Partida Rol por web

Orbis 1: Adalas

04 Revelaciones

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02/08/2020, 23:52
Narrador

La poción del viejo Opilaf tiene un sabor extraño pero intenso y agradable. Al principio es algo ácida, luego un cosquilleo empieza en la lengua y se extiende por la garganta, abriendo las vías respiratorias, los oídos, los ojos. Los aromas de hierbas se confunden con los de frutas, y hay más, muchos otros sabores que comparten protagonismo, que se van alternando, para finalizar en una sensación de frescor y exaltación que os invade por completo.

Si os miráis os veréis de colores, al igual que a Drake. Vuestro pelo parecerá iluminado en la noche bajo las estrellas, pasando de un rojo chillón a un verde intenso. Vuestros brazos, piernas y rostros son recorridos por líneas blanquecinas, como si fuese una especie de leche que se moviese bajo vuestra piel. La hierba a vuestro alrededor huele mejor que nunca, podéis sentir la fragancia de las flores y la humedad del río a lo lejos, los aromas que brotan de las casas de los vecinos que ya duermen, y de la taberna y la panadería. Podéis oír a cada adalasino, dando las buenas noches a sus seres queridos, otros roncando ya. Vuestros sentidos se han agudizado, os sentís más fuertes, más despiertos, más ágiles, más listos, y más guapos. El tiempo os parece distinto, como una sustancia que pudiese medirse, cortarse, fragmentarse, y reordenarse.

Una gran montaña se recorta en negro bajo el cielo estrellado e iluminado por una luna llena. Una montaña que mira a la aldea desde su magnificencia, una montaña que nunca ha estado ahí. O mejor dicho, que siempre ha estado ahí, muy cerca, pero que nunca habéis visto. Sobre la montaña hay fuego, un fuego líquido que forma ríos que descienden por sus laderas. A medida que vuestros sentidos se agudizan el cielo azulado se torna rojizo y violáceo, y las estrellas se disuelven en una oscura nube tóxica que lo invade todo. A lo lejos, unos relámpagos se turnan para iluminar fugazmente criaturas voladoras. Unas horribles y escalofriantes bestias de alas negras que recorren el páramo calcinado que se extiende más allá del bosque, más allá de vuestro mundo.

Sorprendentemente semejante visión no os produce pavor, ni miedo, ni siquiera os inquieta demasiado. Es el Monte Ocha. La poción del druida os tranquiliza, podéis notarlo. Es poderosa. Sois conscientes de que todo eso siempre ha estado ahí. En el fondo lo sabéis, en vuestro interior, enterrado bajo incontables hechizos de ilusiones, espejismos y olvidos, lo sabéis. Al igual que sabéis que el hechizo que Opilaf se dispone a lanzar en pocos minutos no es el primero de este tipo que lanza sobre Adalas. Ya ha lanzado muchos, como este y de otras clases, la mayoría para protegeros. Por si fuera poco, cada uno de vosotros empieza a recordar...

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03/08/2020, 00:18
Narrador

Trea, el hechizo que Opilaf va a lanzar no es la primera vez que es lanzado sobre los adalasinos. Antes las cosas fueron de otra manera. Y hubo muchos "antes"... Como una cascada que arrasa con todo, vienen a tu mente recuerdos e imágenes de tiempos pasados. Una vez hubo un Templo erigido en mitad de la Plaza, donde ahora están las ruinas sobre las que tanto has jugado, un edificio sagrado que se demolió y olvidó. En otro recuerdo ves al druida sentado en una larga mesa, entre los adalasinos, durante las fiestas de la primavera, comiendo como otro vecino más. Nadie le insulta ni aborrece, sino al contrario, es bienvenido y todos le sonríen con afecto. Le ves más joven, con mejor aspecto y ropas mucho más cuidadas. Recuerdas también que Opilaf pasaba mucho tiempo con tus padres, en la Taberna, cocinando ricas sopas y elaborando sabrosos bebedizos en la cocina, y contándote historias de duendes y hadas cuando eras mucho más pequeña...

