Partida Rol por web

El avión os trasladó al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York, la travesía en sí fue tranquila y cómoda... lo bueno que tenía el MI6 era que gustaba cuidar los detalles y que entendía que en cuestiones de transporte y otros menesteres que atañen al espionaje, era mejor no reparar en gastos. Desde vuestros cómodos asientos en primera pudistéis estudiar mejor toda la información dada por M, así como organizar vuestras mentes para dar los primeros pasos en el país de las barras y las estrellas... a decir verdad no era la primera vez que viajábais allí y a pesar de que el clima era menos apetecible que el de España, pero eráis unos hombres con recursos y también sabríais encontrar su lado bueno...

Según los informes de M, Lange había estado estableciendo contactos con una Clínica privada en Nueva York, el servicio no tenía muy claro si los contactos había sido como proveedor o como cliente de Lange... el caso es que la inteligencia británica averiguó que Lange era uno de sus principales accionistas y M estaba segura que accediendo a los documentos de Hermes Foundation, se esclarecerían muchos puntos.

El aeropuerto estaba tan concurrido como siempre, Daniel, Pierce habían visitado previamente aquel país aunque habían estado en ciudades distintas, sin embargo Roger si que recordaba perfectamente haber estado de servicio en Nueva York. M les había reservado habitaciones en el The Plaza Hotel, uno de los mejores hoteles de la ciudad. Ahora tendrían que organizarse para decidir sus primeros pasos a seguir.

El avión trasladó a Silva al aeropuerto John F Kennedy de Nueva York, como agente doble y como terroista había recorrido mucho mundo y aquella ciudad había sido uno de sus destinos en anteriores ocasiones, por lo que podía decirse que sabría desenvolverse en ella, no tenía un clima tan privilegiado como España... pero era una ciudad con muchas posibilidades. Además Silva viajaba para saldar cuentas... deseaba enfrentarse una vez más a Bond y hacerle pagar lo que le había hecho... aunque no sabía si se toparía con él en Nueva York...

Pero al menos si que estaba dispuesto a hacer lo necesario con hacerse con el paradero de Lange... Ernst le proporcionó un arma que era todo un clásico y que incluso la utilizó como doble cero, una pistola fácil de llevar y efectiva... además de un teléfono móvil de última generación donde tenía acceso a toda la información que necesitaba, objetos pequeños pero bastante útiles a los que daría buen uso amén de un buen adelanto para cubrir gastos, parecía ser que Spectra no estaba reparando en gastos y que incluso podría darse un homenaje y hospedarse en un buen hotel... uno cercano a la clínica privada de propiedad que debía investigar, Hermes Foundation, según los datos filtrados del MI6, el científico poseía contactos y hasta era posible que fuese accionista o que adquiere los materiales necesarios para sus proyectos en aquel centro.

Nada más aterrizar Silva se puso en movimiento, el aeropuerto estaba tan abarrotado como siempre... Scaramanga y Sanchez debían de estar esperándolo aunque a ciencia cierta no sabía exactamente en que parte, de manera que tendría que centrarse y decidir cuales serían sus pasos a seguir, debía ser cauteloso y hacer las cosas con cuidado si querían tomarle la delantera al MI6.

Había cogido y pilotado tantos aviones que ya había perdido la cuenta, y sin embargo era ahora con la vejez cuando me he percatado de que volar no es algo que me guste tanto ¿será quizás que me siento más seguro cuando soy yo quien está a los manos?

Era curioso cómo habían podido rejuvenecer nuestro cuerpo pero en cambio la mente sigue ahí, estancada en la tercera edad ¡aunque ya quisieran muchos estar tan bien como yo!

En cuanto aterrizamos sentí esa nostalgia cuando recordaba misiones del pasado, aquellos intrépidos encargos en una ciudad conocida como Nueva York, sin embargo...

- Vaya, sí que ha cambiado todo esto - dije mientras recogía el equipaje junto a mis compañeros.

- Cada vez veo más chinos, es increíble cómo evolucionan las ciudades con el paso de las décadas - ya sea por turismo o por negocios estaba claro que aquel lugar era internacionalmente un punto caliente.

La verdad es que a pesar del número de horas fue un viaje cómodo además de no perder ni un solo lujo.

