Partida Rol por web

Por unos instantes la científica se quedó mirando a Sandra, la cabeza ladeada, pensando. Y luego habló ensimismada, casi susurrando.

— Pues... mira, no digo que sea probable, pero es posible, claro. Que sea la Hécate la que se haya ido a... otra parte. — Entonces dio un cabezazo, y dejó de susurrar para añadir algo más. —"Chata." — Buscó pasarse la mano por el pelo, pero se encontró con el casco. —Aunque para eso deberían seguir operativos los sistemas que han usado la Anomalía... o... debería haberse creado una especie de agujero de gusano permanente. Porque si hemos llegado hasta la Hécate estando ésta muerta, y ahora es la estación la que ha saltado, no lo ha hecho por propio impulso...

Luego escuchó a Malstrom. Negó, contundente, a la sugerencia de que se quedaran allí.

— No. Yo voy al laboratorio principal, como dije. Está aquí al lado, y si se puede desenredar algo de la madeja que nos hemos encontrado, hay que tirar de las investigaciones. Estoy de acuerdo en que Sandra desbloquee esos partes antes de darle al ON, como ella dice. Pero nada ganamos estando quietos viendo como hace su trabajo. 

Karl apuntó al frente con la carabina y salió.

—De acuerdo, en marcha hacia el laboratorio —dijo a Valerie—. Pero quédese detrás de mí...

Sandra asintió, sin mirar atrás, centrada en la tableta.

- Intentaré ser todo lo rápida que pueda. Pero esperaré aqui a que alguien venga y me diga que está todo despejado antes de ponerme a vagabundear por la estación. ¿Te quedas o vas con ellos, Rober?

El medico observó a uno y otro intentando tomar un decisión. Finalmente comentó — Dado que no sabemos que es lo que está pasando no creo que sea bueno que nos separemos. Pero entiendo que hay varios cabo sueltos y debemos tirar de todos ellos — tras un momento, pensando donde podía ser más útil aclaró — Coincido con Karl en que este lugar parece ser seguro y entiendo que el prefiera hacer una recorrida. No creo que sea de mucha ayuda quedándome aquí, así que si a Valerie no le importa, prefiero acompañarla. Si nuestro experto en seguridad quiere continuar su recorrida una vez que pasemos por el laboratorio yo me quedaré con ella. De cualquier manera siempre podemos comunicarnos entre nosotros... —

Su mano buscó el intercomunicador de muñeca y abriendo el canal general expresó — Hola, hola. Me escuchan a través del comunicador? —

Tras una leve pausa preguntó — No puedes hackear esa tablet en el laboratorio? De mi parte, para ir a la sala de hibernación mejor que haya energía, así que, supongo, eso puede esperar —

Sandra había encontrado un patrón por el que empezar la decodificación de claves pero calculaba que aquello le llevaría unos veinte minutos aproximadamente.

- ¿*rssssh* que pasa *rshhhh* ahí dentro? ***rshhhh** preocupando. Si no ***rshhhhh*** entrar...

Era la voz de Doble-R que sonaba desde muy lejos a través de los comunicadores. El canal de vídeo no mostraba nada externo aunque Robert comprobó que tanto el canal general como los vídeos internos - entre los que estaban en la nave - funcionaba sin problemas.

Karl estaba mientras tanto saliendo al pasillo, realizando el recorrido circular. Su haz de luz alumbraba un área llena de polvo y se sorprendió al ver manchas de óxido en la superficie de algunos paneles, como si aquella nave llevase años sin cuidados. Le sorprendía que una tripulación, por ineficiente que fuera en el mantenimiento, permitiese ese desgaste. Un poco más adelante vio las dos válvulas iris enfrentadas: según su posición¹ la de la derecha conduciría al laboratorio principal mientras que la de la izquierda se adentraría en la base hacia el área de descanso, camarotes y ascensor central que los podría llevar tanto a los generadores del piso inferior como a la zona de criogenización ubicada en la planta superior. Ambos pilotos de las puertas estaban apagados, por lo que se iba a requerir la intervención técnica de Sandra para abrirlas².

