Partida Rol por web

La noche de Kamikachadonia se vio iluminada por disparos. El paciente asedio de los silicoides había sido atacado por sorpresa por una fuerza desconocida. Habían sonado disparos y explosiones en un edificio de los que rodeaban la central hidropónica. Envalentonados por la llegada de refuerzos, los asediados se habían decidido a ayudarles y habían empezado a disparar contra el enemigo con lo poco que tenían.

El edificio donde se habían oído los tiros y las explosiones era ahora el improvisado cuartel general de la Fuerza de Liberación. El explorador Meson llegó acompañado de varios reclutas cargados con cajas y bolsas de armas y munición. Los exploradores Wombagoo e Y-654-Row sonreían orgullosos por su valerosa actuación. El general Takkat les saludó marcialmente.

-Procedamos: el tiempo es esencial.

En el piso de arriba había un balcón por el que se podía intentar saltar  a la central sin demasiados problemas.

El robot llego con la ayuda de su compañero donde se en contra el General. El robot no estaba como la ultima vez que lo habían visto, se encontraba fracturado en varias partes pero gracias a su cuerpo mas robotico que vivo era que se mantenía en pie. Sin duda era una excelente muestra de la resistencia de su especie, aunque el problema iba con su programa que habia fallado al hacerle creer que lograría ese salto.

“General.” Saludo el androide. “Encontramos un balcón para saltar a la central e ignorar las defensas de los Silicoides. Pero la distancia es importante, como puede ver en mi estado lo intente pero mis capacidades no están en el punto necesario.” dijo explicando un poco su estado y de paso señalando un paso peligroso asi el centro.

Por lo demás se quedo viendo el campo de batalla frente a ellos.

Al ver a sus viejos amigos de instituto no pudo evitar sonreír (a pesar de que le faltaran algunos dientes), esas vivencias extremas con muchos riesgo pareciera que se repetían y aunque a Meson le aterraban, sentía cierto valor al tenerlo cerca.

Podría ser la última vez que nos vemos... tenemos que mantenernos con vida y salvar Kamikachadonia.

-General, hemos traído todas las armas que encontramos. Agradezco haya enviado refuerzos, si esos silicoides me hubieran encontrado solo en las calles...no creo que estuviera aquí ahora mismo.

-Disculpe la osadía General, ¿tendrá de casualidad algún kit de primeros auxilios o alguna calmante? Exclama el explorador limpiandose la sangre de la cara, podía caminar y seguir con la misión... pero ese tremendo golpe en el rostro hacía que le doliera horrible la cabeza.

-Y bien... ¿Cuál es el plan?

-El plan es muy sencillo: vencemos o morimos en el intento-explico el general-Nos atrincheraremos en este edificio pero tenemos que ayudar a los defensores de la planta. Lo mejor sera pasarles armas y la mejor forma sera a traves de ese balcon que mencionan.

Mientras hablaba, disponia a los cadetes en pequeñas escuadras y las asignaba a ventanas: el plan era tan simple como hacerles disparar hasta que necesitasen ser sustituidos.

-Necesitaremos poner una cuerda entre ambos edificios y usarla para pasar el armamento. Evidentemente, alguien tendra que pasar primero para atar la cuerda al otro lado. Soldado Wombagoo, tengo entendido que los kriffgban son grandes atletas...

-Entendido General. Dice el explorador mientras hace el saludo marcial. -Ultimamente he estado practicando con las armas de fuego, creo que le serviré más protegiendo el edificio desde las ventanas.

La verdad es que Meson prefería estar en el grupo de los que pasarían las armas al otro edificio, pero con su estado actual temía que la misión se les viniera abajo.

-Hagamoslo. Le sonrío al general con una extraña mueca por la hinchazón y la sangre seca, y se dirigió hasta los soldados que resguardaban las armas para que le proporcionaran lo necesario para atrincherarse.

