Partida Rol por web

¡Mierda! Me has herido alimaña. Luego vendré a por tí, por ahora sólo me voy a limitar a esto. - digo al tiempo que lo golpeo en el rostro con la empuñadura del estoque, dejándolo inconsciente.

Mis heridas eran un poco graves, así que, una vez inconsciente el goblin, improviso un vendaje rápido, no era la primera vez que me herían en combate y tampoco sería la última, así que procedí a tratar la herida con algo de dificultad.

Bueno amigos, ya sabemos cual es la ruta, al parecer mi instinto nos trajo por buen camino. - comento mientras me pongo en marcha.

Odin si estás viendo esto, me vendría bien algo de ayuda, quizá una varita o poción curativa. - pienso tocando mi herida.

Samay se quedó acuclillada en la esquina hasta que los enemigos cayeron muertos o huyeron. Entonces se levantó y evaluó su estado, que era terrible.

- No sé si podré seguir.- Pero las palabras soltadas por el goblin al que Eladamri interrogaba le pusieron la miel en los labios. 

Así que es cierto...

- Registremos los cuerpos antes de seguir.- Puede que tuvieran algo de valor o interesante.

Con una mirada de preocupación hacia Samay y otra hacia Eladamri, tras cerrarse las puertas y ver que Kalimash y el propio elfo se abalanzaban sobre el goblin más rezagado, se dedicó a atrancar las puertas. La de entrada primero, con la misma barra con la que lo estaba cuando ellos llegaron, y posteriormente las puertas por las que habían huído los goblins (1, 3 y 6) con las armas de los caídos. Por último, tras oír las palabras del goblin, atrancó también la 4.

- Esto se nos ha ido mucho de las manos. Necesitamos un plan. Y esperemos que arriba de esa torre no tengan algún cuerno o almenara para alertar a los de fuera de la empalizada, porque no podríamos impedir que los usen a tiempo y en ese caso estaríamos jodidos del todo. Pueden cortar el puente o simplemente esperar al otro lado a que nos quedemos sin agua.

- Tenemos heridos y acabamos de entrar. Hacer un asalto frontal no está funcionando. Sorprendentemente. Sabemos que por esos 4 caminos hay enemigos, pero no sabemos cuántos - dijo señalando las puertas que acababa de atrancar y mirando con aprensión a Eladamri, ya que habría sido algo útil de saber y ya era demasiado tarde. - Al menos hay que mantenerlos divididos. De esos dos acaban de salir enemigos - señaló las puertas 2 y 5 -, creo que podemos asumir que no habrá más o se habrían unido a la fiesta. Deberíamos empezar por buscar en esas zonas, a ver si podemos encontrar algo con lo que curaros a vosotros dos. Si estos despojos no llevan nada encima, claro - dijo dando una patada a uno de los cuerpos, momentos antes de suspirar profundamente y unirse a la búsqueda. Pero no de los cuerpos (ya eran más que suficientes para eso) sino de alguna puerta o mecanismo oculto en la estancia.

Indemne tras la pelea y habiendo causado serios daños a los goblins y sus perros, miró con una sonrisa de superioridad al elfo, que parecía más muerto que vivo. Al igual que Samay, a la que sin embargo miró con cierta comprensión y algo más de ternura, o al menos sin el odio malicioso que reservaba para Eladamri. 

– Oswyn tiene razón. Si seguimos así, nos vamos a librar de la basura – dijo sin dirigirse a nadie, sin explicar si se refería a todas aquellas alimañas o a alguien en concreto, pero observando de reojo al orejas picudas –, pero también va a caer Samay. Y la verdad, no sería el mejor de los inicios que muriera la dama, ¿verdad Kalimash? Creo que deberíamos buscar un lugar seguro por alguno de los pasillos, defenderlo, y trazar un plan mientras se recuperan un poco. 

Con parsimonia, casi molesta, se acercó hasta el goblin inconsciente y, antes de que nadie le pudiera decir nada, le golpeó con el bastón en el cráneo, imprimando en el golpe algo de su magia para evitar que sobreviviera de casualidad.

– No hay que dejar cabos sueltos – comentó, desafiante, antes de que nadie le dijera nada.