Notas de juego

Obtienes mejoras en Atributos: +2Agudeza y +1Sabiduría

Adquieres las Habilidades: +2 Cocinar+1 Negociar y +1 Saber de Alquimia

Además tienes: +3 a distribuir libremente entre tus Atributos

dos Habilidades extra a elegir de entre:

Armas Cuchillos / Armas Palos / Esconderse / Orientarse en Bosques / Pelear sin armas / Rebuscar / Tratar animales

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03/08/2020, 00:24
Narrador

Rupert, como una cascada acuden a tu mente miles de recuerdos que habían sido enterrados. En muchos de ellos puedes ver a tus padres, ataviados con ropas coloridas, y siendo aplaudidos y vitoreados por los demás adalasinos. Eran muy queridos por todos, ves las caras de los vecinos, que ríen, cantan, bailan y aplauden a su alrededor. Te ves a ti mismo, mucho más pequeño, jugando con ellos, imitando sus melodías y acrobacias... eras muy, muy querido.

Pero no todos los recuerdos son de luz y color. En otros puedes ver, envueltos en un intenso sentimiento de dolor, los pálidos rostros de tus padres, separados de sus cuerpos, decapitados. Les descubriste tú, una mañana de hace muchos años en el interior del Templo. Un edificio sagrado que estaba donde ahora están las ruinas de la Plaza sobre la que tanto juegan los niños y que tanto rechazo te producen a ti. Tras el horrible asesinato, cometido por los sacerdotes, el Templo fue destruido, los sacerdotes expulsados al bosque y la religión prohibida en Adalas para siempre...

Notas de juego

Obtienes mejoras en Atributos: +2Carisma y +1Agilidad

Adquieres las Habilidades: +1 Disfrazarse, +1 Esconderse, +1 Sigilo y +1 Tocar instrumento de viento

Además tienes: +3 a distribuir libremente entre tus Atributos

dos Habilidades extra a elegir de entre:

Acrobacias / Armas Cuchillos / Escalar / Manipular cerraduras

Orientarse en Aldeas / Pelear sin armas / Robar bolsillos / Saltar

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03/08/2020, 00:32
Narrador

Berod, la Luz del Sol se abre paso entre las Tinieblas que cubren los Cielos, y a tu mente acuden infinidad de recuerdos, ensombrecidos y ocultos a tu mente durante años. Entre todos ellos ves Adalas como era antes, muy distinta, más llena de Luz y Alegría, cuando eras apenas un niño. Puedes ver a tus padres, ataviados con túnicas blancas y portando medallones de Oro. El olor a Lavanda lo envuelve todo. Tus padres eran los sacerdotes del Templo de Adalas. Curaban a los enfermos y predicaban la Bondad, la Vida y la Luz con rituales, ceremonias, y con su propio ejemplo. Tu nombre mismo, Berod, es una derivación de Pelor, dios de la Luz, que significa "el Protector". Recuerdas a tu padre tallando la estatuilla de Koriel, el corcel de Pelor, y dándotela como un juguete, aunque en su interior alberga un poderoso secreto. Pero también hay recuerdos oscuros, un día de hace muchos años, algo horrible ocurrió en Adalas: unos vecinos muy queridos por todos aparecieron decapitados en el Templo, tus padres fueron injusta y precipitadamente culpados y expulsados al bosque. El Templo se demolió y la Religión y los Sacerdotes se prohibieron y olvidaron para siempre...

Notas de juego

Obtienes mejoras en Atributos: +2Fuerza y +1Sabiduría

Adquieres las Habilidades: +2 Saber de la Religión+2 Orientarse bajo el Sol

Además tienes: +3 a distribuir libremente entre tus Atributos

Y dos Habilidades extra a elegir de entre:

Armas Mazas / Armas Palos / Leer magia / Negociar / Pelear sin armas / Saber de la Medicina / Sanar

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03/08/2020, 13:42
Trea
Sólo para el director

Notas de juego

Atributos: Agilidad + Habilidad + Sabiduría

Habilidades: Armas palos + Tratar animales

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03/08/2020, 13:54
Director

Notas de juego

Ficha actualizada :)

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03/08/2020, 18:12
Berod
Sólo para el director

Notas de juego

Una preguntita, Máster: ¿sigue teniendo efecto mi pifia sobre Rupert? ¿Tiene sentido aún intentar acercarme a las ruinas de lo que ahora sé que es el templo? ¡Perdona por las mil preguntas!