Valerie, antes de abandonar la sala de control de embarque, constató que efectivamente el satélite E505 seguía en su sitio. Si algo se había desplazado tuvo que ser, entonces, la Cira. Aunque en esos momentos, con la Anomalía irrumpiendo en las variables, cualquier escenario era posible.

— Por lo menos nos podremos comunicar entre nosotros — comentó el médico al notar que los intercomunicadores comunicaban — De cualquier manera creo que lo mejor es, mientras podamos, no separarnos — insistió

Robert se mantuvo a las espaldas del militar mirando hacia uno y otro lado, más preocupado de lo que quería aparentar. Sus no paraban de recorrer el pasillo, incluso mientras Karl se acercaba y verificaba que no podía abrir las puertas sin ayuda técnica, se mantuvo ojo avizor, girando su cuerpo para controlar tanto el pasillo por el que habían venido como la sección que aún no habían recorrido

— Parece que todas las puertas están cerradas — comentó lo obvio — Suerte que Sandra decidió acompañarnos. Supongo que el laboratorio está de este lado. Empezamos por allí? —

Si Sandra podía dejar el software trabajando, las cosas cambiaban. Val esperó a que la chica decidiera acompañarlos antes de seguir a Karl hacia el pasillo en dirección al laboratorio principal. 

El temor a lo que le podía haber ocurrido a la Cira la mantenía tensa y en silencio.

Karl estaba confuso por lo que veía, pero mientras buscaba una explicación lógica al estado deplorable de la estación, escuchó la voz de Doble-R... o al menos fragmentos de ella. Intentó comunicar inmediatamente.

—¡Doble-R! ¿Me recibes? —habló claro y despacio—. Maldita sea... Doble-R, si me escuchas, hemos perdido contacto visual con la Cira y te recibimos muy mal. No sabemos qué demonios pasa aquí, pero... desde luego no es nada habitual. Estamos reconociendo la estación, y la señorita Hicks va a intentar obtener información de una tablet que hemos encontrado. Hay una baja de momento, el técnico Mihail Yier. Continuamos la búsqueda y... bueno, no sé si servirá de algo, pero seguiremos informando.

Quizá le estuviera hablando al vacío, pero si había una posibilidad de que la Cira les recibiese, valía la pena intentarlo. Karl se volvió hacia Robert y Valerie.

—Deberíamos probar con ese laboratorio, sí —dijo—. Al fin y al cabo es lo que más cerca queda, y la doctora Martell tendrá trabajo ahí, seguramente. Pero creo que antes comprobaré el resto del pasillo y veré cómo están las demás puertas y el ascensor...

"Militares" El pensamiento surgió de la mente del médico sin que este necesitara expresarlo en voz alta. Por un momento se planteó acompañar a Karl para que nadie permaneciera solo en la estación, pero finalmente desechó la idea. Estaba claro que, de todos los presentes, era quien tenía más posibilidades de defenderse por si solo — Mantente en contacto — le pidió mientras esperaba que Sandra hiciera su magia técnica con la puerta.

Mientras tanto observó a la científica que no parecía querer hablar demasiado y a la Técnica que trasteaba con los controles — Entonces... Uds. suponen que, de alguna manera, hemos entrado a esa dimensión espejada? Yo mucho no entiendo pero eso podría explicar porque las comunicaciones con la Cira son tan malas —

Robert pensó un momento antes de continuar, sabiendo que sus conocimientos no eran suficientes para entender las complejidades teóricas de la teoría de esa dimensión, pero tratando de usar el sentido común para entender sus consecuencias — Si la nave no tiene energía y pese a todo se trasladó a esa dimensión alternativa... — el medico trataba de mantener la calma, aunque si lo que planteaba era cierto, no tenía motivos para tranquilizarse de ninguna forma — Entonces debemos suponer que la energía que produjo el cambio surgió de otro lado. Y eso significaría que... Bueno en realidad no sé que significaría, pero quizás energizar la estación no altere las cosas... o quizás las mejore. O las empeore — finalizó confundido por su propio análisis.

Pensaba que quizás necesitase más tiempo para incorporar el software necesario para decodificar las claves de nivel 2, pero allí estaba ya, ejecutándose y desencriptando las claves poco a poco.