En este momento hubiese seguido aporreando enemigos sin compasión. Pero el goblin parecía dispuesto a colaborar y a medida que el instinto y la ferocidad dejaban paso a la razón el semiorco dijo casi avergonzado -zi, en verdad no creo que zupongan ningún peligro para mi, azí que puedo inveztigar una de laz puertaz mientraz repozáiz y oz recuperáiz.

No creía que le gustase lo que iba a proponer pero añadió -zeguramente la perrera no tenga maz zalidaz y zea fácilmente defendible también. Y zi no... - añade mientras sonríe con una ironía llena de colmillos -puedo zimplemente "convertirme en zu jefe". Ez la mejor forma para evitar ataquez y al mizmo tiempo encontrar a zu propio líder, ademáz el requizito de partir unaz cuantaz cabezaz ya lo he cumplido.

Le preocupaban tanto Eladamri como Samay, pero entre sus aptitudes no se encontraba la sanación y además se acabó dando cuenta que si bien siempre había combatido de forma feroz, con la bendición de Balder no notaba cansancio ni tenía heridas, se sentía capaz de arrasar con este sitio con facilidad, era difícil ser prudente así y muy fácil sentirse borracho de poder.

¿Por qué rayos mataste a nuestro guia? - le increpo a Nox mientras me acerco a Samay para revisar sus heridas.

¿Acaso no sabes que siempre es bueno dejar a uno o dos con vida para que le metan miedo al resto? - pregunto mientras ausculto a Samay y niego con la cabeza.

Me gustaría poder ayudarte Samay, pero no tengo mucha experiencia curando a otros. - comento al tiempo que me pongo de pie.

Kalimash, tu plan es bueno, yo me apego a él, puedo acompañarte y ayudarte con algo de magia, no tanta como me gustaría pero sí la suficiente como para hacerte más llevadero el camino.

Pero para asegurar el éxito necesitas derrotar a su jefe tribal en combate directo. ¿Crees que puedas lograrlo? - pregunto preocupado.

Resopló.

– No hace falta meter el miedo a nadie cuando se pretende matar a todos. Además, por si no te has dado cuenta – dijo como si fuera algo obvio y careciera de sentido discutirlo, tal vez hasta había cierto reproche en su voz –, ya han escapado varios.

Después el elfo se fue con Samay, y él mismo se dio la vuelta, frunciendo el gesto y arrugando el ceño. Miró a Kalimash y asintió.

– Tu plan está bien, eso de entrar como un toro acabando con todos y cada uno de los goblins y perros que te encuentres. ¿Pero y si hay algo más? No sé mucho de estas alimañas, pero no me extrañaría que esto se internara en el subsuelo, y allí a lo mejor esconden seres a los que ni con los dones de Balder puedes hacer frente solo – negó; Kalimash parecía tener más sentido común que todos los demás juntos a excepción de Oswyn tal vez, pero cuando luchaba, cuando agarraba aquél hacha y se ponía a segar a sus enemigos, se convertía en un orco más. El músculo sin cabeza no les iba a servir de mucho en aquél instante, y ya se sobraban de eso con Eladamri para ello; con suerte el bardo se daría cuenta y entraría en razón antes de que ocurriera algo peor. Además... Sonrió con malicia–. Además, eso de arrasar con todo está bien. Pero la espada la quiere el abraza árboles –carraspeó –. Perdón, ladrón de tumbas. Bueno, se supone que es su legado, destino, regalo, o a saber que. ¿No debería ser él quien al menos retara a su actual dueño? Ya sabéis, si es merecedor del arma y los dioses así lo quieren, blablabla.

Se nota que no sabes de goblins, estas cosas seguirían antes a un asno que a un elfo, son bastante afines a los orcos eso sí, pues los ven como seres superiores.

A los humanos los consideran una lata, pero a los elfos nos odian, en fin a mi me parece un buen plan Kalimash, después de todo, esto no es una madriguera goblin, si no un fuerte.

¡Pero adelante oh sabio Nox, guíanos a la victoria! - digo con sorna mientras hago una ligera venia y le señalo la puerta.

Escupió al suelo, cerca de los pies de Eladamri, en señal de desprecio. Luego, con el mismo sentimiento, le miró y contestó.

