Tras la odisea en la corte de Bavarica, sólo resta encontrar a Udo, el lobo...
A medida que la comida se acaba los ánimos de Anna parecen mejorar.
¡Ah! -suspira-. ¡Dios sabe que necesitaba reponer fuerzas más que nada en el mundo!
¿Bueno? ¿Y ahora qué? -pregunta, tratando de retomar el asunto que los atañe-. Creo que deberíamos tratar de investigar lo de la catedral. Puede que encontremos algo interesante allí…
-Estoy de acuerdo, mas creo que deberíamos antes conseguir información. No quisiera un encontronazo menos agradable con otro imaginario.
Se reclina un poco y alza la mano.
-Otra cerveza camarera.
¿Y dónde podríamos recabar más datos, buen profesor? -pregunta la joven inglesa, sorprendida-. Lo que nosotros buscamos -dice con un susurro casi inaudible-, no se encuentra al alcance de cualquiera en las bibliotecas, creo yo.
Bueno, quizá me equivoque, pero creo que lo mejor sería prepararnos como podamos e ir directamente a la catedral.
Quizás en sus alrededores podamos descubrir algo más. Creo que el boca a boca será más efectivo que los libros, al menos, en esta ocasión.
Missis Helena, don Rodríguez, ¿qué opinan ustedes?
Helena toma un sorbo de su excelente té y se añade a la conversación.
- En esta ocasión estoy completamente de acuerdo con la Señorita Anna puesto que no disponemos de demasiado tiempo y además la gente o los libros no nos servirán de gran ayuda. En cuanto a lo de ir a la catedral o a Oktoberfeast estaré de acuerdo con lo que dispongáis.
Pedro permanece en silencio pero cuando se le pregunta por su opinión y no sin antes cederla la palabra a Helena gustoso comparte la suya con los demás.
- Sin duda deberíamos intentar conseguir información pero me pregunto ¿donde? Yo no soy un hombre dado a las palabras y demás confraternizaciones con los demás con lo cual la ayuda que pueda aportar en este caso sera escasa. Lo dejo en manos de ustedes la decisión de cual debe ser nuestro siguiente paso.
Se interrumpe a si mismo para pedir un cerveza al igual que el Doctor y termina:
-Aunque pos supuesto puede contar con mi ayuda para cuanto decidan hacer.
-Entonces, debemos ir a la catedral y por ahí buscar a nuestro imaginario; aparte claro esta de información del lugar. Bueno pues cuando quieran.
Alzo la mano para indicar a la camarera que nos diga cuanto hemos de pagar por el desayuno, además de una noche mas nunca se sabe cuando hará falta una cama mullida.
-Bien compañeros tenemos una noche mas, por si acaso nos hiciera falta.
¿Qué hora es? ¿Qué tenemos, toda la tarde por delante?
Mediodía más o menos. Pero lo gordo de la Oktoberfeast empieza al caer la tarde...
Entonces, para no estar toda la tarde de brazos cruzados, podríamos acercarnos algunos a la Oktoberfeast y otros tratar de encontrar algo de información sobre la catedral -comenta la joven inglesa resolutiva-. Quizás hoy no podamos hacer gran cosa, pero algo siempre es mejor que nada, ¿no?
Escucho con atención la interesante propuesta de la Señorita Smith y dándole la razón añado.
-Por mi encantado...¿como nos dividimos?
-Mis lecturas de equipos que se separan, nunca son con final feliz. Creo que deberíamos ir juntos. Pero si aun así insisten, me amoldare donde quieran.
Mira distraído la ventana mientras rememora sus lecturas, no solían salir bien. Siempre había alguien que no volvía o desaparecía. Pero cada cual con su decisión, no es momento de una larga discusión. Vuelve la mirada a sus compañeros tratando de escuchar su decisión.
Con interés miro al doctor cuando habla confesándonos experiencias anterior.
-Esta bien, esta bien...comprendo que ha tenido otras aventuras en las que no le dio muy buen resultado el dividirse en grupos pero...¿tiene alguna idea mejor?
En vista de que quizás ha podido sonar demasiado brusco añade:
-Ya que gustoso la escuchare pero...el tiempo corre en nuestra contra y el dichoso Udo quizás intente huir de aquí también.
Quizás la propia gente de la posada pueda informarnos de algún detalle de la catedral. Deberíamos bajar y preguntar y, si lo que descubrimos resulta interesante, podemos continuar inquiriendo y… -Anna no sabe muy bien como abordar la situación, pero desea complacer a todo el mundo. Su preocupación por no quedar como una estúpida la tiene con el corazón desbocado-. Si la investigación se vuelve más tediosa de lo que esperamos, nos dividiremos. No podemos dejar el Oktoberfeast sin vigilar.
-Mis lecturas siempre han sido informes de supervivientes. Pero creo que la vigilancia puede ser larga y tediosa; Mas mientras halla comida no creo que Udo se marche de este lugar. Primero información, tiempo habrá para conjeturas, ¿nos vamos?
Se pone en pie mirando a su alrededor, como si esperara que alguien se cayera del techo por estar escuchando. En este mundo donde hasta las moscas tienen oídos, la discreción es difícil.
La paranoia es un regalo de mi niña y mis aventuras vividas con ella. XP. Ya veras señor master cuando acabe esta y te la pase ya. Paranoico me llama si claro... XD
¿Qué hacemos ahora, caballeros? -pregunta la joven sobrecogida-. Babarica no cree que Udo haya matado a nadie, pero las pruebas…
No me gustaría que hubiera un enfrentamiento físico. Y menos aquí, con tanta gente inocente.
Anna se agarra con fuerza al brazo de Pedro, quizá temerosa de que pueda actuar a las brabas.
Si sólo pudiéramos dialogar con él…
La suerte sigue sin sonreirles pero aun asi no todo estaba perdido y aun había un resquicio de esperanza al cual Pedro estaba dispuesto a agarrarse.
Todo el grupo decidió que lo mejor seria pasear discretamente cerca y en los alrededores de la dichosa catedral con la esperanza de encontrar laguna pista por remota que fuera para ponerles de nuevo tras los pasos de Udo.
Pero para su sorpresa paso al mas que eso.
El propio Udo estaba allí. Oliendo el aire. Olfateando el edificio. Allí a la busca de cualquiera que pasase.
Pero era demasiado obvio...no podía ser verdad. Aunque la propia Babarica procuro dejar lo suficientemente claro que ella creía en la inocencia de Udo.
Esto hice que el primer impulso de Pedro de lanzarse sobre el desapareciera ayudado en gran parte por que la señorita Smith le agarro el brazo con fuerza.
Pedro la miro con extrañeza y luego a los demás integrantes del grupo. A Helena y vio como también lo miraba entre asustada y nerviosa. Al Doctor que lo mira a el y a las damas con mirada cómplice como queriendo indicarles que había que actuar con calma.
-Quizás...el lobo no sea mas que un cordero...
-No veo la necesidad, de ser agresivos. Que no quiere decir que no seamos precavidos. Acerquémonos con calma y tratemos de hablar con Udo, pero que pedro este dispuesto a cubrirnos. Que curiosa edificación, que querrá un lobo de esta catedral.
Alza la mirada y la pierde entre las torres mientras se queda ensimismado pensando en el trabajo y el tiempo que a costado la construcción, puede que halla un relicario importante o algo…