Partida Rol por web

Amanece

Las estrellas van disolviéndose en los tonos rosados y celestes que adquiere el cielo con las primeras luces antes de que salga el sol. Hoy es el día en el que os reuniréis en el Túmulo de las Tres Espadas para pronunciar vuestro voto. Ninguno podrá apoyar su propia propuesta, esa ha sido la condición impuesta por el Maestro de Ceremonias, el anciano Archidruida Opilaf. Acompañados por vuestros séquitos recorréis de nuevo la distancia que os separa del sagrado Túmulo. La fresca y suave brisa de la mañana parece dejar más atrás todo lo acontecido durante la noche. El trayecto es tranquilo, sosegado, y sin incidentes. Una inquietante calma que presagia todo lo contrario.

En torno a la Piedra del Altar os encontráis Militsa, Anwië, Alantar y Opilaf. La Guardiana Skadi se ha ausentado para proteger la gema, junto al resto de druidas y a las escoltas elfas del Barón. Sin embargo, la ausencia de Rupert es inquietante.

La noche había sido bastante "interesante" y no había descansado muy bien. Al tener mi campamento justo debajo del Túmulo, no tardé en subir. Allí me encontré a Opilaf, que había salido un poco antes que yo y se encontraba esperándonos.

-Saludos Opilaf, Anwië y Alantar- dije mirando a cada uno 

-La Guardiana Skadi se ausentará durante la votación, permanecerá abajo en el campamento custodiando la gema, me ha parecido lo más acertado- explico la ausencia de Skadi, pero rápidamente echo en falta al otro representante y me dirijo al maestro de ceremonias -Opilaf, ¿sabe porque el Vitûr no se encuentra entre nosotros?-

El Vitûr te pareció algo inquieto en vuestro encuentro de anoche. Su ausencia te preocupa, pues no parece ser alguien impuntual, más sabiendo la relación que tiene con los enanos y lo delicado de su posición en su sociedad y jerarquía. Sólo algo realmente grave ha podido hacer que no esté aquí ahora.

Aguardaba pacientemente a que llegaran el resto de miembros que conformaban aquel Cónclave. Sin embargo, tras algunos minutos, ni el Vitûr ni la Guardiana parecían hacer acto de presencia.

—Saludos, Sacerdotisa —contesté, ante el saludo de la joven.

En mi caso, estaba acompañada por Naesan, otro elfo oscuro. Dado que en el día de hoy se iba a realizar la votación... no veía necesario movilizar a más miembros... Tampoco quería traer guerreros o un séquito numeroso... no me parecía cortés ni democrático.

En cualquier caso, me sorprendía que la Guardiana no estuviera presente en un día tan señalado...

Llego al Túmulo acompañado de Imara y los dos guardaespaldas. Vaulo y Alesir se han quedado en el campamento con orden de doblar la vigilancia y de enviar un mensaje en caso de que suceda algún percance.

- Saludos, Sacerdotisa- digo inclinando la cabeza respetuosamente para devolver el saludo- Tenebris... - saludo también.

Me sorprende la ausencia del Vitûr, y espero la respuesta de Opilaf a la pregunta de Militsa.

- Imara-digo antes de subir al Túmulo- quiero que vigiles los alrededores de las Tres Espadas, y avises al campamento si ves algún movimiento extraño para que puedan venir refuerzos rápidamente en caso necesario.

- Enseguida, mi señor.

Imara, Satior y Saitos acompañan al Altísimo Consejero,

Imara se aleja del Túmulo al poco de llegar.

Naesän acompaña a la Tenebrïs

Opilaf parece inquieto, y fuma de su pipa todavía más insistentemente que de costumbre:

- Koff! Rup... el Vitûr Ruper... Koff! Koff! no sé dóde Koff! pede etar ese xikiyo. Koff! Koff! Nes nomal Koff! keno eté akí, Koff! nes nomal... Koff! me pocupa. Koff! Koff! Sele ser agen Koff! putal. Debe Koff! abele ocurido ago... Koff! Koff! Koff!

En ese momento el hada aparece revoloteando entre las espadas y se acerca al druida. El viejo susurra algo a la diminuta criatura, en una lengua que desconocéis. El hada desciende del Altar y se adentra en la Cámara.

- Me pocupa Koff! ese xico... Koff! Koff! Pero, Koff! según el Pato dÛdatär, el Cócave Koff! debe dar comezo, Koff! sin eperar Koff! nadi, ocura loke ocura Koff! fera del ára netal. Koff! Koff! Debatamos, epogamos Koff! netos agumetos, Koff! y sil mometo Koff! dela votacón yega Koff! Koff! sin kel Vitûr Koff! eté pesete, cotaremos Koff! un voto menos. Etederemos Koff! ka renucido... Koff! Koff! Koff! KOFF!!

Miro nervioso a los alrededores esperando ver aparecer la figura de Rupert de un momento a otro. No creo que se haya retirado voluntariamente así de fácil... por lo que algo debe estar sucediendo.