– Cualquiera seguiría a un asno antes que a un elfo – sonrió, devolviendo en aquél gesto la burla –. Al menos si ese elfo eres tú, claro – se encogió de hombros y, con tranquilidad, se dirigió hacia una de las paredes, dónde se apoyó con los brazos cruzados, viva prueba del pasotismo; cualquier diría que estaban con el tiempo en contra –. De todas formas no he dicho que tengas que hacerte con el control de la tribu. He dicho que es cosa tuya matar al líder y hacerte con la espada. Mi problema, seguro, no es, así que puedes guiarte solo abraza árboles, que yo estoy aquí por otros motivos.

El semiorco escuchó la nueva pelea entre los dos, que parecían agua y aceite. O fuego del alquimista y ácido de bilis de dragón. En realidad las palabras de ambos tenían sentido, por lo menos en cuanto el curso a seguir, pero dudaba que ninguno de los dos fuese a aceptar lo que el otro decía.

Por otro lado siempre y cuando su enemigo fuese alguien mundano se consideraba bastante capaz de abatirle y presentar batalla, o de jugar sucio si era necesario. Ambos pensaban en un combate directo y limpio, pero eso no era necesario con los goblin, matar al líder y ser una amenaza suficiente cumpliría igual el objetivo. Tampoco creía que a Odin le importase un ardite como obtenían la espada siempre y cuando la obtuviesen, eso o que fuesen mas claros en sus indicaciones... Por eso Brigh era una buena diosa, se decía que su forma de comunicarse era siempre mediante inspiraciones brillantes, mucho menos críptico y ciertamente mas útil y práctico.

Kalimash ahora mas tranquilo al volver a centrarse en la parte meditabunda de su mente dijo -zería ciertamente arriezgado que yo fueze zolo, pero ezo no implica que la idea de dezafiar al líder deba zer dezcartada tan rápidamente. Incluzo zi me veo zuperado podremoz darle la vuelta a la zituación todoz juntoz, de hecho zon goblin y zi jugázemoz limpio incluzo podríamoz obtener el efecto contrario. Pero como bien decíz ezto ez un fuerte, zeguramente tengan trampaz que podrían inmovilizarme o incapacitarme zin hacerme daño... Ademáz Samay y Eladamri necezitan igualmente dezcanzar y recuperarze... Y tampoco creo que a Odin le importe quien ayuda a Eladamri a obtener la ezpada o no noz habrían juntado para que colaborázemoz... aunque no pretendo comprender a loz diozez zería totalmente ilógico...

De pronto deja de hablar y mira a Nox y Samay y pregunta -¿ninguno de vozotroz ha recibido donez curativoz? Porque zería el mejor momento para utilizarloz... en todo cazo dezcanzad mientraz buzco a otro goblin y le obligamoz a contarnoz como ze conforman laz cuevaz, quien ez zu líder y todo lo que zepa. Dezpuéz podremoz decidir con mayor acierto y zabiduría el camino a zeguir. ¿No creéiz?

De nuevo intentando decirles que hay que hacer, antes o después se hartarán de que un semiorco como yo les guíe y...- desde luego no le hacía ni pizca de gracia tener que tomar la iniciativa en el grupo, menos cuando no dejaba de haber peleas entre sus miembros. Aunque a lo mejor si hacía como si no se estuviesen peleando les daba la excusa para dejarlo sin seguir escalando el asunto y las ofensas.

Se encogió de hombros ante la pregunta del orco, sin saber muy bien si decir que si o que no. Al final, optó por la simple verdad.

– Yo si tengo dones curativos, pero solo funcionan sobre mi mismo. Tal vez, con el tiempo, aprenda a enfocarlos sobre los demás.

Después, casi al instante de responder, se movió, dejando la pared –que al parecer podía sostenerse sola y no le necesitaba a él apoyado– y asintió.

– Yo voy contigo a buscar a ese goblin – miró de reojo al elfo y sonrió irónico –. Aquí las cosas empiecen a oler mal. Pero antes, un momento.