- Bueno compañeros, toca ponerse manos a la obra - comenté frotándome las manos.

- Tenemos el nombre de una compañía... Hermes Foundation... así que tenemos por donde empezar - recapacité unos instantes.

- ¿Dejamos las maletas en el hotel y echamos un vistazo por la zona de la clínica? Igual algún negocio local conoce el rostro de Lange - sonrió

El vuelo fue tranquilo y cómodo como siempre, lo bueno de ser de la elite es que viajabas como la elite, en los mejores asientos, además era lo que se esperaba de ellos, viajar en los mejores lugares porque eran los que harían el mejor trabajo sin lugar a dudas, cuando llegaron al aeropuerto se quedo unos momentos mirando, escucha a su compañero y dice:

- Lo cierto es que si, cada vez hay más chinos en todo el mundo... creo que esa es su estrategia de conquista... dentro de poco nos marearan con sus símbolos, recuerdo una vez que tuve que ir a china y bueno... ese teclado... no había forma de entenderlo la verdad

Roger comenta lo de ir al hotel, se queda pensando unos momentos y añade:

- Si, hay que estar presentable y creo que sería buena idea ir a darnos una ducha y colocarnos una ropa más adecuada... después, pues supongo que ya que estamos en la ciudad de turismo nuestro amigo que ya ha estado aquí podría enseñarnos un poco como es verdad?

Decía sonriente mientras observaba el lugar y añade:

- Y a mí que casi todos los aeropuertos americanos me parecen iguales.

El vuelo fué largo y aburrido, aproveché para leer un poco el dosier que nos entregó M, no es que tuviera demasiada información a mayores de la que ya nos habían dado en la reunión, pero al menos servía para entretener un poco la mente, aunque ciertamente observar las artes seductoras de Roger con las asistentes de vuelo era bastante entretenido, lo cierto es que aún no entiendo como entre Martinis y pellizcos en las nalgas a las azafatas no le hicieron un "Melendi" a la altura de Terranova... Desde luego discrección, lo que se dice dicrección no tiene mucha....

Pierce sin embargo fué más comedido, podría haber pasado perféctamente por un empresario en viaje de negocios, tuvimos un par de conversaciones durante el vuelo, pero tampoco nada del otro mundo, la verdad es que alguno de los momentos más tranquilos fué cuando me levanté a dar un pequeño paseo por el aparato para poder estirar un poco las piernas, por mucho que sea primera clase no dejan de ser unos asientos pequeños y al final tras varias horas las piernas se acaban entumeciendo de la postura...

Tras aterrizar hubo que pasar los típicos y eternos controles de aduana de EEUU, es increible la obsesión que tienen en este pais con la seguridad, estos son algunos de los inconvenientes de las operaciones encubiertas, en un vuelo privado nos hubiéramos ahorrado todo este tiempo perdido. Al salir de la terminal me hizo gracia el comentario de Roger sobre la cantidad de asiáticos, yo pensaba que el obsesionado con los chinos y coreanos era Pierce, pero parece que Roger también debió de tener algún tipo de trauma con los orientales. Lo que sí me extrañó fué no ver a Felix, me suponía que la omnipresente CIA estaría al tanto de nuestra llegada y pondría a sus agente a vigilarnos, tal vez han aprendido a ser discretos.... la verdad es que ya iba siendo hora.

Sin embargo hasta el momento los que no pasábamos desapercibidos éramos nosotros, ¿tres hombretones ingleses parados en mitad de una terminal hablando entre ellos y yendo juntos a todas partes? Desde luego lo primero que pensaría cualquiera que nos viera es que somos un trío gay... Así que les propuse a mis compañeros.

- ¿No os parece a vosotros que tres ingleses adultos solos son muchos ingleses juntos? Una propuesta, por si os parece bien, Pierce puede pasar perféctamente por un empresario o un comercial. Roger si tiene pinta de turista, sobre todo con una de sus horribles camisas hawaianas, en mi caso creo que voy a optar por hacerme pasar por médico fisioterapeuta. Al hotel yo propondría ir en taxis separados, o incluso un par de taxis o un coche alquilado. Propuso Daniel.