—Vale ya está esto, ahora solo tenemos que esperar— levantó la vista y vio que todos habían salido ya de la sala de control. Lo pensó solo un instante. Ni loca se quedaba allí ya que solamente quedaba esperar a que las claves fueran saltando una tras otra y a simple vista el panel de mandos de la sala estaba correcto y sin daños que pudieran darles alguna pista más, por lo que poco podría hacer allí. Así que, llevándose la tableta con ella asegurada en su traje, se asomó al pasillo de la Hécate. Mirar a derecha y a izquierda, ver el trasero de Rober moviéndose por el pasillo y empujarse, flotando, hacia él fue cosa de segundos —Os queríais librar de mi, ¿eh? ¡Pues va a ser que no! Yo abro la que me digáis, el orden me da igual—les contestó mientras se decidían entre una y otra puerta.

La del laboratorio fue la elegida así que se puso manos a la obra con ella—Está cerrada. Con código de seguridad, me refiero, que esté cerrada de por si ya es evidente— parloteaba mientras abría el panel de mandos de la puerta y comenzaba a trastear en él con sus herramientas—Karl, pregúntale que donde coñe se ha metido, si consigues hablar con Doble R digo. Pregúntale si Stocker es capaz de vernos dentro de la Hécate, ya sabes, sensores de movimiento, térmicos… lo que tenga la Cira disponible. Pero que nos asegure de que seguimos todos juntos, anda. Me quedaré mucho más tranquila sabiendo que nuestro transporte sigue ahí fuera y que tenemos cubiertas las espalda.

Se quedó a un lado, viendo como Sandra se ponía manos a la obra, Robert hablaba con Karl, y éste se alejaba por el pasillo para cerciorarse de que no les aguardaba ninguna sorpresa más, al menos a ese nivel. Luego, si accedían a otras zonas de la Hécate, ya se vería.

— Me alegro de que hayas podido venir a abrir esta compuerta, Sandra. Intentar acceder a los datos de la investigación es crucial, saber qué hicieron, cómo lo hicieron. El resultado ya está viéndose, pero por lo menos tendremos más información.

El hecho de que aunque fuera entrecortado se hubiera podido escuchar a Doble-R le había quitado un peso de encima, uno importante. Por lo menos la Cira no se había volatilizado sin dejar rastro. Otra cosa es que fuera fácil comunicar de nuevo... o encontrarla. Por ello había que intentar determinar qué habían estado haciendo el equipo de investigación antes de su silencio. Y del "incidente" del técnico...

Sandra examinó el panel. Extrajo de su kit de herramientas el conector que le permitiría activar la puerta. Que no tuviera energía no era un problema ya que su propio dispositivo trasmitía la energía suficiente como para reavivar el circuito de la válvular. Pero no era raro: aunque los sistemas centrales se hubieran desconectado los terminales de las puertas tenían su propia batería que podían años activos, porque además entraban en hibernación automática si estaban mucho tiempo sin usarse. Pero aquellos sistemas estaban totalmente descargados. ¿Lo habría hecho Yier como parte de su plan? Sandra ni siquiera sabía si eso era posible, nunca se le habría ocurrido la necesidad de desactivar por completo hasta los sensores de las puertas de una estación.

Karl mientras tanto se alejaba del grupo y continuaba avanzando. Los demás aguardaban pacientemente a que la técnico abriese las puertas mientras observaban inquietos como el soldado se alejaba un poco más. Por los holo-terminales de sus cascos podían, sin embargo, ver como avanzaba alumbrando la estación oscura con su haz de luz. En el fondo nunca estaban solos. Bueno... eso no se aplicaba a la Cira, que había vuelto a caer en un silencio total.

Pero de pronto pasaron dos cosas.

Las puertas que conducían al pasillo del laboratorio se abrieron.

Karl desapareció de la vista girando por el pasillo circular. Y despareció su señal de todos los holo-terminales.

Pero no tuvieron tiempo de pensar en ello porque lo que vieron al otro robó toda su atención.

