Partida Rol por web

El futuro de Thylea se ve sombrío… los monstruos amenazan los caminos, y la corrupción amenaza las ciudades, el dios de la tormenta Sydon exige sacrificios diarios en cada templo, y su hermana-esposa Lutheria secuestran niños por sus rituales secretos. Los cinco dioses, que una vez protegieron a los colonos, callan. Y ahora, el oráculo ha profetizado el destino de Thylea: la muerte de dioses, la destrucción de Mytros y la aniquilación total de las razas mortales.

Eres uno de un grupo de guerreros que han sido convocado a las Heartlands en un intento de evitar Esta próxima catástrofe. Cada uno tiene razones para responder a la llamada, pero los rumores de la profecia ya se han extendido por toda la tierra.

La Vendimia del Sur es una posada rural tradicional ubicada en una encrucijada, a unos treinta kilómetros al este de la ciudad de Estoria.

 El exterior es de madera rústica pintada de negro y el letrero que cuelga de la puerta muestra a una mujer cargando una canasta llena de uvas. Dentro de la taberna, una neblina de agradable humo de tabaco perdura en el aire. Escuchas el tintineo de tazas y murmullos de clientes, la mayoría de quienes son agricultores.

Has sido convocado aquí por una mujer llamada Kyrah que quiere contratarte para una "tarea difícil". Ella ha prometido una recompensa considerable y más información sobre la profecía del oráculo.

¡Por fin un sitio acogedor! Me pregunto quién será esa misteriosa Kyrah y qué será esa tarea difícil que me quiere encomendar. De momento me gusta como va la cosa, si es algo difícil es que habrá mucho oro implicado; y si la cosa empieza en una taberna ¿qué puede ir mal?

Tomo asiento en alguna mesa libre y aguardo a que alguien me sirva algo de beber. Mientras espero, busco algún rincón en el que el azar pueda ayudarme a multiplicar mis monedas y enterarme de algunos chismes con los que poder tomar el pelo a la gente.

Darius estaba conversando con dos parroquianos que hablaban sobre cómo el recaudador de impuestos había tenido que retroceder ante su determinación. El semielfo dudaba de que fuera realmente así, no sólo por la fama de los recaudadores de la zona, sino también por un par de gestos que mostraban que no eran de armas tomar. Pero les seguía la corriente.

Además, su atención estaba puesta realmente en los alrededores, presto para determinar dónde estaba Kyrah, con la que tenía que reunirse.

Sus ropas elegantes seguramente le habían hecho creer a sus compañeros de bebida que recibirían alguna donación o vaya a saber qué, pero no sería así. Aún no sabía bien qué tenía que hacer, y no quería malgastar sus pocas monedas. No había podido llevarse mucho de su hogar.

-¡Vamos! ¡Debes saber usar esa lira! ¿No es cierto?- dijo el que parecía llamarse Calix, y que lo hizo volver a la conversación.

-Bueno, sí, es cierto- dijo Darius con aparente modestia, que no era tal, sino más bien la duda de si llamar la atención o no.

-De acuerdo, algo de mi tierra- dijo con una sonrisa, tomando la lira entre sus manos una vez que decidió que no importaba realmente, ya que fuera a donde fuera nadie sabía de su familia.

Y comenzó a tocar una melodía suave, con un crescendo que iba de la mano de una letra llena de emoción bélica. Hasta llegar al clímax, donde el protagonista muere en manos de su hermano por equivocación.

Agopis sintiéndose tan fuera de lugar como realmente lo estaba deambulo por el lugar tratando de mantener su rostro atemorizarte como aprendió cuando vivió en el coliseo o lo que aprendió de la madre naturaleza,observaba el lugar en busca de aquella mujer que decía algo de una extraña profecía 

Quinn entró lo más disimuladamente que pudo a la taberna, pero un dracónido de 2 metros envuelto en una cota de mallas no es algo fácil de disimular. Cerró la puerta tras de sí y camino hacia un costado de la taberna bajo las miradas de la gran mayoría de los parroquianos.