Wombagoo estaba orgulloso de haber asegurado la pequeña casa y que ahora fuera un cuartel improvisado para el ejército. Seguro que había ganado puntos con el general aunque hubiera tenido la osadía de atacar sin previa autorización. Varios cadetes habían llegado y se preparaban para desplegarse y mantener un fuego constante contra los enemigos.

Sin embargo, un escalofrío recorrió la espalda peluda de Wombagoo cuando el general le increpó directamente.

Soldado Wombagoo, tengo entendido que los kriffgban son grandes atletas...

- Sí... Podría decirse que sí.- respondió riendo nerviosamente.- Estamos acostumbrados a saltar de un árbol a otro, pero...- él había visto la distancia entre los balcones y también había visto cómo su colega cibernético había caído al vacío y había estado a punto de convertirse en chatarra.- Bueno, si usted lo ordena, intentaré saltar. Aunque sea peligroso.- puntualizó entre risas nerviosas.

Row reacciono lento tal vez por la caída que había sufrido, pero ahora que se daba cuenta había reaccionado a un más lento al darse cuenta que no había utilizado un Kit que tenía en sí mismo. Pero ahora no importaba su norma de auto sacrificio se activaba y le obligaba a ayudar al humano, solo al humano por una razon desconocida.

“Yo tengo un Botiquín y cierto entrenamiento básico para la medicina.” Ofrecio a su compañero humano de la academia.

Entonces escucho el plan del General y como Wombagoo era ofrecido como voluntario para hacer el salto que habia hecho él, logrando un rotundo fracaso. “Con todo respeto que me es programo general, pero no estoy de acuerdo que mande a Wombagoo ya que recibió unas cuantas heridas que trata de esconder pero le impedirán hacer el salto adecuado.” Dijo mintiendo talvez y violando alguno de sus comandos, que por suerte se habían desactivado con la caída, pero no queria ver como terminaba su compañero si no lograba el salto.

Cuando Keve llegó con los soldados que resguardaban las armas sintió que alguien le tocaba el hombro gentilmente, al voltear encontró a Y-654-Row con un botiquín en sus manos.

“Yo tengo un Botiquín y cierto entrenamiento básico para la medicina.”

Meson al escuchar el sacrificio que estaba dispuesto a hacer su compañero sintió un nudo en la garganta.

-No Y-654-Row, es tuyo... Agradezco el ofrecimiento pero no puedo aceptarlo, lo necesitas más que yo. Estaré atrincherado así que no recibiré daño alguno. Sonríe a su compañero y le guiña un ojo tratando de ocultar el miedo.

-Es una orden, soldado. No tenemos mucho...

-¡Nos han descubierto!-gritó alguien.

Casi al instante, una andanada de disparos se abatió sobre la casa haciendo temblar las paredes y desprendiendo polvo del techo. Aquel lugar no estaba diseñado para aguantar una guerra. Varios reclutas respondieron al fuego, otros murieron entre gritos. Unos pocos recogieron las armas de los caídos.

Una sólida multitud de silicoides y piratas avanzaban hacia el reducto disparando sin cesar.

-¡Maldita sea, muévase! ¿O es que prefiere morir aquí abajo?

Takkat desenfundó su arma, una pistospada taneriana. A grandes pasos se plantó en una de las ventanas y empezó a disparar con gran puntería.

Meson, confundido por la rafaga de balas, el polvo y escombro volando por todas partes corrió hasta la ventana más cercana con tal de protegerse.

Atrincherado, el explorador humano esperó el momento preciso en que terminaran los disparos para asomarse y contraatacar.

Wombagoo querría haber protestado, pero al instante el caos invadió el pequeño refugio. Algunos soldados cayeron muertos mientras que otros intentaban responder al fuego enemigo. Con un ágil movimiento, Wombagoo evitó los trozos de pared que se derrumbaban y cogió rápidamente una de las cuerdas del ejército que había por allí.

Intentando ignorar los gritos y el estruendo de la batalla improvisado, el soldado kriifgabn se movió con rapidez por la sala y subió los escalones de tres en tres para llegar al piso de arriba. Sin pensárselo dos veces para no echarse atrás, clavó uno de los clavos de la cuerda en el balcón, la enrolló, se la puso al hombro, cogió carrerilla y...

