Partida Rol por web

Obsesión

1. La mansión Lázarus

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18/02/2011, 14:26
Jules Lázarus

La puerta se abrió y en el umbral aparecieron Jules, ataviado para un combate de esgrima, y una muchacha de unos veintipocos, rubia y con aire delicado. Venían charlando amigablemente, aunque pararon cuando salieron al jardín.

-Buenos días. Señorita Von Heuser... -Hizo una inclinación con la cabeza-. Ella es Junette Branctorche, mi prima y asistente. Junette, ellos son Damien Goldman, Celeste Índigo y... Aleph.

No dijo nada acerca del gigante sentado en la hierba, ni sobre que Elisabeth estuviese tan enfrascada en su conversación con él que no se hubiese dado cuenta de que acababa de llegar.

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18/02/2011, 18:54
Aleph

 Aleph sonrió

No pidas perdón, no es ninguna prueba o examen. Ven

Se levantó, y dejó espacio para que la pequeña se acercara al árbol. Luego, cogió una de sus manos, y la puso sobre la corteza

Sientes la corteza, ¿verdad? Pero nada más

Apartándose un poco de la pequeña, puso su propia mano sobre el árbol. Era tan alto que casi llegaba a la copa de este con la cabeza

Seguro que ya te han explicado que los árboles son seres vivos, como nosotros. Nacen, respiran, se alimentan... Mueren

Volvió a mirar a Elisabeth, sin advertir siquiera la mirada de Jules, que no parecía, desde luego, amistosa

¿Crees en el alma, Elisabeth? Seguro que tus maestros o mentores ya te han hablado sobre algo parecido, ¿no? ¿Que sabes sobre ella?

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19/02/2011, 03:51
Celeste Índigo

 Celeste se humedeció los labios. Parece que se intuía una bonita conversación. Y suponía que Celia le mantendría con los pies en el suelo, sin dejarla divagar demasiado. Al fin y al cabo, ella era una guerrera, y la imagen de Celeste de esa clase de personas era de seres prácticos, sin mucho coco, aunque nobles. Aunque no sabía nada de Celia, ese estereotipo solía casar con las personas que encuentras en una posada de un camino perdido, pero no en la burguesía. Aunque siempre quedan vestigios, ser tan burdo para usar un arma, un método tan poco sutil para acabar con alguien tiene que tener repercusiones en la mentalidad.

-Según lo que busques en la religión. Si buscas paz espiritual, y respuestas a las preguntas que más te cuestan responder, has de aplicar esa lente. Pero es obvio que si Abel estuvo aquí, si anduvo entre nosotros y llegó hasta Arkangel para ser crucificado, han de quedar restos. Pruebas reales de esos hechos, medibles y verificables. Son dos aspectos distintos. De hecho lo segundo es una labor más para un historiador, pero como científica me interesan esos temas, es emocionante como se pueden obtener datos. 

Celeste estaba sumida en sus palabras, cuando tocaba estos temas se dejaba llevar por su lengua, y su abstracción. Ecuaciones, igualdades, instrumentos de laboratorio pasaban por su cabeza mientras hablaba. Sobre todo instrumentos de laboratorio.

¿Quién fue?

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19/02/2011, 12:11
Elisabeth Mastrall

-Claro que lo sé, es lo que dice Abel Cristo. El alma es... el alma es lo que tenemos dentro, ¿verdad? El espíritu. Y cuando morimos, se separa del cuerpo y se reune con Dios -contestó ella como la mejor alumna.

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19/02/2011, 12:13
Celia von Heuser

-Así que usted es una historiadora, arqueóloga o lo que comúnmente se conoce como escéptica. No se creerá una palabra hasta que no encuentre un testigo fiable, uno de los clavos con lo que lo clavaron a la cruz, o incluso... ¿quién sabe? -Se sonrió-. No crea que la estoy despreciando por ello. Personalmente me he mantenido alejada de Togarini por la tensión política y fanática, y encuentro el clima de libertad religiosa del Imperio bastante cómoda. Sin embargo, debo decir que soy una creyente convencida como casi cualquier persona en el Viejo Continente. La fe es, precisamente, la capacidad de creer sin ver. A veces esa capacidad ayuda a salir adelante en la adversidad.