Eran miradas que no lo incomodaban en lo absoluto, al contrario, casi que se sentían bien. En Estoria, cada vez que aparecía en público era mirado con admiración y como si todo el mundo esperara que hiciera algo increíble. Aquí, eran miradas de intriga, preguntándose qué era eso que acababa de entrar por la puerta. Aquí era un desconocido como siempre quiso ser. Una ligera sonrisa se dibujó por un momento en su rostro, seguida por un largo suspiro.

Las tablas del piso chirriaban bajo sus pesados pasos y su cota de mallas tintineaba. Luego de apoyarse en una columna en la esquina más vacía que encontró, comenzó a mirar el lugar.

-Dahmaan Ar’Khiif-doran- se dijo a sí mismo en su lengua. Tenía una mano en el pomo de su espada, lo suficientemente sutil para no parecer una amenaza, pero al mismo tiempo lo suficientemente notorio como para demostrar que estaba listo para responder inmediatamente a una agresión, algo que había aprendido en su entrenamiento de soldado. Su otra mano descansaba en su cinto, sobre su bolsa de monedas. Las tabernas eran un lugar en el que los objetos de valor pueden desaparecer si no son celosamente resguardados, algo que también había aprendido en su entrenamiento.

Por un momento comenzó a escuchar al juglar que entonaba una canción de guerra y comenzó a pensar: “bah, bardos, hacen de la guerra una poesía, como si en realidad supieran lo que es. No es ninguna poesía que tu compañero este agonizando a tu lado con un tajo que deja salir sus tripas mientras intentas mantenerte vivo a ti mismo. La guerra real no es poética, ni gloriosa”.

-Miin morahe Quinn, niss tinvak un- pronunciar en dracónico otra vez y volvió a concentrarse en la taberna. Sus ojos empezaron a moverse por las personas del lugar buscando quien podría ser Kyrah. “bueno, creo que va a ser más fácil que ella me reconozca a mi”

La puerta se abrió de par en par con un portazo y, por ella, entró agachandose para caber a través de la puerta el enorme minotauro. Se quedó un momento ahí, observando la sala. Mientras su hocico olfateaba la estancia, sus ojos buscaban una mesa apartada en la que sentarse. Vestía unos coloridos pantalones bombachos a rayas azules y blancas y un chaleco amarillo brillante. A su espalda llevaba un alfanje del tamaño de un hombre.

Sus ojos se detuvieron un momento en el draconiano y en el centauro que destacaban en ese sitio tanto como él, saltaron al bardo que animaba la estancia, y que le arrancó una sonrisa, y se detuvieron en una mesa perfecta para lo que el buscaba.

Se dirigió al rincón en el que estaba la mesa y, apoyándo todo su peso sobre la mesa y, con cara de pocos amigos, le dijo algo a la pareja de parroquianos que estaban ahí sentados. Estos se miraron entre sí, balbucearon algo y decidieron cambiarse de mesa.

Cada uno entra en la posada provocando distintas reacciones por parte de los lugareños, mientras tratais de socializar ( por lo menos algunos)  mientras os preguntais quien podria ser la la susodicha Kyrah....no tratais de deducirlo puesto que mientras estais centrados en vuestras cosas os dais cuenta de que una mujer de cabellos oscuros os hace señas desde una mesa situada en un rincón de la taberna os hace gestos al giual que otros miembros bastante varitonos que se encuentra en la taberna.

Conforme os acercais podeis ver que se trata de una chica Joven, quizas no llegue a la mayoria de edad, viste un vestido blanco de viaje junto con unas botas de cuero, a su espalda porta una bolsa de cuero con docenas de pergaminos que amenazan con caerse en cualquier momento junto con un juego completo de material de escritura, en su cabeza porta una corona de laureles dorada,símbolo inequívoco del colegio de poesia épica.