Cuando le ofrecí la poción a Rupert quería dar pie a que la pifia tuviera efecto, y hacer que Berod se rayara muchísimo por reaccionar con violencia contra su amigo y se pirara corriendo a las ruinas buscando respuestas, pero no he tenido lugar, ¡sorry!

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04/08/2020, 10:07
Rupert

Los recuerdos se hacen claros. Aquell poción del viejo Opilaf era algo más que una poción para no olvidar... Estaba recordando cosas. Quizás también estaba quitando en parte el velo que los hechizos que les habían echado para que el pueblo no sufriese... Y vi a mis padres. 

Oh.

Y a mi mismo. 

Recuerdo, recuerdo aquellas canciones de mamá, los ratos jugando con papá, las horas en la chimenea con un cuento, cuanto los quería la gente... Menos aquellos que los mataron... ¡Por eso estaban ahí las ruinas! Porque... Todo aquello de los sacerdotes los había matado, y había hecho daño a Adalas... Y me había dejado solo. Cielos... 

Por lo menos... No me abandonaron

Notas de juego

En los atributos, quiero un 1 en agudeza, 1 en ingenio y 1 en agilidad. "Respeto" las limitaciones de la creación, creo que eran adecuadas y aún no las hemos superado. Por otro lado, Creo que Acrobacias y Robar Bolsillos le van bien. 

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04/08/2020, 10:27
Trea

Tras tomarme la poción comienzo a experimentar una serie de cambios en mi percepción, es como si pudiera sentir todo muchísimo más. Es una especie de supersensibilidad en todos mis sentidos, escucho y huelo a tal distancia, que casi ni yo misma, me lo creería si no fuese porque estoy intoxicada. Pero de todos los efectos en los que me dejo llevar, el que más me gusta es las visiones; cómo veo mi cuerpo y mi pelo encendido es totalmente desconcertante y maravilloso al mismo tiempo. Cuando miro con mis “nuevos ojos” a mis amigos, la risa es lo único que puede salir de mi boca, son como especímenes brillantes de colores. Nada de lo que parece es, eso es algo que me repito una y otra vez, para no generarme una confusión entre la realidad y la magia, no quiero quedarme atrapada en el lado de las visiones. Por eso, cuando veo una montaña arder a lo lejos, no hago caso, doy por hecho que es una consecuencia del hechizo del viejo Opilaf. Y al mismo tiempo, mis nuevas emociones se mezclan con recuerdos que tienen un regusto a antaño, como cuando desempolvas una vieja lata donde guardabas tus viejos juguetes pero que creías que habías olvidado y hasta que no aparece ante ti, no te das cuenta de que siempre estuvo ahí.

 

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04/08/2020, 11:23
Director

Notas de juego

Ficha actualizada :)

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04/08/2020, 16:57
Berod

El torbellino de imágenes que la poción hace desfilar delante de mis ojos es abrumador... Las artes del viejo Opilaf parecen despertar cantidad de cosas que sabíamos, o que estaban enterradas en nuestro interior... Con su velo protector, había mantenido alejado el peligro y el terror lejos de Adalas, pero parece que es hora de que lo conozcamos.

Y aún así, siento paz... La visión me ha permitido ver a mis padres. Eran sacerdotes del Templo de Adalas, erigido en honor a Pelor, dios de la Luz... Tuvieron que abandonar la aldea al ser culpados del asesinato de una familia adalasina, y el templo fue demolido. Y... quizá viven aún... No me abandonaron, tuvieron que confiarme a los tíos Lanos y Molga... Lágrimas de gratitud corren por mis mejillas, y cuando abro los ojos, veo a Rupert y Trea, resplandecientes y sonrientes, lanzando luces de color, majestuosos. Estamos cambiando y me siento más sabio, más consciente y más seguro... La risa de Trea suena como un arroyo de agua resplandeciente, y se me contagia.