Si iban a meterse por los túneles a buscar un nuevo prisionero que reemplazara al que él mismo se había asegurado de matar, era mejor ir preparados. Dos solos, por muy resistentes y fuertes que fueran, podían ser una presa fácil en aquellos pasillos que no conocían, así que era mejor contar con algún apoyo. Bálder, entre otras cosas, le había dado la útil capacidad de controlar los elementos a su alrededor y darles forma, hacerles cobrar vida, y ponerles bajo su control. Era un proceso que aún no había intentado, pero que estaba en su cabeza igual que la magia corría por sus venas.

Sin perder el tiempo, cerró los ojos y empezó a acumular energía, atrayendo, robando, el poder del elemento que más parecía haber por allí. Tierra o agua. Ambos, en aquél lugar –un islote subterráneo en lo que parecía una cueva marina–, parecían tener una poderosa presencia, así que al final, más afín al segundo que al primero, optó por éste.

Unos segundos después abrió los ojos y, junto a él, había un elemental de agua, preparado para seguir sus órdenes. Con una sonrisa, se crujió el cuello e hizo un gesto al bardo para que decidiera un camino.

– Te seguimos.

Al ver lo que acababa de hacer el hechicero, mi rostro se torna bastante serio.

¿Es en serio Asgard? ¿Acaso estos dioses estaban locos? ¿Cómo se les ocurre sobrecargar a ese muchacho con tanto poder? ¿Para que rayos me querían a mi si tenían a alguien con todo ese poder? - pensé bastante irritado mientras me sentaba a descansar.

Odin tenemos que renegociar nuestro acuerdo. - pienso mirando al cielo.

Desde luego el poder demostrado era asombroso, aunque se le ocurría que podría haberlo usado antes, quizá no duraba mucho o tenía otros inconvenientes, en cuyo caso lo mejor era aprovechar todo el tiempo posible.

En marcha entoncez- dijo dirigido tanto a Nox como al sirviente invisible que aún podría resultar útil.

Volveremoz dentro de poco tiempo, no habéiz de preocuparoz. Aprovechad para repozar y recuperaroz.

Después escoge la puerta por la que huyeron los goblin con la esperanza de encontrar rápidamente unos.

Después de registrar los cadáveres descubrís que no llevan nada aparte de la espada corta, el escudo de madera y las ropas.

Tras la invocación de Nox aparece una criatura translúcida con forma de columna giratoria de agua, posee una altura de nueve metros y medio. La humedad del ambiente y el estar rodeado de agua junto con el poder concedido ha ayudado a que el elemental invocado sea de ese tamaño. Después de decir te seguimos, Nox cae en la cuenta de que no va a caber por muchas de las puertas y pasillos del fuerte goblin en el que estáis, bueno para ser exactos sólo cabría ahora mismo por las puertas dobles. Teniendo en cuenta que una de las puertas por las que han escapado los goblins es doble decidís tirar por ahí. Mientras Oswyn, Eladamri y Samay quedan esperando. 

Seguir el rastro de los goblins no es difícil ya que, a pesar de que hay más puertas por los pasillos, se han ido dejando las puertas abiertas por el pánico en la huida. Tras pasar por tres puertas dobles y dejar atrás un puerta simple y unas escaleras que suben, llegáis a un patio que pensáis comunica con la sala de entrada por una puerta simple, ya que de aquí salieron los perros. Aquí es donde encontráis a uno de los goblins corriendo hacia otra de las puertas del patio. Aterrorizado suelta el arma y se pone a gritar DEJADME VIVIR, HARÉ LO QUE ME DIGÁIS, POR FAVOR GROMAREG ES SERVICIAL. Lo capturáis y volvéis sobre vuestros pasos.

Tras una breve espera vuelven Kalimash y Nox junto con el elemental y un goblin. Tras haber escuchado unos gritos de un goblin que procedían de la puerta por donde entraron los perros.

Anonadado ante la vista del elemental, se quedó pensativo mientras sus compañeros se marchaban. Tanto su propia capacidad como la de Kalimash eran impresionantes, pero la de Nox no se quedaba atrás en absoluto. En aquel momento, no le gustaba nada lo que eso significaba. Si el poder equivalente que Eladamri iba a recibir constaba de una espada... no le gustaba nada la idea de enfrentarse a quien la blandiera. Le preocupaba que fuera capaz de cortar su piel o impedir que Kalimash regenerase sus heridas, y quizá eso fuera lo de menos. Por esa razón cada vez le gustaba menos la idea de un duelo, una idea por lo demás muy buena en su opinión.