---Saludos, compañeros, sentaros- dice la chica cuando os acercais-Gracias por responder a mi llamado, soy Kyrah, seré directa, estoy aqui como agente del oráculo,este cree que un gran destino os aguarda a todos vosotros, pero los grandes destinos se dhacen con grandes hazañas. Muchos guerreros han escuchado hablar de la profecia y vienen ansiando escucharla del propio oráculo para ver sí son ellos los héroes elegidos, lo que muchos no saben es que solo aquellos que derroten al Gran Jabalí podran tener una audiencia con el oráculo.

---Este jabalí gigante ha estado arrasando las Heartlands matando a todo aquel que se encuentre y destruyendolo todo, fue corrompido por los titanes que lo enviaron para castigar a la humanidad por su fe a los Cinco, así que sí quereis fama y fortuna debeis acabar con esta amenaza.

Al poco tiempo de llegar una chica muy joven nos llamaba esta es Kyrah?ja,es mas joven  de lo que creia al llegar note a este grupo algo...llamativo de individuos parece que Thylea trajo a todo lo que la naturaleza puede permitir al acercanos la chica nos invitaba a sentarnos a un que claro por obias razones preferia quedarme parada,al contarnos la supuesta prueba mi mente solo pensaba en como pudieron los titanes hacer algo como eso

No me importa demasiado el tema de la profecia pero con gusto me encargare de darle reposo a ese pobre animal

En un acto reflejo, Quinn envolvió fuerte su mano en la empuñadura de su espada al sentir el portazo del minotauro. Lo siguió con su mirada hasta que llego a la mesa, pero luego se convenció que no era una amenaza.

-Drem Quinn, Im ar’Hadrim (calma Quinn, domina tu mente)- Pronunció nuevamente en dracónico. Estaba nervioso, los sueños que había tenido días antes lo habían puesto en alerta, y estaba seguro que no era casualidad que se encontrara en esta taberna, algo tenía que ver con sus visiones oníricas.

Vio la seña de la mujer y abandono el rincón donde estaba para acercarse a la mesa. La centauro ya se había acercado, “será mi compañera” pensó. Luego vio llegar al minotauro, una mediana y…” ¿el juglar?, hubiera jurado que él era un adorno más de la taberna, hm, pero viene armado, quizás no sea un inútil”.

-Yol zeymahzin, aan kah grind’us (saludos compañeros, un orgullo encontrarnos), Saludos. Haas brii Kyrah (Salud bella Kyrah), Salud señorita Kyrah.- Quinn se sentó en la mesa y escucho.

- ¿El oráculo nos convoca, porque nos espera un gran destino, pero tenemos que matar un jabalí para probar que somos dignos?, se supone que el oráculo ya sabe porque nos llama, ¿Por qué nos hace perder el tiempo en trivialidades? - Quinn hizo una breve pausa. –Lo siento, no soy quien, para cuestionar al oráculo, disculpen estoy un poco nervioso y hable sin pensar. Claro que lo haré, además es necesario ayudar a esa gente. Kos bahlaan d ar’dun(seré digno de su gracia).

Una humana joven hace señas a seres de lo más variopinto para que se acerquen. Lo más extraño es que me llama a mí también. Será la misteriosa Kyrah?

Como sea, me acercó hasta su mesa, intentando evitar al minotauro. Seguro que se me sienta encima si me quedo demasiado cerca. Nos habla acerca del oráculo, de tontainas que lo buscan y no lo encuentran, que lo encuentran pero que no les habla... Y al fin llega el quid de la cuestión: el Gran Jabalí. 

Pero no te precipites, Brandy. Carraspeo y me inclino sobre la mesa. 

-Buenas a todos. Brandy Buentonel para serviros. Tengo algunas preguntas que hacer cruciales para el trabajo, si usted me entiende, señora Kyrah: Por dónde debemos buscar al bicho? Cómo de grande es ese Gran Jabalí? Y lo más importante -miro con curiosidad al minotauro-, vuestras hembras se pueden ordeñar? 