Siento que estamos preparados para enfrentarnos a cualquier amenaza, por terrible que parezca... El viejo Opilaf ha sustituido las dudas y las sombras por Luz y seguridad. Pero antes de nada, siento que debo rendir un pequeño tributo a mis padres. Debo acercarme a las ruinas del templo en el centro de la plaza, ahora que la aldea duerme. Y debo recoger el pequeño caballo de madera que mi padre me dejó como regalo cuando era un niño... tengo la sensación de que debería llevarlo conmigo.

Notas de juego

Máster, ¿es posible realizar esas acciones?

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04/08/2020, 22:09
Rupert

La verdad, aquella poción nos liberó la mente. Yo entré en un breve mareo, y luego las visiones me liberaron la mente, la memoria, y me tranquilizaron con todo mi pasado. La verdad, aquella vorágine de imágenes y de recuperar los recuerdos me habia mostrado que mis padres no me habían olvidado, habían muerto terriblemente, y eso, aunque triste, por lo menos era un alivio. 

De pronto, me alegré de tener los amigos que tenía, de mirarlos y verlos como estaban creciendo y mejorando sus habilidades, y les sonreí, como ellos a mi, el camino esa por delante de nosotros, y la verdad, viendo todo lo que nos ha dicho Opilaf, prefiero saber que ellos están conmigo

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05/08/2020, 07:47
Opilaf

Una voz fantasmagórica rompe el estado de éxtasis en el que os encontráis. Las rapaces nocturnas guardan silencio y el viejo Opilaf empieza a conjurar desde algún lejano claro del bosque. Sus palabras llegan como ráfagas que se cuelan entre los árboles, trayendo con ellas el olor a tierra mojada y a flores silvestres:

 

nüruon juofujor fuorjuojf urjaujujor jnufjukoan jufnauk fjurjnajf jükuruon fuonuojf jukujuor

 

nüruon juofujor fuorjuojf urjaujujor jnufjukoan jufnauk fjurjnajf jükuruon fuonuojf jukujuor

 

nüruon juofujor fuorjuojf urjaujujor jnufjukoan jufnauk fjurjnajf jükuruon fuonuojf jukujuor

 

Cada repetición es más insistente, más dura, más violenta. Os saca poco a poco del trance y os arrebata la temporal clarividencia. Vuestros sentidos vuelven a ser como antes, pero los recuerdos permanecen en vuestras mentes, bien arraigados, aferrándose sin querer desaparecer. La visión del cielo morado y rojo, y la imponente presencia del Monte Ocha desaparecen, dando paso a un sereno y apacible cielo plagado de estrellas e iluminado por la luna llena, que brilla en lo más alto.

El ritual dura varias horas. En ese tiempo veis a los adalasinos deambular por la aldea ataviados con ropas de cama, sumidos en un estado similar al sonambulismo, envueltos en un aura de colores azulados. Salen de sus casas, se cruzan entre ellos, en silencio, sin abrir siquiera los ojos, y luego vuelven a entrar. Algunos llevan cosas, las cambian de lugar, otros deshacen lo que hicieron en el día de hoy... hasta que las palabras del druida cesan, dando paso a la quietud de la madrugada.

Amanece un nuevo día en Adalas. El sol brilla, los pájaros cantan, y los campesinos se remangan para acometer sus labores con los primeros rayos del sol. El panadero abre su despacho con su riquísimo pan de centeno y el mercado empieza a llenarse con los artesanos y productores de la aldea, bajo la atenta mirada de los soldados. Vosotros estáis a las afueras, sentados sobre la hierba.

