Partida Rol por web

Veis como una excelente explosión sale de la varita de Elphie, aún en los brazos de Jan y ambos os sorprendéis de lo bien que había salido, a la primera. Con ese hechizo podíais crear mucho daño si os lo proponíais. Sin embargo, el mérito y la admiración por Bombarda se convierte en temor y pánico, pues las arañas, ahora más enfadadas, bajan por el agujero en el suelo que había causado la explosión y aceleran su paso, directas hacia vosotros. Así que, puesto a que no llegabais al pasillo donde estaba Kyra, no os queda más remedio que correr precipitadamente al que os quedaba detrás, más cerca que el resto.

Las arañas casi os alcanzaban pero, por suerte, conseguís entrar por un mini hueco aún abierto que quedaba en el pasillo. Un sonido asqueroso se escucha cuando este se cierra del todo y veis que se trataba de la pata de una acromántula que se había aplastado con la pared que había cerrado por completo el pasillo, en el cual, por primera vez, era de día. La pata de la gigantesta araña se parte y comienza a moverse por el suelo, como retorciéndose de dolor. 

Sin mirar atrás y notando la tremenda explosión, llegáis al pasillo cuya puerta estaba sujetando Liam, justo a tiempo. Unos segundos más y quizás no lo hubierais logrado, sin embargo, ahí estabais todos, sanos y salvos. Excepto la pobre Kyra, la cual seguía inconsciente. 

En el pasillo, por primera vez, era de día. Sin embargo, el Claro se había vuelto oscuro antes de la aparición de las acromántulas. No sabíais qué había pasado con el resto de vuestros compañeros, pero habíais podido ver como las arañas se enfurecían con el hechizo de Elphie e iban a por ellos antes de que la pared del pasillo se cerrara completamente. 

Gracias a la horoicidad de Matthew, Seamus y él llegan al pasillo por el cual hacía unos segundos había salido Matthew justo antes de que este se cerrara del todo.

En el pasillo, por primera vez, era de día. Sin embargo, el Claro se había vuelto oscuro antes de la aparición de las acromántulas. No sabíais qué había pasado con el resto de vuestros compañeros, pero habíais podido ver como las arañas se enfurecían con el hechizo de Elphie e iban a por ellos antes de que la pared del pasillo se cerrara completamente.

Nora también estaba en el pasillo con vosotros, había llegado unos segundos antes. 

Habíamos... conseguido llegar... ¿Todos? No, Jan y la chica menuda se habían quedado atrás... Lo habrían conseguido en otro pasillo? Miré a mi alrededor. Matthew no estaba con nosotros, la chica de pelo caoba tampoco. De golpe una oleada de rabia y dolor me inundó. Toda la adrenalina del momento, el miedo y la preocupación por los demás necesitaba salir o estallaría. Caí de rodillas y grité mientras se me escapaban las lagrimas. Todo mi cuerpo estaba temblando.

- ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!

-¡NO!. -Un fuerte y corto grito sale de ella, demostrando su incredulidad y terror por la escena. ¿Por qué no siguieron corriendo? ¿Qué pasará con sus demás compañeros? ¿Lograrán sobrevivir? ¿Los volverá a ver? y mucho más importante ahora... ¿Qué habrá al final de este pasillo?. La pelirroja comienza a llorar en silencio, no podía creer aún que todo lo que están viviendo sea real, que estén atrapados en ese "laberinto" y que alguien desconocido quiere que se maten entre ellos. Se dio cuenta que quienes cargaban a Kyra fueron los únicos en cruzar la puerta, sus compañeros se quedaron para distraer a las acrómantulas; no podían dejar pasar ese sacrificio... encontrarían la forma de salir de ese lugar. El lugar donde estaban, por suerte, era luminoso y de día... la chica recuerda que sus compañeros mencionaban un hechizo para hacer luz, pero lamentablemente no recordaba su nombre.

-¿Están todos bien?

Luego de calmarme un poco, mire a los dos chicos que estaban conmigo. Que lindo, arañas. Bueno chicos estamos solo nosotros. Mi mirada va hacia Samus. Recuerdas algo de ti? Y luego a Nora. Y tu? Yo tenia muy poco y debía chequear a Oliver. Encontré a un chico atado, tambien le paso lo mismo que a nosotros pero esta en un altillo... Me quieren acompañar. Mientras espero intento acordarme del hechizo que dijo Elphie.

La palabra del hechizo se te va yendo de la mente poco a poco hasta que se desvanece. ¿Para que era el hechizo?¿apagar luces? ¿Pintar la pared?

En cuanto se cerró la puerta dejé escapar el aliento de golpe, jadeando dejé a Kyra apoyada en la pared para acto seguido plantar las manos en las rodillas e inclinarme un poco mientras jadeaba con fuerza.- Joder... Joder... Joder...