Darius justo finalizaba la canción, y recibía las monedas de algunos parroquianos que habían sabido apreciar la calidad, cuando Kyrah le hizo señas desde una mesa. Le asintió con la cabeza, y colgó la lira.

-Una ronda para todos con estas monedas- le dijo a la moza que pasaba junto a él y dirigiéndose hacia la mesa de la poetisa.

Menuda sorpresa tuvo al ver que el minotauro, el dracónido y la centauro, que habían entrado en diferentes momentos, se dirigían al mismo lugar. Y un mediano.

Sonrió sincero, ya que le habían dado gracia varias cosas, que tuvo el decoro de no mencionar.

-Saludos a todos, mi nombre es Darius, Príncipe heredero de Mythrania- e hizo una leve reverencia, fluida como el respirar mismo, para luego sentarse junto a Kyrah -Si ese es el precio para la audiencia con el Oráculo, entonces así se hará- dijo firme y conciso -Tal vez la pregunta no sea "por dónde buscarlo", ya que lo ha mencionado oportunamente, sino más bien "dónde fue la última vez que se lo vio", y de ahí empezar la caza- miró a los demás -Estoy seguro que seremos más que capaces de enfrentarlo... por algo el Oráculo nos ha elegido- hizo una pequeña pausa -Además de ser un Gran Jabalí, ¿se le conoce alguna aptitud mágica o sobrenatural? ¿O sólo una descomunal lucha por su vida?-

Morgguth se incorporó molesto, podía haberles hecho la seña nada más entrar en lugar de esperar a que hubiese liberado la mesa.

Caminó hasta la mesa evaluando a los que allí se habían reunido, parecía que todos los bichos raros de la taberna estaban allí por ella. Los bichos raros, el mediano y el bardo. No parecía mal grupo pero el no sabía nada de un grupo.

Encantado. - dijo Morgguth inclinando la cabeza cuando se sentó. - Perdona que pregunte, preciosa pero... ¿Que profecía? - le pregunto a la mujer antes de seguir. - No me entiendas mal, quiero ver al oráculo y ayudaré a acabar con ese animal pero no he oído nada de una profecía.

Fue escuchando los comentarios de todos antes de escuchar lo que dijo el mediano. El aire escapó por su hocico de golpe mientras el minotauro sonreía. - Por supuesto que si pequeño, pero tendrás que ordeñar a varias si quieres crecer hasta alcanzar el tamaño de un becerro. - dijo riendo mientras golpeando la mesa con el puño causando un estruendo.

La mujer se gira y sonrie a la centaura.

---No soy una experta en las profecias pero a veces somos elegidos sin que ni siquiera lo sepamos, pero soy solo un agente así que no puedo decirte mucho, la verdad es que me siento emocionada ¡nunca habia visto un grupo más diverso! Sí de verdad sois los elegidos estaré encantada de poder componer un poema narrando vuestros inicios...

La chica niega con la cabeza.

---No...no os ha "convocado" sabe que habeis venido, como muchos guerreros antes que vosotros y me envia a mi a recibirlos y a contaros lo mismo que a vosotros, los elegidos serán los que derroten al Gran Jabalí- aclara la mujer mientras se toqueteaba el cabello negro- Algunos fueron los suficientemente estúpidos de desoir las palabras del Oráculo y encontraron su final trágico.

Tras este comentario se gira al mediano y sonrie animada.

---La última vez que fue visto fue en los bosques situados al norte, no os preocupeis, he contratado a dos exploradores para que nos ayuden a llegar al lugar, no conozco la zona y serán una gran ayuda para el inicio del viaje, llegaran mañana al amanecer, así que podemos descansar aqui y partir con los primeros rayos del Sol, en cuanto al tamaño, bueno, no lo he visto, pero me han dicho que es más grande que un humano en cuestión de altura - dice ante las preguntas del mediano y luego se gira hacia el semielfo.