- También se me ocurren algunas ideas para acceder a la clínica, Pierce puede decir que es de una farmacéutica inglesa de renombre y que les va a ofrecer sus productos, Roger puede ir a informarse por un tratamiento rejuvenecedor para su abuelita que quiere parecerse a la reina y en mi caso puedo decir que vengo a estudiar los avances técnicos de cara a la implantación de franquicias en el Reino Unido. Pierce y yo incluso podemos ir juntos a entrevistarnos con el responsable, mientras que Roger nos cubriría desde la clínica.

Llego a Nueva York, pierdo el aire fresco... gano las multitudes. Todo tiene un lado bueno, incluso ese lugar... y es que es fácil mezclarte entre la muchedumbre inconsciente.

Sé que el MI6 juega con ventaja, probablemente ya se estarán moviendo y yo aún tengo que perder tiempo en encontrar dónde quedarme, son muchas las dudas: desde buscar un lujoso hotel hasta alquilar un piso desde el que moverme.

Por fortuna, mis compañeros deben haberse adelantado... así que será un buen punto de partida, sí. Tomo mi móvil... y marco.

Mientras mis dedos se mueven, no puedo evitar comenzar a imaginar cuántas cosas deseo hacerle a ese maldito Bond... Siempre pago mis deudas. Siempre.

Los tres caballeros parecían haber decidido separarse mientras hablaban en una zona del aeropuerto, aquel sitio estaba tan concurrido de gente yendo y viniendo... e incluso corriendo, para no perder el avión... que no parecía que a nadie le importase que tramaban ese trío de estirados ingleses. Nueva York era una ciudad grande, llena de empresarios, famosillos, gente corriente y salvo que fueras el mismisimo presidente de los Estados Unidos, no se solía reparar en nadie... aunque teniendo en cuenta quienes érais posiblemente lo sensato era lo que estábais pensando... o podía ser que no, el caso es que deberíais decidir donde encontraros antes de separaros.

Realmente Roger se quedó impresionado ante la iniciativa de Daniel.

- Desde luego se nota que estás en la flor de tu carrera amigo mío - le confesé. Había pensado en un plan para mi gusto perfecto, en cuestión de segundos. Sin lugar a dudas se había ganado todos mis respetos sin llegar a ser un veterano como Sean.

- Y mi parte favorita sin lugar a dudas es la de comprarme una camisa hawaiana nueva - sonreí a mis compañeros mientras cambiaba de mano el equipaje.

- Sincronizad vuestros relojes - miré con cuidado el dispositivo sin activar el imán.

- ¿Nos vemos en dos horas en los alrededores de la clínica, de acuerdo? así cada uno va a su ritmo al hotel y a preparar su "tapadera" sin levantar sospechas - me mantuve unos segundos esperando a ver si Pierce quería añadir algo al plan.

- Que conste que si después algo sale mal entraré en acción con sandalias de playa y calcetines hasta las pantorrillas - reí

Pierce escucha lo que van hablando sus compañeros y dice:

- Si, me parece una muy buena idea lo que has dicho la verdad, se nota que has estado por aquí por este país bastante y sabes cómo funciona...

Observa el lugar y sonríe mientras se coloca unas gafas de sol y añade:

- Supongo que no es mala idea eso de vernos en la puerta de la clínica dentro de un par de horas, así me dará tiempo a hacer un poco de turismo por la ciudad, además no sería mala idea ver la Gran Manzana, ver que es lo que han hecho los americanos con esto.

Comienza a caminar tras despedirse de sus compañeros con una pequeña inclinación de cabeza, su intención no era otra que la de ir a examinar el lugar y hacerse con algo de ropa para la ocasión

Daniel mira su reloj Omega y confirma que está en hora y sincronizado con el de sus compañeros. 

- Bien, entonces en dos horas. Responde al tiempo que asiente con la cabeza.

Los tres hombres se separan, sin embargo Daniel antes de abandonar la terminal se dirije a una de las tiendas del duty free, una de esas tiendas que se especializa en grandes marcas de maletas y artículos de viaje. Allí compra una pequeña maleta de cabina, por supuesto busca una marca de renombre, pero también elige un modelo llamativo que haga que la gente centre su atención en ella y no en él.