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19/02/2011, 19:22
Aleph

Si algo deseaba evitar Aleph, era que su extraña afición por trasmitir sus creencias a los demás pusiera en un aprieto a Celeste. No era la primera vez que le tildaban de hereje o satánico, y, a pesar de la libertad religiosa, apostaría un dedo a que ni Jules ni Celia verían con buenos ojos el que Aleph trasmitiera cualquier atisbo de la doctrina Lilium, o que cuestionara las creencias de su querida Elisabeth. Así que decidió adaptar su respuesta

Bien, veo que eres un chica lista Sonrió Ahora piensa en el alma como la base de todos los seres vivos, lo que nos hace ser quienes somos. El alma es el soplo de vida que hace al cuerpo respirar y caminar, es la energía que inunda nuestros cuerpos. Cuando soñamos, es nuestro alma el que viaja por el mundo onírico. Cuando reímos, lloramos, o amamos es nuestro alma el que se agita, se contrae, o se conecta con otras almas. Tú tienes alma, y yo tengo alma

Pero... ¿Y si los árboles, los animales, o incluso las rocas y ríos, las montañas y el propio viento, tuviera alma? No el alma como nosotros conocemos, sino una esencia, un espíritu. Si partes una piedra, salen dos. Si encauzas un río, se divide en varios. Pero, antes de que eso ocurra, son uno, solo uno, y no el conjunto de muchas partes. De alguna manera, tienen alma, tienen espíritu

Volvió a sentarse, esta vez sin poner la posición del loto, simplemente cruzando las piernas

Piensa en que todas esas almas, todas esas conciencias, estuvieran, de algún modo, conectadas. Yo creo firmemente que hay una red que nos une a todos: Personas, animales, plantas... Y también llanuras, bosques, desiertos, e incluso las nubes que ves en el cielo. Todo está unido a Dios, que es el creador de todo

No le gustaba el cariz que estaba adquiriendo la conversación, y había decidido introducir alguna referencia a la religión de la joven para que Jules no pensara que la estaba intentado adoctrinar o algo parecido

Las personas como yo meditamos para unir nuestra conciencia a ese flujo, a esa red infinita. Medito para sentirme parte del mundo, parte de la naturaleza, parte del todo Se obligó a sí mismo a decir otra referencia a Dios Parte de Dios Parte de la madre Cuando yo miro a ese árbol, no veo solo un árbol. Siento el alma de ese árbol, siento su nexo de unión con todo lo que le rodea. Ese árbol es mi hermano, al igual que tú, que la tierra que pisamos, la lluvia que nos besa la cara en las noches de tormenta, o esta misma casa, construida con el esfuerzo, sudor, y las manos desnudas de los hombres. Todo es uno. Uno es todo

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21/02/2011, 01:13
Celeste Índigo

 -Me definiría mejor como científica, si no le importa. Soy la que analiza esas pruebas cuando las traen a mi vera. Soy la que da los resultados concluyentes, y la que refuta y/o verifica las teorías que pueden salir de mi mente o de mis compañeros. Ponemos la base práctica, la parte más terrenal a la religión.

Celeste hizo una pequeña pausa, en la cual se humedeció los labios.

-Pero eso no implica que no crea en Dios, no he dicho en ningún momento que no comparta tu credo. Sólo trato de encontrar las pruebas de ello, para convencer a los ateos. Es una labor muy ardua, y en ocasiones conlleva ganarse enemigos. Entre los contrarios a la iglesia hay gente muy poderosa, y no hablo solo de dinero. Trabajar en esos campos puede ser, además de realmente entretenido, una empresa peligrosa.

La chica del pelo azul se quedó observando a Celia, esperaba que ésta creyera lo que había dicho. La gente tenía normalmente cadencia a creerla, por muy inverosímiles que fueran sus disertaciones. Es la ventaja de manejar el don de la palabra.

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21/02/2011, 01:23
Celeste Índigo

La mente de Celeste, acarició la de su compañero, para mascullar una pequeña broma.

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-Pero tampoco he dicho que crea en él. La magia de las palabras, es lo que tiene cariño. Y no estoy siendo descortés, seguro que le ha gustado lo que le he dicho. A propósito, ¿Creer en Dios tu? La que se afeita la cabeza sería yo, si alguna vez te oigo ilusionarte con la gracia de Abel.