---Nunca habia conocido a un principe ¿es un apodo? Conozco todos los miembros de la realeza y nunca he oido que Mythrania tuviera una familia noble, de hecho, los herederos son los nobles de Uklen que tienen una residencia en Mytros- dice mirandote con más atención-Como le he dicho a vuestro amigo, es solo una prueba más, no conozco las propiedades del  jabalí, salvo las habladuras de la gente que tiende a ser exagerada, en ese caso os enfrentareis a lo desconocido, pero eso es lo emocionante de la aventura ¿verdad?

El comentario del minotauro la deja levemente sorprendida.

---¿En serio?¿No has hablado de la profecia? Todo el mundo lo sabe ¿como puede ser que no hayas oido habalr de ella?- Se queda pensativa un segundo mirandote y luego añade- ¿ O te refieres a su contenido?

El minotauro miró de arriba a abajo al supuesto príncipe. No parecía un príncipe, no tenía escolta ni nada por el estilo. Incluso parecía simpático.

La gente no habla conmigo. - dijo el minotauro encogiendose de hombros. - Bueno, si que lo hacen pero solo lo justo para no ser descorteses y que no me enfade. - añadió con una mueca. - Pero es igual, tendremos tiempo en el camino para que me hables de esa profecía tuya, ahora tenemos que dejar claro los términos del trabajo que vamos a hacer. - dijo dejando a un lado la actitud jocosa. - Trabajaré con vosotros en esta caza, codo con codo, pero no pienso servir a nadie. Nunca. Si alguien tiene algún problema con ir conmigo sin que haya hecho el juramento que lo diga ahora y nos ahorre tiempo a todos. - Habló mirando a los ojos de todos los presentes, no de una forma agresiva pero si con un tinte desafiante.

---No soy una experta en las profecias pero a veces somos elegidos sin que ni siquiera lo sepamos, pero soy solo un agente así que no puedo decirte mucho, la verdad es que me siento emocionada ¡nunca habia visto un grupo más diverso! Sí de verdad sois los elegidos estaré encantada de poder componer un poema narrando vuestros inicios...

“Bha, otro poeta que va a componer gloriosos sonetos de cómo estamos al borde de la muerte” Penso Quinn.

No.…no os ha "convocado" sabe que habeis venido…

Nuevamente a Quinn le volvió a caer mal el comentario de Kyrah. El oráculo lo había convocado, en su sueño apenas dos días atrás, pero no iba a ponerse a discutir ahora. “Drem” Volvió a pensar el dracónido. Realmente ha estado bastante alterado desde esa noche. Casi que no es el mismo, pero las visiones de su madre lo sacaron de sus casillas, incluso más que las de su padre. Una vez que sepa que quiere el oráculo de él, quizás se calme.

La gente no habla conmigo. - dijo el minotauro encogiéndose de hombros. - Bueno, sí que lo hacen, pero solo lo justo para no ser descorteses y que no me enfade.

 

-Fel kendov, gueinun jul laane ari-bah (salvaje guerrero, ningún hombre querría despertar tu ira), Ningún hombre querría despertar tu ira- Dijo Quinn con una sonrisa y poso su mano sobre un hombro del minotauro.

-Quinn, Zu’u (yo soy Quinn), mi nombre es Quinn, no me había presentado antes. Mis disculpas príncipe, la verdad nunca había escuchado de su familia-Se disculpó el dracónido, pero en un tono que parecía no darle importancia. Aan ahk los lot ahst ar-yahe (un guía será util en nuestra búsqueda). Los guías nos serán útiles, ha sido una buena iniciativa Kyrah, Gracias.

-Es un animal bastante grande, eso es bueno, un centauro, un minotauro y un dracónido no se alimentan con migajas, ¿o no? - Quinn lanzo una mirada cómplice a Morgguth y Agopis y dibujó otra sonrisa en su escamoso rostro.

Trabajaré con vosotros en esta caza, codo con codo, pero no pienso servir a nadie. Nunca.