Luego hace una pequeña parada en el kiosko de revistas, comprando un par de revistas una de temática Médica y otra de coches de alta gama. Lo que habitualmente podría llevar su tapadera para entretenerse en un largo viaje. Con sus nuevos objetos, Daniel sale de la terminal y coge un taxi para dirigirse al hotel.

Los tres agentes decidieron separarse para investigar por su cuenta. Nueva York era una ciudad grande, pero debían tener cuidado especialmente porque M les había recomendado que no informasen de nada a la CIA, por cuestiones odbias... si el tio Sam se enteraba de la existencia del genoma alfa... querría tomar partido en la investigación y a pesar de que Inglaterra y Estados Unidos eran aliados, había cosas que era mejor no compartir.

 Así pues cada Bond tomó un taxi distinto, llegando al hotel de manera desordenada para dejar sus cosas y tomar una ruta distinta para comenzar con sus averiguaciones. Lo prioritario como les había apuntado M, sería hacerse con los datos del contacto de Lange en Nueva York, tenían la clínica pero sólo un nombre en clave... Mercurio, que debía de ser el alias que utilizaba la persona que trataba en persona con Lange. Lo bueno de aquella clínica es que estaba relativamente cerca del centro de la ciudad... lo malo... era precisamente eso, demasiado concurrido para el gusto de los británicos... aunque tenía sus ventajas era el mejor sistema para pasar despercibido... casi mucho mejor que con la maleteta tan chuli que se había comprado Daniel

Cuando activaron los datos del localizador del móvil se dieron cuenta de un detalle, había dos sucursales de la misma clínica, una se encontraba cerca de Central Park y la Gran Manzana y la otra en el Empire State. De manera que Roger decidió ir Central Park y Daniel se fue hacia el Empire.

Tras consultar el mapa y el gps de su móvil, los pasos de Roger lo condujeron a la parte trasera de la clínica... la cual daba a uno de los lados del gran corazón verde de la ciudad, Central Park.

 En sus anteriores visitas a Nueva York no había tenido tiempo de dirigirse a ese famoso parque, más bien había visitado los barrios bajos y lo cierto es que le resultó agradable poder tener otra perspectiva de la ciudad... sin duda mucho más amable. El tiempo era bueno e invitaba a caminar, había muchos tipos de personas, desde deportistas, familias con sus hijos, ejecutivos haciendo una parada para relajarse... sí... un buen sitio desde donde observar sin ser observado, o al menos esa era la intención, confiaba en poder pasar mucho más desapercibido en aquella ocasión que en la anterior... claro que en su juventud no se había parado a pensar que se había metido en un barrio de negros y por eso los secuaces de Kananga lo tuvieron tan fácil, un error del que tomó buena nota.

Pierce caminaba por la Gran Manzana con una mano en los bolsillos, le había venido muy bien aquel cambio de aires... era joven nuevamente pero con toda la experiencia acumulada tras sus años de servicio, habría pocas cosas que se le pudieran resistir... seguro de sí mismo y pasenado su cuerpo británico vestido de armani... por aquellas calles, caminó cual turista o ejecutivo... tenía porte para eso y para más... entre las concurridas tiendas de la ciudad... por comprar algo de ropa no iba a pasar nada, además así podría echar un vistazo por los alrededores de la clínica que era lo que se había propuesto y ver el movimiento de Hermes Foundation.

El campo de acción de Daniel lo condujo hacia uno de los puntos fuertes de Nueva York, tras revisar los datos del localizador de su móvil, se percató de que la clínica en cuestión era bastante grande y que incluso había varias sucursales, una de ellas se situaba cerca de Central Park y la otra cerca del Empire State. Dado que Roger decidió dirgirse hacia la de Central Park, él opto por la del Empire. Una de las dos debía ser la principal, en cuanto lo averiguasen se le resolverían muchas incógnitas o al menos eso era lo que esperaba.

Silva se apeó del taxi en plena Gran Manzana, tras consultar nuevamente el dispositivo móvil y dar varias vueltas consiguió ubicarse... aquella ciudad era demasiado escandalosa y concurrida, sería difícil dar con el objetivo pero no había nada imposible para un genio del crimen como él... además si localizaba a Bond tendría medio trabajo hecho y eso sin contar con que no estaba sólo... así que sí... estaba de buen humor. Mientras caminaba hacia el piso, sus ojos se posaron en un hombre con el pelo negro y muy elegante, tenía pinta de inglés estirado y portaba gafas de sol... Silva no pudo evitar mirarlo... su rostro le resultaba familiar, aunque no estaba seguro.