Cuando mi respiración se normalizó un poco me erguí nuevamente con gesto de cansancio, eché un vistazo alrededor y la poca, por no decir nula visibilidad me confirmó mis sospechas. No todos lo habíamos logrado. Vi a Anthoni, la pelirroja, el amable decapitador y a la bella durmiente, aparte de mi mismo como supervivientes. O como los que cayeron de la sartén para ir a parar al fuego. Y hablando de fuego, necesitábamos algo de luz.

Corté una ristra de mi camisa y la apreté formando un gurruño que dejé en el suelo.- Voy a intentar hacer un pequeño fuego para que podamos ver algo, ¿Vale? Lo digo para evitar que alguien me corte la cabeza. Luego deberíamos tratar de curar a Kyra, y echar un ojo a los alrededores.- Acto seguido apunté a la camisa y pronuncié Incendio, pero una vez más la magia no surtió efecto.- ¿Que demonios me pasa? 

Negando me acerqué a la inconsciente y traté de hallar su herida, analizando su gravedad para poder sanarla. 

Aluciné pepinillos cuándo el conjuro me salió a la perfección. Por primera vez desde que había despertado me sentía bien, me sentía viva, me sentí útil y poderosa. Me sentía yo. Sin embargo mi acto heróico nos metió en problemas, pues atraje la atención de las arañas.

"Me cago en la puta. Cómo habrán sabido que el conjuro era mío. Joderjodermierda."

Por suerte para ambos Jan era todo un atleta y cruzamos una puerta justo antes de cerrarse. Me bajé del hombro de Jan y observé fascinada la pata de araña retorcerse. Podríamos haber sido nosotros. Ahora estábamos a solas en un pasillo mientras el resto estaba quién sabe dónde. Mientras Kyra estaba quién sabe dónde. Me pregunté si agradecerían que hubiésemos despistado a las ara=nas y ahora nos llorarían cómo héroes caídos. Me preguntaba si era mejor idea buscarles o hacernos los muertos...

Me giré hacia Jan entonces. No me conocía de nada y me había salvado. Tal vez mis ideas de lo que estaba mal y bien eran distintas a las del resto, pero tenía un honor propio que ahora me ponía en deuda con él.

- Gracias. - le dije con sinceridad. - Podría haber sido alimento de acromántula, pero tú te has arriesgado por sacarme de ahí. - me quedé unos segundos en silencio, mirándole, intentando analizar su expresión. - Por qué?

Acababa de vivir los momentos más tensos de mi vida, o al menos de la vida que recordaba, que todo sea dicho no era mucha. No hacia ni 10 minutos que conocía a aquella chica y ya había tenido que ayudarla dos veces, y como recompensa no se le ocurre otra cosa que atacar a las arañas para que nos persigan. ¿Qué se pensaba?, ¿qué las arañas tenían déficit de atención y no verían a una chica con una varita gritando y lanzando explosiones? ¿Qué se lo tomarían bien y nos invitarían a tomar el té? Casi nos mataba. Caí exhausto en el suelo y entonces me dio las gracias y me preguntó que por que la había salvado.

-Espera, espera. Déjame recobrar el aliento. -Después de respirar profundamente, me medio incorporé para quedar sentado y le contesté: -La verdad es que no lo sé. Y con la que has liado empiezo a dudar de si ha sido buena idea jaja.- Le dije medio en broma. -Supongo que lo he hecho por Kyra. Ella te considera su amiga, y de momento es la única persona que se ha ganado mi aprecio en ese claro. Así que pensé que ella preferiría que estuvieses viva. Al menos hasta que averigüemos si no hay más opción para salir de aquí que matarnos los unos a los otros. -Saqué la cantimplora con el agua que quedaba de la vez que le había ofrecido a Kyra y eché un buen trago. Volví a respirar profundamente y me levanté. 

La miré a los ojos. 

-Sea como sea, parece que estamos atrapados en este pasillo. Así que espero que nos llevemos bien.- Suspiré. 

-¿Crees que Kyra estará bien? Oye, perdona, no te he ofrecido, ¿quieres agua?.

Niccolas ve como Kyra tiene la cara llena de sangre debido a el golpetazo que se ha dado en la nariz, la cual se ha roto y no para de sangrar y sangrar. 

Estaba sentado en el suelo, apoyado en la puerta que bloqueaba ahora el pasillo mientras respiraba con dificultad. Me dolían los brazos, mis recuerdos era casi nulos, pero creía poder asegurar que en la vida me habían dolido tanto. Miraba al pasillo, era igual que los tres que había visto antes...

Me levanté y me fui a acercar a Kyra cuando vi que el tipo que me daba mala espina se acercaba a ella. Fui corriendo y de un empujón lo aparté:

-Tú ni la toques!