-Nadie es un sirviente en este grupo Morgguth, en eso estamos de acuerdo. Las decisiones del grupo serán consensuadas. Pero en el calor de la batalla, mi experiencia me dice que es necesario tener un capitán a quien seguir, para pelear en conjunto y tener más posibilidades de sobrevivir-Dijo Quinn lanzando una mirada aún más desafiante al minotauro. - He sido líder de pequeñas patrullas antes…-Quinn hizo una pausa. Si, había sido líder, no muy experimentado, y solo de pequeñas patrullas de la ciudad de Estoria, pero líder al fin. Aunque ahora no deseaba serlo, quería aprovechar esta oportunidad de ser nadie, y de alejarse de las responsabilidades que requieren ser un líder. Responsabilidades que anteriormente se las habían puesto sobre sus hombros, sin preguntarle, solo por su linaje. –Aunque quizás el príncipe haya sido educado en tácticas de batalla en su noble casa, y se sienta más a gusto siendo el quien dirija el combate-.

En el fondo, Quinn no se sentía cómodo con esa última opción. Su entrenamiento y disciplina militar le exigían pelear ordenado, como una unidad, esa era la mejor forma de sobrevivir, no como el gran Stavros, uno de los mejores espadachines de Estoria que había muerto por un flechazo de un insignificante bandido. Todo porque decidió separarse de la falange para mostrar su valor en combate. Realmente no conocía a sus compañeros, no sabía si alguno era capaz de ser ese capitán que lidere la unidad. El si era capaz, confiaba en sus capacidades, y esto era demasiado importante como para dejarlo en manos de cualqueira. Pero como ya he dicho, no quería serlo.

El minotauro no sólo no se molesta por mi pregunta, sino que encima me sigue el rollo. Me gusta este tío, me aseguraré de quedarme cerca de él.

Todo se va aclarando mientras se desarrolla la conversación. To-do. Parece que han pillado al supuesto Príncipe, aunque el mundo es muy grande y nunca se sabe cuántos bastardos tienen los reyes de tierras lejanas y olvidadas. Aún así...

-Ju, ju, juuuuu. Alguien ha pillado a alguien...

Por suerte, esta moza no mucho mayor que yo, nos ha buscado un par de guías que me imagino que saldrán corriendo cuando aparezca el puerco. Meh, más jamón para Brandy. De hecho, las tripas comienzan a rugirme cuando el dracónido menciona el tema de la comida y no puedo evitar sentirme molesto al ser obviado en el listado de beneficiarios de tal festín.

-El apetito de los medianos también es algo legendario, por si no lo sabía usted -no me esfuerzo por ocultar mi orgullo de mediano herido y agito mi dedo delante de él-. Será racista...

El minotauro se pone serio, pero no puedo evitar sentir cierta simpatía por él.

-Señor mío, será un placer viajar junto a su imponente cornamenta. Tenga por seguro que ni le pediré que me sirva ni serviré yo a nadie -lanzo una mirada al grupo que formamos y continúo-. Después de todo, aquí todos somos unos bichos raros. Ahora, si no vamos a aclarar nada más, y parece que así será, me gustaría echar una partidita. ¿Alguien se apunta?

Espero a que todo el mundo termine de hablar y busco una mesa donde desplumar a algún gañán. Después de todo, por la mañana me habré ido y estarán demasiado borrachos para acusarme de hacer trampas durante la noche.

Estaba algo sorprendida por la "gente" con la que supuesta mente estaba destinada a salvar Thylea,no podía dejar de pensar en la posible fuerza del jabalí,después de todo llevaba mucho tiempo sin cazar algo realmente(_{a menos que pelear con animales en el coliseo cuente})me quede callada en la conversación prefería mantenerme al margen a menos que mi opinión fuera necesaria,al menos hasta que el mediano nos invito a pasar el rato hasta el día de mañana

Si no te importa Brandy yo te acompañare a un que prefiero observar mas que participar

---Bueno, eso quizas cambie sí conseguis llegar hasta el oráculo, e incluso a alguien como tú, aunque siempre encontrarás con gente idiota que le encanta juzgar a la gente simplemente por lo que ve y no por sus acciones, es como decir que los Satiros son unos juerguistas y lujuriosos.- comenta la chica encogiendose de hombros aunque el siguiente cometanrio del taurino llama su atención-Señor Morguth, nadie va a obligarle a hacer un juramento de servidumbre, esos juramentos son abominaciones y nunca debieron hacerse, las personas han de ser libres para elegir lo que quieren.