Respiré profundamente en aquel pequeño oasis dentro de la gran ciudad. Por un lado estaba contento de estar solo, no es que tuviese reparos en trabajar con mis compañeros pero la libertad de hacer y deshacer a mi antojo era algo a lo que me tenían muy mal acostumbrado.

Fue un duro revés comprobar que había dos sucursales ¿y ahora qué? esto nos obligaba a dividir fuerzas... y lo peor es que Pierce no está en mitad de la ciudad ¡estos jóvenes!

Sonreí mientras observaba a una chica joven haciendo footing que casi pasa rozando mi cuerpo. Si mi mujer me hubiese visto me habría cortado mis revitalizadas partes ¡pero no estaba aquí para verme!

Di un paseo alegremente mientras buscaba complementos en puestos locales que me hiciesen denotar más como turista extranjero, no quería ocultar mi condición pero todos sabían que un espía o mejor dicho, un super espía jamás llamaría tanto la atención como yo pretendía hacer a modo de despiste.

Tras acabar, simplemente dediqué unos minutos en buscar un ángulo que me permitiese vigilar la puerta trasera de la sucursal... tenía que observar si había mucho flujo de movimiento.

Roger había optado por vigilar los alrededores de la clínica... algo relativamente fácil pero que requería paciencia y dedicación y cierto arte, pues debía hacerlo sin levantar sospechas, haciéndose pasar por un turista... aunque pinta de inglés si que tenía... todo estirado y vestido de manera elegante, con un bonito abrigo azul marino que le resaltaba aún más el color de sus ojos.

 Tras un barrido ocular, pudo distinguir un modesto puesto de souvenirs regentado por... una china...

Observé el puesto que más llamó mi atención y decidí que sería mi surtidor ideal de elementos de camuflaje para esta misión. Tenía que parecer tan sobradamente extranjero para que mi propia manera de llamar la atención pasase desapercibida.

Mostrándole una encantadora sonrisa, miré a la mujer oriental.

- Buenos días señorita, me gustaría adquirir unos cuantos souvenirs... veamos... ¿cuánto por esta gorra? - señalé aquella que pareciese más típica de un turista primerizo.

- Mmmmm vaya, veo que tienen casi de todo.  ¿Tenéis camisetas también? De un equipo de soccer... o ahora aquí es fútbol? Siempre me lío con estas cosas - aclaré sin perder de vista la clínica.

- Oh, y unas gafas de sol sin graduar me vendrían de fábula también - finalicé mientras le mostraba mi cartera. Lo complicado sería deshacerme de mi precioso abrigo azul, con lo elegante que me hace sentir.

Cuando Roger se dirigió al pequeño puesto para comprar los souvenir que le hicieran pasar por más giri de lo que era... se dio cuenta de que, quien regentaba la tiedecilla era una china anciana que a duras penas entendía el idioma pero... que sorprendentemente si que entendió lo que el inglés quería... en especial cuando la llamó señorita.

- ¿¿Senolita?? ji,ji,ji...- sonrió complacida la anciana- ami...le..ta?...- trató de imitar la palabra que Roger le había dicho y tras decir varias cosas en chino... ininteligibles para el agente se puso a rebuscar entre el puesto hasta que finalmente comenzó a sacar más cosas- ¿cami... letas? buscal... meta letas?- dijo abriendo aún más sus ojillos mientras le mostraba su extenso cargamento- tenel muchas peta letas muchas...

- ¿Gam..bal lol?- era increible las cosas que le pedía aquel estirado... pensó para sí misma la china en chino... que puñetas quería el inglés... porque estaba claro que era inglés, aquella anciana casi no veía pero sabía distinguir a esos estirados a la legua, sólo que aquel mozo era educado y tenía pinta de tener dinero... debía esforzarse más en saber que quería, anteojos de sol... dedujo, la anciana nuevamente en chino, lo averiguó al ver como Roger hacía un gesto con las manos sobre sus ojos... oye que ojos más bonitos, nada más que por eso le daría algo bueno- Ah... fagas sol, también tenel