El salto no fue suficiente. Había pasado mucho tiempo lejos de casa y ya no estaba acostumbrado a saltar de árbol en árbol. Wombagoo se precipitó como una roca y cayó de cabeza.

El robot acepto el rechazo de Meson de su asistencia, aunque quedo mirando como su compañero de aventuras se iba para no volver jamás aunque esto último no lo sabía. Pero antes que pudiera volver a protestar recibimos ataque de los enemigos y como pudo se fue a refugiar a una de las trincheras luego de esquivar de alguna forma milagrosa los escombros que cayeron.

Aunque si bien su movimiento y algunos sensores probaron estar en condiciones ante el derrumbe, su puntería estaba muy torcida algo que comprobó cuando disparo y este disparo salió para una pared cercana en vez del pirata al cual apuntaba.

El tiroteo se interrumpio durante un segundo cuando la figura vociferante de Wombagoo se estampo contra la calzada con un ruido desagradable. Varios reclutas palidecieron. Un par vomitaron. Unos que habia heridos por el suelo recibieron una lluvia de vomitos muy desagradable.

-Ahora si que estamos fastidiados: ese era nuestro mejor saltador-gruño el general Takkat. Alzo su pistospada y disparo-!Que su muerte no sea en vano!!Soldados, fuego a discrecion!

El tiroteo se reanudo de nuevo: las filas de silicoides se acercaban inexorablemente flanqueados por piratas alienigenas que disparaban sin piedad contra la casa que, poco a poco, se iba haciendo pedazos.

Meson oculto entre los escombros de lo que antes era una ventana abre fuego contra los enemigos.

Todo estaba pasando tan rápido... veía como soldados de ambos bandos se desplomaban en medio de las ráfagas de balas. 

Sin duda esto terminará rápido... 

Escuchó como Takkat se quejó por la supuesta muerte del kriifgban al intentar cruzar entre edificios. 

-Wombagoo... ¿Muerto?. El explorador se quedó en shock observando al general, su amigo no podía estar muerto... hace unos pocos segundos estaba con ellos, es imposible que se haya ido. No. Wombagoo...

Las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas y no podía evitar recordar todos aquellos momentos que pasaron juntos en la academia.

Observo al resto temiendo que una enfermedad se hubiera colado en las tropas por los vomitos y palidez pero trato de no pensar como hizo lo mismo por Wombagoo que habia dejado de funcionar. Aunque una parte de él pensaba en la posibilidad de reconstruirlo.

Pensando en eso puso mas entusiasmo en sus disparos a aquellos enemigos que empezaban a encerrarlos en esa casa que se había convertido en su fortaleza, aunque según sus cálculos no era muy eficaz para ello.

Su mira estaba mas dirigida a los piratas que los Silicoides, que luego de tanto enfrentamiento veía como enemigos menos prioritarios. Por su lado bajaba la cabeza cada vez que recargaba y aun cuando disparaba la mantenía en bajo para que ningún enemigo pudiera herirlo.

Zar Gnawing se apoyó en la pared mientras recargaba. Midió el espacio entre sus compañeros y los piratas: esos malnacidos estaban cubriendo mucho terreno, pero él podía detenerlos. Zar escupió al suelo, buscó amparo entre sus antepasados y preparó el rifle de asalto.

- Venganza por todos nuestros caídos.- susurró antes de que empezara la acción.

Apartó a uno de los reclutas que más rato había pasado en la ventana, recibiendo fuego enemigo y contraatacando con el miedo en la mirada.

- Chico, descansa un momento.- le dijo mientras se asomaba.

Sin pensarlo ni un momento más, empezó a repartir balazos a diestro y siniestro. Recordó a todos los jovencitos que habían perdido la vida en esa batalla y juró que los piratas tendrían que pasar por encima de su cadáver para matar a uno más de sus compañeros. "Va por ti, Wombagoo", pensó mientras la sangre de un pirata salpicaba en una pared.