 

Todo va como siempre, como todos los días, hasta que se oyen esos gritos. Son gritos de miedo, de histeria. Son gritos de un adulto, que grita frente al Camino de la Culebra, ese camino que se adentra en lo sombrío del bosque y que va hasta las cabañas del cazador y el leñador, fuera de la aldea. Quien grita es Drake Muelatuerta, el leñador. Está muy asustado.

Notas de juego

Máster, ¿es posible realizar esas acciones?

Ahora sí.

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05/08/2020, 17:44
Berod

El hechizo de Opilaf parece sacudir a la aldea, y nos devuelve a nuestra forma de siempre... Dejo de ver resplandecer a Rupert y Trea, y por sus expresiones entiendo que como yo, poco a poco van volviendo a sentirse como de costumbre. Sigo notándome un poco más sereno y como... como si me hubiera vuelto un poco más sabio. Las supersticiones y los temores a lo desconocido y las artes oscuras han dado paso a un conocimiento un poco más consciente de la realidad que vemos, y de la que existe sin ser vista. 

Unos movimientos a lo lejos me hacen fijarme en Adalas... ¡los vecinos están andando en sueños! Parece que la magia de Opilaf les dirige, y como en una danza, cada adalasino hace su papel y devuelve a la aldea a su estado anterior... ¡Es fascinante! De vez en cuando, al ver a algún vecino más cercano, comentamos sus movimientos, divertidos por el espectáculo.

Al cabo de unas horas, ya de día, los adalasinos vuelven a la actividad. Un poco entumecido por la larga noche al descubierto, me pongo de pie para estirar las piernas, cuando nos llegan los gritos espantados...

- Chicos, esa voz... ¿no es Drake el que está gritando? - Miro a Rupert y Trea con cara de sorpresa - Dioses, ¿será que no le ha hecho efecto la poción...? Deberíamos ir a echar un vistazo.

Me vuelvo preocupado hacia donde he escuchado los gritos... Si por lo que sea el hechizo no ha funcionado con Drake, podemos tener problemas...

Notas de juego

Ahora sí.

Gracias, Máster. Supongo que podemos ser vistos sin problemas por los adalasinos, ¿es así?

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05/08/2020, 18:26
Rupert

Al comienzo del hechizo de Opilaf me quedo algo helado. En ese momento la cascada de visiones, luces y recuerdos se detiene, pero al menos no se borra. De pronto, me doy cuenta de que ya me quedaré con mis recuerdos siempre, o hasta que Opilaf quiera, y mirando a Adalas, me sorprende lo que veo. Susurró: -Parece que... Alguno va hacia atrás, descolocan, casi parece que deshablan entre ellos... - Me quedo  alucinado el rato que el ritual dura, mirando lo que ocurre, las cosas que pasan...

Y al fin, termina y amanece. 

Todo parece absoluta y completamente normal. Anodino, soso y repetitivo. El pan, las guardias, el lechero... Todo es normal. Miró a Berod y Trea, y me encojo de hombros. Parece un día cualquiera sobre Adalas, y me gusta saber que nosotros vemos más allá. 

Y de nuevo, gritos. Pero esta vez no son los chicos, entre ellos el hijo de Drake, es el propio Drake, y viene asustado, o eso dicen sus gritos. Escucho las palabras de Berod, y me preocupo como el, pero sigo: -¿No dijo el anciano que haría creer que un tornado destruyó la casa? Quizás sea eso lo que pasó. Vamos a ver, de todos modos, aunque no en primera fila... -Digo, metiendo la mano en mi mochila, y en mi petate, a ver si llevo todo, como al anochecer. 

