llevaban todo... daba miedo pensar mas alla del momento actual, de plantearse las futuras consecuencias de todo.

Empece a temblar de manera mas clara, pegandome mas a Eloise.

Para Nero, para. Estamos vivos. Zoe, Raud, Mukhtar y Eloise. Estamos todos vivos. Es una oportunidad. No pienses tan a futuro, ahora hay que entender que necesitan de nosotros y... respirar. Respirar y relajarnos.

Observe como otro Sin Alma se movia en direccion a la piscina negra y se metia en ella. Mis labios se cerraron en una fina linea. Ahora queria azucar. Necesitaba azucar.

Mire a Zoe tras su pregunta, observe el gesto de Mukhtar y yo mismo asenti... porque era la unica pregunta que importaba en estos momentos.

Una mano algo mas tranquila se cerro sobre la de Eloise... porque si una sola cosa era demasiado, el conjunto de todo lo que sucedia y sus consecuencias si decidiamos pensar mas alla del momento actual era... terrorifico.

Todo cuanto sucedía a su alrededor, todas las palabras pronunciadas y no pronunciadas, los gestos, los movimientos y las acciones o inaniciones de cuantos la rodeaban, de aquellos a quienes consideraba amigos, hermanos y algo mucho más importante... ¿Acaso todo aquello era una farsa? ¿Acaso habían gravado aquellos sentimientos en sus mentes para hacerles más sumisos? 

Sintió la fuerza del apretón de manos de Nero, la calidez de su tacto y su cercana presencia. Lo miró y sonrío con dulzura. No, aquello no podía ser falso... 

No quiso mirar a quienes se lanzaban contra aquella piscina, su atención estaba puesta en aquella extraña criatura y en la respuesta a la pregunta que más importaba... Qué podíamos hacer ahora nosotros... 

Permnecí en silencio sin saber qué esperar de todo aquello. La imagen de Eloise y Nero, tan lejos y tan cerca, y de Mukhtar y Zoe, me hacía preocuparme por ellos, al menos estaban aquí y no iban a lanzarse a aquella piscina final para alimentar a la bestia. En vista de la dudosa naturaleza de... De todo... No me quedaba más que aferrarme a quienes estaban conmigo en aquel lugar, obviando a la autómata, a la que cada vez me costaba más mirar sin notar una ira creciente. Puede que Nero comprendiese la naturaleza de todo aquello, pero mi completa incertidumbre, por mucho que pudiese oírle parlotear con nuestra guía, no hacía más que retraerme. Algo tenía que cambiar. Pronto.

Vuestra anfitriona se mostró hierática a las preocupaciones que os atribulaban, estaba claro que para ella las vuestras, o era incomprensibles, o le resultaban insignificantes. Se centró en la pregunta de Zoe, mirándola directamente.

—El nexo afectado es el orientado a poniente —explicó, movió la mano y, ante vosotros, las virutas rojas se acumularon formando un mapa tridimensional de la región de Zikaru. En el mapa podía verse Zikaru en el centro de lo que era el desierto de sal, con esa peculiar forma circular perfecta y, en cada punto cardinal, las colinas que vosotros conocíais como los Vigilantes en el borde del desierto. Señaló una de estas colinas —. Algo ha afectado a su funcionamiento, y no está conteniendo correctamente el flujo de energía. Debéis ir allí, ver lo que sucede y repararlo de inmediato.

Una mirada más detallada os reveló que todo aquel desierto parecía cubierto por una cúpula de hilos de energía que se interconectaban entre los Vigilantes y, también, cno Zikaru. Un flujo continuo y perfecto, pero la estela energética que salía del punto dañado parpadeaba sensiblemente.

—Se os facilitará del equipo necesario para la reparación —continuó —. Una vez restablecido el circuito, la Bóveda estará segura y la normalidad reestablecida.

- ¿Normalidad reestablecida? ¿Me haréis olvidar todo esto y haréis que todo vuelva a ser como... Como antes de la ceguera? ¿No querrá vuestro dios consumirnos a todos una vez que ese circuito vuelva a estar completo?

No, no entendía demasiado de todo aquello, Nero era el más iluminado por aquella delirante puesta en escena, pero ahora me preguntaba si realmente colaboraría en aquello si me dejaban volver atrás, al otro mundo, o si por contra, ya no había vuelta atrás y todo aquello había terminado con lo poco que apreciaba y amaba de este mundo.

Lo que parecía seguro era que teníamos una misión, y por desconcertante e impreciso que todo aquello fuese, seguro que la otra opción era ser hundido en aquel caldo nutritivo a la fuerza, para mantener con vida a aquella cosa unos minutos más, mientras trataban de obligar a otros incautos a solucionar su problema.