 

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21/02/2011, 13:30
Aleph

 La conciencia de Aleph respondió a la de Celeste con una ligera vibración, como si le hiciera gracia el comentario de la joven

Sí, estoy seguro de que esta gente vería con buenos ojos que me pusiera a hablarla sobre la madre y los espíritus de la naturaleza. Y antes de que menciones el trato: Esta vez no es por ti. Simplemente, no siento la necesidad imperiosa de pregonar mis creencias, al menos, no tanto como para que unas personas con las que vamos a pasar los siguientes días me traten como a un "hereje"

En más de una ocasión habían discutido sobre ese tema. Bueno, quizás discutir era una palabra algo fuerte, ya que Aleph, con su filosofía del vive y deja vivir, nunca había intentado convencer a Celeste de sus creencias. La joven necesitaba una prueba, una razón para creer. Aleph era un hombre de fe

¿Que piensas de Celia? Comentó, cambiando de tema Es una gran guerrera, por lo que parece. Y supongo que su personalidad será tan afilada como su espada ¿Me equivoco?

Aunque había escuchado algunos retazos de la conversación de su amiga con la instuctora de Elisabeth, no había prestado la suficiente atención como para formar una opinión, aún siendo precipitada, sobre esta última

Notas de juego

Editado ;)

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21/02/2011, 20:29
Elisabeth Mastrall

-Ya, eso lo entiendo -asintió Elisabeth-. Es un poco raro pensar que los desiertos tengan alma, pero vale.

No dijo nada más. Parecía estar digiriéndolo todo, encajando las piezas.

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21/02/2011, 20:31
Director

-Comprendo -dijo Celia.

Jules se aclaró la garganta, acercándose a ellas.

-Disculpad si parezco descortés. No quiero entrometerme en esta charla tan interesante, pero discúlpame, Celeste, si me llevo a la señorita Von Heuser para dar comienzo a mi entrenamiento matutino.

-Señorita Índigo, si después tenemos la oportunidad de continuar esta charla estaría encantada, pero el deber apremia.

La togarense realizó una inclinación con la cabeza y se volvió hacia Jules desenvainando su espada.

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21/02/2011, 20:57
Junette Branctorche

Junette se habia mantenido educadamente unos pasos por detras de Jules, sin decir palabra pero con los oidos atentos a todo lo que flotase por los alrededores. Rapidamente discernio el tema de la conversacion y decidio mantener una cortes distancia. No la incomodaba la religion, ni que cuestionasen sus creencias o por que las sostenia. Para la joven, era tan sencillo como el hecho de que creer en algo superior le daba seguridad y consuelo. Siempre habia sentido que todo el mundo tenia derecho a consuelo, tomase la forma que tomase, y nunca se le habia pasado por la cabeza que unas formas fuesen mejores que otras, menos aun adoctrinar a otros en ella. Tenia demsiado buen caracter.

Sonrio abiertamente al ver la conversacion que mantenian Aleph y Elisabeth. La estampa era algo inusual, el enorme hombreton con ese aire de serenidad y calma, y Elizabeth con su expresion seria y concentrada. Sabia que a Jules no le haria gracia, le conocia bastante bien. Pero a ella le daba ese calorcillo en el pecho que le hacia aflorar la sonrisa.

La conversacion entre Celeste y la instructora de esgrima no le resultaba tan atrayente. No tenia excesivo interes en los hechos o en las cosas palpables. Siempre habia encontrado que las cosas que no podian medirse ni estudiarse solian ser, a menudo, por las que realmente valia la pena vivir, aunque la idea de buscar repuestas en si era encomiable.

Despues de que Jules se hubiese llevado aparte a la instructora, Junette sonrio algo nerviosamente, en tono de disculpa, dirigiendose a la chica de cabello azul.

Por favor, no se lo tenga en cuenta. Jules acostumbra a afrontar las cosas de forma muy... directa. Una necesidad si se trabaja en un campo tan complejo como es el dinero. Y bueno... tambien lo aplica a la vida. A veces puede parecer algo brusco, pero realmente es simple necesidad practica.

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21/02/2011, 21:25
Aleph

Los desiertos, los mares. Incluso la canción que estabas tocando antes tiene una esencia, una base que no podemos comprender, a pesar de que no se puede ver o tocar

Aleph sonrió. Estaba liando demasiado a la pobre chica. Tantas parrafadas podían volverle a uno loco. Decidió aliviar un poco la carga de la joven

Bueno, Elisabeth, creo que es hora de que me cuentes algo sobre ti. Llevo un rato parloteando sin parar, y aún no sé nada sobre la persona con la que estoy hablando

 

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21/02/2011, 21:36
Elisabeth Mastrall

-Ehh... ¿y qué puedo decir? -preguntó riendo-. Veamos... Tengo quince años. Vivo aquí desde que tenía cuatro, cuando me adoptó Mateo, el tío de Jules. Cuando él murió, Lucas se hizo cargo de mí. Nos hemos criado juntos, Jules y yo, aunque él es mucho mayor que yo. -Dudó un poco, como si pensara en qué más contarle-. Cuando cumpla dieciocho años, Jules me ha dicho que me llevará a Abel y a Gabriel, y a Galgados, a ver Hécate... Me gustaría mucho ver mundo, saber qué hay ahí fuera. Como María. Ya te he hablado de ella, ¿no? Es cantante, y está de gira. Me da una envidia...