---En cuanto al Jabalí...hay una última cosa que no he comentado-dice la poeta- El jabalí debe ser sacrificado con los ritos adecuados ofreciendoselo a una deidad, aunque eso es un tema que se puede hablar más adelante.

---Bueno, pues sí nadie tiene nada más que preguntar, nos veremos mañana  al amanecer, hay habitaciones libres para pasar la noche, así que os recomiendo que descanseis bien, yo no me negaré a una partida junto con Agopis y Brandy.

La mirada del minotauro se relajo y abrió paso a una mirada divertida cuando la mujer le trato de señor. - Estoy muy lejos de ser un señor, preciosa. Yo también me apunto a una mano, ¿El que pierda paga una ronda? - dijo mirando al mediano y a la mujer. - Venga, cuatro patas, mirando no se aprende, échate una mano o dos. ¿Por cierto, como te llamas? - preguntó jocoso y desenfadado.

Darius se esperaba la respuesta de la poetisa. Claramente algo les había sucedido a él y a su familia. Pero tenía la esperanza de que al menos le sonara. No podía esperar. Tenía que encontrar a su familia, o esos idiotas de Uklen se quedarían con lo que le correspondía a él y su familia.

-Es una larga historia...- dijo apesadumbrado, pero serio y recto en su postura -Puedes llamarme Darius, no hay ningún problema... igual para todos- finalizó mirando a los demás.

Se mantuvo en silencio, pensativo, pero escuchando atentamente las palabras de todos. El draconiano era un hombre de armas, y acostumbrado a la jerarquía. Sería bueno trabajar con él. El minotauro, parecía preocupado por el juramento de servidumbre, ¿tendría alguna experiencia con un juramento como ese?

Brandy era un misterio, ya que su comicidad rallaba el irrespeto, pero a su vez lo hacía liviano.

Y en cuanto a la centauro, en cierta manera le alegró ver una, ya que había sido el último recuerdo que tenía como príncipe: la alianza había salido bien, y su padre estaba contento con lo logrado. Y había querido ir a ver a su pequeño y a su esposa... y nada más.

Relajó su mirada, y su postura.

-Quinn, así es, he sido educado para ello y hasta he dirigido enfrentamientos- le dijo con soltura -Coincido en que la mejor manera sería tener un líder a la hora del combate, y estaré gustoso de llevarnos hacia la victoria- miró a los demás -Pero no crean que soy como esos capitanes de la milicia: acepto sugerencias y consejos, que en este momento, cada uno debe tener sus experiencias y nunca hemos combatido juntos. Tendremos que practicar un poco antes de ir- miró a la poetisa -Tal vez mañana por la mañana, antes de salir, un par de horas de entrenamiento para conocer nuestras habilidades-

Y luego miró al mediano.

-Por supuesto que me tendrás contigo, nunca se le dice que no a una buena compañía y a un buen juego- sonrió sinceramente -Prefiero el ajedrez de dragón, que hace mucho que no juego a las cartas, pero estaré gustoso frente a una pequeña sorpresa- y le guiñó un ojo.

-Pero antes me gustaría aclarar todas las dudas con respecto a la misión que nos encomienda el Oráculo- volvió cierta seriedad, pero liviana, relajada -¿A qué deidad debemos sacrificar al jabalí? ¿Y cómo son esos ritos? Me gustaría saber de antemano esas cosas, ya que tenemos tiempo-