La ausencia de Rupert, sin duda... era preocupante. Quizás por ello decidí tomar la palabra para proponer algo que, aunque probablemente no me beneficiaba, creía como justo...

—Nos hemos reunido para hacer una votación en la que participen los Tres Reinos como sinónimo de Paz y Unión ante la amenaza que se cierne al este —dije—. Es por ello que propongo que no realicemos la votación hasta que esté presente el Vitûr.

Hice una pequeña pausa, antes de explicar los motivos de mi preocupación...

—Durante la pasada noche, mantuve un diálogo casual con el Vitûr en mi campamento. Me comentó que habían recibido un ataque de... ladrones. Algo similar había ocurrido con nosotros y, aunque pude repelerles, desconozco cual era el motivo principal por el que se produjo semejante acto —miré al Alto Consejero, y luego a la Sacerdotisa—. Fuera como fuese, me preocupa que el campamento de Anelûk haya sido atacado de nuevo y que el Vitûr se encuentre en peligro...

Estaba claro que algo extraño ocurría. La inesperada desaparición del Vitûr, todo eso no me daba buena espina.

Cuando La Tenebris propuso la suspensión de la votación, fui la primera en dar mi opinión – Estoy totalmente de acuerdo con usted Anwië, la votación debe quedar suspendida hasta que nos encontremos todos o si alguien se ausenta que sepamos que renuncia a su voto. Si me disculpan... ahora mismo soy de más utilidad al lado de la gema- dije y rápidamente bajé por las escaleras, recorrí la escasa distancia hacia mi campamento y entré en la cámara.

Tras de ti oyes al viejo druida balbucear algo, pero vas tan rápida que no consigues oír lo que es. Bajas atropelladamente los escalones de la escalera, y rodeas a toda prisa el Túmulo, para adentrarte por el largo corredor hacia la Cámara del Solsticio. Skadi, los druidas y las elfas se sobresaltan al verte llegar tan aceleradamente.

- ¿Qué ocurre Militsa?

- Pero... Koff! Sacedotisa... KOFF! no... Koff! Koff, koff! KOFF! KOFF! KOFF!

El miedo parece invadir por completo a la Sacerdotisa, que literalmente huye del altar para guarecerse bajo él, en el interior del Túmulo. Sin dar espacio a que sus palabras sean respondidas, baja las escaleras a punto de tropezar, pasa por delante de Naesän, Satior y Saitos, y se adentra por el largo y profundo corredor hasta la Cámara del Solsticio, bajo las Tres Espadas.

Opilaf apenas ha podido pronunciar algunas sílabas cuando un ataque de tos se ha apoderado de él.

- Esperaremos pues a que el Vitûr haga acto de presencia- asiento conforme con lo que se ha dicho-  ¿Esperamos aquí arriba o podemos bajar junto con nuestros séquitos hasta que estemos todos presentes? Estoy a su disposición, maestro Opilaf.

- Koff! ¡Eto es inadito! Koff! La Sacedotisa se va del Cócave! Koff, KOFF! El Vitûr no koff! aparece KOff! ¿Ké kerés acer? Koff! ¿Poponemos el Cócave Koff! ata ke se reseva koff! lenima de Ruper? Koff! No ay nomas para eso koff! Um, nada dice el Pato sobe eta posibilidad Koff! Aced lo ke keris, Koff! Atísimo Cosejero Alatar Koff! y Tenebïs Awï KOFF!

Entro a toda prisa en la cámara, y me respondo a Skadi -Pues algo muy grave tiene que ocurrir, el Vitûr ha desaparecido y nadie sabe de su paradero. Él mismo me advirtió acerca de un tal Erik que tramaba algo contra su gente y además se aliaba con algunos acompañantes de la Tenebris. Justo esta mañana, La Tenebris cambió de acompañantes. No sé exactamente lo que está pasando, pero me da muy mala espina. Puede que estemos en peligro- me dirigí al resto - Tenemos que actuar antes de lo previsto, mi intención era que entre todos los reinos tomásemos la decisión, pero me temo que no les daré semejante margen a que nos ocurra algo ni a Skadi, ni a mí- 

- Saldremos de la siguiente disposición: Sarïf, Siläz y su tigre Sireän cubrirán la parte trasera cercana al reino de Anodiräs, más adelantada pero en el lado de Abatis irá Camyr. A mi izquierda Feddur y a mi derecha Skadi y por delante de Skadi y en el lado de Anelûk, Békora. Iremos tranquilamente sin llamar la atención y cuando nos encontremos frente al sitio elegido, comenzaré a planta la semilla- Me detengo y miro a todos los presentes, las escoltas que nos prestó Anodiräs no están -¿Tenéis clara vuestra posición? Ahora saldré y les comentaré a Sarïf y Siliäz, que pretendemos dar un paseo y que nos cubran las espaldas, no quiero darles demasiados detalles, no sabemos si tienen órdenes de espiarnos. Una vez allí, no tendrán tiempo de avisar a nadie-