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21/02/2011, 21:35
Damien Goldman

Damien, mucho más relajado, atenció a ambas conversaciones como pudo: tanto la mística de Aleph y Elisabeth como la metafísica de Celeste y Celia, pero no tenía intención de meterse en ninguna de las dos charlas. Observó a Junette y frunció el ceño. Anda... es la prima de Jules.

La saludó con un gesto de mano y se levantó con un suspiro, mirando ahora hacia Jules y su instructora. Quería ver a su amigo pelear y ver qué tal lo hacía.

- Pelea mucho y gasta tus energías, Jules, así si luego nos batimos tú y yo me será mucho más fácil ganarte. - bromeó Damien con una sonrisa, cruzándose de brazos.

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21/02/2011, 22:06
Aleph

 Aleph escucha atentamente las palabras de la niña, y luego asiente levemente con la cabeza

Paciencia. Aún eres joven, y tienes un mundo por descubrir, y una vida por delante para hacerlo. Antes te he escuchado tocar, y me ha parecido una melodía muy bonita. Quién sabe, quizás dentro de un par de años seas tan famosa como ella, y viajes incluso más

Bajó un poco el tono, para que los demás no les oyeran, y sonrió de forma amistosa

Aunque, si viajas, te aconsejo que también visites Alberia. Y Varja. Son dos lugares mágicos

Notas de juego

 Por cierto, master... En la respuesta de Elisabeth has puesto que Lucas es el tío de Jules... ¿No era Mateo?

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21/02/2011, 22:28
Celeste Índigo

 Por ahora la información que tengo de ella es que vivió en Arkángel antes de venir aquí. Además en una zona bastante pudiente. No te digo más que exigen una moneda de oro sólo por internarte dentro de la zona. Además es una mujer creyente, y me refiero al Dios cristiano. No es algo malo pero yo creo que hay otra verdad ahí fuera... que alguien más mueve los hilos.

A la mente de Celeste acudieron aquellas imágenes. Su laboratorio... sus pistas, sus investigaciones... todo al garete.

Una voz resonaba en su cabeza... como un eco lejano:

metal negro...

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21/02/2011, 22:32
Celeste Índigo

 Celeste miró a Celia cuando Jules se la llevó.

-No se preocupe señora. Continúe con sus quehaceres. Yo seguiré observando desde aquí. La esgrima es un arte que me apasiona, pero nunca he tenido la oportunidad de aprender, pues mi vida giró a otros caminos. Pero siempre es curioso ver una tirada, los movimientos y las estrategias son dignas del mejor baile.

Cuando terminó de decir esto, Junette, la chica que había entrado con Jules, se disculpó en su nombre.

-Por favor, tuteémonos. Estoy harta de formalismos. ¡Estamos en familia! ¿No es cierto? Soy Celeste Índigo y como espero que ya te haya contado Jules soy su... hermanastra. Y tu...¿También practicas esgrima como los demás? ¿Serías capaz de vencer a Celia?

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22/02/2011, 11:37
Elisabeth Mastrall

Elisabeth asintió.

-Lo haré. ¡Ah! Jules va a luchar. Voy a verlo.

Muy sonriente, se recogió la falda y caminó hasta el patio, donde tendría lugar el combate.

Notas de juego

Tienes razón, los he mezclado xD

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22/02/2011, 11:38
Director

 Tras saludarse ambos contendientes, Jules fue el primero en atacar. Asedió a Celia sin cesar hasta que por fin logró tocarla. Volvieron a colocarse, momento en el cual la instructora de esgrima realizó una finta que el hombre no pudo detener. Sonriendo, volvió a colocarse en su sitio.

Celia inició una lluvia de ataques que Jules consiguió parar a duras penas. Eran tan fuertes los golpes que salían chispas entre los dos aceros. De pronto sonó un chasquido y Celia tocó a Jules en un brazo... Pero esta vez él soltó un grito. Celia se echó hacia atrás y se descubrió el motivo de aquello. Del brazo le salía un pequeño reguero de sangre que él apretaba con una mano.

Celia miró su espada. Estaba rota en la punta.

- Tiradas (9)