La puerta se había abierto y la luz al otro lado casi los cegaba porque estaba todo perfectamente iluminado. Era, efectivamente, el laboratorio principal y desde esta zona del pasillo podían ver una enorme maquinaria que parecía ser una especie de generador autónomo. Ocupaba la parte central de la sala y tenía varios terminales de control a su alrededor. Al otro lado del mismo veían el ventanal que daba al espacio y una suerte de cables repartidos por el suelo indicaban que en aquel lugar se debía experimentar con maquinaria montada allí ex profeso.

Pero lo que había dejado momentaneamente sin habla al equipo de rescate era que un hombre y una mujer vestidos con trajes de vacío, pero sin casco, estaban examinando el generador. Se encontraban de espaldas a los recién llegados por lo que no podían identificar quienes eran. La mujer parecía joven y lucía pelo corto y negro. El otro, que revisaba los paneles, una mata de pelo pelirojo que podía perfectamente coincidir con la ficha de Fernando Adrem. Sus palabras, dirigidas a su compañera, parecían reforzar la concordancia:

— Estoy seguro de que no es buena idea. Que no hayamos encontrado la fuente de la Anomalía no quiere decir que ésta haya desaparecido.

— Llevamos seis días sin que hayas encontrado nada. Entiendo que estés preocupado por nuestra seguridad pero Edna está nerviosa por la falta de avances y, la verdad, yo también. Tampoco ha sucedido nada que... maldita puerta. ¿No la había reparado Mihail?

Cuando la mujer se giró el grupo lo identificó por la ficha que les habían pasado. Se trataba de Alana Gomez, la experta en computación del equipo que trabajaba en la Hécate. La mujer se quedó mirando para la puerta con gesto de fastidio pero no pareció en nada sorprendida por la presencia del equipo de rescate:

— Estoy hasta las narices de esta estación. ¿Aparte de mandarnos al culo del universo también nos han dado una estación de saldo? ¿Tan vieja es?

- En realidad es bastante moderna.- dijo el otro mientras se separaba un momento del terminal, todavía de espaldas - Pero todas esas cosas que pasan ¿y si son por la Anomalía? El corte de comunicaciones, el accidente de Summers, su estado actual. No me dirás que no es raro.

— Historias de fant... ¡Joder!

Alana había realizado el amago de aproximarse al pasillo en el que se encontraba el sorprendido grupo pero se detuvo en seco.

— ¿Qué pasa? - le preguntó su compañero girándose sin parecer ver tampoco a los recién llegados.

— No lo sé. He notado... una presencia. - la chica permanecía inmóvil en la puerta - Como si hubiera alguien ahí.- dijo señalando a los recién llegados pero como si mirase a través de ellos.

—¡Pero que demonios....!— Sandra se retiró de los controles para ver todo aquello con distancia, para entender lo que estaba viendo —No hay ni una gota de energia, es la primera vez que veo esto, ¿por qué y, lo más importante, cómo se hace eso? No tiene sentido... Si es cosa del técnico cadaver la única explicación que se me ocurre es que quisiera sellar esta zona de la nave de forma que nadie, ni siquiera con el material adecuado, la pudiese abrir. Si es cosa de la estación en sí, tiene que tener un problema grave de base, las baterias de estas puertas están diseñadas para aguantar y...

Y las puertas se abrieron.

Sandra ahogó un grito por lo inesperado de aquel movimiento justo delante de sus narices. Levantó las manos, como dejando bien claro que no había tocado nada, que nadie le echara la culpa de aquello y entrecerró los ojos, molesta por el raudal de luz que cayó sobre ella desde el interior de la sala que, hasta ese momento, había estado sellada. Cuando consiguió enfocar lo que había en el interior de la sala en mitad de aquella claridad blanca, cuando las formas se definieron y cogieron volumen, abrió la boca en un gesto de sincera sorpresa e incredulidad.

—No me jodas... —susurró parpadeando, no estaba segura de lo que estaba viendo por que era totalmente imposible que estuviera sucediendo. Sintió como todo su vello se erizaba y un nudo se le agarraba al estómago mientras era incapaz de retirar su mirada de la escena que estaba teniendo lugar delante de ella.

Mentalmente hacia la lista de cosas que no podían ser: energia... tienen los focos a toda potencia, están sin casco... no hay atmósfera... la puerta se ha abierto.... ¡no tenia energia hace dos segundos! ¿NO NOS HAN VISTO AUN? ... ¿esto es una broma? Tiene que serlo... pero... ¿cómo?...