Me agaché hacia ella y vi cómo sangraba por la nariz. Rápidamente dejé la espada en el suelo, abrí mi mochila y saqué la manta, corté un par de trozos con ella y los mojé con el agua de mi cantimplora. Una de las tiras se la coloqué en la frente y con la otra le limpié la sangre. El resto de la manta se la puse doblada bajo la cabeza. No sabía si esto haría algo o no pero lo último que se me ocurrió fue echar lo poco que quedaba de agua en su cara. Tal vez la despejara...

Me agaché para ponerle el gurruño de mi camisa para detener la hemorragia cuando noté un fuerte empujón y dí a parar de bruces en el suelo.

-Vaya... Por lo visto el caballero de brillante armadura ha dejado de mojar los pantalones para actuar...- Me levanté, y crují mi cuello mientras me quitaba la porquería del suelo con desagrado. Lo que daría por meterle esa espada suya por donde no da el sol, a ver si así seguía tocándome la moral... Cual era el hechizo que gritó el goblin ese en el claro... ¿Bombarda? Me encogí de hombros no significaba nada para mí. Igual era así mejor.-Espera... Este sitio... ¡LA PUERTA!

Me pegué a la pared con los ojos como platos contemplando el lugar donde aparecí en este asqueroso laberinto. Por favor por favor, que no empiece a temblar el suelo...

-Hay que moverse... No nos podemos quedar aquí. O al menos yo no me voy a quedar.

Todo mi cuerpo seguía temblando, me costó ponerme en pie de nuevo. Solo atendí a la realidad cuando Niccolas dijo que debíamos marcharnos de ahí.

- Que te preocupa de este lugar? No estamos seguros aquí tampoco?

La posibilidad de peligro me puso en alerta de nuevo y pude recuperar un poco la compostura.

- ¿Como... Como esta la chica? ¿Es grave?

Kyra, tras el chorro de agua lanzado por Liam, abre los ojos, confundida. 

Noté agua en mi cara. Por fin me había despertado. Estaba tan confundida... Lo último que recordaba era haber intentado hacer un hechizo y... Fallé. ¿Pero que estaba pasando? 

Me fijé un poco más en la situación y ví que estaba en uno de los pasillos, pero sin embargo esta vez era de día. Estaban conmigo Anthoni, Charlotte, Niccolas y el chico de mi edad, que por lo visto parecía ser el quien me mojó la cara para despertarme. 

No entendía nada de lo que estaba pasando, así que decidí preguntar mientras apartaba a el chico de mi edad. - Aver, ¿qué está pasando aquí?- me fijé en que la puerta del pasillo estaba cerrada- ¿Porqué estoy con vosotros en un pasillo cerrado?- dije impaciente por saber respuestas y con tono de enfado.- ¿Dónde están Jan y mi amiga? ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?- dije finalmente desesperada.

Mientras hablaba con la chica no pudo evitar ponerse a pensar en todo lo que había pasado desde que se había despertado en el laberinto. La voz siseante que les había dicho que eran magos y que debían matarse para salir vivos de allí, luego el rugido tras los muros de los laberintos, después llegar al claro y encontrarse con el chico de la manzana, con Kyra, Charlotte y Niccolas. Por último, tras intentar averiguar que estaba pasando, Kyra se golpeaba a si misma con una piedra y un montón de arañas salían de los pasillos del laberinto y les perseguían. Y ahora estaba atrapado a solas con una chica que casi conseguía que se los merendaran unas arañas. Todo era tan surrealista, parecía una broma de mal gusto. Pero era real, las acromántulas eran reales, y la magia, como había podido comprobar de primera mano, también era real. 

"¿De verdad soy un mago?" Pensó mientras recordaba como había realizado Aguamentis y Accio. "¿Me puedo fiar de esta chica? Su única arma es su varita... Eso es, el hechizo que me dijo Kyra, Expelliarmus. Si consigo recordarlo tendré ventaja sobre ella si intenta algo..."

Jan trató de recordar con todas sus fuerzas, pues le iba la vida en ello. Y parece que ahora que no estaba bajo la presión de las arañas consiguió recordar. 

Arrugué la nariz torciendo el gesto cuándo mencionó "la que había liado".

- Pretendía distraerlas, cosa que he conseguido, pero no había contado con que fueran tan inteligentes como para saber de dónde venía la explosión. - le expliqué. Además, me había sentido inútil sin poder siquiera correr,  al recordar el hechiz super que podía hacer algo más.

Escuché el resto de su explicación manteniendo una expresión de curiosidad típica cuando estudias algo con detenimiento. Al final, tras varios segundos de silencio, sonreí. Era una sonrisa dulce en mis facciones aniñadas que parecía demasiado inocente para la situación.

- ​Me sirve. Y espero que esté bien. Espero que el chaval de gafas la proteja, del resto no me fio. - le dije mientras me quitaba la mochila y sacaba mi cantimplora vacía junto con la nota, "aguamenti". - ¿Tú recuerdas cómo hacer este conjuro? ¿Me lo enseñarías? No consigo recordarlo, pero sin duda es uno de los conjuros más útiles en esta situación.