- Maldita sea. Creo que me da igual. Llegados a este punto no me siento mucho más fuerte o inteligente que uno de estos sin alma que alegremente se suicidan a los pies de su dios. Si ir a solucionar esto significa alejarse de aquí, por ahora, hasta me parece una mejor opción para mi magullada cabeza.

Suspiré, más para mis compañeros que para aquella autómata del diablo.

Miró a sus compañeros y después a aquella extraña mujer, cosa, lo que fuera... 

- No me importa realizar dicho trabajo, aunque me gustaría saber algo... ¿A qué os referís exactamente con lo de "la normalidad reestablecida"? ¿Significa acaso que, como bien dice mi amigo Raud, nos devolveréis a nuestras vidas olvidando todo esto? 

Mukhtar se quedó mirando el mapa con la mirada... un poco perdida. Zikaru estaba suspendida encima del Desierto de Sal, entonces... ¿cómo estaba conectado con el resto? ¿O es que acaso esas virutas rojas eran invisibles a la vista de los humanos normales? El granuja parpadeó un par de veces, y escuchó las intervenciones de Eloise y de Raud, asintiendo.

— Sí, ¿qué rayos pasará con nosotros? —la verdad sea dicha, tenía en la boca de su estómago la sensación de no querer escuchar la respuesta a su pregunta. Algo en su interior sabía que la respuesta iba a ser desagradable, pues tanto la geningeniera, no hablar ya del tal... embrión del dios, el Trascendente o lo que fuera, no parecían tener mucho aprecio por la vida en general. La otra pregunta se formó, y no pudo acallarla —. ¿Cómo están conectadas las estaciones con... aquí? ¿Seguimos en Zikaru, no? Zikaru flota por encima del Desierto de Sal, y nada la toca.

Cuando la Geninngeniera me mira me siento intimidada, e instintivamente retrocedo un paso. Observo cómo se forma el mapa y escucho sus explicaciones en silencio. "Vaya... así que Zikaru... bueno, no la ciudad pero su... ¿energía? ¿su esencia? se extiende hasta las montañas. Eso... eso es más lejos de lo que he viajado nunca".

Escucho las voces de Raud, Eloise y Mukh, y las dudas que plantean. Yo también las tengo, pero no se la quiero hacer a la Geningeniera. Después de todo, solo somos peones para ella, y aunque salvemos a su dios, o lo arreglemos, o lo restablezcamos, o lo que sea... aunque lo hagamos, no creo que la palabra 'agradecimiento' esté en su vocabulario.

"Es muy posible que después de hacerlo nos conviertan en pulpa negra de esta... pero estaremos lejos, en las montañas, perfectamente podríamos irnos... no, eso no, porque condenaríamos a todos los que todavía están en Zikaru. Pero quizá sí arreglarlo e irnos, si sabemos que nos convertirán en puré... aunque no puedo irme sin saber qué ha pasado con Shani, y con mi madre... no, no podría...".

 -¿Vamos entonces? -digo intentando que no me tiemble la voz y volviendo a dar un paso adelante frente a la geningeniera, tratando de parecer segura de mi misma, aunque en el  fondo estoy temblando por dentro.

Por el rabillo del ojo veo a mis compañeros, Raud, Eloise, Nero, y Mukh. "Al menos estaremos juntos, y fuera de este... sitio. Y, además, si vamos al oeste, iremos hacia donde se pone el Sol, Maru, mi Dios, el verdadero, no este trascendente que se estropea y mata a la gente".

El mapa que se formo delante mio hizo que mis ojos se abrieran de par en par y mi madibula cayera levemente mientras observaba el entramadao.

Sublime... - Mi cabeza se ladeo, viendo las miles de formas en que el Trascendente estaba unido no solo a Zikaru sino al Desierto de Sal que habia por debajo de la misma ciudad. Era simplemente una maravilla. Quien sino un Dios seria capaz de crear algo tan bello y con tanto significado.

La mano que no tomaba a Eloise se elevo, con un dedo haciendo de guia para moverse entre las diferentes lineas pero sin tocarlas, como reando mi propio mapa mental de ello. Como un niño que pinta sobre las lineas descritas por su padre. Ni siquiera eso, las lineas habian sido pintadas por aquellos con el poder de hacer nacer a un Dios... eso nos ponia a un nivel tan efimero por debajo de ellos que era como ver el trabajo de unos dioses, en su necesidad de crear un Dios Autentico... superior.

Era arte mas alla de cualquier otra cosa. La belleza y el poder que emanaba la estructura, la ciudad, todo...

Una lagrima acabo cayendo de ambos ojos, mientras observaba tal mapa.

Cuando dices que algo ha pasado, te refieres a una intromision externa o a algo interno? - Eso era importante.

Las palabras acabaron por colarse en mi mente, consciente de las necesidades a cubrir por parte de mis amigos y que eran tan comprensibles. Despues de todo habian demasiados cabos sueltos.