Revelado el don de Nox, la única que aún escondía sus cartas era Samay. Casi sin darse cuenta, miró a la humana con una mirada que pretendía ser suspicaz, pero que sin embargo quedó truncada al ver su estado. Después de todo siempre era más difícil recriminarle algo a una persona herida. Se puso en pie, decidido a proponer que fueran a registrar alguna de las habitaciones que había quedado vacía, cuando regresaron sus dos compañeros.

Les había llevado mucho menos de lo que pensaba, y no venían solos. Ya expondría sus preocupaciones después de sacarle información a ese goblin, ningún enemigo tenía por qué saber lo que planeaban. Incluso si lo más probable es que ese enemigo estuviese muerto dentro de un par de minutos. Nunca se sabe. Con gélida calma, caminó hacia ellos, desenvainó la espada y puso el filo contra la garganta del prisionero, presionando ligeramente. Decidió ser poco concreto, a veces se recibía información inesperadamente útil de esa forma.

- Háblanos de Nualia.

El goblin aterrorizado por la situación y los muertos que hay en la sala contesta sin pensarlo Nualia es la patilarga más hermosa que existe, tiene los ojos violetas y el pelo plateado. Es nuestra líder y posee una espada que de un solo golpe mata a cualquiera. Está abajo. Dejarme ir. 

No había terminado de deleitarse con las miradas estupefactas –ya fueran por unos motivos o por otros– de sus compañeros cuando Kalimash le hizo avanzar. Ya había dicho que si, así que lo hizo... Y en apenas un rato ya habían regresado con un goblin de lo más conversador. Mientras los demás le interrogaban, él se quedó, de nuevo, apoyado contra una pared, a unos centímetros de distancia del torbellino de agua que era su enorme elemental y que no tenía pinta de que fuera a desaparecer en mucho tiempo. En realidad, no tenía pinta de nada, porque sin tener órdenes se dedicaba a estar estático y ajeno a todo.

La criatura solo movió ligeramente la cabeza cuando Nox se apartó de la pared y, tras un instante de indecisión, se rió por lo bajo antes de volver a apoyarse. Los goblins empezaban a resultar monótonos y estúpidos: hablaban y, después, pedían que les dejaran libres. Eso, por supuesto, no iba a pasar: tal como había dicho antes, no se dejaban cabos sueltos.

Sin embargo no pensó mucho en ello; tenían otros problemas. La mención a aquella mujer de aspecto exótico que les comandaba resultaba un misterio interesante, pero sobre todo un peligro bastante importante e inmediato. Él, de primeras, no tenía ganas de comprobar si eso de que mataba a cualquiera de un solo tajo era verdad o simple miedo.

– Pues parece que vas a tener problemas ahí abajo – dijo irónico, mirando al elfo; después carraspeó –. Mucha suerte y eso.

Mientras esperaba el regreso de mis compañeros aprete un poco más mis vendajes, pero eso no bastó para mejorar mi condición.

Gracias, pero no soy yo quien la va a necesitar, si esa tal Naulia es como otros idiiotas que conzco, debe sentirse muy segura y confiada, por lo que hace mucho habrá olvidado lo vulnerable que es en realidad, sólo necesito una estocada y asunto resuelto. - le respondo a Nox sin inmutarme por su provocación.

El exceso de confianza es más peligroso que la espada más afilada. - tras decir esto último, mi semblante cambia y se torna particularmente serio, luego me giro hacia el prisionero.

¿Cuántos de ustedes quedan en el fuerte? ¿Nualia se encuentra bajo tierra o todas las instalaciones son superficiales? Habla rápido, antes que decida sacarte la información de otra manera. - digo, al tiempo que me pongo de pie y camino hacia el goblin con mi estoque en la mano.

¿Patilarga de ojos violetas? No es humana eso es seguro, quizás sea, aunque no creo...- pienso mientras doy otro paso hacia el goblin de manera amenazante. - Y cuéntanos más sobre Naulia. ¿De qué color es su piel? ¿Su cabello? ¿Cómo son sus orejas? ¿Puede ver en la oscuridad?