Cuando aquella chica se volvió hacia ellos, Sandra estuvo tentada de echar a correr pero quizas, un tonto instinto de supervivencia, le gritó que se quedara quieta como un tornillo y no moviera ni un pelo. Ni siquiera parpadeaba, era incapaz de perder de vista a la pareja. Solamente sus ojos se movían rápidamente de uno a otro, comprobando detalles, intentando explicar lo imposible. Comprobó de un vistazo la información que su visor le ofrecía de las condiciones del exterior de su traje, buscando que los sensores le dieran la misma información que ella había visto al principio: atmósfera inexistente, oxigeno 0%, y blablablabla. Solo cuando la chica se quedó mirando para donde ellos estaban sin verlos, Sandra reaccionó. ¿Seguía sin verlos? Levantó su mano un poco más y la movió delante de la chica con un gesto amplio, buscando que los ojos de la chica se posaran en ella y se percataran de su presencia. Sandra fue consciente de una forma lejana de que todo su cuerpo estaba en tensión y aguantando la respiración. En el visor de su traje se veía claramente que la tensión arterial estaba por las nubes, las pulsaciones estaban a mil por hora y varios indicadores más que ella desconocían parpadeaban en rojo. Si Doble R estaba mirando ahora sus indicadores, sabría que algo estaba pasando allí dentro.

El medico alternaba su atención entre el trabajo de Sandra y la figura de Karl perdiéndose en la distancia por la curvatura del pasillo.

Su primer preocupación fue al notar que la señal de su compañero desaparecía en cuanto lo perdía de vista — Esto es cada vez más raro. Recién lo recibíamos perfectamente — comentó antes de que la luz del laboratorio lo encegueciese por un momento.

Lo que veía, y escuchaba, fue suficiente como para olvidarse de la ubicación del militar y centrar toda su atención en lo que pasaba frente a sus ojos. Con todo su reacción fue bastante rápida. No tenía claro si la interacción de sus cuerpos con los de los tripulantes les causaría algún problema, pero supuso que lo mejor era no probarlo — Ingresemos, aléjense de la puerta y no dejen que los toquen — propuso muy seguro de si mismo y mientras hacía exactamente lo que había propuesto — por lo menos mientras buscamos la forma de comunicarnos con ellos —

Robert se exprimió el cerebro tratando de relacionar lo que veía con alguna forma de percepción extrasensorial, pero descartó rápidamente la idea, por lo que, finalmente optó por aclarar — Se que no tiene mucho sentido, pero nada de esto lo tiene. Consejo médico: mientras no entendamos que está pasando, imaginen que esto es un sueño, donde todo puede pasar. Si no tratamos de aceptar como válido lo que estamos viendo, nuestros cerebros no resistirán demasiado — Como teoría médica resultaba coherente, pero lo cierto es que decirlo resultaba más sencillo que llevarlo a la práctica.

Dirigiéndose a la científica le preguntó, tratando de no considerar lo ridículas que podían sonar sus propias palabras, incluso tras su propio consejo — Es posible que esa dimensión espejada permita que compartamos, por lo menos en parte, el espacio? Porque aunque no nos vean parece que notaron que la puerta se abrió — trató de explicarse — Quizás podamos comunicarnos mediante alguno de esos equipos — propuso señalando al que estaba manejado quien suponía era Adrem — Yo no quisiera escribir nada en esa terminal sin saber que puedo estar interrumpiendo, pero si en algún momento se aleja del teclado quizás podamos comunicarnos mandando mensajes a través de ella? —

- Solo espero que sean capaces de leer lo que escribamos — murmuró en voz baja sin saber cuan posible resultaría su plan.

Aquello superaba todo lo que Valerie podía saber. Sabía que una Anomalía podía provocar efectos inesperados en el continuo del espacio-tiempo pero ¿qué era aquello? ¿reminiscencias? ¿visiones? ¿una proyección? Demasiadas incógnitas y ninguna solución. Intentó pensar en lo que sabía de la Dimensión Espejo pero aquello no le cuadraba: todos los estudios teóricos hablaban de recorrer espacios, no tiempos. De hecho el motor DAS se aproximaba bastante al funcionamiento teórico de la dimensión Espejo y sus fallos se limitaban a enviar a los ocupantes de las naves al otro lado de la galaxia o a implosionar. No quiso pensar en esto último, era mejor no pensarlo¹.