Notas de juego

Yo aobreentiendo que si podemos dejarnos ver, aunque por si acaso, lo pregunto igualmente

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05/08/2020, 19:14
Director

Notas de juego

Supongo que podemos ser vistos sin problemas por los adalasinos, ¿es así?

por si acaso, lo pregunto igualmente

Pues me temo que tendréis que descubrirlo por vosotros mismos... xD

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05/08/2020, 20:24
Trea

Contemplar el ritual de Opilaf me deja totalmente embobada y pienso - "yo quiero hacer eso, tengo que aprenderlo"- He sido una privilegiada por poder estar presente en un hechizo, pero viéndolo desde fuera. Echando mano de mis recuerdos sé que tengo la posibilidad de que el druida me enseñe, -"si no, que no me hubiese hablado tanto de duendes y hadas"-

Es capaz de manejar a los adalasinos como marionetas y al día siguiente, como si nada hubiese ocurrido. Me quedo dándole vueltas a eso hasta que, las voces de alguien me sacan de mis anhelos de magia. Las sospechas de Berod y Rupert hacen que me inquiete - Si, es verdad Berod, parece que es Drake- me quedo atenta escuchando y me levanto para seguir a Rupert en su idea de ir a ver qué pasa.

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05/08/2020, 21:09
Rupert

Notas de juego

Pues dado que me da cierto reparo que la liemos parda, intentaría que fuéramos a ver... Sin ser vistos, si es posible. Aun estamos en la linde del bosque no?

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06/08/2020, 01:01
Berod

- Tienes razón, Rupert, los gritos de Drake bien podrían ser por el susto de ver su cabaña destrozada por el tornado... - Ojalá sea así, son gritos realmente desgarradores... No sé cómo despertaría el leñador de su sueño, pero espero que no guarde ningún recuerdo de sus últimos encuentros con nosotros. Volviéndome a mirar la espesura del bosque, añado - Y es verdad, quizá mejor nos acercamos sin ser vistos... según lo que escuchemos que dice Drake, sabremos si el hechizo ha funcionado o no.

Aunque sigo teniendo en mente las ruinas del templo y noto cierto cansancio por la noche en vela, la idea de dar otro paseo por el bosque no me desagrada para nada. ¡Si esto me lo hubieran dicho hace un par de días, no me lo habría creído!

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06/08/2020, 14:08
Narrador

Aunque el día ha empezado como un día cualquiera en Adalas, mientras os acercáis a donde Drake grita podéis observar algunas cosas extrañas, que os parecen fuera de lo habitual. Por ejemplo el tío Lanos acaba de tirar tras su casa un baúl de madera. Y Dísi, la hija de los Hébez, pasea por la Plaza cogiendo de la mano al pequeño Noco, el hijo de Muelatuerta. Noco lleva otras ropas, algo más lujosas que las que ha llevado siempre, también manchadas de harina al igual que las de Dísi.

Ya viendo a Muelatuerta, comprobáis que efectivamente grita y llora de desesperación, y cuenta entre sollozos que un tornado ha destrozado su cabaña en el Bosque. Narra cómo durante la noche empezó a levantarse mucho viento, y cómo poco a poco se fue formando un remolino que fue creciendo hasta arrancar varios árboles y destrozar su cabaña. Dice haber pasado muchísimo miedo. Llora y llora, aterrado; exageradamente aterrado. No para de buscar algo en sus bolsillos, presa del miedo.

Ante tal historia muchos adalasinos se congregan en torno a él y tratan de consolarle, pero el leñador está asustado, y no se deja rodear, cuando alguien se le acerca da varios pasos atrás, sin dejar de llorar y lamentarse. Huye de todos. Algunos comentan que es normal, que el Bosque es peligroso y que nunca debió vivir allí. Otros sacan viejos temas a colación, como la abandonada idea de construir una empalizada alrededor de Adalas. Otros incluso aseveran que se lo tiene merecido, por tentar así a la suerte... ¡un hombre solo viviendo en pleno Bosque!

Hay opiniones de todos los colores, pero el sentir general pasa en pocos minutos de la empática lástima al "se lo merece por vivir él solo fuera de la aldea". Al poco tiempo los vecinos se disuelven, volviendo cada uno de ellos a sus quehaceres, y Drake se queda solo, llorando, sentado sobre una de las piedras de las ruinas del centro de la Plaza.

Notas de juego

Estáis en la linde del Bosque, o entre los cultivos, como prefiráis. Pero aún no os ha visto nadie.