Supongo que ninguno tiene ningun problema en ayudar, sobretodo tras habernos traido de vuelta a la vida... - Mire a los demas. - pero necesitariamos garantias de no acabar asi... - Señale en direccion a la piscina, con la cabeza. - Una vez terminemos de ayudaros.

Algo en las palabras de los demas se colo mas alla de las posibilidades, como si la oscura realidad pudiera cerrarse sobre nosotros.

En base a su explicacion Raud, no podrian obligarnos a hacer nada... a menos... - Un rapido parpadeo, un ceño fruncido, una tension clara en la mano que tomaba a Eloise, antes de girarme para mirar a la anfitriona. - Ademas de recrearnos, ademas de colocar nuestros espiritus en estos recipientes... nos habeis colocado tambien el mismo cepo que a los demas Sin Alma? - Era una pregunta logica, porque crear sirvientes si no puedes controlarlos de alguna manera. El cepo seria una baza importante y en caso de que saliera bien o mal, serviria para eliminar nuestra existencia. - Inactivo supongo en estos momentos, pero la pregunta sigue siendo la misma. Tenemos un cepo similar?

Necesitaba azucar. Realmente me apetecia mucho uno de esos postres de Eloise. Esto me empezaba a dar dolor de cabeza. Era interesante, era magnifico pero no era lo que veia lo que causaba ese desasosiego, sino las posibilidades de que todo fuera un juego de estos sirvientes a quienes no les importabamos y solo se movian por la Voluntad del Trascendente. Si la del mismo cambiaba, sus formas cambiarian, si decidia alimentarse de nosotros, ellos nos entregarian... lo dicho... dolor de cabeza a este paso. Necesitaba azucar.

La realidad es que no cambiaba nada, con cepo o sin el. O haciamos lo que querian o nos licuaban... my seguramente.

Esperaria la respuesta a las palabras de Mukhtar, mientras miraba a Eloise. Olvidar. Lo dudaba. La mision era demasiado importante para dejar cabos sueltos, como ya habia dicho, no eramos nada... a sus ojos.

—La injerencia es de naturaleza externa —dijo mostrando consternación —. Si sigue así, todo el sistema puede colapsar. Eso no es una opción.

La androide os miró unos instantes en silencio, como si tratara de adaptarse a los problemas que le presentábais. Era una sensación extraña, ya que era como si estuviera aprendiendo de vosotros al ritmo del que le presentabais las dudas. Probablemente porque jamás se tuvo que preocupar por las cosas que vosotros os preocupaban.

—Una vez reestablecida la normalidad el procedimiento de la Bóveda continuará como está marcado —explicó con calma —. Se os ha facilitado un cuerpo nuevo, libre de las taras del anterior. El que conozcáis la razón no cambia el hecho de lo que es y lo que sucederá. Vuestras.. vidas.. continuarán, no se puede deshacer lo hecho, pero sí proseguir con ellas. La memoria puede ser reestablecida a los parámetros anteriores si así se desea —la nula empatía que demostraba la mujer hacia vuestras preocupaciones era escalofriante, casi parecía serle indiferente vuestro destino o, incluso, si aceptabais o no —. Vuestras vida seguirán como estaban marcadas, hasta que vuestra energía sea cosechada.

La mujer sintética miró unos instantes a Nero, volvió ese silencio confuso antes de responderle.

—¿Por qué no? La unión de consciencias, formar parte de un Dios, ¿no es acaso el destino definitivo de todo ser sintiente? ¿Evolucionar? ¿Mejorar? ¿Trascender? —cuestionó por unos segundos, se encogió de hombros al final —. Es indiferente vuestra unión al proceso. El Trascendente será. No hay alternativa posible —negó con la cabeza cuando preguntó por el cepo —. Como dije, necesitáis vuestro libre albedrío intacto para el éxito de vuestra misión, que vuestras facultades cognitivas no se vean mermadas.

Estaba claro que aquel ser no contemplaba la posibilidad de que os negarais o, al menos, no lo expresaba con claridad. La duda que expuso Mukhtar también recibió respuesta.

—La Bóvedad sostiene lo que vosotros llamáis Zikaru —movió la mano haciendo que las virutas carmesíes se revolvieran —. La energía fluye por todas partes, pero solo es visible aquí. No estáis diseñados para ver.

Elevó una ceja y miró a aquella cosa.

- ¿Está diciendo que nunca podremos abandonar Zikaru? ¿No podremos formar familias? Si lo hacemos sabríamos que nuestros hijos o hijas serían utilizados también para alimentar a ese Dios... ¿No? 

Comenzaba a dolerle la cabeza hasta el punto que ésta le daba vueltas, seguramente por intentar pensar tanto o quizás simplemente abrumada por una realidad que la sobrepasaba.