La física clásica no tenía ninguna explicación para esto. Eso estaba claro. Robert estaba hablando de interactuar con la Anomalía pero ¿cómo hacerlo? Estaba claro que ellos ocupaban un espacio: no se caían al espacio y sus botas seguían ancladas al suelo de metal. Por lo tanto existía interacción. Pero ¿con qué? ¿con una capa de realidad adicional? Sintió un leve mareo ante la situación. No. Era un vértigo total. Esto era una locura².

Intentaba ubicar las cosas: el lugar era familiar y simultáneamente ajeno. No sabía que estaba buscando y por lo tanto poco podía sacar en limpio³.

Desoyendo el consejo de Robert la impulsiva Sandra movió la mano delante de Alana. La reacción hizo que ambas mujeres pegaran un respingo hacia atrás.

- ¡MIERDA! - gritó Alana mientras caía, literalmente, de culo al suelo.

Sandra, por su parte, había pegado un salto hacia atrás asustada por la reacción de aquella mujer. Fernando se detuvo en su avance apara ayudar a la compañera caída, que ahora señalaba la posición en la que se encontraba Sandra. Ambos palidecieron.

- Lo... ¿lo estás viendo? - preguntó Alana.

- Sí.

El hombre soltó a su compañera y se acercó cauto a donde estaba Sandra, para detenerse a menos de un metro levantando una mano. Mientras tanto Rober había sacado su escaner para examinar a los dos individuos pero sus lecturas eran negativas, confirmando la sospecha del médico de que estaban sufriendo algún tipo de alucinación colectiva inexplicable. Los sensores de su traje también informaban de que no había aire y, de hecho, se empezó a preocupar por el hecho de que les quedaban unas tres horas de autonomía.

Ajeno a todo esto Fernando parecía dirigirse directamente a Sandra, sin percatarse de la presencia de Rober.

- ¿Hola? ¿Puede... puede oírme? Sé que me está viendo...- dijo moviéndose hacia un lado mientras Sandra clavaba su mirada en él - Oh, por todas las estrellas, creo que sea quien sea está en mitad de la Anomalía... Fíjate Alana: es traslúcida, como...

- Como un puto fantasma.- dijo su compañera mientras se levantaba e iba hacia una mesa donde había un dron con cámara que se había elevado - Un fantasma que las cámaras no registran, por cierto. ¿Hay documentación sobre como se actúa ante esto?

Intentó no desencajar la mandíbula cuando se enfrentó a lo que estaba viendo, viviendo, y que podría decirse que no lo conocía ni de sus peores pesadillas.

Pasaron segundos en los que su cerebro procesó todo lo que pudo, calculó, encajó, recordó. Pero...

— No sé qué está pasando. Nada que case con ninguna teoría de la física habitual, así que debería tener que ver con la Anomalía... por no hablar de lo que están diciendo. Culpan a la Anomalía, y eso puede querer decir cualquier cosa. Pero Robert está en lo cierto, más vale que no les toquemos. Parece una distorsión del tiempo en el mismo espacio, así que si distorsionamos nosotros el contenido del espacio juntándonos, podría ser peligroso.

La idea del doc le pareció excelente.

— Sandra, ¿hay forma de interactuar con esas pantallas? ¿Podríamos escribir en algún teclado para que las leyeran? No estamos aquí para ellos, ahora, pero... realmente han visto abrirse la puerta. ¡Joder! Es muy extraño... 

Y entonces, Sandra y Alana "colisionaron".

Muda de nuevo por enésima vez Val se quedó mirando a las dos mujeres, y a sus reacciones. 

Valerie se aproximó a uno de los terminales del generador central. En uno de los paneles, como solía ser habitual en estos aparatos, figuraba la fecha y hora del sistema. Concretamente marcaba doce días antes de la entrada de la Cira en el sistema E505.